Convénceme de algo absurdo

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos el tema «Convénceme de algo absurdo». Este ha sido el relato ganador:

“El mundo se ha acabado.
No queda nada ya.
Nada importa. Nada IMPORTANTE importa.
Yo solo esperanzaba creer que la vida no valía tan solo lo que valía hacía un segundo atrás, que la grandeza de una persona no se medía por sus likes y que no todo el mundo maquillaba su vida con filtros. Y lo desaba con tanto ahínco, con tantas ansias que la bofetada de realidad ha sido devastadora.
Supongo que tengo que escribir aquí por qué lo he hecho. Y cuán fácil sería si solo hubiera una razón. Me dan ganas de no contarlo, aunque igual luego comienzan a buscar culpables… y no los hay. No hay a quién señalar con el dedo. Si hubo una manzana podrida alguna vez, el cesto lleno y putrefacto nos impide ahora evindenciarla. Perdón por las molestias. 15.12.16.”
Santiago le entregó la nota al sargento Quirós, después de leerla y meterla en la correspondiente bolsita de evidencias. El sargento la cogió sin mirarla ya que estaba al teléfono. Colgó, se guardó la nota en el bolsillo y miró el cuerpo.
– El juez está en camino para el levantamiento – le dijo al joven policía Santiago que seguía a su lado esperando instrucciones- que nadie entre ni salga de la estancia hasta que llegue.
– Si señor.
El sargento salió de la habitación del hotel. La cama seguía perfectamente hecha. Nada había que pudiera revelar que la habitación había sido ocupada la noche anterior. Santiago se quedó mirando el cuerpo desnudo aún meciéndose en el aire. La luz, difuminada por las cortinas blancas de nilo, abrazaba al ahorcado por detrás, haciendo difícil encontrar algún rasgo en su rostro, dándole un aspecto místico, casi mágico.
Santiago se acercó de nuevo a la puerta, asegurándose de que nadie anduviera cerca. Se acercó al cuerpo y colocándose frente a él extrajo su iPhone del bolsillo interior de su chaqueta. Empleó unos largos cinco o seis segundos para encuadrar bien. Apretó el botón rojo y su visión quedó inmortalizada. Inmediatamente después, añadió un par de filtros a la imagen y automáticamente la foto llegó a Instagram bajo el título “El fin del Mundo”, justo cuando el sargento, acompañado por el juez de guardia entraba en la habitación.
El juez asintió con la cabeza dando así su aprobación y el sargento, ayudado por el joven policía se dispusieron a bajar el cuerpo mientras, con una sonrisa mal disimulada, Santiago sentía la vibración del teléfono recibiendo los likes a su foto.

KARLOS WAYNE

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EL FIN DEL MUNDO LLEGARÁ EL 15 DE DICIEMBRE DE ESTE AÑO:

¡Tantas cosas pendientes a estas alturas de la vida!
Quizás sea mejor así; terminar con todo en la mejor época, en la cresta de la ola. Viendo a nuestros pequeños ser felices y soñar libres. Y no sufriendo por salir adelante, sin pensión y con un treintañero en casa que no logra independizarse, dadas las escasas opciones que le brinda el cruel sistema.
Mes y medio para ser lo más felices que podamos, e ir tachando ítems de nuestra lista. Zanjar esas «tareas pendientes» y sobre todo dar mucho amor a quien lo merece. No me olvido de mandar a la mierda a aquellos que, por méritos propios, encabezan el ranking de los odiosos.
Mes y medio para liberarnos e ir en paz, a dónde sea que el fin nos lleve. Mes y medio para el 15 de diciembre.

