Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir con el tema: “No es para tanto”. Estos son los relatos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 18 de julio! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).
*Todos los relatos son originales (responsabilidad del autor/a) y no han pasado procesos de corrección. El ganador se anunciará en el grupo de escritura creativa Cuatro Hojas de Facebook.
CHEVE BARROL
No es para tanto que por solo mencionar a tu ex pongas esa cara de cebolla podrida si al fin y al cabo has sido tú la que decidiste poner tierra en medio
No es para tanto que montes ese show por tan poca cosa y pretendas ser siempre el centro del universo.
No es para tanto que cada día nos enrostres cada uno de tus problemas como si no hubiera un mañana.
Piensa en quien teniendo más motivos callan y no dan motivos de descuelgue emocional… La verdadera fortaleza de unos se mide frente a la debilidad de otros.
MERCEDES SANTOS SANTOS
– No es para tanto!
Lo dijo con aires de sufiencia y como si ella estuviera sobreactuando.
Mientras, la mujer se acurrucaba en un rincón con las manos ocultando su cara.
– Levanta! Levanta te digo, joder! No, si al final voy a tener la culpa yo?
Al mismo tiempo, Ángel lanzó contra el suelo uno de los cuadros que descolgó del pasillo con tal irá, que cuando tocó el suelo, ella volvió a sobrecogerse, pero no satisfecho con el impacto, asestó una patada en la mitad del lienzo que dejó al pie atascado por un instante.
No quería verlo, no podía mirarlo, no, ni un poco, le odiaba en lo más profundo de su corazón.
Empezaba a notar un escozor que palpitaba precipitado un latido en las diferentes partes de su cuerpo, ardía bajo su piel un escozor insoportable. La blusa desgarrada, dejaba a la vista un hombro arañado. Ni si quiera lo había intentado, pero desde el último golpe, se había hecho un ovillo en el suelo de la cocina. Su pelo había perdido su forma de coleta siempre impoluta, estaba ahora enmarañada. Varios mechones se descolgaban desordenados sobre su cara, y ésta a su vez, surcada de lágrimas y rímel. Un manantial tan inagotable como vacío, de sus ojos surtían ríos, mares… Aquella no sería la única, intuyó. Y sin embargo, al momento, aceptó con resignación todo… todo, porque lo quería demasiado. En su interior resonaba la sospecha… tal vez no fuese la última de una sucesión de palizas. En ese preciso instante, el valor de su autoestima estaba yéndose a la mierda.
El silencio era tan atronador, que los sollozos ahogados en su garganta se le hacía demasiado insoportable para él, y con ese pretexto, quiso borrar la densidad del silencio, por eso, comenzó a gritar como un perro rabioso ordenando que se incorporase y de paso mandase callar al bebé.
– Joder, que no es para tanto! Levanta y aseáte un poco. Éstás hecha unos zorros, le dijo, en tono compasivo.
Hace un rato la criatura se desgañitaba, el pequeño lloraba desconsolado desde su cuna. Ella no podía creer que aquella bestia, fuese el mismo hombre al que ella adoraba, le pareció un completo desconocido sin ninguna empatía ni sensibilidad. No entendía nada y en su cabeza, apareció de pronto un fugaz pensamiento cuestionándose la culpa, «tal vez lo merezca, algo habré hecho mal»?!
El primer bofeton le pilló tan de sorpresa, más el segundo y el siguiente que no pudo saber cuantos fueron al final. El calor que sentía en un costado izquierdo le llevó a recordar el momento en el que notó punzante la punta de una bota en sus riñones. Pero el dolor físico, no dolió tanto como el que sentía en su alma.
Su oído comenzó a pitar, y aunque Ángel seguía gritando, ella ya no escuchaba, su acuoso oído le aislaba, la sensación era estar buceando inmóvil en un liquido gelatinoso en el fondo de una piscina. Al instante, notó que por su cuello se deslizaba algo muy cálido y espeso, el oído supuraba y el cauce por donde el reguero de sangre se hacía paso, le parecía lava escupida de un feroz volcán en erupción.
