Me siento mayor

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir con el tema “Me siento mayor”. Estos son los relatos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves día 23! (Solo un voto por persona).

*Todos los relatos son originales y no han pasado procesos de corrección.

ISABEL SOBEJANO

Empiezas a hacerte mayor cuando tus problemas dejan de ser infantiles, cuando comienzas a cuidar de tus padres, cuando el miedo sale de debajo de la cama y se adentra en tu vida, con una presencia sorda y perpetua; cuando la vida te voltea y se enseña los dientes…

Te haces mayor cuando dejas de sentir para no sufrir, cuando cambias las aventuras por la rutina, la ilusión por el desánimo y los sueños por el destino.


TALI ROSU

Cuando empecé a caminar me preocupaban los pinchos que sobresalían, largos y afilados, sobre el pavimento caliente en el que emprendería un viaje duro y agotador.

Tras la primera herida lloré, sané y finalmente me levanté. Con el tiempo, cada vez que me hacía daño iba doliendo menos, aún así, me aumentaba el miedo de seguir por ese camino. Poco a poco dejé de saltar obstáculos y empecé a buscar vías alternativas que se acomodaran mejor a mis planes y a mi circunstancias.

Hoy miro hacia atrás y observo detenidamente el trayecto recorrido. Se que me hago mayor, aún así, no me arrepiento de haber andado, corrido, saltado y esquivado obstáculos; he hecho lo que he considerado oportuno en cada momento y con toda seguridad puedo decir que siempre he sido feliz.

El pavimento ya se ha enfriado porque ha llegado la noche, mis pies lo agradecen. Puedo seguir sin prisa, cada vez más despacio, disfrutando cada paso, siendo feliz en mi paseo hasta que se acabe el día.


OMAR ALBOR

En la turba
que no sede
en el pensamiento
no se logra saber
a ciencia cierta
Cuando empezas a ser mayor
O mal dicho viejo.
Cuando dejas de tiras piedras
Cuando te molesta aquel
que fuma
No hay tiempo exacto
para calcular cuando sos mayor
El segundero gira más rápido
Y mi yo es solo mío
Cuando viajas en tren
Y la gente te pela con la mirada
Por llevar una cresta y tener 40
No hay nada más hermoso
que te pregunten cuando te hiciste
este tatuaje, y tu cabeza se inmunisa
De cuánta locura había en mi cuerpo
Cuando te tatuaste la mejor frase de todas
Mis pensamientos son solo
El inicio de una larga transformación
Que no tiene final…..


FRANK TAPIA

¿Dónde están mis sueños? ¿A dónde se fue mi propósito? ¿En qué momento deje que esto pasara? Soy viejo, vivo solo y mis días se van en un trabajo monótono y vacío. ¿Es este el legado que dejare en este mundo? Una vida sin logros, una vida sin ambición, no he logrado crear nada que prevalezca cuando yo no este, no he disfrutado mi tiempo aquí y creo que los años en que pude hacerlo ya han pasado. Estoy cansado, estoy molesto y quiero volver en el tiempo para reescribir mi historia, este final es un asco. Estoy viejo, estoy cansado, solo quiero un sillón cómodo, un libro cuyas hojas amarillentas delaten los años y las experiencias del hombre cuyas manos lo sostienen y al que ha acompañado en innumerables ocasiones y si es posible quiero también un café. Mi gastritis no me permite beber un buen café tan seguido como solía hacerlo, así que lo disfrutare como si fuera el último, tal vez lo sea. 26 años tiene mi cuerpo, mi espíritu parece de 100, son muchas las cosas por las que he pasado, tal vez no resista otro año más, la vida me ha arrancado los años y me ha dado el alma de un anciano solitario…
¿Quién eres tú? ¿Por qué intentas entrar en mi vida? ¿No ves que ya casi ha llegado el final? Busca alguien joven con quien envejecer, alguien que pueda hacerte feliz, ¿no puedes ver que mi espalda esta encorvada y mis pies levantan más peso del que pueden resistir? ¿Por qué querrías tu vivir a mi lado? yo ya soy viejo y no te seguiré el paso. No, no soy mayor solo en mi mente, entiende que esta alma hace tiempo que empezó a marchitarse. Si bien es cierto que mientras estas aquí, me siento con más vida, el dolor podría regresar en cualquier momento y mis frágiles huesos al fin sucumbirán como estaba previsto antes de tu llegada…
Muchos años han pasado desde que te vi por primera vez, hoy mi cuerpo es mucho mayor, pero gracias a ti mi alma es la de un niño, un niño que ha aprendido a disfrutar, a soñar y a reír sin parar durante horas a la más mínima provocación. Gracias, hoy realmente soy mayor y puedo decir que este es el final que siempre quise escribir, te esperare del otro lado. No tardes mucho, ya siento que me hago viejo.


ANNETTE HAN

Érase una vez una chica, una chica con ciertas limitaciones y por eso estaba muy protegida por sus padres, ella necesitaba ir en silla de ruedas y estaba algo sola, mucha gente la dejaba de lado así que solo estaba rodeada de familia.
El tiempo fue pasando y se iba haciendo mayor pero casi no se daba cuenta, no tenía que preocuparse por la compra, por las labores de casa, por nada, solo sus pequeñas aficiones.
Pero llegó un día muy diferente en el que conoció a un chico, este chico se acercó a ella cada día más hasta llegar a enamorarla, no la veía diferente, no le importaba ayudarla y allí despertó ella y quiso crecer de repente, empezó a interesarle como cocinar, comprar, tareas de casa y mucho más.
Se hacía mayor pero con mucha ilusión, la ilusión bde seguir viviendo la vida que ya tenía un sentido para ella, quería aprender, escuchar y querer porque a ella la querían.


SELA FERNÁNDEZ

Será que yo ya soy mayor.

Cuando ya eres consciente de que eres una persona mayor realmente es fascinante.
A pesar de que bastantes veces te duelen los huesos…si!!! , ese comentario que te hacía tanta gracia cuando lo oías en otro tiempo y lo relacionadas con » frases hechas de viejos», pero es verdad los huesos duelen.
Duelen de tanto vivir, por que eso es lo importante: vivir.
Hacerse mayor es lo mejor que te va a pasar en este mundo, ya se que suena ridículo …verdad?, pues no…no es así.
Escúchame persona joven, a mí me duelen los huesos por qué dentro de mi llevo a una niña un poco soñadora y revoltosa, a una mujer joven que siempre se lo cuestiona todo, a una mujer de la mediana edad, digamos que cuarenta y pocos años que aprendió a decir que no. Y como no …a una mujer que se daba cuenta q se estaba haciendo mayor.

Por eso me duelen tanto los huesos…yo ya soy una persona mayor.