TANIA FUNES


Lo extraterrestres construyeron la mezquita de Córdoba:
Hace 1300 años, el planeta errante Nibiru, hogar de los anunakis, se encontraba a una distancia 450.000 km. de la Tierra, lo cual animó a algunos de sus habitantes a viajar hacia nuestro planeta durante los 20 años en los que su trayectoria errante pasó relativamente cerca de nuestra órbita.
Un nutrido grupo de turistas espaciales fue a para a Córdoba, que estaba viviendo un momento algo tumultuoso por los conflictos entre los omeyas y los castellanos, lo cual a lo anunakis les parecía de lo más entretenido, por lo que decidieron quedarse por allí para disfrutar del espectáculo.
Pero el verano cordobés llegó, y los anunakis, acostumbrados al frío de su planeta, estas temperaturas les parecieron insoportables.
Decidieron hacer algo al respecto, pero teniendo en cuenta las órdenes de su líder supremo de no dejar ningún rastro de su avanzada tecnología cuando se hubiesen marchado.
Construyeron un edificio con los mismos materiales que empleaban en ese momento los habitantes de la tierra, empleado cientos de arcos de herradura para sujetar la techumbre que les protegería del Sol en las horas más tórridas del día.
Los arcos fueron pintados por los niños anunakis, pues al fin y al cabo, esta era sus sala de juegos.
La obra se llevó a cabo en apenas 24 horas, pasando desapercibida entonces para los terrícolas, pues seguían enfrascados en sus disputas.
Los anunakis disfrutaron del inmenso edificio durante el tiempo que estuvieron en la tierra y, cuando se marcharon, dejaron una nota en su propia lengua grabada en una piedra de la entrada que rezaba «no a la mezquindad humana».
Los omeyas vencedores del conflicto y nuevos dueños del reino de Córdoba, decidieron renombrar aquel edificio que ellos creían que había sido construido por los cristianos siglos atrás, y lo llamaron «nueva mezquita musulmana».
El resto de la historia es más o menos como la cuentan los libros…

CURSOS SOLDADURA


EL FIN DEL MUNDO NO LO PREDIJERON LOS MAYAS
Sí.
Una palabra que encierra un final y un principio.
El final del mundo.
DE TU MUNDO.
Un mundo que acabará el 15 de Diciembre, como puede acabar cualquier día.
Se romperá la burbuja donde vives, con una vía conectada a tu brazo, con todos los plácemes
encerrados en una bolsa colgando de tu cabeza.
Te asfixiarás, porque no habrá nadie que respire por ti, tus tripas rugirán de hambre, porque nadie
te alimentara. Tus labios se quebraran resecos, ni podrás andar porque nadie moverá tus piernas,
ni pedirás ayuda con tus brazos porque no hallaras nadie que lo haga por ti.
Y te quedarás inmóvil, como pétrea figura sobre marmóreo nicho. Con la mirada fija, inerme, sobre
un techo níveo, como blanca será la sabana que te cubra, marchitándote como una flor sobre
amarillento papel.
Cerrare la puerta y cortare el cordón umbilical que te mantiene con vida, y caminare lejos….
Lejos, hasta no ser nada.
Para no oír ecos pasados.
Para crear poesía renacida.
De versos olvidados.
Pasare las páginas.
Buscare nueva lectura.
Regare semillas íntimas.
Para renacer la locura.

Sí.
El fin del mundo no lo predijeron los mayas, ni los hindúes, ni los extraterrestres, ni cualquier
charlatán de feria.
El fin del mundo, te lo predigo yó.
TU MUNDO.

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EMILIANO HEREDIA


He de revelaros un secreto. Vosotros no existis, solo estáis en mi cabeza. Sois las imágenes que yo mismo he creado.
Pero no solo a vosotros. Mi mente ha construido al mundo entero. A todo el Universo y a mi mismo dentro.
Esta verdad desprende un inquietante corolario: con mi muerte se apagará esta mente que os sostiene y todo lo creado me lo llevaré conmigo. Este Universo con nosotros incluidos.
Es por eso que estoy plenamente convencido de que el Mundo podría acabar el 15 de Diciembre de este año. De mi depende. Está en mi mano.
Quizás podáis evitarlo cometiendo la insensatez de votar este ridículo texto.
Total, solo será una insensatez más.
De vosotros depende. Está en vuestras manos.

