Discriminación

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos el tema “Discriminación”. Este ha sido el relato ganador:

EMILY RUIZ

Discriminando al negro y al blanco

Mi padre discriminaba a los negros, los declaraba unos brutos, violadores, por siempre destinados a trabajos de carga o esclavitud; obviamente él era negro. Sin embargo, el destino cumplió su deseo más oscuro, se volvió blanco a punta de vitiligo. Mi madre, por otro lado, discriminaba a los blancos, los consideraba pretenciosos, ridículos, amanerados y ambiciosos. Por supuesto, era blanca de nacimiento, pero a fuerza de solearse terminó como aceituna. No fue raro que se uniesen en matrimonio, en sus momentos de alegría cada uno veía en el otro lo que admiraba y trataba de alabar lo que pretendía ser, así lo odiase; en sus ratos de amargura vilipendiaban lo que le molestaba al otro, así lo amasen. Nadie sabía, ni ellos mismos, la diferencia entre lo que veían en el otro y lo que querían ver; golpeados en su amor propio, amando el espejismo de sus deseos, formaban una pareja maravillosa. En medio de ese torbellino de emociones a flor de piel, después de un encuentro donde se prendían y apagaban las luces, fui concebido. Tras nueve meses de esperanzas y angustias, nací moteado; unos creían que era blanco con manchas negras, otros que era negro con manchas blancas. Mi madre esperaba con ansias el verano para que me broncease. Mi padre el invierno para que me blanquease. Me sentía terriblemente confundido cuando se enorgullecían de sus raíces. A veces aplaudían lo que consideraban mejor en mí, pero siempre tratando de ignorar lo que aborrecían, lo cual me terminaba ofendiendo. En verano, cuando me sentía demasiado oscuro, me tapaba con gorro, lentes, barba, paraguas, guantes, etc. Y lo mismo, pero por el otro lado, en invierno; pasando frío para captar un poco de luz, pues nunca estaba seguro del tono más adecuado. Pero un día vi la solución pasar muy cerca, un grupo de dálmatas jugaban felices en el parque, eran tantos que imaginé que todo el mundo era así, con algo de negro y algo de blanco, desde entonces entendí que no son mis manchas las que incomodan sino las que se llevan a escondidas.

 

VIRGINIA FÁTIMA GONZÁLEZ RACEDO

LOS QUE ESPERAN
Por la promesas incumplidas,
por los sueños rotos.
Por la angustia del presente.
Por un futuro imposible
Por tantas manos vacías
que en el silencio se extienden
Por los jóvenes del Paco
por la miseria inclemente.
Por la niñez que en las calles
perdió su infancia inocente.
Por las espaldas quebradas
por el salario indecente.
Por la falta de respeto,
por el avasallar sus derechos.
Por la maldición que consume
eternamente a mi gente,
desnutrición, ignorancia,
promiscuidad, miseria y hambre.
¡Por ellos te pido Señor,
Tú, nuestro último consuelo!
Te pido por los que esperan
de la cuna a la tumba,
sin tener nunca nada,
pues ni siquiera les dejan
un poquito de esperanza.


TOÑI TORO OLMO

Hoy como sabéis ( por el Chivato de Facebook) es mi cumpleaños; está mañana la he pasado recorriendo parte del hospital Virgen del Rocío, sobretodo el área de Infantil donde a mi nieta de un año, le hacían pruebas de anestesia para una próxima intervención. A mi lado había sentada una niña marroquí con su mamá, la pequeña me miraba tímidamente con unos bellos y grandes ojos negros, iba vestida de forma humilde, me sonreía y miraba a mi nieta, le pregunté su nombre se llama Aida y tiene 6 años. Mi nieta le devolvía la sonrisa, entonces Aida buscó en la mochila de su madre y sacó una cajita muy bonita con un lazo rosa y se la ofreció a mi nieta que jugó con ella, porque al agitarla sonaba lo que había dentro. De pronto la nombró la enfermera, le devolvimos la cajita y busco unas pequeñas muletas en las que se apoyó para poder andar y entró en la consulta. Me quedé pensando quien le negaría la curación o la mejoría a esa pequeña?, tenga la piel más clara o más oscura, o porque haya nacido en otro sitio…


CARLOS PADILLA SANDOVAL

«El quebrar de mis alas»

-Entonces Doc ¿Cómo salí?
– Pues pesas 95 kg, una altura de 185 cm y un porcentaje de grasa de 14%, hijo tienes una condición física envidiable.
– Bueno eh realizado muchos sacrificios Doc y representar a mi Universidad en el equipo de americano es mi sueño desde que entre a la carrera.
-Pues suerte hijo, sabes solo serán seleccionados 30 nuevos jugadores y estoy seguro de que tu estarás dentro.
Las palabras del doctor me llenaron de confianza y alegría, estar en Tigres representando a la Universidad era uno de mis sueños desde niño, desde que mi padre me llevaba a los juegos e inclusive sabiendo que él fue una de las leyendas de la universidad provocaba en mí que mi responsabilidad por estar dentro del equipo fuera mayor.
Al vivir en México donde el futbol americano no tiene ninguna liga profesional, el simple hecho de representar al equipo de tu universidad es el mayor logro para todos los que amamos este deporte y más sabiendo que el equipo tenía una racha de 3 campeonatos al hilo provocaba que la capacidad y talento de los jugadores prospecto fuera excelente.
-Doc, sinceramente gracias.
-Venga hijo, además eres hijo de Padilla de los mejores corredores que hemos tenido en toda la historia del equipo; a todo esto ¿Qué posición juegas? Me imagino que serás corre..
-Soy Seafty .. la ofensiva nunca se me dio, pero soy muy bueno en la defensiva
-Vaya … eso es raro…
Veía como la mirada del doctor cambiaba al checar mis pruebas físicas y su grado de asombro provocaba que sintiera un pequeño nudo en la garganta.
-Hijo sacaste un promedio de 4.5 segundo en las 40 yardas tienes la velocidad de un corredor profesional
-Bueno mi padre desde muy niño me entreno… pero no me gusta que hablen, aun no demuestro nada en el campo de juego.
– Pues hijo mañana son las pruebas de campo, a las 7 am te quiero ver
-Ok…
Por alguna razón me sentía nervioso y esa noche batalle demasiado para dormir sabiendo que solo en 5 horas me despertaba, aunque halla jugados finales en ligas infantiles e inclusive logrado campeonatos mis sentimientos estaban rompiendo mi interior.
Se abre la puerta y la luz del pasillo me ciega ligeramente.
-¿Estas despierto campeón?
– Oh adelante padre ¿acaso también sufres de insomnio?
-Claro que no, pero el simple hecho que mi hijo este a nada de ser un jugador representativo de la Universidad me roba el sueño.
Mi sentimiento de responsabilidad aumento.
-Mmm bueno mañana veremos
Mi alarma sonó y aunque solo dormí 5 horas mi energía estaba al máximo, mi padre tomó las llaves del Tiida y decidió llevarme al juego, el hecho de pasar al campo de juego y pisar el césped de Gaspar Mas era un sentimiento emocionante, mi uniforme azul y dorado e inclusive mi casco de color azul metálico hacían sentirme todo un profesional y el simple hecho de que el juego fuera narrado por la estación de radio de la universidad era un plus.
El juego transcurría y sentía que mi rendimiento en el juego era muy deplorable con solo 3 tackleadas al corredor veterano del equipo hacia que mi sentimiento de inseguridad fuera mayor.
3 oportunidad y 8 yardas por avanzar para la ofensiva de los veteranos, el QB saca la jugada en una formación escopeta donde existen 5 receptores, obviamente pase profundo y conociendo al QB el gran Monstruo Valdez un pase de 40 yardas para llegar al área de anotación era más que sencillo para el, 3 receptores por el lado derecho y 2 por la izquierda, me coloco del lado derecho sabiendo que el pase sería de ese lado, alcanzo al receptor en su trayectoria y el balón volaba en dirección hacia el, salto al mismo tiempo que el y ….
-¡Interceptado! El seafty novato ah logrado robarle el balón a la ¨Chiva¨ Rodríguez, Padilla corre y se quita a dos jugadores, es la viva imagen del gran ¨Caballo¨ Padilla.
– ¡A la izquierda! ¡Quiero un bloqueo a la izquierda¡
Mi situación de campo era complicada pero mis compañeros auxiliaron a apoyarme en los bloqueos y decidí correr a anotar, giro a la izquierda, recorte derecha y luego a la izquierda…
– ¡Increíble lo que estamos viendo de Padilla y se escapa directo al área de anotación en la 30, en la 20 . en la 10, TOUCHDOWN!
Lo había logrado el sentimiento de felicidad era increíble decido festejar al estilo de Gronkowski aventando el balón directo al césped…era mi pase directo al equipo… y de la nada estaba tirado en el cesped gritando.
– Ahhh mi rodilla, me duele!! ¡Pero que carajos te pasa idiota!!!
– ¡Nadie me deja en burla maldito novato ¡
– Pero que desagradable acontecimiento de parte de la ¨Chiva¨ al realizar un golpe bajo a Padilla después de anotar, esto es algo que no debe de pasar y menos entre compañeros, señores que escuchan el juego se que no hay imagines ni palabras para narra lo que acaba de ocurrir pero el jugador Padilla no puede levantarse y se retuerze del dolor.
Entraron los camilleros y doctores para auxiliarme, el dolor era intenso, no podía creer que un compañero de mi equipo me hubiera golpeado de mala forma solo por ganarle la jugada; nunca me había sentido tan débil e indefenso.
Ya en camino a los vestidores solo escucho decir al doctor que al parecer era una desviación de rotula derecha más un rompimiento de los meniscos … lo sabía adiós al equipo pero el hecho de que en el equipo me dieran terapias de recuperación y me proporcionaran los mejores doctores me motivaba a seguir adelante.
Pasaron 6 meses para que volviera al equipo pero por obvias razones tenía que realizar exámenes de laboratorio
– Y entonces Doc ¿Cómo estoy?
– Bien.
– Ya estoy listo para regresar ¿Verdad?
El doctor que con tanto cariño y esfuerzo me cuido y realizo todas mis terapias para mi recuperación tenía un gesto triste.
– Hijo.. Ya acabo, ya estas sano pero no puedes volver… te dimos la recuperación y operaciones por ser hijo de una leyenda nuestra pero nosotros no aceptamos a jugadores con lesiones
– Pero…
– Carlos … todo acabo, así es esto y así es en este equipo ahora simplemente eres basura.. un desecho.
Las lágrimas brotaban por mis ojos y se deslizaban hasta cubrir toda mi cara, no solo era el ya no pertenecer al equipo, era mi beca en la universidad y todas mis prestaciones que tenía desde poder elegir la carrera hasta inclusive que no me mandaran a un rancho a realizar mi servicio social, todo se había ido.
Todo se había acabado para mí, los entrenadores ya no me veían como un jugador prospecto a estar en el primer equipo e inclusive mis antiguos compañeros con los que entrenaba ya no me dirigían la palabra, ya no era un atleta de elite, era solo una persona más y así como si nada me botaron, me dieron una patada y puñalada por la espalda, no me dieron una segunda oportunidad ni si quiera para realizar de nuevo las pruebas de rendimiento, dieron por hecho que simplemente por tener una lesión ya no aportaría nada al equipo, al que tanto soñaba pertenecer.