RAQUEL LÓPEZ

Alguna vez ha deseado alguien ser viejo?….
Según me iba haciendo mayor, soñaba con casarme y formar una familia. Estoy a un paso de cumplir los cincuenta y algunos sueños se han cumplido, otros, quedaron en el camino.
Algunas canas y arrugas se van abriendo paso en mi aspecto físico, voy envejeciendo. Esta bien hablar del futuro, pero nunca de la vejez…
Parece que solo les sucede a los demás, no a uno misma;siempre habrá alguna crema mágica que oculte la vejez. La vejez no significa el fin, tiene un sentido, madurez, sabiduría, vivencias.. Mi cuerpo puede envejecer pero mi mente, aún la sigo manteniendo joven.
Hay que ser consciente que es un regalo de la vida y dar gracias por haber llegado hasta allí


JOSE J. RODRÍGUEZ H

Cada minuto y aunque nada haya cambiado respecto al minuto anterior, me he hecho mayor… un minuto más sabio o más ignorante, un minuto más triste o más feliz, un minuto más humilde o más petulante… En fin, me he hecho mayor. Tengo varios años estudiando el envejecer y sigo sin poder entenderlo. Es algo tan, pero tan lejano que apenas y me doy cuenta de que está pasando. Las personas me dicen que haga ejercicio, que lea mucho, que trabaje hasta no poder más, porque cuando sea más mayor ya no podré hacerlo. ¿No será que por haber querido todo de joven, mi cuerpo ya no pueda mantenerse haciéndolo por toda la vida? … ¿Qué tal si dejo pequeñas lecturas guardadas, para cuando ya no pueda leer más? ¿Qué tal si dejo pequeñas caminatas por el parque para cuando no pueda correr más? ¿Qué tal si dejo pequeñas tareas para cuando toda la marea de la juventud haya pasado? Sí, eso será, me guardaré pequeños gustos para disfrutar toda la vida, pero los guardaré con especial cariño para cuando sea mayor.


SUSANA MOCTEZUMA OCAMPOS

Yo aún siendo joven,
pienso en el futuro y si pienso de más,
me veo a mí misma en el espejo con arrugas, 
viendo cómo mi juventud y belleza se han ido,
pensando que se aproxima mi hora,
pues todos en algún momento tendremos que partir,
tenemos fé en un paraíso donde podremos ver a los que partieron antes de nosotros,
para no tener miedo al dejar nuestro cuerpo,
todo lo vivido quedará atrás todo dejaremos nada podremos llevar con nosotros,
lo que nos pertenece será para alguien más o será tirado a la basura,
alguien recordará en un futuro mi nombre? ,
quisiera dejar mi nombre grabado en la historia para siempre ser recordada.
Pero valdrá la pena todo lo que hecho hasta ahora?
Todo lo que he trabajado con mis manos? Claro que si mientras yo disfrute hacer lo que hago y sienta alegría,
y por eso hoy he decidido disfrutar mi vida,
hacer lo que me gusta,
disfrutar a los que están conmigo y alejarme de los que me traen problemas o disgustos,
para que mi paso en esta tierra sea feliz y los que me aman se acuerden de mí hasta que también termine su existencia y en el paraíso nos volvamos a encontrar.


SAM AGUILAR

¿Devorar el tiempo, o que el tiempo me devore?
Mi pregunta más bien sería, ¿el tiempo nos devora? Es algo que siempre me he preguntado; ver a
las personas por tu ventana y pensar, ¿estas aprovechando tu tiempo? ¿Estoy aprovechando mi
juventud?, y luego recuerdo que ya no soy joven, que ya me estoy haciendo mayor… muy mayor.
Desde mi sillón observo a los verdaderos jóvenes avanzar hacia sus escuelas y saludar a sus amigos
en los recesos, tal vez vivir frente a un escuela secundaria tampoco ayuda… me hace recordad que
el tiempo de verdad me devoró.
Pero hacerse mayor tiene sus ventajas, cuando las usas de forma correcta, sientes que el tiempo te
dio una buena oportunidad cuando sabes que todo lo que hicisteis fue provechoso, cómo por fin
estar jubilado después de haber agotado toda tu fuerza y vigor trabajando, porque tuvo su
recompensa al final de tu vida.
Yo enserio desperdicie el mío, no encuentro una recompensa por todo el tiempo que tuve y no lo
aproveché, supongo que por eso me siento asolado, sin descanso, sin recompensa.
Joven, te harás mayor, pero recuerda… no desperdicies tus momentos, estar todo el día acostado
viendo películas he incluso leyendo cientos de libros no es precisamente vida… hay más cosas
todavía allá fuera.
Eso es mi único consuelo de haberme hecho mayor, mi sabiduría, mis experiencias, todas ellas
acumuladas… para algún momento aconsejar a jóvenes que al igual que yo, un día se harán mayor.
—abuelito, ¿me llevas a la escuela? — parpadeo. A mi lado se encuentra uno de aquellos jóvenes
que algún día tendré que aconsejar.
—Claro, pequeña, vamos— y me doy cuenta de mi error, mientras mi nieta corre por su mochila, es
que me doy cuenta que sí hice algo bueno en mi vida. Tal vez, hacerse mayor también implica
conocer personas y enamorarse de ellas.


ÁNGELA FLORES

*Caso verídico ocurrido esta misma mañana

– Buenos días sr. XXX, antes de continuar con la conversación le informo que en cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos… bla bla bla… ud puede revocar/modificar bla bla bla el consentimiento en cualquier momento, …., guardar sus datos personales para futuras acciones de su interés…
– Un momento, ¿qué futuras acciones?
– Emmm, pues promociones que le puedan interesar, descuentos,…
– Pero ¿cuándo?
– Emmm , pues …, van saliendo, no le puedo decir una fecha exacta…
– Señorita, ¿Usted se ha fijado en la edad que tengo? Ya se lo digo. Tengo 84 años. Con 84 años no se puede contar con ocasiones futuras, porque no tenemos futuro. El futuro no es para mí. Es para la del anuncio de la lejía en polvo, esa que sale una vestida de marciana.
Con 84 años no me dejan poner a plazos las cosas, no me dejan asegurar una moto, no me dejan ir solo al médico, me dejan ir a mear solo y porque les debe dar asco de verme colgando el pellejo.

(SILENCIO)

– ¿Señorita?

– Emm, sí sí estoy aquí. Bueno, si quiere le llamamos en otro momento que esté usted más tranquilo..

(Se oye un suspiro)

– Bueno, como quiera, aquí estaré… supongo..
Eso si no me llevan a una residencia, que entonces supongo que le contestará mi nieto. Sí, seguro, esto se lo quedará mi nieto.

Qué jodido es envejecer y llegar a cierta edad.
Sobretodo con la mente lúcida.
Porque eres consciente de que cada día que pasa puede ser el último, y lo mismo te hace agradecer lo vivido, que maldecir el saber que morirás más pronto que tarde.
Porque eres consciente de que para muchos eres un estorbo.
Porque la vida avanza a un ritmo que ya no eres capaz de seguir.
Porque tu juventud es como el globo que se le escapó a Gloria Fuertes.
Y la juventud que ves ahora no te ve a ti.

Debe ser jodido.


MARÍA LARGO

Me hago mayor… Me hacen mayor.
En la cola del súper,cuando una adolescente con el pantalón tan corto que casi enseña media nalga ,me dice «señora,se le ha caído ésto»,y me entrega el bote de crema antiarrugas con efecto «lifting» que corriendo entre la compra se coló en mi lista, con la vaga ilusión de que en dos días me arregle las ojeras de los ojos y me quite diez años de encima. ¡Qué digo diez! con quitarme los últimos cinco estaría feliz…

La maternidad es muy bonita, sí. Pero te hace mayor de repente. Las largas noches sin dormir,una tras otra,durante cinco años, son demasiadas. Dos embarazos a cuestas pesan en cada parte de mi cuerpo. En cada nueva estría de mi piel. En cada cana plata que ondea en mi descuidado pelo. Mi corazón se ha ensanchado para quereles a ambos tanto como mis caderas en este tiempo. Parece que no hay vuelta atrás…

Me miro al espejo,cuando con suerte en el día tengo un rato de más de cinco minutos para hacerlo,y cada vez descubro una arruga nueva que me saluda con ilusión. Marcas de expresión las llaman, sí. De la expresión de sorpresa que pones cuando te redescubres ante el cristal y el reflejo muestra una nueva mujer que no conoces.