JUSTO FERNÁNDEZ


Ya ha empezado. Los pájaros tienen la mirada perdida y las plantas ya no echan raíces, caen de manera mustia contra el suelo como si hubiesen sido desenchufadas de la corriente eléctrica. Si os fijáis, las noches son más oscuras, como advertencias de anciano o caminos por bosques que llevan a la desaparición, y la luna no luce como debería, se empeña en aumentar la furia de las mareas y el sonido de las olas contra la roca escarpada del litoral se asemeja más al canto de las plañideras. Los locos en los hospitales muestran una extraña calma, se agolpan contra las esquinas acolchadas y se abrazan las rodillas en miradas silenciosas, balbuceando avisos que nadie comprende. Los volcanes se activan como gigantes dormidos y los que ya estaban activados empiezan a exhalar amenazantes columnas de humo y ceniza. Las playas se cubren de los cuerpos sin vida de los cetáceos más grandes. Nadie entiende nada. Una extraña energía, parecida a la electricidad estática recorre las columnas vertebrales como caricia de fantasma o beso de recuerdo traumático, las personas estamos cada vez más hurañas y desafiantes, encerrándose cada vez más en sí mismos, parapetándose en violencia y fiebre. Extrañas plagas de insectos se suceden y se atiborran de las cosechas con gula y zumbidos insoportables. La Guerra Fría ha emigrado a los corazones de las familias más unidas, los escépticos se arrodillan sobre las losas gélidas de las iglesias, los sacerdotes se arrancan el alzacuellos y dan la espalda a los crucifijos mientras las cuentas de los rosarios rebotan por el suelo. En la radio, en las llamadas telefónicas se producen interferencias y las voces se desfiguran y la música se vuelve aguda y desafinada. Las estrellas en desorden ya no guían. Los lobos no tienen piedad con las ovejas y los buitres no se conforman con la carroña y descienden en picado sobre cualquier presa.
Hay quien no lo toma en serio y hay quien señala una fecha en el calendario con tinta roja. Los eruditos se reúnen en lugares secretos mientras los científicos se cubren con sus batas blancas y se ríen diciendo que siempre pasa lo mismo. Año 2000, año 2012, profecías, cuentos de miedo, historias para no dormir. Pero esta vez es distinto. A medida que nos acercamos al 15 de diciembre el caos va in crescendo en una espiral de noticias que hace tiempo se alejaron de las casualidades. Los temerosos se meten en sus refugios, viajan a enclaves concretos en busca de protección sagrada, desesperados. El 15 de diciembre se va a acabar el mundo. Se nota en el tacto de la piedra y en la musicalidad del viento cuando remueve las ramas sin hojas de los árboles. El sol luce pálido y en medio mundo la danza de la guerra traza pasos de una magnitud cada vez más sangrienta.
Yo no sé si hay santuarios, no sé si hay lugar seguro, ni siquiera cómo ocurrirá: quizá un botón rojo pulsado por una superpotencia, un descomunal meteorito, la explosión de una estrella, una ola colosal, un desvanecimiento global del oxígeno… pero algo está claro, creedme o no, pero estáis advertidos: el 15 de diciembre será el último día de vida de la Tierra.