KAREN ROSADO

TODO LO QUE NO BRILLA PUEDE SER ORO

Hola me llamo Karen 
Supongo que tendrás curiosidad por conocer un poco de mi…
Vivo en un país lejano en la ciudad sin fin,tengo un trabajo cualquiera en donde nadie daría crédito a lo que a continuación revelaré.
En el trabajo probablemente no de mis sueños pero le amo igual ,trato de ser lo más profesional posible con una vestimenta y lenguaje formal, escondida bajo una bata como toda una «chica profesional»,con pacientes que pagan cuentas exageradas solo por adornar su rostro fuera de querer ver perfecto y eso para mí está bien.
Entonces imagina el tipo de personas que trato …ya sabes de qué tipo de personas hablo?
El que tengan un poder adquisitivo alto no significa que todos sean unos estirados …no,no,no;Mis pacientes favoritos son los que andan de una forma relajada sin un signo de pesos en la frente y entre palabras denotan inteligencia,eso gusta.
Algunos únicamente me hacen confirmar ciertas cosas con esos comportamientos sobre actuados;a ellos no les gustan los piercings,los tatuajes,los cabellos de colores,las vestimentas no tan convencionales y creo que tampoco les gusta la cultura eso es sólo deducción,nada que haga parecer a alguien un «chico o chica mala»,son prejuicios los que los llevan a no poder ver más alla.
No dejan de decir señalando:-Como usted que no se viste con esas cosas colgando y se pone «colores alegres».
Cuando entran en este tema siempre espero la pregunta …
-Usted que opina doctora?
Yo solo sonrió y afirmó con una sonrisa en el rostro…si supieran lo que hay bajo esta bata.


JORDAN ANDRADE

camino por un parque una parada un camino un callejón un perro un niño, creo hacer deporte pero terminó paseando en desacorde al sendero que verguenza correr y que la gente me pueda ver, al menos hoy no estoy en desatino despues de 3 dias haciendo esto lo disfruto como tomar una copa de vino, creo que el ejercicio es mental y algo visual !pero mira que mujer mas sensacional no soy morboso pero mira que lindos rizos quisiera ser un oso.

camino por un parque una mujer un ser una obra de arte estoy tan descuidado que tropiezo contigo, mi ojo queda mal herido cuando creciste mujer a los 17 me traias ardido ahora tu belleza me deja sorprendido, o fue el golpe no se? eres tu pregunte, que tonto lo sé, obvio que si como olvidar ese cabello rojo carmesí de la vergüenza olvido el dolor, tu solo sonries y observas a tu alrededor que haces aqui preguntas con timidez, ejercitandome que no vez? soy grosero por que terminamos mal y ni hablar de todo lo que tuve que olvidar por ti, te quedas callada y me abrazas.. me alegro que sigas vivo, maldito mal parido.

camino en dirección contraria a ti un árbol un hombre un balón un golpe directo a tu nariz, no puedo contener la risa pero no soy malo asi que te ayudo como buen ser humano, estas bien? si todo bien ayúdame a ponerme de pie, aun conservas la suavidad de tus manos, te miro a los ojos y me quedo inmóvil, recuerdo que mala que cruel que vil cuando me dejaste y te pregunto: por que te alejaste si eramos felices? ya olvidaste por que fue? dieces… ya no me importa yo no pregunte nada, toma límpiate tu cara manchada, sostienes el pañuelo y lo observas, mi mente vuelve atrás y recuerda el momento en el cual me lo das, mierda yo nunca llevo pañuelo y el dia que lo hago tenia que ser ese, ahora pensaras que no te he olvidado, pienso, te quedas callada te limpias y te vas.

5 años ya desde aquella vez cuando te vi, caminas con prosa, espera babosa devuelveme mi pañuelo.. deja de ser grocero maldito cretino… pero por que lloras?… por que me duele da?
oye lo siento, pero ese pañuelo es especial para mi…. pero esta sucio no te lo puedo devolver asi… ok te acompaño a que lo laves… que idiota eres…entonces damelo asi… que no mierda… porque eres tan tarado maldito obstinado no has cambiado en nada…. a ti te crecieron un par de cosas pero sigues igual de caprichosa… hace 5 años que no nos vemos y lo mejor que puedes hacer es discutir?….

Lo siento pero llegas sin avisar… estupido estamos en la misma calle de una ciudad que compartimos y en la cual durante 5 años nunca nos vimos… quien no avisó fue el destino, vamos por un cafe? … crees que iria con idiota que me acaba de llamar babosa?… si.

5 años ya desde aquella vez que te vi, 5 años se transformaron en 4 horas de conversación, 5 años bastaron para madurar y no volver a terminar por haber perdido un pañuelo que por cierto siempre estuvo en mi mochila.


