Clandestino, miniconcurso de relatos

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con el tema «clandestino». Estos son los textos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 19 de septiembre! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).

*Todos los relatos son originales y no han pasado procesos de corrección.

JULIO A. CASALLAS

Clandestino.
Sólo en esa playa paradisiaca, trabaja de 8 a 8; sus noches son calurosas, llenas de zancudos y sudor, y ha sido así desde que hace más de tres años decidió irse lejos de su país, ilegal a aventurarse y guerrear por un futuro mejor.
Sus mañanas no son diferentes, un mendrugo de pan, y un jugo de naranja ya casi rancio, sacados de una nevera vieja que consiguió en una venta de garaje por algunos dólares, son lo único que lo acompañan y le dan fuerza mientras llega el lunch.
Y es que su sueño se empezó a desdibujar con el paso de los días, nada le llenaba el vacío de dejar atrás a su familia, sus dos hijos y a una esposa qué tal vez ya no lo quería y que seguramente ya lo había sacado de su mente.
También le atormentaba el hecho de que día a día debía ocultarse y ser un clandestino en una patria ajena por el temor a ser deportado, un temor creciente por un gobierno insultante y nacionalista.
Pero pasó lo que tenía que pasar y nuestra mente es nuestro propio verdugo, la soledad, la depresión le cobraron una mala jugada y terminó con su vida, lejos de todo, hasta de sí mismo.


TONY SUBURBANO

Según la RAE clandestino es: adj. Secreto, oculto, y especialmente hecho o dicho secretamente por temor a la ley o para eludirla. podríamos nosotros decir que algo es clandestino? lo completamente clandestino no existiría debido a que, sólo según el criterio de algunas personas, las cosas serian o dejarían de ser clandestinas.
La clandestinidad es una palabra totalmente subjetiva, siendo está la herramienta Qué utilizan muchas veces represores de las libertades para controlar a la sociedad según su criterio y conveniencia.
Es tán clandestino un amor fuera del matrimonio como la interrupción de un embarazo?
Es tán clandestino fumar marihuana como el lavado de dinero?
Están clandestino doblar a la izquierda en un semáforo que un centro ilegal de detención utilizado para la tortura?
Según sea el hemisferio en donde te encuentres lo clandestino o no dependerá solo del criterio de quién te gobierna ya que ellos tienen el poder y la autoridad para obligarte a vivir en la clandestinidad para no dejarte ser libre.


KARLOS WAYNE

La Mari, indignada ante aquellas terribles noticias llegadas desde el mar Mediterraneo, no cejaba en su empeño de adoctrinar al Santi, que alelado como se quedaba siempre que tenía su cara delante, asentía sin apenas estar escuchando lo que ella le decía.
—¿Pero lo entiendes o no lo entiendes? —La Mari asentía con la cabeza mientras preguntaba, tratando así de insinuarle al Santi la respuesta que quería oír.
—Pues claro Mari —se indignó entonces él—. Que no soy tonto.
—¿Pues qué es entonces? —preguntó ella desafiante.
—¿Lo qué? —se sorprendió él ante la imprevista pregunta.
—¡Clandestino, Santi! —qué paciencia, señor—. ¿Qué es un clandestino?
El Santi se la quedó mirando. Era corto en palabras, siempre lo fue.
—Si yo se lo que es —se defendió—, pero no se cómo expresarlo así, con palabras y eso…
La Mari se lamentó de sí misma por tener un amigo con tan pocas luces, con la cantidad de seres inteligentes que había en el mundo y se le tuvo que arrimar el Santi.
—Que si sé lo que es —volvió a defenderse ante el ya familiar gesto que la Mari mostraba cuando algo no salía como ella quería—. A ver cómo te lo explico yo, espérate…
La Mari, resignada, abrió el bolso para sacar el teléfono. Igual el Google lo explicaba de forma sencilla para que el Santi se enterara de qué iba la cosa. Sin darle tiempo siquiera a meter la mano en el bolso, el Santi agarró su cara con ambas manos, le dio un besazo y salió corriendo.
Tras un momento de sorpresa, la Mari sonrió.
—Ains —suspiró—. Si cuando quiere lo entiende…


MARI CRUZ ESTEVAN APARICIO

La necesidad, le llevó a Juaquin a no hacer(«lo correcto»)
Juaquin y su familia habían sobrevivido a una guerra de hermanos.
Una gran parte de la población igual que ellos, por el poco saber de un gobierno, padecían hambre…
Hambre que los miémbros y los allegados al poder, no conocían.
Un día el propietario de una industria de pinos, – le dice. ¿Mira Juaquin? En tal sitio hay unos pinos cortados. Si con tu carro me los traes hasta aqui
-yo te pagaré una cantidad de pasetas …
Juaquin inorante y, hambriento, – le contesta-. ¿Si me detiene la guardia civil que hago?
-iBahhh! Muchacho tu sabes que me llevo bie con ellos…
Días después la guardia civil en un cruce de caminos que lleva al bosque detenían a Juaquin.
El hambriento tuvo que pasar unos dias en la cárcel y, pagar
¡quien sabe qué si no tenía nada!
La familia el sonrojo de no cumplir con la autoridad, y, lo peor fue enterarse que el dueño de la industria, es el que había dado el Chivatazo a la guardia civil