MARIO SÁNCHEZ


¡A PAGAR!
Pues bien, tras darle vueltas a la cabeza tumbado en mi cama he llegado a comprender la decisión de que este grupo sea financiado por la extra derecha.
La verdad, es que no podía ser de otra manera. He de reconocer que me quedé a cuadros cuando me enteré, pero quien mejor que ellos para mantener lo que han creado casi por generación espontánea.
Con sus cambios de leyes educativas la gente tuvo que buscar como llenar ese hueco vacío en su intelecto y para ello se abrieron las ventanas de Internet.
Después llegaron más recortes económicos e intelectuales con leyes que nos amordazaban sus miedos, por lo que una vez más cada cual debió dar cabida a la evolución, aprendizaje e inquietud propia y buscar donder escribir en voz alta todas sus inquietudes.
Y aún así, siguieron y extendieron su mano derecha pidiendonos más impuestos, iva o como se les ocurra llamarlo en ese momento, por lo que en Internet encontramos un mundo más barato y que llega a más gente.
Todo esto y más dio luz a mis dudas: «Quién mejor que ellos para mantener el grupo a donde nos han arrojado».

ROBERTO MORENO


SÍ, SIN TÍTULO
Me gustaría soñar que soy libre, que el desamor nunca ha conseguido hacerme daño, que no sufriré por la salud de los míos, que no viviré más de la cuenta, más que nada para no estorbar.
Pero que sí sabré hacer feliz a los demás, aunque yo no lo sea. Será mi eterna misión.
Mis noches y días son eternos también. Y no tienen motivo de ser así. No tienen ninguna novedad ni aliciente. Pero algo habrá escondido en mí, que me empuja hacia adelante y a no abandonar aún el buque de mi vida. No sé qué es y el porqué. Pero tampoco me importa. Aunque vivir, vivir, no es precisamente lo que hago.
O malvivo, o sobrevivo, o me intento creerme a mi misma.
No sé, pero me saca de mis casillas ver que todo está corrompido, las desgracias, las injusticias, las ansias de poder, la avaricia de don dinero, el postureo, los pelotas incansables e insaciables, la maldad en general, lo ruínes que podemos llegar a ser, pareciendo corderitos cuando no lo somos, hacer infelices a los demás, fingir la vida, los sentimientos, y sobretodo, el mirar hacia otro lado. Implicarse significa estar en el punto de mira, al igual que el que dice la verdad. Después ya nunca más le dan opción ni a Implicarse, ni a dar su opinión o versión de lo que sea.
La vida con bondad ya no existe. Si eres bueno, te pisotean tan pronto como pueden. Si eres malo, triunfas y encima sacas pecho.
La justicia no existe como tal para los que no tienen posibles. Y aunque los ricos también lloran, según ellos, todo duele menos con dinero.
Lo que no saben, bueno, mentira, sí lo saben, es que con dinero no se puede comprar todo.
¿Y es que ya nadie recuerda que el 15 de diciembre se acaba el mundo?
¡Queda tan poco!
Y es que no importa nada, ya.
Y seguimos preocupándonos de putear y patear a los demás hasta el último minuto.

LA XICUELA DE CORRIOL BENLLOCH


NUESTRO GRUPO DE ESCRITURA ESTÁ FINANCIADO POR LA EXTREMA DERECHA

Yo tengo una tía que estaba en las juventudes del PP y ¿quién no sabe que las juventudes del PP son la extrema derecha? Ergo, si el segundo principio de la termodinámica dice: «el flujo de calor siempre es unidireccional, desde los cuerpos de mayor temperatura hacia los de menor temperatura,hasta lograr un equilibrio térmico», entonces aplicamos este principio a la vida y una persona que tenga una filosofía de extrema derecha, se junta con otra que sea neutra y va intercambiando flujo de información hasta que se equilibran pensamientos.
Aquí llegamos a la conclusión de que algo de la extrema derecha me debió quedar, así qué si seguimos la cadena… Tía / Tanya, Tanya conoce a Cris y se llega a asociar con ella en un proyecto de una web, Cris está mucho con Tanya, se equilibran ideas, en esa web vendemos cosas, esas cosas ayudan a financiar los proyectos de Cris… y voilá.
El grupo de escritura es un proyecto de Cris financiado por los ingresos de una web que vienen de la idea que tuvo una vez Tanya que tenía una tía de la extrema derecha.