SOLEDAD DEL MURO

¿Discriminación o Racismo?
Teniendo yo la intención de participar en el tema para ésta semana, el cual me resultaba complejo,no sólo porque no tenía muy claro el concepto sino porque lo confundía con otro, decidí meterme de lleno a investigar y lo consulté con el omnisciente Google.

Busqué el significado de discriminación y también de racismo y mientras más leía sobre el tema, más sorprendida e indignada me sentí ¿cómo es posible que hagamos diferencia en el trato con las personas dependiendo de algo tan irrelevante como el color de piel, sus rasgos físicos, su peso o incluso sus creencias o maneras de pensar? ¿No nos corre a todos sangre por las venas? ¿por qué creer que tenemos cierto grado de superioridad? Mientras más vueltas le daba al asunto más convencida estaba de algo: estamos lejos de vivir en verdadera armonía, mientras estemos enfrascados en ésta supremacía absurda, habremos fracasado como seres humanos, vivimos en el mismo planeta, pero somos como un conglomerado de extraños enemigos que nunca podrán enarbolar la bandera de la paz.


PATRICIA JT

Era verano, Sevilla, 39º sombra. De repente un comienzo. Una nueva vida. Vamos a ser padres. Mi nudo en el estómago sin saber qué sería. Ganas muchas, las mismas que la inexperiencia.
Después de un mes de trabajo, voy a dar la noticia. “-Buenas tardes, estoy embarazada”. “-embarazada? Pues ya vas a estar en la calle”.
Tonta de mi ese día que acabé llorando como una ilusionada de la vida. Yo que iba con mi buena intención. 
Él, el marido de mi prima, ella tiene tres hijos. Trabajan juntos. Y además hay otra mamá con un niño también. Llevo más tiempo en la empresa que una de ellas. No entiendo nada.
Bueno seguiremos ilusionada que la decisión es mía y es mi vida! Oye y a quien no le guste que no mire!
Al dar a luz llega el regalo más grande que una persona puede tener. Es tan grande que no te enteras hasta que lo tienes. Pero oye, qué raro, nadie en mi trabajo llamó, ni siquiera aquella chica que antes parecía estar más conmigo.
Vuelta al trabajo. Nadie me habla, todos me miran raro y evitan hablar conmigo. Y si me hablan es para quejarse. Después de yo no poder tener las mismas condiciones de un Madre más, como mis otras compañera, si se le puede llamar así. Ellas de mañanas, de lunes a viernes. Yo de tardes de lunes a sábado. Que injusticia.
Casi dos años después decido darle un herman@.
Paso los días de trabajo como puedo. Menos mal que hay una nueva que metieron los de arriba que sino…

Nace mi segundo tesoro. La cosa sigue igual o peor y ya mi amiga la nueva no está. Me digo a mí misma: “aguanta Patri que vienes a trabajar y te vas”. Pero entonces a mi pareja le diagnostican esclerosis múltiple y yo acabo de baja. Tengo ganas de pegarles, mi rabia inunda mi ser y me dan ganas de muchas cosas. Pero no puedo volver porque no sería justo para mí.
No puedo fingir un papel toda la vida. Además no es de mi condición. Ni quiero darles esa satisfacción. Pero entonces ganarán. No, ganaré yo. Y gané, y menos mal. Feliz de la vida y la mejor decisión.

(Por desgracia esta historia es real vivida en primera persona y si alguien quiere saber el final lo contaré encantada , buenas noches y dudo que alguien me supere en discriminación por desgracia).


DIL DARAH

Pandemónium S.A. o De Agujas y Perendengues

Anacardo Gembelembe era una persona de modales limados a causas y efectos.
Gestos frescos en colores neutrales, paso llano, dosis correcta de bienestar en la cintura, dos vocabularios académicos, tres gigabytes de dichos adaptables a cualquier modelo de IPhone y un sinfin de ganchos emocionales
para puertas reflexivas
y puentes inflexibles.

Su mirada de jade, de Sat Arhat de la Suprema Orden Del Aquarius, penetraba discreta el interior del interlocutor y los orgasmos ahí provocados revertían flujos extra en la cuenta de Mr Sociable. Un septimo sentido para el Momento Oportuno, disparaba el avance profesional de Mr Timing ). Y tanto los mencionados como los aún por llegar convergían para crear un único.
Él
Mr Casi Perfecto .
Además de idear un sistema de clasificación, en cinco años de carrera entendió que su ascenso iba inversamente proporcional a las temperaturas Desde el sótano hasta la decimocuarta planta todos los hombres eran tío y el café de Starbucks quemaba . Decimonovena a treinta y cuarta se convertían en colegas y el café echaba hielos. Para cuando todos venían a ser Don , abriendo camino hacía el elevador personal del Señor, en lo que a Anacardo le concerniese el café podía contener rastros de veneno y no le hubiese importado.
El brillo del azúcar moreno que echaba sagradamente al vaso justo antes de pisar la entrada del edificio reflejaba la torre de encima del ático.

Ahí trinaban sus pajaros, en perfectos acuerdos sobre Mi.

Ahí estaría él con su paso llano y sus noventa horas semanales de esfuerzo.
Y si por ello tenía que asistir a clases de parto unicelular , presentar Power Points con armonía que vibrase en la misma frecuencia que los traseros de los presidentes del Comité o comer pastelitos de veganos del medievo pues lo hacía .

Anacardo Gembelembe llevaba inscrita la determinación hasta en los botones de camisa de Marks & Spencer pero las cinco eras pasadas hacían notar una de glaciación. El ático se le resistía de algúna manera incomprensible y Jules se antojaba el único hábil de analizar la estrategía adecuada a aquella conquista.
Jules era el alma de las fiestas de personal.
La agenda de secretos y desgracias de cada uno de los 17 mil empleados.
El gusto impecable a juego con un Ferrari que rulaba sólo para recados muy íntimos del Señor.
Y
por supuesto
El Secretario Per Fecto
Por tanto Anacardo enfiló el consabido paso llano hacía el despacho de cancerbero donde se desenredaban la mayoria de las tramas de Pandemónium SA, esperó , por supuesto, el Momento Oportuno y presentó su cortesía, más un proyecto de amistad a largo plazo finalizado con pertinentes preguntas y ruegos.

Jules pintó, entre dos emails y cuatro llamadas de telefono, un Señor cuan personaje fácil de abordar sobre bases testosteronadas y/ u económicas y de estatuto muy simple : » -Haz lo que debes sin tocar el agujero de las guarrerías y mi Karma te compensará.»
Ahora bien, ni Jules , Karen, Kiki, la misma esposa del Jefe o el alcalde de la ciudad conocían claramente la ubicación del susodicho agujero. Pero las estadisticas, el análisis exhaustivo del perfil , la predisposición jerárquica de Pandemónium, más cierta recopilación de mitos y leyendas, determinaban a los del servicio de personal a promocionar solamente hombres al ático , a Jules a practicar el sexo trasero a empleadas dispuestas a alardear de ello y empujaban lento y seguro a Anacardo por la pista de las conjeturas desfavorables. Porque uno de los métodos favoritos del Señor para testar sus acólitos era mandar a la chica de turno y en casos importantes a Kiki, la encargada , de camino a sus puertas.

Anacardo Gembelembe era un triunfador nato, una joya de empleado , un Él mismo y un Mr Casi Perfecto. Pero venía a ser más virgen a sus 33 años que la figura central del cristianismo y la crucificación homófoba que vislumbraba al final del trayecto al atico le atormentaba de sobremanera .
Por mucho que adorase las mujeres al principio de su vida no había encontrado un hueco para ellas y posteriormente dejó de entender cómo hacerlo. Y si eso fuera todo tal vez hubiese buscado asesoramiento en Jules pero la realidad superaba cualquier barrera empática.
En condiciones punta el pánico le bajaba a Anacardo las ideas del coitus al escrotum, donde se quedaban para agrandar y hacer imposibles los cruces de cualquier indole.
Eso, ni un Jules podía entender y menos solucionar.
Y el CV de Anacardo estaría sobre la mesa del Jefe en menos de 24 horas.