Aquella con la piel suave,tersa y luminosa dejó de existir, dejando paso a esta «señora». Una señora que añora entre pañales,noches en vela,cuentos,besos y caricias infinitas,pequeñas manitas,achuchones,babas,te quieros sinceros,rabietas,pechos desbordando leche,peluches y dibujos, tener un rato para sentarse a descansar. Leer un buen libro. Ducharse con la puerta cerrada dejando correr el agua tranquilamente por esa espalda dolorida de cargar en brazos a un bebé que sólo se calma así. Añora dormir tan sólo cinco horas seguidas. Salir a cenar,reír con amigas y hablar entre adultos,tener una conversación sin interrupciones o simplemente no hablar de nada. Silencio. Bendito silencio.

Ahora entiendo a aquellas señoras sentadas bajo la sombrilla en la playa,sumergiendo los pies en la caliente arena,mirando al infinito,felices,tranquilas,en paz con su silencio.
Ese silencio interior que traspasa el alma,que cura heridas,que emana paz. Ese silencio de ya pasó todo. Ya vuelves a ser tú,con unos cuantos años más,pero por fin tú.

A los ojos de la joven del Mercadona seré una «señora»,para mí sólo soy una mujer en transición,que está aprendiendo una nueva forma de amar,de vivir,de sentir,de ser. Sigo buscando mi sitio en esta nueva etapa de mi vida,descubriendo nuevas facetas, alcanzando nuevos sueños,aprendiendo a respirar de nuevo. No es fácil… No,no lo es.

Encuentro estos minutos miserables para hacer pequeñas cosas que me gustan,como escribir este desordenado texto mientras juego con mi hija a las peluqueras y tengo la cara llena de de pegatinas. A veces mi vida es ésto,una niña jugando con otra , con un alma de adolescente,un cuerpo de mujer y una apariencia de»señora».

Recojo mi carro de la compra y veo a la salida un paquete en el suelo. Al lado hay a una mujer mayor,con el pelo totalmente blanco y le digo:
«Perdone, señora,se le ha caído ésto,creo». Y ella,perpleja, se da la vuelta y me dice con una arrugada y tierna sonrisa :» Gracias,pero no me llames señora,que no soy tan mayor,hija»

Camino a casa voy pensando…Supongo que la edad se lleva por dentro,y la carcasa de fuera no nos corresponde nunca.

Siempre seremos jóvenes si así nos sentimos. Siempre seremos eternos si así lo creemos,siempre seremos niños si por dentro nunca crecemos…


DAVID GUTIÉRREZ

Pasan los años y vuelvo a escribir chorradas trascendentales, me posee el multiverso y con su remolino imparable, inconsistente e imposible me pegó un colocón y me tiro de cabeza, doble mortal, pirueta y turbo tanga marcando todo lo marcable. Mil setecientas veintitrés canas y una pelusilla antes, aterrizo de cabeza en el agua clorada con golpetazo de agua en el paquete, pero en general, con bastante dignidad a pesar de las disputas del jurado, los 1 y los 9 se alternan con cadenas, navajas, porras y el número de habitación del bueno de Zapp «la voz aterciopelada». Parece que no va a haber premio tampoco esta vez, tampoco es para tanto, ya me he acostumbrado a no cobrar y a engañar a los uniformes vistiendo otro uniforme, nada nuevo bajo el sol.

Pero esta movida cósmico sideral de bola de hilo de lana con la que juega la gata es una putada, me hago jóven y me da en las amplias narices que las cosas no estaban diseñadas para ir así, que no eres tú, soy yo, o puede que no, que sí que seas tú, que eres un poquito gilipollas, váyase usted a saber.

Porque eso es lo jodido de hacerse jóven, que no tiene nada que ver con maratones desenfrenadas de sexo y música chustera, sino con no saber todo aquello que si sabía cuándo era más viejo, que era todo, a tener que reaprender lo sabido pero de forma distinta, a vivir en el mundo y a morir cuando esté muere, que es mucho más a menudo de lo que pensaba cuando pintaba melena de un solo color y granos de soberbia.

Me hago jóven y amo, amo mucho, amo todo el tiempo, amo tanto que Juan Luis Guerra se está empezando a cargar en mis muertos, atras quedaron los viejos tiempos de ser viejo e ir de vivido duro e interesante, amo, joder, y duele, sienta bien.

Me hago jóven y tiene hasta su puntillo lo de sonreír en las fotografías. Vaya cara de imbécil que me puedo llegar a marcar.

Me hago jóven la xenofobia me suena a instrumento musical solo apto para frikazos de la peor calaña, de los que se pintan cicatrices con ketchup para llamar la atención, aunque tengo que reconocer que los alemanes me siguen pareciendo doceañeros sonrosados en cuerpos de adultos regordetes -not all Germans, I know-how

Me hago jóven y no sé que es un curro fijo ni la estabilidad vital, ni soy capaz de vislumbrar un futuro dónde lo sepa, de todo se sale menos de la precariedad, ya tu sabe.

En fin, que me enrollo, que me voy haciendo joven y ando perdido y no encuentro mi cabina de teléfono y como te dio por charlar, charlado quedas. Agur.