TANYA CUADROS


Y fuera de los ejemplos que habíamos propuesto, DIL DARAH nos intenta convencer de que Elizabeth Bathory era un angelito:

Un grano de trigo
– Me llamo Darvulia, Valia para los que me saben y los que no pues así se queden.
Cuando mi padre me llevó a Cachtice yo tenía 12 primaveras, en el año de Dios 1579. Hay muchas cosas que a uno se le pueden olvidar, yo no sé quién y cómo, pero eso se me quedó clavado como una estaca dentro del alma, porque decidió mi vida a partir de ahí. Cuando naces no sabes nada de ti, no sabes siquiera que estás , pero una vez que has estado recuerdas si te desprenden . Yo eso lo recuerdo mis nobles señores, lo recuerdo como si fuera a pasar ayer mismo y con o sin Biblia por delante lo voy a contar tal cual. Es mi verdad y la única que mi pobre cabeza tiene dentro de los sesos. No pido que me crean ni ruego por mi vida, pero ya que me han traído aquí hagan el favor de escucharme porque nadie más os lo va a decir. Nadie queda vivo…
Ese día hacía una mañana nublada como la cara de mi Apa y mi falda tiritaba dentro de sus remiendos con más ahínco que mis débiles huesos dentro de sus pocas carnes. A nuestro derredor por los campos quemados solo graznaban los cuervos , en los establos berreaba el viento y hasta las ratas habían desaparecido, consumidas por hogueras que se escondían bajo tierra llenas de miedo .
Los turcos nos acechaban sin piedad y no quedaba tiempo más que para seguir intentando mantenerse vivo y lejos de ellos. Por ello Apa me entregó a nuestra señora condesa , su cabeza le dijo que tal vez me mantuviera viva por más tiempo dentro de su castillo.
Yo cuando lo vi quise echar a correr. pensé que antes presa de los turcos que verme metida en ese embrollo de torres negras y piedras mohosas. El musgo caía entre chorros de agua fría y alrededor volaban cuervos del tamaño de nuestras ovejas escuálidas desaparecidas en las alforjas musulmanas. En susos las banderas de escudo rojo sangre y blanco se movían cuan lienzos y una grande como mi choza enmarcaba las puertas de entrada .
El puente levadizo bajó con un estruendo que me partió en dos.
Una parte se fue de vuelta con mi Apa, al que jamás volví a ver. La otra se adentró por el patio conducida por un enano de ropajes finos y andares gruesos, tropezados. Ese enano era Ujvari y si el demonio tuviera una cara sería la suya. Pequeño hombre corroído por celos y envidias, boca malvada y lengua de serpiente, envenenando las mentes a su paso e hinchiendo pecho para contrarrestar la ausencia de cualquier hombría. Ese era él y a ese me entregó el bueno y ceñudo de mi Apa diciéndome que confiara y que todo saldría bien.
Ujvari me olió cuan perro,me llevó a sus aposentos y cerró las puertas con llave. Recuerdo gárgolas en los ventanales, alfombras gruesas de color rojo sobre los suelos de piedra caliza y una enorme chimenea cerca de su enorme cama. Recuerdo que me pregunté para mis adentros para que quería un hombre tan pequeño una cama tan grande pero no me dio tiempo a más. Ujvari me ató a los postes de su cama y me arrancó la camisa de cuajo. Yo no me atrevía ni a llorar ni a preguntarle qué había hecho para merecerme aquello. Me quedé tiesa implorando a Dios que acortara mi sufrimiento y me llevara entre sus ángeles. pero Dios está siempre ocupado y ese día tampoco escuchó mis ruegos. El enano malnacido me asestó tantos latigazos que hasta los ojos me comenzaron a llorar sangre. Con cada golpe mi alma se separaba más de mi cuerpo pero cuando Ujvari comenzó a hacerme esas cosas que solo los turcos hacían a las mujeres mi alma se fue del todo de mi pecho.
Y al igual que a mi Apa jamas volví a verla.