Con un plan A temblando , B en construcción y C cuan último recurso, Anacardo se fue a casa a buscar respuestas en Google.
Las dudas vigentes sobre primeras experiencias le llevaron a un texto escalofriante :
«Saqué mi Pe me dolía bastante y al verlo vi que sangraba porque una tirita de carne que va pegada donde termina el glande se me desprendió y me dejó un huequito por donde emanaba la sangre que no fue mucha, pero tú sabes que es escandalosa y pues, me ha durado días el dolor, pero la sangre se detuvo al lavármelo con dificultad por el dolor, sin embargo, me quedó esa tirita allí desprendida y cada vez que tengo relaciones ….»

La Suprema Orden del Aquarius le ayudó a destilar las ideas:
«El encuentro del Maestro y del Discípulo es el encuentro gradual del Ser y de lo Humano en la realidad y en la verdad. Sin embargo, esto a menudo se tergiversa con emociones, sueños o presentimientos que falsean a la Realidad y a la Verdad. El Maestro representa al Ser y el Discípulo a lo Humano. Entre ambos se establece primero una relación en el mundo personal, real, que gradualmente puede resolverse en una identidad de Ser Humano total. La identidad de ambos, la del Maestro y la del Discípulo se mantiene en unidad y en dualidad»

Y Pilatus, Astromántico-clarividente que remontaba sus estudios iniciativos a las eras inquisitivas del Universo mismo, hizo una tirada exprés personalizada, destinada a solventar cualquier duda remanente:
» Uranus atraviesa el cuadrante de Venus y eso beneficia a los aquarianos. Pero la carta de la Torre auguría el Fin del Mundo tal y como lo conoces. Estás en una etapa de inflexión astromantica y debes reaccionar para evitar sucesos no deseados. Para tu problema , ese dolor agudo que experimentas cada vez que piensas en ello, hay un simple ritual a llevar a cabo. »

Contra una rápida transferencia bancaria Pilatus le explicó a Anacardo que debía de llevar a rojo vivo una aguja, penetrar con ella el espacio hacía el centro del problema, respetando un patron que se asemejaba mucho a una estrella de siete puntas. La transcripcion fonética del rito Sanscrito, junto a una infusión de amapola, relajaró el ambiente al final de la llamada .
Ahora bien, en terminos de satisfacción y suficiencia recordemos, por favor, los botones de Marks &Spencer más que nada para acabar de comprender qué le indujo a Anacardo a conformar el patrón a sus partes y dibujar aquel horrendo recorrido de agujeros sobre sus carnes . Tal vez lo que desquició al hombre fue el salto involuntario en medio del rito. O la llamada de Jules a asegurarse que todo iba bien. O Kiki, la encargada del control del departamento de homofobia, de camino a su puerta.

Anacardo Gembelembe atravesaba un ciclón emotivo . Despatarrado dentro de su sillón y sujetando su próblema en estrella de siete puntas con una bolsa de hielos.
Miró la hora.
Tomó otra infusión .
Kiki no figuraba dentro de sus planes.
Ni siquiera Pilatus pudo ver aquello.
¿ Por qué?
Por mucho que estudiara el parqué, y a pesar de las multiples ahora penas, lo único que se inflaba a ojos de Anacardo eran sus perendengues maltratados. Tocó pues los botones de camisa cuan amuletos, recordó que el ritual era Invencible, Imparable e Inocuo, que la Fuerza Astral jugaba a su favor y se arrastró en un aranque de determinación, con un brillo uraniano en sus pupilas, a abrir la puerta. Tocaba jugar la carta de La Torre.
Recibió a Kiki con una infusión de amapolas, una composición de sonrisas de diseño, un deposito bancario bastante más amplio que el dirigido a Pilatus y un plan de Ayuda / Apoyo entre trabajadores de la misma plantilla.
A los dos sorbos Kiki se sentía infravalorada. A los cuatro ansiaba más que las mierdas que tragaba semanalmente. A media taza renunció al soborno; el viejo viagrero le había embolsado dinero de sobra. Pero un futuro Asistente de Director General le facilitaría a Kiki mucho la vida y tal vez la propulsaría a otra carrera. Ella sabía hacer mucho más.Podía ser un aliado desde las sombras.
¿ Por qué no?
Despues del pacto durmieron placidamente y al día siguiente fueron de la mano a presentarse a la entrevista.

Anacardo se sentó en concavo, sonrió en convexo y camufló simetricamente el rugido de dolor que subió de inmediato de su entrepierna a arder la palma de Kiki. Ella lo intepretó cruzando positivamente las bellisimas pantorillas.
El Jefe canalizó su enfoque de sabueso al centro angular del diminuto tanga rojo ,asentó complacido la pluma sobre el contracto llevando la otra mano al bolsillo. Sin parar de hablar.
Él supo hace cinco decadas que lo fundamental para un negocio sólido era un equipo sólido.
Reclamaba hombres fuertes a su alrededor.
Hombres decididos.
¡ Hombres !
Kiki se moría de aburrimiento con el discurso .
El Jefe se moría por acabar de matar a Kiki.
Anacardo desfallecía por ver firmada la última pagina del contracto. En su cabeza se entremezclaban imagenes de pactos, de pellejos rotos, de estrellas de siete puntas y discípulos proscritos convertidos en Maestro. Nuevo estatuto, nueva vida, coches de lujo . Poder. Gloria.Las aletas de su nariz olfateaban la victoria con semejante intensidad que hasta Kiki pudo apreciarlo y le estrechó disimuladamente la mano , llamándole la atencion .
Anacardo llevó pues la mano restante a la nariz, tratando mantener varonilmente la euforia a raya.

Fue entonces que sonó el orologio modelo Junghans, el Uranus acabó de penetrar a Venus , Kiki estornudó y el Jefe levantó la mirada.
La Torre se derribó con un ruido estruendosoy al día siguiente dos millones de ejemplares de Pinpon Times explicarón a cualquier interesado el significado del agujero de las guarrerias.
Después de aquello Jules se casó con Pierre, el jefe contable.
Kiki se casó con la esposa del Señor y entre las dos consiguieron hacerse con más de la mitad de las ganancias de Pandemónium S.A
Pilatus sigue vendiendo ritos pero en Castellano.
¿Anacardo Gembelembe ?
¿?
¿?
¿?

P.D: Expreso públicamente mi ETERNA gratitud a Mr. Holothuroidea Errante, por iniciarme al concepto de Armonia. Gracias a él uso el metrónomo hasta para medir mis frases.

Nota de autora evasiva: No hay una segunda entrega titulada «Anacardo y la anarquía astral » porque mi cuadrante disléxico no funciona a capacidad los lunes.


JOSUÉ GONZÁLEZ

No falta mucho para el fin. Total somos un error genético, una mancha en el renglón de dios, una disputa de «quien tuvo la culpa».
Para entonces no hay mucho que salvar, la sociedad lo sabe, lo escucho de mis padres entregados y activistas encontrá de esta masacre emocional. Pero al final resulta que ninguna consientizacion me ha dejado tranquilo. Paseo por el mundo perdido entre salpicaderas de lastima y consumido por el lucro de nuestra incapacidad de defendernos. Y en entonces creo pensar que soy un «producto», alguien que no es ni «Él» ni «Ella», no existen la moral en sus palabras. Sin son tiernas o ecuánimes, no dejaría de ser lo que soy…


TRENTAONZE LÓPEZ RODRÍGUEZ

¿Discriminación?

Era una buena trabajadora. Aquella que los jefes valoraban.

Solía recibir llamadas y mensajes fuera de su horario laboral.

Había recibido premios.

Reconocimientos públicos.

Tenía las mejores habitaciones cuando debía pasar la noche fuera.

Seguía siendo buena trabajadora.