MARÍA DAVID

Érase una vez,en un sitio repleto de cerezos imponentes,cuyas flores pueriles bailaban pérdidas en un juego cautivador de viento y polvo,un viejo que vivía aislado del resto de los humanos.Había solo una casa obsoleta en esa pradera de tréboles,rodeada de inmortales robles, de flores multicolores,bajo un silencio absoluto qué quizás venía interrumpido por el zumbido de algunas abejas impacientes en su búsqueda agotadora de un polen dulce y perfumado que saciará su sed incontenible y áspera.
Telas invasoras de arañas cubrían las ventanas inmensas y polvorientas,brazos verdes de hiedra rodeaban la estructura rígida y antigua de una casa perdida en los enlaces ciegos del imperdonable tiempo.Venas negras de hormigas penetraban el atrio izquierdo de la casa,haciéndose camino entre las estructuras putrefactas del suelo de madera que yacía afueras de la casa hasta llegar en el salón y desde allí buscándose refugio en una chimenea qué se veía que ya no se utilizaba desde ya hace mucho tiempo.Un antiguo disco de Dmitri Shostakovich llenaba,con sonidos de risueño de un olvidado y imponente valse,el salón enorme que se parecía más a una biblioteca griega inmensa,completa,con libros de diferentes tamaños y diferentes idiomas,una biblioteca universal que quizás escondiera verdades vitales a propósito,piezas esenciales que faltaban para completar un puzzle existencial de la humanidad en sí.Si nos pondríamos a contar la cantidad de los libros que se hallan sobre estas estanterías llenas de polvo,pero bien categorizadas,nos perderíamos en una infinidad de números y fallos intentos en descubrir el verdadero número de esos libros.Nombres de escritores inmortales relucían sobre una infinidad de libros,brillaban como las estrellas en una noche insólita de verano.Bucowsky,Dostoievski,Edgar Alan Poe,Gabriel García Márquez y otras estrellas inmortales esperaban impacientes a sus hambrientos lectores,pero las manos oseondas ,con la piel amarillenta y un poco seca,cogieron,de entre todos esos libros geniales,un libro infantil:»La abejita «.Una voz tenua y caliente empezó a oírse trepidamente:»Érase una vez una abejita que tenía a su mamá muy enferma,sentada en la cama y casi inconsciente.
-¡Mamá,despierta!-le dice la abejita a su mamá.
Y entonces,su mamá abrió sus ojitos y le dijo a la abejita:
-Necesito una flor azul,especial que brilla al anochecer y que se encuentra muy lejos a las fronteras con el otro reino.
La abejita le dice a su mamá:
-¡No te preocupes,mamá! ¡Yo encontraré esa flor para ti y pronto te pondrás bien!
Dicho y hecho,la abejita cogio una mochila y la lleno de comida y agua,y empezó su viaje en búsqueda de la flor azul.
En su camino se encuentra con un erizo que llevaba sobre sus espinillas agudas una gran manzana roja y la abejita le preguntó:
-¿Erizo,erizo,tú sabes dónde puedo encontrar una flor azul,especial que brilla al anochecer?
-Lo siento,abejita,pero yo nunca vi una flor tan especial que brilla al anochecer.
La abejita decepcionada,siguió con su camino y un poco cansada,trató de descansar sobre una flor blanca,cuando de pronto vio una hormiguita:
-¿Hormiguita,hormiguita,tú sabes dónde puedo encontrar una flor azul,especial y que brilla al anochecer?
-¡Lo siento,pero la verdad es que yo no vi nunca tal flor!,pero conozco a alguien que quizás pueda saberlo.Un poquito más lejos de aquí,hay una ardilla aventurera que conoce todos los rincones de este reino y,seguramente,ella sabrá de la existencia de esa insólita flor.
La abejita empezó a volar,siguiendo a la hormiguita hasta que llegaron a una casita que se hallaba dentro de un árbol y empezaron a llamarla:
-¿Ardilla,ardilla estás?
Y entonces de ese agujero salió una ardilla que les miraba maravillada:
-¿Que es lo que os traen por aquí?
La abejita le contestó un poco desilusionada:
-¿Has visto,alguna vez,una flor azul especial y que brilla al anochecer?
-Puede ser…le contestó la ardilla pensativa.
-¿Puedo saber porqué estás interesada en esa flor?-le preguntó la ardilla a la abejita.
La abejita empezó a llorar y,sin mirar a la ardilla,le dijo:
-Mi mamá está enferma,en la cama,y solo el polen de esa flor azul,especial y que brilla al anochecer puede curarla-la abejita desolada,desanimada miraba la tierra,ya no tenía más fuerzas tan ni siquiera para mirar a la ardilla.
-¡No te preocupes,mi dulce abejita!-le dijo la ardilla,con una voz suave,a la abejita.
-¡Esperadme aquí,en mi casita,pronto os traeré esa flor!
Pasaron unos minutos y la ardilla volvió con esa flor azul,especial y que brilla al anochecer,la pone en la mochila de la abejita,que ahora estaba más eufórica que nunca,y le prometió acompañarla hasta su casa.Así que la hormiguita,la ardilla y la abejita emprendieron su camino y llegaron a la casa de la abejita.
-¡Mamá,aquí tienes lo que me has pedido!,pero su mamá,ya no se movía,así que la ardilla cogio con una cuchara un poco de ese polen y se lo puse en la boca de la mamá abeja.
En cuanto el polen mágico tocó el paladar de su boca,la mamá abeja prendió fuerzas y se levantó de la cama.Parecia,ahora,muy joven y de echo si que lo era y todo por ese polen tan especial.
La mamá abeja dio las gracias a la hormiguita y a la ardilla y les invitó a un gran festín,diciéndoles qué si querían quedarse en su castillo,podrían quedarse para siempre.
La ardilla y la hormiguita decidieron quedarse,para siempre,en el castillo y vivieron todos,juntos,felices.»
Un par de polillas se divertían disfrutando de la última hoja de este cuento infantil y,entonces,el viejo resolvió:<<Mamá,ya hace mucho tiempo que no oigo tú voz suave,no siento más tus caricias interminables,no veo más tú sonrisa contagiosa,no oigo más tus consejos sabios,tú latido acelerado del corazón cuando me abrazabas a tu pecho-¡Ya,ya soy mayor,pero solo por fuera,ya que en mí interior siempre quedará ese niño rebelde,que nunca envejecerá!
-Si supiera que en este mundo hay un tal flor azul,especial y que brilla al anochecer,tan poderosa que pueda rejuvenecer mi cuerpo,me pondría en marcha en seguida,pero sé qué eso es solo una fantasía.
-¡Tic,Tac,Tic,Tac,el reloj nunca para,cómo tampoco el proceso de envejecimiento de cada criatura qué yace en la Tierra!-Todo envejece,todos se hacen «mayores»,pero aunque sí ciertas personas llegan a una cierta edad avanzada,se siente como si fuera un niño atrapado en un cuerpo viejo.
-¿Pero qué significa ser mayor?…Robotizar tú mente,dejando de un lado tú corazón,actuar como una criatura idiota y superficial,olvidarnos del niño que llevamos dentro y ¿para que?La gente siempre chichoteara atrás tuya,siempre tendrá qué decir algo sobre ti y entonces ¿porqué tenemos qué conformarnos con estas leyes sociales mediocres?
-¡Soy antisocial!,me he aislado en esta pradera de tréboles magnífica,con el fin de proteger al niño que llevo dentro y que me hace sentir vivo,feliz,igual que lo estuve cuando era un niño pequeño de verdad.
Cerró el libro,lo puso sobre la estantería y mirando a las hormigas qué se dirigían hacía la chimenea,dijo:
«-¿Hormiga,hormiguita,tú sabes dónde puedo encontrar una flor azul,especial y que brilla al anochecer?»


JOSÉ MANUEL PORRAS ESCOBAR

Game Over

Ya. Ya puedo sentirlo: la pantalla final está cerca. Las temidas y decepcionantes letras, que dan al traste con todo, están tan sólo a un paso de distancia: game over. Ya casi veo su cegador resplandor.

Cada día lo confirmo más. Cada vez que escucho a las nuevas generaciones, siento horror y pena al mismo tiempo.¿Qué es eso de realidad virtual? Para mí, la realidad es la que ven mis ojos: bits, colores, formas de todo tipo y fantasía; mucha fantasía. Seré un purista, un carca, un viejales y todo lo que quieras, pero en mi disco duro hay recuerdos digitales imborrables, experiencias inestimables y mundos inverosímiles que tú pagarías por tener. Y es que tú no sabes quién he sido, ¿no?

Un caballero, un soldado, un cazador y hasta un fontanero. Todo eso he sido. Todo ello con un medallero repleto, permíteme fardar de ello. Mis innumerables horas de juego, mi inquebrantable concentración, mi incesante esfuerzo en cada mundo y mi experiencia acumulada a lo largo de los años han hecho que mis logros sean numerosos y distinguidos, han hecho que sea más fuerte, más veterano y hasta más sibarita con mis elecciones si cabe.

Y es que no lo voy a negar, no. Llegar hasta aquí no ha sido nada fácil. Me he caído por el abismo más espeluznante, he caminado hasta que mis piernas flaqueaban, me he adentrado en los confines más terroríficos y he luchado con enemigos y monstruos de todo credo, raza y condición. Si mi primer nombre es héroe, mi apellido debería ser dificultad. Dificultades que me han hecho ser lo que soy hoy. Dificultades llenas de valor práctico para aplicar en cada nueva aventura. Así se curte el guerrero, así se curte el gamer. Nunca escuches a quien diga lo contrario; no te dejes engañar. Soy consciente de que los atajos son tentadores, y de que hay mucho infiltrado que se autoproclama gamer. Pero créeme, ellos no valen nada. El juego no vale de nada si te quedas en tu castillo, en tu palacio o en tu complejo militar; hay que salir ahí fuera, probando, fallando, aprendiendo, ganando y hasta muriendo si es preciso para conseguir aquello que tienes presente día y noche en tu panel de objetivos. Así lo he hecho y así lo seguiré haciendo hasta el último escenario.