Entrada la noche el enano se cansó de ensañarse conmigo. Me pegó unas patadas y olvidome ahí encadenada. Yo sólo quería morir pero no tuve tanta suerte como comprenderán sus señorías, sino no estaría aquí contándolo. Perdí el conocimiento y desperté cuando alguien me echó un cubo de agua fría sobre la piel desnuda y llena de costras de sangre.
Amanecía de nuevo. Está vez Ujvari no estaba solo sino rodeado de unas sirvientas. Ni una de ellas se atrevía a mirarme a los ojos, pero se portaron bien conmigo.Me lavaron, me untaron sebo sobre las heridas y me envolvieron en un vestido de color azul oscuro y rayas rojas. Me recogieron el pelo en la nuca y me pusieron una bandeja de comida delante. Yo no había visto comida en los últimos años de mi vida y aquello se me antojó un regalo del cielo. Patatas cocidas, mantequilla y pata de cordero asada. Una hogaza de pan humeando frescura y una garrafa de plata que olía a uva recién recolectada.
Ujvari me dejó comer gritándome para que no manchase el vestido. Luego se encaramó a la cama y desde ahí me consiguió propinar una bofetada que me hizo ver las gárgolas en rojo y verde . Yo seguía sin entender nada pero entendí que debía de mantener la boca callada. Eso me pedía aquel demonio y hasta hoy en día , aquí mismo delante de sus señorías yo no la abrí para nada en el mundo.
Fue entonces , después de todo ese calvario cuando conocí a mi Señora.
A mis pocas primaveras había presenciado muchas cosas. Turcos arrasando mi pueblo y destripando hasta los niños de cuna. A mi madre degollada y a mi tío atado a cuatro caballos y despedazado . Había escuchado a los curas pidiéndole a Dios misericordia y había ido a la iglesia cada domingo a buscarle a Él, a implorarle que nos ayudase. Pasé tal hambre y tal frío en mi vida que mi cuerpo se encogía de dolor o se quedaba amoratado , tan duro como la barrica de barro en la que antaño mi Apa se echaba el vino .
Pero jamas había visto un ángel, más que los que adornaban las paredes del sagrario y ellos nunca me habían hablado.
La voz de Elizabeth sonaba triste. Perdida. Su pequeña cabeza se hundía entre los hombros delgados bajo el peso de su corona. Recalcaba las palabras castigándose los dedos en el regazo y trataba de arroparse cuanto podía en su capa de piel de zorro. Las trenzas doradas rojizas le caían sendas hasta las pantorrillas cuando se levantaba y el vestido presumía de una cola tan amplia que la seguía a metros de distancia.
Aún así brillaba dentro de todo ese castillo oscuro, tenía una luz propia que arrastraba consigo y la iluminaba día y noche. Al igual que la inmensa cola que adornaba sus vestidos. Era tan bella que me arrodillé delante suya y pegué la frente a las losas del suelo para que el frío penetrara mi mente y la sosegara. Ella no me hizo caso, le indagó a Ujvari sobre Lena, su dama de compañía y el enano contestó que un accidente in fortuito le sucedió y de ahí mi presencia.
Elizabeth se entristeció, amaba a Lena, llevaban juntas más de cuatro inviernos ¿por qué Ujvari no la había cuidado mejor? Por qué la dejó sin supervisar en lo alto de la torre Este? De noche? Cuando ni los cuervos se aventuraban ahí? Sabía de sobra que la mente de Lena venía atormentada y sobre todo en las entradas de las estaciones. Debería pegarle latigazos por tal descuido, que le diese gracias al Rey Matías por su apoyo, de no ser por su Majestad ahora mismo lo entregaría a las entrañas de las mazmorras . Ujvari le prometió que yo era mejor y que la cuidaría más que Lena. Que la mente no se me iba por los páramos de las tinieblas , que yo sabía de costuras y de cocer pastelitos, que le contaría leyendas de mi pueblo y de los otros dos mil y cientos que le pertenecían al condado. Que era una niña sana, de dientes enteros en la boca, traída al castillo para que pudiese la Condesa conversar con alguien y entretenerse un poco en las largas ausencias del conde Ferenc.