… Pero algo cambió…

REDUCCIÓN DE JORNADA POR CUIDADO DEL MENOR

FIN


LUISA VÁZQUEZ

«Si Dios no existiera»
Judíos, musulmanes, cristianos, homosexuales, transexuales, mujeres, blancos, negros, amarillos, sunitas, chiitas… ¡¡Persecución, discriminación, matanzas, violencia!!
¿Por qué? Supongo que todos nos hemos preguntado alguna vez de donde sale, donde nace el odio del hombre hacia otros hombres que los lleva a involucionar de seres racionales a bestias sanguinarias y crueles.
La masa es impredecible como el mar que, de la calma chicha más absoluta, pasa a la tempestad bíblica de un día para otro.
Odiamos de repente y de manera caprichosa a otras personas solo porque son diferentes de nosotros.
Lo gris, la uniformidad, los comportamientos clonados nos tranquilizan, nos hacen sentirnos bien. Seguros en un universo artificial que no hace vibrar nuestras conciencias, esa información genética que llevamos incorporada.
Pero en el inconsciente, en lo más recóndito de nuestro cerebro, en una parte infinitesimal de nuestras almas hay algo que nos hace sentirnos mal ante estos sentimientos injustificados de odio hacia los demás.
Entonces corremos a buscar una razón poderosa que justifique esos instintos pérfidos y acalle ese malestar parecido a una indigestión. Y echamos mano del recurso más fácil: son malos, quieren acabar con todo lo bueno que hay en el mundo.
Porque, por supuesto, al perseguidor le asiste la razón. Es el defensor de la humanidad, el elegido para acabar con ese demonio con rabo y cuernos que amenaza con acabar con todo lo más sagrado, los pilares donde se asienta nuestra civilización.

Ahora hagamos una introspección y volvamos a cuando éramos células. Cuando no había leyes, pecados, moral, conciencia, remordimientos. Y desde ahí miremos la tela de araña que hemos creado a nuestro alrededor, formada por prejuicios, intolerancia, culpa, puerilidad, miedo… y que pensamos que nos protege. ¿De donde sale esa convicción?
Saramago decía: «Porque nos morimos hemos inventado a Dios», y de esta invención primigenia cuelga toda esa tela de araña. Probablemente si fuéramos inmortales y Dios no existiera, muchas de esas leyes que hemos creado como muro defensivo ante las ideas divergentes no existirían.
Pero si seguimos meditando y tenemos el valor de buscar en nuestro interior la causa del miedo que nos conduce a la violencia contra nuestros semejantes solo porque no son semejantes, encontraremos que sólo es el temor a que nos demuestren que estamos terriblemente equivocados.


FUEN CALDERÓN ROMEO

Recuerdo ese día. Salió cabizbajo y se echó a llorar en cuanto me vió. ¿Qué te pasa mi vida? Nada mamá. Me he caído por las gradas. Al ponerle el pijama aquella noche vi su cuerpo lleno de moratones y pensé…¡Malditas gradas!. A partir de ahí empezó todo o quizás continuó porque realmente no sé cuándo fue el comienzo. Noches sin dormir. Me duele la tripa, me duele la cabeza, me puedo quedar en casa… Poco a poco mi corazón de madre fue hilando, sospechando… No, mi hijo no se había caído de ninguna grada. Simplemente defendió a una niña a la que estaban insultando y como valientes que suelen ser los agresores entre seis niños más le cogieron y mientras unos le sujetaban los otros le pateaban… Nunca ha sido capaz de contarme esa historia. Es como si la hubiera borrado de su cabeza. Pero me defendí mamá… Mientras yo sólo podía abrazarte. Y continuaron meses de insultos, de pequeñas agresiones, zancadillas, de esto es cosa de niños… Y mientras más triste te veía, más se me rompía el alma. Cómo hacer comprender a unos niños cuando los propios adultos quitan importancia al sufrimiento con» esto son cosas de niños». Todo ha pasado… Tuve que atacar a los que defendían lo indefendible con las únicas armas que tenía, la verdad, tu verdad, no la de aquellos que intentan tapar lo inadmisible. Y ganamos cariño. Ahora sonríes. Pero nunca volviste a ser el mismo. Las huellas del dolor y la injusticia siempre dejan una profunda marca en la piel, en el alma. Y a tus nueve años ya lo has vivido. Y yo todavía me pregunto qué puede pasar por la cabeza de un niño para atacar como alimañas a otro niño. Y lo que es peor, cómo un adulto puede justificarlo. Se llama bullying y se vive a diario en muchos colegios, institutos. Se llama bullying y es despiadado, destructivo. Se llama bullying y es el monstruo que duerme en las pesadillas de muchos niños y de sus familias. Ya no es la Bruja malvada, no es el Hombre del saco, no es el Lobo Feroz porque ahora hay un nuevo malvado: la falta de empatia. Y no vive en un cuento, habita entre nosotros. En nuestros niños, en aquellas chicas atacadas en un vagón de metro ante la mirada impasible del resto de los pasajeros, en el trabajo con el empresario abusando de los trabajadores con sueldos y tratos miserables, en las Residencias donde muchos mayores sufren tratos inhumanos, en el maltrato de género, en el racismo, en la indiferencia. Y yo sólo puedo preguntarme cómo y porqué hemos llegado a esto. Me gustaría poner un final feliz. Simplemente miro la sonrisa de mi hijo y me muero de amor. Porque como dice la frase «llega un momento en el que a veces uno ama en defensa propia»


LETTICIA FLORECILLA DEL CAMPO

Me paro y pienso.

Pienso en el término y acto en sí del empoderamiento de la mujer, pienso, que era algo por lo que yo apostaba al 100% sin lugar a dudas, ¿cómo como feminista que me considero no apostaría por el acto de que una mujer tome el poder de lo que es ella?

Pero pensando, llegué a la conclusión de que el poder que realmente adquirimos con ese acto es pequeño, muy pequeño, ya que fuera de nosotras mismas seguimos siendo mujeres.

Mujeres trabajadoras que seguimos estando peor valoradas que los hombres.

Mujeres reproductivas que no siempre decidimos reproducirnos.

Mujeres sexuales que apostamos por disfrutar de nuestra sexualidad no siempre desde la complacencia para el otro.

Y es que ¿cómo podemos empoderarnos más allá de nosotras mismas? ¿Cómo las mujeres podríamos empoderarnos socialmente? ¿Cómo podríamos tomar el poder de lo que ahora no tenemos y por lo que somos utilizadas para este sistema como es por nuestras facetas: productivas, reproductivas y sexuales?

Ando en un debate interno e intenso simplemente por el acto de pensar. Pensar en que las mujeres estamos discriminadas en esta cruda y triste sociedad.