Pero nunca te aísles, te lo digo por experiencia. Yo he intentado ser un lobo solitario, un rebelde sin causa, un espíritu indomable en muchas partidas, y, en todas ellas, el resultado ha sido siempre el mismo: fracaso. Asegúrate siempre de tener un buen amigo cerca que te anime cuando te hayas equivocado de camino, ampárate en tu hermano mayor para que te dé aliento antes de enfrentarte al monstruo final, acompáñate de un buen aliado que te guíe en la sombra y ayúdate de las extrañas criaturas que te aconsejarán en tu periplo. No caigas en el mismo error que yo cometí al principio; no desperdicies tus puntos de experiencia. Pero no sólo lo hagas por ti, también hazlo por ellos. Comparte tu experiencia, escúchalos y acompáñalos si es preciso. Disfruta estando con ellos. En tu mano está evitar que te pase lo mismo. Juega con cabeza.

Pero, sobre todo, hazlo con corazón. No te olvides que la pasión es la energía que inicia la aventura; no ignores tus sentimientos: asústate como si te persiguiera un zombi, alégrate como cuando matas al enemigo final, llora como si tu amada fuera raptada por un ser malvado y ríe como cuando tu compañero te cuenta el mejor chiste del mundo. Siente. Déjate emocionar por las circunstancias. Exprésate. Juega libremente.

Ahora que veo cómo la luz de mi dispositivo se va apagando, me doy cuenta de que el registro de todas mis partidas, de la primera a la última, ha ido siempre en aumento en su puntuación final. A eso se le llama evolución, yo le llamo progreso y tú le tienes que llamar futuro. Descárgate los hacks que te he mencionado y no te desvíes de la trayectoria. Mucho me temo que ya no habrá suficiente corriente en la tierra para que me vuelva a conectar a la partida. Mi preciado joystick estará en tu haber en breve, y eso sólo puede significar una cosa: tu partida está a punto de comenzar.


LAURA MERCEDES

LUZ DE AGOSTO Todos los años llega la época en que me preparo para deshojar retazos de mi piel gastada y así recibir una nueva capa fértil a través de la cual respirar más suave, más puro el aire. Un nuevo respirar me cumplirá los sueños y otro nacimiento –uno más de todos los que aún me faltan transitar- sucederá inapelable. Días atrás el cuerpo me sacudió los miedos y en esa sudestada volaron algunas nubes que acechaban cubriendo la luz. Los huesos cubiertos de sal comenzaron a sanar(me) muy despacio desde adentro. La piel sumergida en ese océano de luz comenzó el proceso de deshoje. Y es que, claro, el otoño partió sigiloso entrelazando sus pasos con los del invierno que se apersonó con cruda vehemencia. Los meses vencidos, archivados al fin del verano me dejaron el amargo de una fruta sosa y sin expresión y casi me convierto en algo similar. Pero mis treinta y tres agostos no me lo permiten por más que lleve peso en los pies. En la era de la inmediatez olvidé y recordé cosas. Olvidé mi propósito de sanar y evolucionar, aunque eso fue temporal. Olvidé, por un instante, toda la vitalidad que me esperaba desde siempre al otro lado de las quejas involuntarias y absurdas. Olvidé que soy humana y errar me hace perfecta, que el dolor no es sinónimo de debilidad sino de grandeza porque sentir me permite renovarme. Que está bien a veces caerse para recuperar fuerzas y continuar el camino sin ese peso que me abrazaba los talones. Me supe vulnerable y no me agradé. Y no me acepté. Pero cuando recordé es que me reencontré conmigo y me gusté otra vez, más que antes. Porque un cuerpo físico no te califica, porque la estatura no define a mi corazón, que a diferencia del envase resulta un océano de lunas por girar. Cuando me-recordé-me-comprendí-me-acepté. Hoy llevo lágrimas insulsas secas archivadas en recuerdos, papeles de historias con la tinta borrosa y cicatrices apenas imperceptibles que a lo sumo vibran al pasar el recuerdo por los ojos. Hoy cargo con las mochilas de mis propias cargas y estoy aprendiendo a soltarlas antes de sentir el cansancio del peso sobre la espalda. Y moldeo esa nueva piel constante que estoy mudando, liberando sensaciones permanentemente. Hoy agosto ya no resulta incómodo porque lo incómodo no es más que una muestra de lo que debe partir. Hoy agosto, como hace unos años ya, significa renacer, evolucionar, aceptar, permitir, suceder. A veces lucho con lo que no es o no puedo, lucho más de lo que quisiera pero me vence la energía leonina fuerte e ineludible que me habita la sangre. Pero ese camino deberé recorrerlo de por vida; el de aprender a gestionar mis limitaciones. Hoy agosto me refleja (toda) la luz que me estuve guardando inconsciente y me nacieron flores perfumadas con el aroma del ciclo de la vida, que nace-muere-renace-muta incesante e infatigable. Hoy agosto me salió el sol; la lluvia incesante parecía no querer secarse pero hoy comprendo que fuera vital para mirar este nuevo amanecer. Necesario absorber todo ese sol de invierno que me acompaña desde la primera vez que mis ojos se abrieron a la vida. Agosto me habla de volver a nacer, una y otra vez para continuar el proceso de mis pies inciertos y libres. Agosto es volver a mi esencia y ser luz para no apagar mis sentidos. Agosto, siempre agosto. Seré mi propia luz encendida y transitaré tantas oscuridades como necesite para volverme más luminosa. Porque aceptar las caídas permite volver a levantarse para retomar el vuelo sin peso en las alas.


NANE NINONÁ

hacerse mayor… O sea, viejo, eufemismos los justos.

Huele a hierba, a humo de cigarro. Se escuchan grillos y el rumor del río. Brisa suave, noches cálidas. Y en mi mente: veranos de juego, bicicleta, baños, río y piscina. Tertulias nocturnas sobre lo jodido que está el mundo y nuestras muchas ideas brillantes. Sueños. Paseos sin rumbo, noches de fiesta, sidra y vestidos de tirantes. Mariposas y estrellas fugaces. Miradas y descubrimientos. Pieles morenas, carnes prietas y cada cosa en su sitio. Delirios psicotrópicos y risas al borde de la asfixia.

Respiro, huelo de nuevo. Cenas repletas de charlas, amistades que prometían eternidades, declaraciones de amor selladas en silencio sobre innumerables vasos de chupito. Resacas en la playa, sol.

Una última calada, el trago que queda de cerveza. Miro el reloj. Huelo la noche una última vez… mierda, mañana tengo que vaciar el contenedor. Me voy a la cama, quizá lea algo, quizá no… me cago en mi vida, cuándo ha sido esto de hacerme tan mayor?


DIL DARAH

Como.
Duermo.
Pienso. Entiendo que existo. Velas de cumpleaños. Lágrimas de felicidad. Olor a leche y canela.
Me hago mayor!

Como.
Duermo. Trabajo. Duermo. Trabajo. Estudio. Colegas. Noches de estrellas y bibliotecas. Noches perdidas. Trabajo. Duermo. No estudio. Ni trabajo. Noches perdidas.
No entiendo por qué existo.
Me siento mayor .

No como. Dormir tampoco. Trabajo. Trabajo. Citas interminables. Trabajo. Velas de boda. Noches interminables. Olor a candela. Niños. Leche. Trabajo. Cómo. Cuándo. Trabajo. Existo porque entiendo que he de hacerlo.
Soy mayor.

Como. Duermo.Como. Duermo. Lecturas trabajosas. Me gustaría levantarme. Nietos.Hijas.Silencio. Flores. Sueños. Entiendo que no hay que entender. Velas. Lágrimas. Olor a incienso y tierra mojada.
Era mayor.