MARÍA RUBIO OCHOA

En una aldea, rodeada de montañas, vivía una familia con sus cuatro hijos. Trabajaban en el campo y disponían de 4 vacas, 6 ovejas,unas gallinas, y dos cerdos.Una economía de subsistencia. Pero todo se alteró cuando la guerra civil en el año 1936 estalló. Rogelio el mayor con 18 años le llamaron a filas y le tocó el lado Republicano. Pasó tiempo hasta que su familia supo de él. La vida era dura con saqueos y hasta alguna bomba cayó cerca de la aldea. Muchos hombres también se habían ido a diferentes bandos. Mujeres, niños, ancianos trabajaban para salir adelante. Cuando en el año 1939 acabó la guerra las bajas eran muchas…..Algunos de los perdedores «clandestinamente» se escondieron en el monte.Rogelio fue uno de ellos. Contaron con familiares o personas afines que clandestino por las noches les subían comida o ropa de abrigo. La Guardia Civil peinaba los montes y el peligro andaba siempre presente, tenían que buscar nuevos y clandestinos escondites. Los inviernos muy duros se acercaban al pueblo más. Un día un chivatazo también clandestino propició que Rogelio fuera apresado y fuera derecho a la cárcel……


LUISA VÁZQUEZ

Era arquitecto, su mujer profesora de Instituto. Corría el año 1976, las cosas no iban bien por eso Facundo había decidido afiliarse al Partido Comunista, estaba convencido de que su país necesitaba una fuerte sacudida que despertara la ira de la población adormecida. Su esposa María pertenecía a las Juventudes Socialistas desde la Universidad y le había hecho ver que la situación era insostenible. Los dos sabían que lo que estaban haciendo era arriesgado, que ponían en peligro a sus tres hijos, pero la conciencia social no les permitía mirar para otro lado.
Aquel 24 de marzo se oyeron disparos, gritos, carreras. Facundo volvió a casa corriendo, María ya había recogido a los niños del colegio y le esperaban.
Cuando entró en casa los vio sentados en el sofá, muy juntos, con cara de miedo y todas las ventanas cerradas con las cortinas corridas. Pusieron la televisión, la Junta Militar encabezada por el General Videla se había hecho con el poder.
Supieron inmediatamente que sus vidas corrían peligro, tenían que abandonar el país lo antes posible. Pero ya se había establecido la ley marcial, ya las patrullas recorrían las calles, ya habían empezado a desaparecer personas de sus hogares.
Ya era tarde.
Compraron identidades falsas para sus hijos a precio de oro y los dejaron en casa de unos buenos amigos. Antes de irse hablaron con Mónica, la mayor:
– Cariño, papá y mamá tienen que irse. A partir de ahora os llamareis Carranza de apellido, sois huérfanos y vivís con nuestros amigos que os adoptaron cuando vuestros padres murieron en un accidente. Jamás volváis a usar nuestro apellido, jamás le digáis a nadie quienes fueron vuestros padres de verdad. Cuida de tus hermanos y no nos olvides.
– ¿Somos clandestinos, papá? – preguntó ingenuamente la niña.
– Sí, mi amor. Ahora sois clandestinos.
Mónica observó como sus padres se alejaban cogidos de la mano, muy juntos, apoyándose uno en el otro.
Sí, a partir de entonces serían clandestinos.


REBECA FS

Estábamos haciendo el típico viaje adolescente. El recorrido era por el sur de Francia. El caso es que allí, para ver un acueducto de «Segovia-francés», había que pagar.

Por supuesto, la picaresca española hizo que nos colásemos.

A la salida, caminando por una senda, me adelanté al grupo…y vi un cartel de tráfico. No me había sacado el carnet, pero vamos, un círculo rojo entendía perfectamente que por ahí no se debía pasar. (Prohibido prohibir, me vienen a mí con esas…)

Estaba prohibido, pero desde allí, podía ver el coche donde lo habíamos aparcado. (¡Me cuelo, Já!)

El resultado de mi rebeldía fue salir corriendo detrás de un perro pastor alemán, con un señor francés diciendo palabrerías francesas, gritándole » Yo no compro pan» ( Yene compre pan o como se diga) y un gran moratón de un cable en mis muslos que por supuesto no vi cuando salía por patas.

Mis moratones en mis piernas eran como las huellas dactilares que hay que plantar en los documentos policiales, pero la tinta…

la tinta se quedó en mi cuerpo.


SERVANDO CLEMENS

El ente

No, Brix, no puedes salir. Te mantendremos escondida en el sótano hasta que encontramos la forma de regresarte a tu hogar. ¡Toma esta frazada, criatura!

Sí, ya sé que llevas aquí una semana, pero debes ser paciente. Buscaré comida que tu organismo pueda procesar. La última vez vomitaste el sofá.

No, en serio, nadie debe verte allá afuera. Tu apariencia nos es agradable. Y no es que seas fea, solo que… Bueno, tú sabes a lo que me refiero.