NANE NINONÁ

Roberto rondaba los cincuenta y era un repartidor extremeño que pasaba la semana compartiendo habitación en Madrid. Supuestamente el fin de semana se volvía a su casa, con su mujer y sus hijos, pero sospecho que no debían soportarle demasiado. No me gustaba aquél hombre enjuto y de voz rasposa. No me gustaba cómo me miraba y aún menos lo que imagino que pensaba. Yo sólo estaba de paso en aquella casa, así que procuraba pasar lo más inadvertida posible y no coincidir con nadie en los espacios comunes. Aquel día la previsión me falló, y coincidimos a la hora de comer. De toda la casa, justamente había ido a coincidir con aquél soplapollas. Se pasó parte del tiempo que tardamos en prepararnos nuestras respectivas comidas contándome cómo la chica alemana que vivía en la habitación pegada a la mía se estaba tirando a «un puto moro», y cómo los primeros días de estar con él la chica andaba despatarrada por la casa, porque debía haber estado dándole candela todo el fin de semana y «se ve que o ella no estaba acostumbrada a una buena polla, o el moro de mierda está mucho mejor dotado de lo que parece al verle». La tele estaba encendida y en las noticias hablaban de una mujer a la que su marido había degollado…
-Si lo raro es que no maten a más. -Dijo con la boca llena.
La náusea que me produjo, en lo más profundo del estómago, tuvo que reflejarse indudablemente en mi cara de asco… Me miró desafiante.
-¿Qué pasa? Ahora las mujeres os creéis con derecho a todo, a saber qué habría hecho ésa.
Me levanté de la mesa. Recogí mi plato y me dispuse a irme. Pero es que me hervía la sangre y, francamente, una puede pretender pasar todo lo inadvertida posible y puede pretender no buscar problemas, pero coño, hay cosas que son impepinables… a semejante cenutrio tenía que decirle algo, y aunque no pudiera meterle una patada en los huevos y un codazo en esa cara de mamón que tenía, ni escupirle o llamarlo cabrón de mierda, que es lo que realmente me apetecía, sí podía decirle algo más suave…
-Pues verás, Roberto, no me vas a provocar porque yo decido a quién le permito tocarme los ovarios y a quien no y tú, lo siento, no me los vas a tocar porque no me da la gana. Aún así, sólo te diré que ojalá no tengas que ver nunca a tu hija apalizada por su señor marido porque «a saber lo que habrá hecho ella», y te tengas que acordar de la mamarrachada que acabas de decir.
El tio se levanta de la mesa, da dos pasos y se me coloca delante. Me mira, lascivo, de arriba a abajo y me espeta:
-Qué rojos habéis sido por tu tierra siempre.
Me cago en la virgen. Es que le hubiera dado un cabezazo allí mismo y me hubiera incluso entrado un orgasmo… Pero tenía 23 años y estaba sola en aquella casa enorme con aquél tipo que me miraba de una forma tal que, lo supe, sólo necesitaba una provocación más para «darme mi merecido». Así que me olvido del cabezazo y le esquivo, rodeándole, para poder alcanzar la puerta de la cocina. Me siguió hasta el quicio y noté su mirada en mi culo mientras subía las escaleras…
-Y dinamitera, payaso, roja y dinamitera.-mascullé mientras me metía en la habitación y cerraba con el pestillo.
Si tuviera que ser fiel a la realidad, no me quedaría más remedio que poner fin a este relato aquí. Pero lo fantástico que tiene escribir es que todo es posible. Así que esa noche, sin demasiada dificultad, insomne que es una, me levanté a las tantas mientras todos dormían para ejecutar mi venganza. Era la madrugada de un viernes, día en que aquél espécimen se levantaba temprano para conducir de vuelta a Cáceres, donde supuestamente le esperaba su santa esposa. Siempre se preparaba un bocata de tortilla de sardinas (qué asco) y un termo de café con leche para el camino. Evacuol, una jeringuilla y un poco de cristal que me había sobrado de la última fiesta. Ésas fueron mis armas. El lunes no volvió. Alguien comentó algo de que la guardia civil le había parado por conducción temeraria, iba alucinando y se comportaba de forma muy extraña cuando le dieron el alto. Al salir de la furgoneta, se cagó encima, llegando a salpicarle la mierda al aguerrido agente de la Benemérita que, desde entonces, nunca volvió a acercarse tanto a tipos de aspecto y comportamientos dudosos como los de aquel fulano…


DAVID GUTIÉRREZ DÍAZ

Me mudo a Canadá.

Aún no sé cuándo, pero lo haré, Byron me espera, dice que está harto de no compartir el pescado y que ni siquiera tengo que aprender francés. Porque es algo muy canadiense, lo de compartir y poner más facilidades que trabas. Y tras tres años en España vuelvo a estar harto de que me lluevan las ostias y los caraduras.

Estoy harto, lo confieso, quemado, podrido, a punto de morir o matar, así que como buen cobarde al otro lado de cualquier frontera, abandonó el barco, que os den por culo y un abrazo. Porque estoy cansado del orgullo vacío y de la tradición temerosa, estoy cansado de las banderas y los slogan y de los Jedis, sobre todo estoy hasta las pelotas de los puntos Jedis y su código cerrado, su superioridad moral y su forma de mirar por sobre el hombro. ¿Me habré convertido ya en Jedi? Espero que no, o al menos espero estar a tiempo de salir de su orden de mierda y pensar, de forma crítica y cínica, asumiendo que estar equivocado es lo más probable, pero hemos venido a jugar, a aprender algo que no sabía antes de meterme en camisa de once varas.

Me las piro a Canadá porque estoy estudiando, porque cuando aprenda seré un currela altamente cualificado y ésta gente tiende a sacarle partido a eso valorándolo en lugar de aprovechándose, y porque quiero que me crujan a impuestos, lo deseo con un ansia casi masoca, quiero vivir de puta madre cuando sea un trabajador cualificado, pero al mismo tiempo llevo tanto tiempo echando canas cada vez que me pasó de los veinte euros a la semana en el supermercado, que quiero que la gente como yo, curritos igual que yo, personas igual que yo, vivan mejor de lo que yo estoy viviendo ahora, que den por garantizadas cosas tan básicas y que a mí me quedan tan lejos como comer bien todos los días, el ocio y la cultura, poder comprar ropa cuando es necesario sin tener que tirar de Primark y por tanto de la exploración de otros aún más desfavorecidos, un alquiler independiente o la posibilidad de formar una familia sin miedo al futuro, me parece tan estúpido desear cosas así que casi me da vergüenza escribirlo. Quiero vivir en una sociedad donde las políticas de género sean como la condena al nazismo, algo de sentido común en lugar de objeto de debate, dónde una mujer no tenga que ir con miedo por la calle y yo no necesite este miedo paternalista a que una puta bestia, de las que tanto abunda, de los que consideran su conducta normal, de los que son defendidos por otras bestias que no se consideran bestias porque no ven la oportunidad de emularles, elija como objetivo, no a otra mujer, porque me da tanto asco decirlo, pero lo tenemos normalizado «son cosas que pasan» sino a alguna mujer a la que yo quiera, porque tengo tanto puto miedo, que asesinaría en masa con tal de poder escapar a este miedo, borrón y cuenta nueva, a tomar por culo la bicicleta.

Quiero vivir en una sociedad en la que ninguna puta religión tenga nada que decir a quién no quiera escucharlo, dónde la espiritualidad sea cosa de cada cuál y todos comprendan que su moral no está por encima de la de nadie, y de paso, dónde se comprenda que la educación religiosa no es un derecho, sino una opción, y por tanto, todo hijo de vecino tiene que ir a la escuela pública, ya habrá catequesis o lo que les salga de las narices en las distintas congregaciones. Y solo con esto, ostias, mira, se iría al cuerno el 90% de la discriminación por raza, porque la idea es irme a vivir a una sociedad que tenga conciencia de sociedad ante todo, y de individualidad después, que también es importante pero un poco menos, lo justo para comprender que si todo el mundo vive bien, tú también vivirás bien, aunque luego a ti te guste Daddy Yankee y a mi Volbeat.

Y sobre todo quiero irme a Canadá para demostrarle a Diego que no importan los apellidos ni la procedencia, que todo el mundo merece una oportunidad y que si en un país lleno de lechosos tratan de igual a un moreno como yo, puede imaginarse lo que sería de España con un poco de voluntad, en el batido multivitaminas genético del mundo, su ombligo histórico. Y si con eso consigo cambiar la mentalidad de un cabeza cuadrada como él aunque solo sea un poquito, el frío y el salmón lleno de babas de oso habrán merecido la pena.


FELIPE IGNACIO

Cuenta regresiva

Las jóvenes tenían cuatro copas de vodka en el cuerpo, tres años de furtiva relación en la ciudad y dos conservadoras familias en sus vidas.
La luna creciente fue cómplice cuando, al ver la palabra “motel” dibujarse en el provocativo cartel de neón, decidieron entregarse a la pasión, aunque sólo fuera por una noche, sin ningún pudor.


PEPINO MARINO ERRANTE

FUEGO INDISCRIMINADO.

“Porque a decir verdad, es fantástico vivir en este puto cementerio de sueños, ciudad. Días largos suficientemente buenos: pido días largos suficientemente buenos. Me meo fuera con los ojos cerrados. En los lavabos encontré dos abogados drogados. Mi demencia y mi conciencia y yo hablando sólo con los tres, propuse hacer las paces, ya ves”. *

Llegué a la costa de Spree Beach a finales de aquel jodido verano. Acababa de volver de un largo recorrido por Sudáfrica, donde había pasado los cinco últimos meses trabajando como emisario de una empresa de material audiovisual. Cansado de ejecutar el protocolo comercial de venta con cada cliente cual oración monótona desesperante, decidí telefonear a mi viejo amigo Bruce en Florida, quien en menos de dos semanas me puso en contacto con un destartalado taller de coches. El tipo que lo gestionaba se había hecho rico últimamente, comprando taxis y necesitando conductores para explotarlos.