Yo sólo apoyaba la frente en las losas y recordaba la noche anterior . Odiaba al enano con todo mi cuerpo dolorido y deseaba escuchar a la Condesa decir que lo castigaría y lo encerraría. En cambio ella calló. Vino a levantarme la cabeza del suelo y me miró a los ojos.
He amado a mi madre, a mi Apa y a Dios.
Pero cuando Elizabeth me escudriñó ese día supe que ningún amor había sido justo como aquel que sentí por ella.
Ujvary se cansó pronto de mi.
Aparte de ello la Condesa , una mujer muy educada se encaprichó con enseñarme latín. ¡Latín! A una niña que apenas decía bien su nombre y que pensaba que la escritura era un don sagrado que Dios les concedió solo a los santos curas. Nuestras conversaciones se extendían al cobijo de las noches, cuando nadie se atrevía a molestarla. Por la noche las guerras callaban, los turcos dormían, los sirvientes se apaciguaban y así nosotras dos podíamos refugiarnos un poco del mundo. Eso le dificultaba mucho al enano la tarea de encontrarme y aprovecharse de mí.
Con el tiempo conseguí tranquilidad y al amparo de mi poderosa señora comencé a vivir. Mi cuerpo redondeaba el vestido y mi risa sonaba confiada. A Elizabeth le encantaba cabalgar y paseábamos durante días por los pueblos de su condado a lomos de caballo. Jamás pasamos por el mío. Eso me dio a pensar que a la condesa le gustaba mi presencia y recelaba de cualquiera que pudiese emitir pretensiones de posesión sobre mi. Eran ideas mías desbocadas, pero fuera esas, lo cierto es que en dos inviernos nos habíamos convertido en uña y carne. Aparte del latín Elizabeth me enseñó cómo comer usando cuchillo y tenedor, reverenciar a los nobles o bailar al igual que las demás señoras del castillo.
A veces la encontraba enojada . Pegaba y arañaba con furia a cualquiera que se le acercase. Les daba más látigos que de costumbre a los desobedientes y les cortaba las cabezas a los malhechores sin apenas escucharles.
Un día de esos me contó el dolor que la atravesaba cuando el Conde Ferenc marchaba a batallar y la dejaba cargada de problemas. O lo mucho que odiaba a la vieja condesa Úrsula, su suegra. Nunca se habían llevado bien ellas dos y Úrsula para el colmo tenía mucha amistad con el Rey Matías al que ella Elizabeth tampoco le entraba en gracia. Una noche me confesó incluso su gran aventura a los doce años de edad , un poco antes de comprometerse con el Conde. Por algún lugar del mundo una niña tenía sangre de Elizabeth en sus venas y Elizabeth tenía su sangre inocente en las manos. Por ello se frotaba los dedos sin parar, porque se sentía culpable por no haber podido salvar a su hija nacida de un pecado tan hermoso como aquel amor de infancia. Me hizo prometer con mi vida que no lo diría a nadie pero hoy por hoy ni la toca ni la mueve, he de contarlo. Era buena madre y una buena madre no puede ser mala mujer.
Era una buena Condesa y su alma era noble no por la cuna de la que había nacido sino por sus actos. Quería mantener a sus súbditos a salvo y no acababa de entender cómo mantener a raya a los turcos que tanto daño nos hacían, los malditos. Intentaba buscar apoyo en el Conde pero al Conde sólo le importaba lo que Úrsula dijera y Úrsula sólo se ocupaba de los intereses del Rey Matías. Además a Ferenc le atraían las muchachas jóvenes y ella Elizabeth a sus veinte primaveras era vieja ya a sus ojos.
Yo le rodeé entonces la cintura y le dije que jamás había visto a nadie tan bella como ella. Y que el Conde Ferenc, con humilde perdón por mi atrevimiento , debía de estar ciego por no darse cuenta de ello y buscarla en otros rostros.
Elizabeth me besó y en mi cabeza estallaron el latín y los buenos modales en añicos.
Por supuesto que era una buena Condesa. Aquí estoy para contaros la verdad. Y nadie la ha conocido tanto como yo, os aseguro.