Antes de desmayarse, Ángel le había dicho que todo era por su bien y que la quería, ella, escuchaba sus palabras mezcladas con un pitido de fondo y cuando levanto los ojos, él estaba encendiéndose un cigarro, después ya no recordó nada.
Ella perdió la consciencia por un rato, él se encaminó a la habitación guiado por el llanto del bebé. Cuando Victoria despertó dolorida de lo que ella pensó, sin acierto, que aquello era una terrible pesadilla, ni Ángel ni el bebé estaban en casa.
CARLOS TABOADA
AMALIA MARTÍN GONZÁLEZ
_No es para tanto_le dijo el pequeño a su papá que habiendo traído notas algo escasas veía el rostro furioso de su progenitor.
No quiero ser el mejor de la clase ,quiero ser un buen hijo y buen compañero.
_Y? Preguntó su padre con un tonito arrogante y burlón que a buen seguro no le gustó al pequeño que aunque no levantaba más de dos palmos del suelo no parecía arredrarse por ese matiz poco empático_
_Papá ,no soy un chico de notables pero aunque sólo he obtenido suficientes he sido respetuoso con profesores y amigos como tú siempre me enseñaste.
_Tienes razón .No es para tanto hijo aunque he sido yo el que ha suspendido de forma muy deficiente al no haber comprendido tu alma noble y tu corazón de adulto.
(Lección magistral del pequeño al intolerante padre).
MARI CRUZ ESTEVAN APARICIO
No es para tanto-le dijo la mamá a su hijita Banderita,
una vez la tuvo fuera del agua y, cerca de allá.
No es para tonto mi amor, quedar en cuarto lugar. Es un buen puesto y, además lo que se trata en la contra reloj, es que tú te lo pases bien.
Banderita seguía llorando, tantos días entrenando y tanto esfuerzo y ahora por este dolor de oido, se decía a sí mismo.
Al día siguiente, antes de la competición final…
Banderita lleva en la mano los tapones.
Antes del uno, dos, tres y al agua, ya se los había puesto.
¡Sólo tiene que estar alerta a tirarse a la vez de los otros!
Un sueño fue para Banderita comprobar que los aplausos de la gente, se los dan a ella por su triunfo.
¡Ha ganado!
Todo tiene solución salvo la muerte.
CORONADO SMITH
No es para tanto, -apostilló Eva-.
Adán la miró perplejo y asombrado. Normalmente estaba acostumbrado a que ella continuamente despreciara sus intentos de mudarse de cueva. La conversación tenía lugar debajo de un árbol exuberante y frondoso. Tenía una base ancha y angulosa, donde se adivinaban unas raíces firmemente enraizadas en la profunda y honda madre tierra. La corteza era suave y lisa, y como a dos metros del suelo empezaba a ramificarse. Las ramas se perdían en el infinito o más allá todavía. Se adivinaba que había pajarillos de bello y melodioso cantar, que aunque no se veían, se escuchaban. Las hojas eran de un verde intenso y fuerte. Apresuradamente se puso a llover y todo empezó a mojarse y humedecerse y entre un trueno infernal se oyó una voz gutural ¡Alguien no ha visto cierto vídeo!
DOMINGO MACHADO BARCO
ALBERTINA GALIANO
No es para tanto… susurra en su oído, ella deshecha en llanto.
Vuelto el vientre del revés, en una postración que deja poco lugar a dudas.
Cierra las piernas, sorbe la nariz… esto es el amor, crujido de huesos que ceden al abrazo opresivo, silencio húmedo y vacío de estar en un pozo en el que sólo las paredes acompañan, circundan, rodean, devuelven el sentir del cuerpo.
No es para tanto, insiste, como un martillo percutor.
Y ella así lo pensará en unas horas.
Y volverá de nuevo a caer en él, en su maraña.