La humedad y el calor aceleraban mi fatiga al volante, del mismo modo que la más mínima brisa nocturna en la cara resultaba tan placentera como un buen masaje en la espalda. Spree Beach estaba de moda aquel año. Comida… Bebida… Costa… Discotecas… Carlos Costa por ahí también… No recuerdo si logré conocer a algún nativo de aquel turístico paisaje hostelero. Aguantar a borrachos con camisas y billetes verdes y a borrachas con vestidos floreados, todos ellos sin saber muy bien dónde querer ir, se había convertido en el quehacer de cada tarde, noche y madrugada.

Una tarde, en la parada de taxis de un restaurante playero, cierta chica abrió la puerta trasera izquierda del vehículo. Guau -pensé ladrando-, es ella. La famosa actriz y presentadora de televisión. Es más guapa todavía en persona… Horror -volví a pensar-, sube acompañada…

Tras abrir y cerrar la puerta trasera derecha, entró en el coche una especie de energúmeno espectral masculino.

-Oiga amigo, vamos a Spree Beach -espetó con una especie de bramido acuoso-.
-Pero… ¿a qué parte de Spree Beach?
-Sí.
-¿Sí qué? Estamos en Spree Beach…
-Bueno, a la parte céntrica de la ciudad, quiero decir. Porque habrá parte céntrica, ¿no?
-La hay, la hay. Pero cuando me ha dicho “vamos a Spree Beach… me he echado a temblar…

Ella estalló en una preciosa carcajada, mostrando una lumínica sonrisa, que a su vez ocultaba unos divertidos ojos achinados.

A partir de aquel momento, la carrera comenzó a tomar un cariz cada vez más extraño, respirándose el incipiente olor a buey almizclero en época reproductiva: fuego indiscriminado en forma de preguntas al más puro estilo “saber y ganar”, era abierto contra mí por parte de aquel cretino. Casi todas eran acerca de la ciudad y su entorno: economía, sociedad, trabajo, política… Absolutamente todas fueron respondidas, ampliando además la información demandada, que captaba la atención de ella y sus educados “cuéntame eso, por favor, sigue…” que generaban frustración e impotencia en el indecente aborto de sepia que tenía como pareja.

A continuación, el ataque consistió en interrumpir las respuestas a sus propias preguntas con otra pregunta, constantemente, durante minutos. No recuerdo muy bien si José Luis Rodríguez “El Puma” cantaba la canción Pavo Real tras haber conocido a semejante botarate, pero corrió el rumor por Spree Beach durante semanas de que fue así.

Lo siguiente que hizo, fue intentar explicarle a ella el nombre y origen de calles y árboles que atravesábamos en nuestro trayecto. No atinó en ningún caso. Tuve que corregir todas sus explicaciones.

Lamentéibol (lamentable en inglés de Miami).

Finalmente, al dejarlos en su destino, les escribí mi nombre y mi número de teléfono en una tarjeta para dársela, por si me necesitaban después. Él fue tan descortés que intentó rechazarla, con la excusa de ser mi servicio completamente innecesario. Ella la cojió amablemente, dedicándome su mejor agradecimiento y tomándose su tiempo para hacerlo, mientras él ya esperaba en la calle, fuera del coche.

Meses después, un sábado de febrero, todo el país estaba pendiente de la gala de los Wogya Awards Ceremony, un evento del cine que premiaba lo mejor del panorama nacional. Abrí la quinta cerveza de la noche desde el sofá, maldiciendo la vida con mi enorme barriga bajo la camiseta blanca de tirantes, en mi deplorable estado físico…
Allí estaba aquel capullo, recogiendo uno de los premios, acaparando la escena, la noche, y dedicándoselo “a su chica”, presente entre el público del teatro mientras la enfocaban las cámaras.

Sonó mi teléfono. Era Nane Ninoná. Descolgué la llamada:

-Tío, ¿has visto al gilipollas que te discriminó? ¡Le acaban de dar un Wogya!

*En sus relatos, la autora Dil Darah nos deleita con este tipo de adornos, característicos de su estilo. Con ellos, Dil aumenta la emoción de la lectura, llevándonos desde el principio de su narración a la intriga y curiosidad por colocar las piezas enigmáticas del entrecomillado en la parte lógica de la coherencia textual que todo lector espera.


NURIA BERGEN

Mi vida fue un infierno desde que te conocí, y nunca me dí cuenta hasta que exploté con todas mis fuerzas. Conseguiste sacármelo todo, incluso el alma, y destruiste mi voluntad. Me llegué a sentir una escoria, inútil para todo, e incluso indecente delante de mis compañeros. Me machacabas psicológicamente, todos los días, uno detrás de otro preguntándome qué hacía, por qué lo hacía, quién me lo mandaba hacer, ………….incluso me machacabas a llamadas cuando estaba de vacaciones. Simplemente para preguntarme dónde estas hoy? Qué has comido? Qué haces? No me dejabas vivir, ni dejabas vivir a los demás. No dejaste de mí ni un ápice de lo que había sido. Me anulaste por completo. Eras una bruja. Y lo sigues siendo. Levantarme cada día ya era un suplicio sólo de pensar que tenía que volver a encontrarte y soportarte ocho horas en el mismo cubículo. Cuatro paredes de pladur y escasos muebles, con los archivos completamente desordenados dentro de tu orden. Tu mesa siempre llena, para que pareciera que trabajabas mucho y que tenías siempre mucho trabajo a tus espaldas. Pero nunca encontrabas nada cuando lo buscabas. Aunque tu cabeza de loca histérica siempre estaba maquinando algo. No dejabas puntada sin hilo. Tu odio o rencor no tenía límites. Ni principio ni final. Me atormentabas a preguntas. De ésas que no puedes evitar contestar. Preguntas incisivas, molestas, punzantes, e hirientes que los demás fingían no escuchar. Si te metías conmigo, los dejabas a ellos en paz. Empezaste a culparme de que todo te salía mal, y que yo no quería ayudarte en nada, cuándo eras tú quién no escuchaba ni quería escuchar. Ni a mí ni a los demás. Tu propia locura era tu mundo. Un mundo lleno de problemas que ya te encargabas tú de llenar, aunque tuvieras que inventártelos, sólo para tener tu protagonismo. Me despojaste de mi autoestima. Ahora lo veo claro. Entonces no entendía el porqué. Ahora sí. Los celos te corroían por dentro y ésa era tu manera de mortificarme. De hacerte fuerte. No me dejabas hablar con los demás, me inerrumpías constantemente. Siempre eras la protagonista, o querías serlo, aunque todos, después, te criticaran a tus espaldas. Finalmente,también yo,porque ya no te soportaba más. Me resultabas tóxica a más no poder, lo más tóxico de toda mi vida. No soportaba tus mentiras para dar pena y que te consolaran. Tus locuras, tus cambios inmediatos de humor, tus aires de grandeza, o tus lloros para dar pena. Hacías complicado lo fácil y podías pasar en un microsegundo de estar bien, y tranquila, a gritar y saltar como una demente. Hasta le gritabas a una fotocopiadora!O al armarito del botiquín!!!Dios!!! Te creías una persona estilosa, con gusto, y poderosa. Y sí, esto último sí que lo tenías, tenías poder. Tenías poder, y mucho, y eras consciente de éllo. Te hacías de rogar, y te salía muy bien, gran hija de puta. Siempre conseguías todo con tus artimañas de demonio. Pero también tenías celos, de todo y de todos. Hasta de tu propia sombra. Cualquier susurro lo atribuías a que hablaban de tí, como si fueras el centro del universo. De nuestro pequeño o gran universo. Porque para tí todo eran grande. Conseguiste que me alejara de los demás, hasta que llegó el día que corté por lo sano, o eso pareció, porque nunca más me molestarte. Fue un dia que comentaba a la hora del café el no haber dormido por mis frecuentes dolores de espalda. Interrumpiste mi conversación quejándote de que tampoco habías dormido bien y bla, bla, bla. Y ese día no pude más,corté por lo sano y dije: «si tienes tantas cosas deberías hacértelo mirar». El silencio se podía cortar, pero nadie dijo nada más. Ella continuó su conversación diciéndome si la estaba tratando de loca, bla,bla,bla…pero ya nadie la escuchaba. La primera de levantarme de la silla fui yo. Después, fueron yéndose los demás, y allí se quedó despotricando, sí, hablando sola. Nunca más volví a escuchar nada que viniera de su boca. Espero que su locura se quedara con ella misma. Y sobretodo, que no la abandone jamás. Esté dónde esté, quietecita. Y a poder ser, afónica.