Es que si te atrapan los religiosos, ellos querrán quemarte viva. Si te hallan primero los científicos, ellos te llevarán a sus laboratorios para estudiarte.

No, no puedo ponerte una máscara porque van a sospechar. Además tu forma física de delataría de inmediato.

Y es que, por otro lado, tu lengua es difícil de entender. Yo tuve que estudiar por horas unos libros antiguos para comprender lo que dices.

Ya no llores, Brix. Aunque tu aspecto es extrañísimo, te agarré cariño. Eres… ¡especial!

No, Brix, ellos no entenderán. Tu raza tiene mala fama. Los manuscritos sagrados, dicen que ustedes son unos seres despiadados. Sin embargo, yo sé que tú eres buena. Solo son leyendas.

En efecto, estoy por hallar un conjuro para regresarte a tu mundo. Sólo te pido paciencia.

¿Qué es lo que deseas, Brix? Uy, qué cosa tan rara. Nunca había leído sobre los cho-chocolates. Son tan raros los humanos.


DAVID DURA

Me veo incapaz de escribir el tema semanal.
Clan, clan, clandestino,
Maldita canción..
Tiro riroriro mi vecino.
Ciertas cosas no valen.
La cosa que llevo debajo de mi pelo, muy adentro, no da para más. Hay días que los paso justo, inercia creo que lo llaman.
Pero ésto es tortura.


ALBERTINA GALIANO

CLANDESTINOS

Susurros al oído, últimas caricias con la yema de los dedos, la mano que roza la mejilla queriendo prolongar el tiempo, que se escapa. Fijar el instante, el rostro en la retina, el calor del abrazo huidizo, la cercanía que se intuye distancia doliente…
Alguien debe dar el paso hacia el final, romper la magia del momento…

Ella se sienta, cansada de vibrar, de gozar, de disimular el placer, de soñar con la próxima cita, de voltear cuadros, de poner cara de madre sin sexo ante sus hijos.

Él se desliza subrepticiamente árbol abajo, y se pregunta si algún día encontrará la escala que le permita acceder al primer mundo, y sentarse entre los humanos.

Y ellos se hacen los despistados y rezan porque el teatrillo se mantenga para seguir gozando de una libertad que está incrementando de forma imparable sus cuotas de audiencia en Instagram.


TALI ROSU

El sobresueldo

Carmen tiene un hotel pequeño que tiene poca clientela en temporada de invierno. Pero, de vez en cuando, algún viajero despistado se acerca por ahí.

Como no hay mucha gente en esas fechas, no es necesario contratar a ningún empleado, ya que es ella quien atiende tanto el bar como la recepción, se encarga de la limpieza, de la cocina y de cualquier habitación.

Además, es el momento perfecto para ganar un sobresueldo; tiene un cuarto clandestino que sabe cómo aprovechar, se lo alquila a un individuo cuyo nombre prefiere nunca nombrar y le manda a los pesados que no la dejan en paz. Ella a veces se arrepiente porque, con curiosidad, se asoma por un agujero y ve una gran atrocidad. ¡El hombre les corta el pelo justo antes de empezar! Después viene una horrible tortura que ellla no debería ni mirar ni escuchar.

Pero a veces, como hoy, llega algún cliente imbécil que le habla sin parar, mientras ella necesita soledad para trabajar.

—Perdone, ¿dónde está el baño? —le pregunta el inocente.
—Bajando las escaleras, primera puerta a la derecha —le contesta sonriente.


ALEJANDRO CAMACHO

Tema de la semana: «Clandestino»

«Punto de vista sobre las clínicas clandestinas»

—Vení, puta de mierda—le dijeron. Luego, la violaron reiteradas veces.
Pudo sobreponerse, las mujeres son fuertes, más fuertes que el fuego sobre el sol.
Primero fueron mareos, luego, vómitos; finalmente, el test:
—¡Felicidades!—Se escuchaba en cada rincón del planeta. Ella temblaba.
Las noches eran largas, ideas absurdas pasaban por su mente. La vida se había convertido en un entramado de emociones sin sentido. La vida se acababa mientras el vientre crecía.
Se dirigió hacia una clínica. Su amigo, Manuel, se la recomendó. Tuvo que sacar dinero de las rocas. Pálida, como un colibrí sobre el filo de una rosa marchita, ingresó.
—Vení, puta de mierda—le dijeron. Luego le practicaron el aborto. Como castigo la dejaron vacía. Ni un órgano quedó en su interior. Jamás podría ser madre.
Pudo sobreponerse, las mujeres son fuertes, más fuertes que el fuego sobre el sol…

 

¿Te gusta leer? ¿Quieres estar al tanto de las últimas novedades? Suscríbete y te escribiremos una vez al mes para enviarte en exclusiva: 

  • Un relato o capítulo independiente de uno de nuestros libros totalmente gratis (siempre textos que tenga valor por sí mismos, no un capítulo central de una novela).
  • Los 3 mejores relatos publicados para concurso en nuestro Grupo de Escritura Creativa, ya corregidos.
  • Recomendaciones de novedades literarias.

11 comentarios en «Clandestino, miniconcurso de relatos»

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Ir al contenido