SILVIA TRAMOYERES

Ya no soy tan joven después de todo y aún así me cuesta hacerme a la idea , echo tanto de menos aquella época !!…
Había quedado para salir aquella noche , hacia años que no lo hacia , no estaba segura de que música se escucharía ahora en las discotecas .
Y la ropa ? Puff ya no tenía el mismo cuerpo que hace 10 años , no me gustaba nada como me veía ahora en el espejo después de haber parido 2 veces , aún así no me iba a venir abajo , un poco de maquillaje , unos tacones y lista .
Fuimos al sitio de moda , todos eran bastante más jóvenes , tenía la impresión de que destacabamos en exceso .
Decidí beber para quitarme de la cabeza todas esas impresiones , iba a pasármelo bien no a lamentarme .
Después de unos cubatas y unos chupitos , conseguí relajarme y bailar como una loca poseída toda la noche .
A la mañana siguiente me desperté con un dolor impresionante de cabeza y con ganas de vomitar .
Puff desde luego las resacas tampoco eran como antaño que en unas horas estaba ya bien. Y lo peor era que tenía que recoger a los niños a mediodía y no estaba segura de poder….
Prometido ya no iba a volver a repetir me dije a mí misma , pero obviamente me engañaba yo sola.


LUISA VÁZQUEZ

Sigo siendo joven. Quiero agarrarme a esa idea por mucho que hayan infinidad de cosas del día a día que me digan lo contrario.
Me he vuelto más lenta. Aquella fuerza que siempre me acompañó y que me ayudaba a escalar los muros de las dificultades por muy altos que fueran, me han abandonado. Sigo adelante, no queda más remedio, pero ahora tengo que tirar de fuerza de voluntad y amor propio.
El día a día, muchas veces, se convierte en un camino arduo que acabo transitando por costumbre. Con la rutina de un pie delante del otro, paso a paso cada vez más despacio, cada vez más inapetente, cada vez más desilusionada.
Las prioridades han cambiado para mi de una manera sustancial. Adopto viejos hábitos abandonados hace tiempo, como una especie de inicio de regresión lento pero imparable.
Quiero pensar que sigo teniendo aquella mentalidad abierta de la que me enorgullecía en mi juventud, pero la verdad es que cada vez utilizo más la consabida frase de “los jóvenes de hoy…”.
Mi cuerpo a empezado a fallarme demasiado pronto dificultando, más si cabe, las obligaciones que todavía me quedan por cumplir. Supongo que toda una vida de exigirle más de lo que podía dar acaba pasando factura. Ahora ya me pone barreras, no me responde, me hace parar cuando necesito seguir porque las exigencias siguen siendo las mismas.
Y diréis ¿tiene algo de bueno esto de envejecer?. Cada uno lo aprecia de una manera.
Yo, siento mi alma más ligera porque me han abandonado pesos que me anclaban. He ido abriendo la mochila que llevo a la espalda y tirando al borde del camino complejos absurdos, vergüenzas que te lastran, preocupaciones que se han vuelto insignificantes, apegos materiales que han dejado de tener sentido.
Mientras algunos de mis sentidos se han quedado igual, otros, por el contrario, se han agudizado de manera extraordinaria. La intuición, el conocimiento, la experiencia…a veces son más grandes que yo misma.
En esa misma mochila tengo un hueco reservado para todos los seres queridos que he perdido. Creo que me he quedado sola demasiado pronto pero ellos me siguen acompañando siempre. Están en mi pensamiento en cada momento. Y, ahora, me tranquiliza el convencimiento de que me quedan pocos momentos duros de superar perdidas. La Naturaleza debe portarse bien y no quitarme a nadie más que, a los que por edad, les corresponde irse.
Por tanto, cada día camino más aislada. Pero disfruto de ese aislamiento porque también es una ausencia de sufrimiento por la gente que quiero.
Y esa misma soledad me obliga a convivir conmigo y me descubro, me conozco, me sorprendo cada vez un poco más.
En fin, que la vida son etapas y yo he iniciado el camino de la vejez. Espero que sea largo y fructífero.


FLAVIO MURACA

Noche de Neon

«El hombre cree convincentemente que se lleva la vida por delante, tristemente se da cuenta tarde, que es la vida la que se lo lleva por delante a el»

La noche se precipito sobre la memoria fragil de augusto quien habia terminado de cenar y se predisponia a lavar los platos sucios y los demás cacharros que dejo la comida.
Entonces recordo una canción tan vieja como el tiempo en el que habia sido joven.
La empezó a tararear pero los laberintos que atravesaban su mente no le permitian acercarse al nombre ni mucho menos de quien la cantaba.
Luego de un rato se puso fastidioso, de tal manera se encolerizo que largo todo lo que estaba haciendo y se fue al balcon a fumar un cigarrillo.
Se prendio el pucho y penso : «consuelo de tonto»
En un instante una imagen fulgarente se adueño de su cabeza, era una mujer la que danzaba incontrolable por la memoria de augusto
¿Pero quien era?
Habia cierta melancolia mezclada con un dejo de tristeza revoloteando en el aire, más se apresuraba en querer averiguar más apremiado se sentia en poder develar aquel ansiado misterio.
«Puta madre»- dijo resongando.
«Puedo estar tan pero tan senil»- bramo con locura.
Casi al punto de ahogarse en la desesperación, un nombre surgio murmurado entre sus labios ajeados.
Podria ser ella tal vez… ¿Sera?
Termino el cigarrillo y se seco la frente con un pañuelo todo rotoso que conservaba de tiempos inmemoriales.
Envalentonado fue hasta la habitación donde guardaba todas las cosas viejas que el consideraba indispensable para reconocer lo que iba olvidando por el camino.
Abrio el baul, que en su caso si seria el de los recuerdos.
Lo revolvio y lo revolvio apesadumbrado por no poder encontrar esa puta cosa que le pudiera devolver la cordura que habia perdido hacia minutos por no descubrir de que canción se trataba…
¿Tendre que llamar una estación de radio de oldies y preguntar?- dijo en voz alta
Y que carajo voy a hacer cuando me pregunten, ¿Tararearles la canción a ellos también?
¡Se me van a cagar de risa en la cara y me van a decir viejo senil adelante de millones de oyentes!
Necesito más tabaco en mis venas para enfocarme y pensar con claridad- pensó él-.
La cuestión es que entre dimes y diretes se encontro monologuiando solo frente al espejo mientras bufaba el humo del cigarillo por todos sus orificios.
Gruñia y maldecia por lo senil que se sentia, era una clara señal de su incipiente decrepitud.
Como un relampago, una imagen fantasmagorica serpenteo por lo que antes se suponia era su memoria… flashes y flashes lo inundaron.
«Ah, si… oh si, si si si…
Eras vos, dulce Amanda, era tu canción, aquella que te dedique cuando te perdí».
Augusto se fue acercando hasta la heladera, vertiginosamente empuño una botella de champagne y dos copas en honor a ella quien de la nada se le había presentado en forma de recuerdo.
Se sento en la mesa y sirvio hasta el tope las dos copas como esperando que ella la tomara.
Encendio el tocadisco y la musica comenzo a amenizar el ambiente.
Augusto dirigio la mirada hacia la silla que tenia enfrente y dijo en voz alta: » Brindo por vos Amanda, que aún serias mía si aquel dia no te hubieses querido ir».
Los ojos de él vigorosamente reposando sobre la cabeza cercenada de Amanda que yacia reponsadando en la mesa, una sonrisa macabra se dibujo entre las comisuras de sus labios y un gesto adusto lo devolvio a la realidad.
Augusto habia perdido la memoria, pero el instinto salvaje de un psicopata asesino todavia brotaba por el torrente sanguineo.
Beso apasaionadamente a Amanda y el frio helado putrefacto le hizo acordar de la canción.
«Everybodys talkin’ de cowboy de medianoche»- grito extasiado-.
Y se puso a bailar mientras la silbaba contento… murmurando : «Aun no estoy senil».