LA XICUELA DE CORRIOL

Si ya es difícil ser mujer para acceder a un trabajo, ni te imaginas lo que puede serlo estando casada y/o con hijos de por medio.
Marisa era una buena trabajadora. Puntual, servicial con los clientes, etc. Todas sus predecesoras habían tenido que dejar su trabajo al casarse, menos la última, que lo dejó a la llegada de su primer hijo.
Marisa aceptó su trabajo sin haber siquiera hablado sobre este tema, aunque era un hecho conocido en todo el pueblo. De todas formas, no dejaría su trabajo por ninguno de estos dos motivos. Pensaba pelear si se diera el caso. Nadie conseguiría doblegarla


GABRIELA MOTTA

El Recolector y su punto de vista.

Juan tiene 21 años y es padre de tres niños, su madre lo tuvo cuando tenía 15; su padre se desvinculó de él antes de que naciera con la excusa de que «ella era una puta y quién sabe de quién era el hijo, a él no lo iba a engañar queriendo enchufarle el hijo de otro». De esta manera la madre adolescente quedó sola y su única alternativa fue prostituirse para poder solventar los gastos de un embarazo precoz.
En ese contexto de extrema pobreza nació Juan, criado desde muy pequeño en las calles, rodeado de carencias, con muchos de sus derechos vulnerados. Pero a pesar de su entorno y que su mamá se perdiera en el mundo de las drogas y la prostitución después de su nacimiento, él es un resiliente.

Nunca quiso seguir los pasos de sus conocidos, que ganaban dinero fácil rapiñando autos en los semáforos. Él en cambio, había ahorrado unos pesitos cuidando coches en las calles para comprarse un caballo. Una vez que lo adquirió se puso en marcha, recicló maderas, algunos fierros y construyó su propio carro. Era un trabajo digno como cualquier otro, respetado por sus pares y tenía ejemplos claros de lo próspero que se podía llegar a ser, uno de ellos era el de su vecino el Cholo, quién recolectaba hace ya algún tiempo y ganaba un buen dinero, eso se veía reflejado en los niños que siempre estaban bien vestidos y alimentados.

Esa mañana se despidió de su familia y salió junto con su hijo de 6 años (lo llevaba para que fuera aprendiendo el oficio desde pequeño) también llevaba a su hermano Pedro, con el fin de que conociera otra forma de ganarse la vida, que fuera distinta a las rapiñas y las bocas de pasta base.
Lo que Juan ignoraba era que el municipio había prohibido el uso de carros en la zona céntrica de la ciudad, su uso estaba permitido sólo en la periferia. Ignoraba, que había grupos de personas luchando por el bienestar animal y tratando de retirar los caballos de las calles, ignoraba que su trabajo no era visto como tal en otros contextos, ignoraba los temas relacionados a la seguridad vial, el peligro que corría él, el caballo y los demás transeúntes. Ignoraba muchas cosas, pues desde su punto de vista las cosas eran mucho menos complejas y más simples.

Para él; el caballo era sólo un animal que con darle un poco de agua y comida bastaba, siempre decía lleno de orgullo que el Potro (como lo llamaba) comía mejor que muchos en su barrio, incluso había días que comía mejor que él. Para Juan ese animal era su trabajo y ese trabajo era su salvación, eso bastaba para sentirse esperanzado, por primera vez en su vida, sentía que estaba haciendo algo bueno.

Le hacía mucha ilusión su primer día de trabajo, así que cuando se encontró con el primer contenedor ordenó a los niños que se ocuparan de recolectar el cartón, él se encargaría de seleccionar el plástico. Con ese sistema de trabajo fueron de contenedor en contenedor. Todo marchaba bien hasta que, tocó recolectar en una avenida muy transitada, el caballo, que no estaba acostumbrado al ruido de la ciudad se asustó y salió disparado corriendo desesperado, en su huida logra esquivar algunos autos y transeúntes, pero al llegar a la esquina se chocó de lleno con la parte trasera de una camioneta que esperaba el cambio de luz. El carro se partió a la mitad y el animal salió despedido volando por encima de la camioneta. Juan corrió desesperado detrás, pero al darse cuenta que nada podía hacer llevó sus manos sobre la cabeza y quedó paralizado observando el trágico desenlace.

Para su suerte no hubo herido. En cuestión de minutos se aglomeró mucha gente, unas personas tomaron el caballo y se lo retuvieron, a él lo miraban con desprecio, escucho comentarios de todos tipos, las personas que pasaban lo insultaban por su actuar irresponsable, hacían comentarios sobre su condición. Él en cambio trataba de ignorarlos, tan sólo quería rescatar su caballo (ahora que sabía que los ocupantes de la camioneta estaban bien, respiraba un poco menos nervioso), pero para su desconcierto no sería tan sencillo recuperarlo nuevamente.

Cuando por fin llego la policía al lugar de los hechos, luego de interrogar a los testigos y a los ocupantes de la camioneta se dirigieron hacia él, pudo observar que el trato que se le daba no era el mismo que a los demás involucrados, notó un tono diferente en los oficiales que lo interrogaban, no obstante, pensó que era un trato justo de acuerdo al terrible accidente que había provocado.

Uno de los oficiales luego del interrogatorio le pidió los documentos del animal, Juan ignoraba totalmente que el caballo tenía que tener documentación, era la primera vez que lo escuchaba, a él se lo había vendido el Gringo con la garantía de que estaba todo en orden. Y ahora este hombre le habla de papeles. Al ver su cara de desconcierto, el policía le comunicó que sólo se lo podía llevar con la documentación correspondiente y pagando una multa.

Juan se tiró en una cantera, debajo del sol de verano que quemaba con furia su piel curtida por el trabajo duro, desconsolado viendo cómo sus sueños se despedazaban ante sus ojos, viendo como para esas personas él era tan sólo un “pichi “mantenido por él gobierno a través de sus planes sociales, viendo cómo por una imprudencia la vida volvía a recordarle que para algunas personas es difícil poder salirse de sus etiquetas sociales, él había cometido un error por ignorar cosas, pero había sido un accidente, los demás no parecían ser malas personas y sin embargo lo trataban como si en algún momento de su vida hubiese perdido la condición de humano para mutar en un «pichi». A nadie le importó que Juan esa noche volviera a su casa sin ningún ingreso y sin su fuente de trabajo.

Devastado, analiza la situación e intenta comprender desde su punto de vista como hará para seguir adelante, pues el caballo ya no lo tiene, no tiene un mango en el bolsillo y para colmo de males le tocó nacer en un contexto desfavorecido, luchando desde el primer minuto de vida para salir adelante y no dejarse caer por las adversidades. En ese instante se le viene a la memoria una frase que había leído en una protesta en contra de las reformas en las cárceles en las redes que decía algo así: “los derechos humanos son para los humanos derechos” y sonrió, esa lógica se aplicaba en él, justamente en ese momento. El haber nacido pobre, en un barrio marginado le quitaba la condición de «humano derecho» para otorgarle la etiqueta de pichi, paradojas de la vida, justa él que había tratado por todos los medios en convertirse en un hombre honrado.

Pero ante sus ojos sólo tenía a tres pequeños niños que lloraban de hambre pidiendo por comida. Sin decir nada, se levantó, tomó sus cosas y se fue para la esquina junto con sus conocidos, sabía que no era lo correcto, pero era lo único que tenía a mano para salir de ese aprieto, era lo único que creía poder hacer de inmediato para calmar el hambre de su familia y la suya propia.

Si analizo lo ocurrido desde mi punto de vista seguro la historia de Juan sería diferente, pero aquí lo que importa es su punto de vista y no él mío.


 

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20 comentarios en «Discriminación»

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