Cuando cumplí los dieciocho años Elizabeth ya ni comía ni dormía sin mi.
Ujvary estaba preocupado por su posición cada vez más débil en la corte y comenzó a acecharme. Esta vez encontróse una mujer y no una niña ignorante y asustadiza . Le puse un puñal en la garganta y le juré que lo destriparía como a un cerdo si se volviera a atrever a molestarme. Yo dejaría el pasado en paz si él dejaría mi presente y que el futuro nos trajese a ambos lo más merecido.
Ujvari lo entendió, ya os confesé que en su cuerpo maltrecho no había ni pizca de hombría. Pero a mis espaldas comenzó a tramar y sus entresijos nos alcanzaron a los pocos años cuan veneno letal.
Ya no se limitaba tan solo a latigar y violar muchachas y niñas, ahora comenzó a torturarlas sanguinariamente. Dejaba sus cuerpos despedazados por los campos y mandaba sus sirvientes a untar de sangre las casas de los pueblos . Compró una maquina de tortura y la escondió en las mazmorras del castillo. Ahí disponía sus orgías , al cobijo de murallas de piedra tan gruesas que ni la bala de un cañón hubiera resonado.
Elizabeth estaba enfrascada en el dolor que supuso la perdida de su amado Ferenc. Úrsula , su suegra, se marcho del castillo al palacio del Rey Matías mintiendo y acusando a Elizabeth de haberla echado como a un perro. Los curas nos atosigaban con sus creencias sobre demonios sueltos por el condado, licántropos y vampiros que chupaban la sangre de los pueblerinos y exterminaban a las muchachas .
La vida en el castillo era un caos y en las afueras los turcos la habían convertido en un suplicio para todos.
En ese panorama vino el arresto de la condesa .
Convenientemente los inquisidores del rey encontraron las maquinas de tortura de Ujvari y 328 cuerpos de los cuales cinco aun brotaban sangre. Añadieron a esos las confesiones de los curas y les resultaron unas 650 muertes. Investigaron a las sirvientas , a esas que tan sólo miraban lo que se les mandaba mirar, y todas dijeron como Ujvari les había enseñado , que la Condesa Elizabeth era un demonio, responsable de todo aquello
Yo sólo espero que teman el infierno porque ahí arderán sus almas de mentirosas.
A Elizabeth la encerraron pues en la Torre Este , tapiaron sus ventanas para que ni un rayo de sol penetrase y la mantuvieron viva en base a comidas que le pasaban a través de una rendija.
A Ujvari lo mataron para que jamas pudiese afirmar lo que había hecho.
A mi me acusaron de brujería y me trajeron aquí delante de sus señorías.
No me importa que me quemen en la hoguera ni que dejen de hacerlo. Mi vida no es más valiosa que la de un grano de trigo destinado a que se le muela. Pero os quería contar la verdad porque no queda quien hacerlo. La historia la hace la gente pero no la ponen en palabras sino los escribanos. Si a ellos les paga para tal acto la iglesia van a santificar hasta el maíz. Si les paga el Rey será la verdad del Rey . Y si no les paga nadie sus escritos arderán o desaparecerán . Ojala algún día se descubran los diarios de la ingenua Condesa y os deis cuenta del gran error que habéis cometido.
Aunque para aquel entonces todos estemos criando malvas.

DIL DARAH

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11 comentarios en «Convénceme de algo absurdo»

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