REBECA FS

Trabalenguas
De la dependencia a la independencia hay una ciencia,
de la independencia a la dependencia hay una incosciencia.


ROCÍO ROMERO GARCÍA

YO, YO MISMA Y EL TIEMPO.

Siempre he creído que para encontrarte y saber quién eres tienes que meditar en un lugar sereno y tranquilo.
Una mañaname levanté y puse en práctica ese pensamiento. Dejé todas mis pertenencias, pedí un taxi y le dije el destino al conductor.
Pasaron unas cuantas horaspero al final llegué.
Me bajé del taxi y contemple el paisaje, el prado verde y solitario.
Decidí descalzarme y pisar la hierba fresca. Me senté con las piernas cruzadas y cerré los ojos.
Recordé todo lo que había hecho: los gestos, las palabras… Recordé mi primer paso, mi primera palabra, mi primer día de colegio…
Recordé todos mis logros, mis penas y dolores. Recordé a cada ser querido.
Y me recordé a mí misma.
Recordé a una chica alegre y risueña, insegura pero fuerte.
Abrí los ojos y vi las hojas de los árboles caer.
Miré mis manos, ancianas y cansadas.
Mi pelo, canoso y gris.
Contemplé el paso del tiempo y me dí cuenta de lo más importante: yo, yo misma y el tiempo


FUEN CALDERÓN ROMEO

ME ESTOY HACIENDO MAYOR. Este es el mejor momento del día. Toda la casa está en silencio. Todos duermen. Con los años he aprendido a disfrutar de estos momentos de soledad, de silencio, de paz. A estas alturas de mi vida no quiero grandes cosas ni espero grandes cosas de la vida. Si acaso poder irme a la cama a descansar con la sensación de tener la conciencia tranquila. Me ha costado mucho llegar a este punto. Siempre me exigía mucho a mi misma y los demás se acostumbraron a recibirlo todo de mi y terminé cansada, exhausta. Comprendí que nada era suficiente para ellos, siempre esperaban más porque yo les había acostumbrado a darlo todo. Entendí que era un camino equivocado cuando en momentos muy difíciles de mi vida me di cuenta de que no estaba recibiendo de los demás lo que yo hubiera estado dispuesta a hacer por ellos. Y llegué a sentirme muy sola a pesar de estar rodeada de gente. Y supe que tenía dos opciones: amargarme o empezar a quererme y priorizar mis necesidades por encima de las necesidades de otros y que es mejor tener a tu lado calidad de amigos, no cantidad. Se llama madurez. Descubrí las bondades de tener una memoria «selectiva» que me ayuda a recordar sólo aquello que quiero recordar y que los malos momentos con el paso del tiempo se diluyen y te queda lo que has aprendido con ellos. Comprendí que es mejor no esperar nada, que las cosas dependen de cómo te las tomes, que la felicidad depende de uno mismo y de nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios.
Sí. Me estoy haciendo mayor. Y soy más consciente que nunca de lo efímero de un instante. De que la vida son momentos. Y cuando llega la noche me siento en la soledad de mi casa y escucho la respiración plácida de mis hijos y el silencio… Cojo un buen libro y me zambullo de lleno en la historia. O pongo un poco de música, esa música que en realidad son sensaciones , momentos, personas, recuerdos…
No sé cuánto tiempo me queda. Pero lo que sí sé es que sea el tiempo que sea quiero vivirlo intensamente. No quiero dejar que mis problemas me ahoguen porque nada dura eternamente y mañana será otro día. Y sonrio por el simple hecho de estar viva. Sí, me estoy haciendo mayor.


LUISA ROJAS

Cuando de repente llega ese momento donde, el tipo de música roquera. que me gustaba siempre, ya no me hace sentir esa misma emocion. Y me dan esos tan raros deseos de una mas calmada como jaz o instrumental, cuando ya no tengo esa misma capacidad de correr, saltar , subirme a los árboles y gritar tan fuerte. Como antes, en lugar de eso, areglo mi jardin, saco a pasear a el perro, y observó la tele. Cuando llego el dia en que, mis deseos, pensamientos y sueños. Ya no eran los mismos de antes, cómo ir a fiestas , tener el novio mas lindo, viajar por todo el mundo. Y ahora en vez de eso, me llegan esos deseos de visitar mis raíces, ya no pienso en tener al chico mas lindo si no a una persona que me valore, ni mucho menos de salir a fiestas con personas que se critican entre si. Cuando observó que ya no soy una chiquilla malcriada y testaruda. Que solo piensa en si misma. Si no que ahora trata de ser mejor persona, he a prendido, que todos merecemos ser tratados cn respeto, y amor. Me doi cuenta que me hago mayor.


PATRICIA JT

No me quedó otra.
Mi forma de vida cambió justo al cumplir los 35 años.
Mis sueños siempre han sido ser feliz y poder darle a mis hijas la mejor de mis sonrisas.
El lunes que viene hará 5 meses que mi sonrisa cambió. Ya no es como la de la foto, ni siquiera parecida.
Desgraciadamente para mí 5 meses me han hecho madurar 25 años.
Pero después de todo, he decidido vivir. Y no de cualquier forma no. Vivir como una hija me enseñó durante un corto año. Porque por ella merece la pena y porque se lo debo a su hermana.
No será seguramente mañana ni pasado.
Cuando la vida te da tan fuerte te das cuenta realmente de lo que es la vida.
Vive antes de que sea tarde o de que la vida te de fuerte ❤️
Por ti Paula…


TOÑI TORO OLMO

Hasta ahora, aunque tengo una edad, me he sentido joven muy joven. Sin embargo pasas por trances en la vida que te la cambian y te la vuelven del revés. Algo inesperado que no piensas ni por un momento que te pueda suceder a ti. Y todo se vuelve de otro color. Es como si el tiempo ahora fuese más lento, como si no mereciera la pena correr, porque ya no te interesa la meta.
Ni siquiera te enfadas, porque no ves que sea nada lo suficientemente importante como para perder el tiempo con un enfado.
Cuando somos jóvenes y no tan jóvenes le damos mucha importancia a cosas materiales, y hay que pensar que todo es un préstamo. Nacemos desnudos, sin nada y nos vamos igual. Todo se queda aquí. Ahora que han pasado 61 años desde que nací, sé que lo importante que es la familia y el tiempo ( bueno lo de la familia lo tuve siempre claro). Pero el valor del tiempo lo entendí ahora, yo me pasé la vida corriendo…para qué ?
Cuando quieres dedicar tu tiempo, algunos ya no están y otros no lo tienen para ti, y cuando quieran dedicártelo a ti seguramente tú ya no estarás…


GABRIELA MOTTA

«Lo único que no se detiene es el paso del tiempo», siempre decía mi abuela.
Yo la escuchaba, aunque no comprendía con exactitud, era una niña, y para mí el tiempo era infinito. Cuando llegué a este mundo ella ya formaba parte de el, me hizo sentir acogida y me acostumbré a tenerla, paso a ser parte de mí como los sonidos, los aromas, el viento. Nunca se me había ocurrido, que ella, podría algún día no estar. Fui creciendo y reafirmando la idea de que mi mundo era perfecto, y que, todo estaba en su lugar.
Hasta que un día, me desperté y eso había cambiado, por alguna razón, que aún no podía comprender, la abuela se había ido. Me explicaron que ella había muerto, que su tiempo se había terminado porque ya estaba muy “viejita”(palabra cariñosa que utilizaban en la familia para nombrarla).
Esa fue la primera vez que recuerdo haberme sentido mayor, por un instante alguien logró sacarme la idea de que la vida era infinita, la sensación fue como si me hubiesen dado una bofetada, obligándome a comprender el significado de aquella frase que la abuela siempre repetía.
Hoy, ya no soy esa niña, y comienzo a sentir que el tiempo no es infinito, e inconscientemente la idea de ir haciéndome mayor empieza a revolotear por mis pensamientos. No porque se me vaya agotando el tiempo, sino porque aún permanecen en mi memoria, sus palabras y su expresión reflexiva al pronunciarlas. Recién ahora, cuando mi madurez, me permite admitir que el tiempo no es infinito, es cuando sus palabras cobran aún más sentido, logrando imitar por momentos su misma expresión, esa expresión que solo te da la experiencia.