Cuando mañana al mirarse al espejo, y ver tras ella la cama desierta, la vida desierta, los sueños perdidos y su propia ausencia murmure entre dientes:
Qué es tanto
Qué es tan poco
Qué es nada…
OMAR ALBOR
No es para tanto
Sin sobresaltos corre
de noche, por sobre
el reloj, que te marca
la aguja, como la brújula
llega la aguja, como palabra
La peor desicion, no es para tanto
Y reconoce la partida
de aquel amor
que viajó, de muy lejos para ser
El ocaso mismo
de una nueva conquista
En la noche fría donde
te decían adiós.
La calma de la tristeza
es el frío que corre por sobre ti.
No hay luna
La oscuridad
Tiemblan mis piernas
Miro y alrededor
No hay nadie y mi eco más profundo
Pronuncia tú nombre.
SILVIA TRAMOYERES
-No es para tanto- le dijo su amiga Carolina .
Ana estaba cansada de que le dijeran eso , siempre todos ninguneaban sus problemas , los minimizaban haciéndola sentir que exageraba , que era una histérica a la que le gustaba llamar la atención .
Tantas veces le soltaron la frase de marras , que desistió de desahogarse . Y así empezó a saturarse , todas las minucias empezaban a agolparse y crear una bola enorme que ella sentía que se la tragaba .
Sucumbió a la desesperación , la soledad que sentía pese a estar rodeada de gente que supuestamente la quería .
No había nada especialmente grave para justificar su acto , o tal vez sí …
La cuestión es que se subió a lo alto de un edificio de 8 plantas , con la intención clara de tirarse , un grupo de curiosos se quedaron para mirar el desenlace , la policía no tardó en llegar y con ellos los bomberos .
Sabía que no tenía mucho tiempo para decidirse a lanzarse , porque sino pondrían alguna colchoneta o algo debajo .
Temblaba , tenía miedo , se acercó uno de ellos a hablar con ella .
– ¿ Por qué quieres saltar ?
– No lo sé , quizás no sea para tanto …
Acto seguido se arrojó , no dejó ninguna nota .
TALI ROSU
―No. Es. Para tanto ―me dijo despacio, con voz ronca y acercando su cara a la mía. Estaba tan cerca que podía oler su aliento nauseabundo. Me dieron ganas de vomitar, pero controlé las arcadas, me mantuve entera, serena.
Mientras me hablaba, sujetaba mi pequeña cara con su enorme mano, me hundía los dedos en la piel y me clavaba la mirada sin pestañear ni una sola vez. Aun así, me mantuve firme.
Él se enfadaba todavía más cuando se daba cuenta de que podía ser fuerte ante él, a pesar de que no podía evitar ser débil cuando se trataba de enfrentarme a las emociones ajenas. No podía entender cómo las llamas no habían quemado la nobleza de mi alma. Me veía en este cuerpo infantil, que creó hace apenas siete años, y se frustraba al descubrir que no había obtenido lo que imaginó cuando tanto me deseaba.
Cuando me lanzó con fuerza hacia el pozo de los lamentos, yo cerré los ojos y me transporté hasta la tierra para darnos un respiro.
Aquí, en este refugio desértico al que vengo para desahogarme, pienso y puedo comprenderlo; después de todo, me hizo con esmero, con la intención de no estar solo y de tener a quien legar todo el poder que le había sido brindado por la creatividad del ser humano. La empatía no debería estar en mis genes. Supongo que no lo tuvo en cuenta al crearme con la sangre de esa bruja. Ahora, cada vez que entra un alma al infierno, puedo sentir sus entrañas, su dolor, su pena. No puedo evitar echarme a llorar sin ningún tipo de consuelo. Eso es lo que lo enfurece, la hija del diablo no debe llorar.
Muy buenos relatos.
Carlos Taobada 0,25
Amalia Martín 0,25
Silvia Tramoyers 0,5
Silvia Tramoyers
Omar
Genial relato: JOSE MANUEL PORRAS ESCOBAR. ENHORABUENA!
Amalia
Albertina Galiano
Tali Rosu