ROBERTO MORENO CALVO

«Mañana tal vez no exista»
Tales palabras hicieron su vida añicos y oirlas de su boca, vestidas de su voz, no hicieron más que empeorar su estado anímico que cada vez le gritaba más alto ¡Auxilio!

El aspaviento que hizo al ponerse el bolso volcó una de las copas dejando un reguero rojo sobre el mantel. Se fue sin decir nada.
Juan se quedó sentado mirando a la nada, ordenando sus pensamientos, buscando cual de ellos había pasado por alto para que Laura reaccionase así.

Hacía apenas una semana que se había hecho las pruebas y ahí estaba frente al doctor – Estamos ante una disfunción cerebral preocupante. Sabemos a donde llegará pero no cuanto tardará… – las demás palabras se evaporaban en el aire. El doctor, consciente de la situación, decidió parar su diagnóstico. El tic tac del reloj invadía la sala. Al final Juan pudo articular una palabas – ¡40 años! Sólo tengo 40 años. ¿Cómo puede ser? –
– No se preocupe Juan, vamos a hacer todo lo posible, todo lo que esté en nuestras manos. Y lo primero de todo es no perder el ánimo y ponernos cuanto antes con las pruebas.
– Ahora mismo no puedo pensar. Bueno, y luego a saber – se dió cuenta de lo dicho y decidió pedir al doctor verse mañana.

De regreso a casa prefirió coger la Vía Laietana. Recordar como le resultaba tan inmensa cuando bajaba por ella de la mano de su abuela. Al llegar a la plaza del Ángel le vino el olor de la pastelería La Colmena. Se paró frente al escaparate y vio aquellos borregos de crema que tanto le gustaban.
El recorrido típico de los domingos hoy era excepcional, tenía-quería retener esos recuerdos que muy pronto se le iban a escapar.

Dos visitas más al doctor y dos paseos más por el barrio de su niñez le bastaron para afrontar el futuro y replantearse el presente. Era el momento de ser sincero con Laura. Llevaba tiempo rondándole la idea y no quería que el envejecimiento prematuro de su cerebro le anulase de la verdad.


KAREN ROSADO

El tiempo devalúa todo
(Me estoy haciendo mayor)

Y como convertir el desastre en poesía?, Si cada segundo que pasa es más desconcertante,si cada segundo que pasa me vuelvo menos humana,pues sigue predominando en mi la curiosidad de que siempre hay algo más ahí;en lo vivo ,en lo muerto, en el aire. Esto es como una bitácora de lo más retorcido de mi mente,ya no encuentro el punto neutral de la belleza…si es que alguna vez existió.No entiendo la negación de la mente y el arrojo del alma, aunque parece en estos tiempos no es tan necesario entenderlo,solo dejarlo pasar,en estos tiempos los sentimientos no importan .


GERARDO BOLAÑOS GÓMEZ

Nací en el ombligo de mi patria, y desde entonces no dejo de vivir, como si me fuera la vida en ello, camino por estos suelos con la certeza de que el mundo en que me muevo, sigue siendo un paraíso, y cuando abro de vez en cuando el cajón de los recuerdos en mí memoria, evocó al pasado como si hubiera sido ayer esos espacios en mí vida que tanto disfrute, me lleva a la nostalgia un sabor, o un aroma que se entrega por accidente al eterno por si acaso de mi vida. Mis 33 años representan para mí un consuelo y una preocupación. Veo la vida desde una perspectiva irracional donde ya no se me va la vida con cualquier amor y sin embargo me sigo enamorando de cualquiera, en cualquier lugar, y sigo entregándome a la emoción del sexo ocasional cuando hay oportunidad sin necesidad de entregar el corazón.
He soñado con el cielo y lo he tocado con mis manos, si me muriera hoy, partiría sin pendiente, pues hasta el momento he logrado todo lo que alguna vez me atreví a imaginar. Y sin embargo quiero estar aquí todo el tiempo que me sea posible, en esta parte del universo que me pertenece, viviendo un poco cada vez en donde tenga para bien despertar. Quiero seguir descubriendo esas canas que van saliendo pasientes, sin prisas, tratando de pasar desapercibidas, esas arrugas que ahorita me divierten y después me enojaran, quiero seguir siendo testigo de las vidas que comparten su tiempo conmigo y entender la existencia desde otro punto de vista, quiero seguir ganando la batalla eterna contra el despertador todas las mañanas y enrolarme en ese juego de vivir así por siempre, por la parte de eternidad en que me tengan aquellos que me vivieron y supieron de mi muerte.


MARÍA JT

Antes de hacer una tortilla, pienso meditadamente qué utensilio de madera utilizar para darle la vuelta sin que se me raye la sartén.
El horario de los salidas lo marca mi programa de lavado eco de la lavadora, que aunque es un poco más largo, no consume demasiado.
En este momento de la vida, para poder leer la forma de uso de algún cacharro, tengo que distanciar el papel a medio metro de mi nariz.
Y en el súper, ya no voy metiendo en el carro todo lo que se me mete por lo ojos. Ahora me deleito con los etiquetados, los ingredientes y la calidad-precio.
Definitivamente me he hecho mayor no, lo siguiente.


LUCIDECES ROMUALDO RAMÍREZ

Tengo que deshacerme
del niño
que llevo dentro.

Todos esperan
que lo haga.

Todo está hecho
para que
desaparezca.

Pero no sé
cómo hacerlo.

Supongo que
lo mejor sería
abandonarle
como si fuera
un perro.

Pero ¿qué
clase de persona
podría hacer
algo así?

Me hago mayor,
y tengo que deshacerme
del niño
que llevo dentro,
y no tengo
ni puta idea
de cómo hacerlo.


 

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22 comentarios en «Me siento mayor»

  1. Mi vota esta bien dividio esta semana:
    0,5 para Maria Largo, su descripción de la maternidad me caló muy hondo.
    0,25 para DIL DARAH, porque es excelente!
    0,25 para María JT, las imágenes son tan claras que te invita a releerlo. Muy lindo.

    Responder
  2. Como sólo es un voto, tras pensarlo mucho, el mío va para Ángela. La historia es tremenda y, como buen amante de ellas, no puedo hacer otra cosa que darte la enhorabuena (aunque la de Patricia es tremendamente emotiva)

    Responder
  3. Wao, Wao, wao, esto cada vez es más difícil, y me los bebí todos, no deje nada para después, hoy le dejaré .5 a Gerardo por la frescura que tiene para escribir
    .5 para nane ninona por su emotividad
    Todos son mis favoritos, la verdad es que pensé en muchos pero no quise dividir más el voto.
    Gracias por permitirme leerlos

    Responder
  4. Mi voto está ocasión será para
    Gerardo, por qué sin palabras acomodadas evoca recuerdos que son de todos.
    Y para Mercedes por qué es magia lo que escribe

    Responder

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