Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con el tema «el futuro ya está aquí». Estos son los textos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 18 de marzo! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).
POR FAVOR, SOLO VOTOS REALES, SOLO SE GANA EL RECONOCIMIENTO, CUANDO ES REAL.
* Todos los relatos son originales (responsabilidad del autor) y no han pasado procesos de corrección.
Sí, siento el futuro en mi persona. Cada vez que respiro, hablo o como.
Cada mañana al levantarme respiro Internet. Mi ilusión es entrar en la red para dar visibilidad a mis libros.
Pero algo ocurre en mi persona. Después de tocar varias teclas, entendí que el futuro ya está aquí pero mi poco saber en conectarme con instagram Facebook y otras plataformas, es la consecuencia de que mis libros sigan en las cajas sin llegar al gran público.
Sí siento el futuro en mi persona cuando hablo, más al querer entrar en la pantalla del televisor o móvil con el fin de tomar parte con otras personas en una vidio llamada o similar, me quedo muda porque no se dar al botón.
Sí siento el futuro en mi persona cuando me pongo a comer, ahora bien, mi estómago a costumbrado por años a comer lentejas o garbanzos cuando abro la cajita que hay en el plato con comida del futuro, el apetito se cierra ante lo presente y pide a gritos un plato de paella.
Rubén tiene 20 años y todo un futuro que desperdiciar por delante. Su vida consiste en asistir a las clases virtuales de la universidad, ignorarlas, y pasarse diez horas al día investigando las cuentas de Twitter de personas famosas. El resto del tiempo lo llena con masturbaciones compulsivas, visitas al baño, y las distintas comidas del día.
Hoy está contento. Ha encontrado un tweet del año 2010 de un famoso cantante en el que improvisa unos versos hablando de pegar a una mujer. Ha guardado la URL en el bloc de notas del móvil, y está esperando a las 15:00, hora en la que sus seguidores están más activos.
Falta media hora, y decide rellenarla en compañía de Penny Pax.
Ya son las 15:00. Descargado y relajado, copia de nuevo la URL y prepara su tweet:
«No puedo creer que estemos escuchando la música de una persona tan despreciable. No se merece la fama que tiene…».
Las redes se incendian. Sus decenas de miles de seguidores retweetean, favean, comentan; escriben al músico escupiendo odio en cada sílaba.
«¡Promueves el odio, malnacido!».
«¡Ojalá te hicieran lo mismo!».
«Voy a encontrar tu dirección y te voy a partir las piernas, cabrón».
El músico no entiende nada. Escribió esos versos como parte de una serie de tweets en los que trataba de concienciar a la gente sobre la violencia de género, que él consideraba omnipresente. De hecho, lo explicó el día anterior para evitar malentendidos.
A las 22:00, la noticia ha llegado a Facebook, Instagram, grupos de Telegram y WhatsApp, páginas web de noticias. Nadie contrasta nada. Para qué.
Unas cuantas personas salen en su defensa, pero son silenciadas y tildadas de cómplices.
En solo unas semanas, todas las discográficas del país le dan la espalda, cae en las listas de más escuchados de todas las plataformas digitales, e incluso retiran sus canciones de algunas de ellas.
No les importa si lo que ocurre es verdad. Les importa que pueda salpicarles la mierda.
Rubén está satisfecho. Ni siquiera tiene muy claro por qué. No cree haber hecho ningún bien a la humanidad, ni mucho menos. Quizá sea esa sensación de tener poder sobre los demás lo que le empuja a abrir la aplicación cada día buscando una nueva presa.
Ha hundido la carrera profesional de una persona, y no se siente mal por ello.
Ni siquiera cuando lee la noticia del suicidio del músico.
SERGIO SANTIAGO MONREAL
Anclado al pasado me encuentro atrapado.
El presente avanza raudo y veloz dejando recuerdos incendiados sin tiempo a guardar luto se tornan cenizas de heridas mal cicatrizadas.
El futuro ya está aquí y viene para quedarse. Me tendré que adaptar pero no me pueden prohibir recordar quien me hizo llorar.
Sin tiempo para lamentar y alimentando mi ego del verbo amar me conseguí levantar.
Todo había cambiado, inclusive yo, me habían obligado a enterrar el pasado y el presente para vivir el futuro puro y duro que fue capaz de venir sin avisar.
La quietud de antaño se convirtió en espíritu ancestral, figura mística universal.
El futuro ya está aquí vino sin avisar y se va a quedar.
CONSUELO PÉREZ GÓMEZ
«EL FUTURO YA ESTÁ AQUÍ»
En el exoplaneta Alp3edr7ete, Li3lipu5t, fue la elegida para la encomienda de descubrir vida en la órbita espacial –más que encomendarla, fue lanzada al espacio sideral de un día para otro, sin previo aviso- con la importante misión de recoger muestras de vida inteligente por si en su día se diera la necesidad de repoblar otras galaxias. De suerte tal que, vino a posar su cacharro metálico contra un erial de la provincia de Cádiz, seguro que no fue casualidad pues es bien sabido que esta no existe. Estaba más vacío que el cerebro de cualquier dirigente. Sin hoja de ruta con la que guiarse en su misión, tiró de frente hasta dar con lo que parecía ser un ser vivo…-ahora la parte jodida era hacerse entender-…
—M58ñloyu,mkththnbttumm68gurjn2584msnjsurnn…-Dijo Li3lipu5t sin mucha convicción, dejando al ser viviente con los ojos más grandes que un platillo. La mirada que recibió tampoco tuvo o tenía traducción para ella.
—¡Qué hostias es esto! ¿De dónde sales tú? –Preguntó el ojiplático terrícola.
—Pues n’á…nos vamos a entender de cojones tú y yo…-Respondió Tirso a modo de reflexión.
Li3lipu5t no entendió ni papa…hasta caer en la cuenta del invento que llevaba en su mochila…una cajita simple con un solo botón que, al ser accionado, traducía a cualquier idioma requerido por la ocasión, todo aquello que le era dictado.
Y así fue como Tirso aclaró de forma metafórica a veces, lo que venía a ser la tierra que pisaban.
Por ahí lo llaman ‘Planeta Earth’, en «Caí», lo llamamos tierra, que es más fácil de decir y sobre todo de pisar… ¡Qué me vengan a decir a mí como se pisa un Earth! ¡Manda güevos! Con tal de presumir no hacen sino inventar gilipolleces…
Li3lipu5t captaba a pesar de ser exoplanetaria la intención en las palabras de Tirso, el cual poco a poco le fue explicando en cada ocasión todo aquello con lo que se iban tropezando.
—Esto es una pareja bailando -señala Tirso-, se engarfian moviendo sus pies al descompás y en ocasiones acaban el ritmo en horizontal…-Tirso explicó con detalle a Li3lipu5t el significado de este acto que quedó meridianamente claro.
Ante la visión de los rectángulos que aparecieron volando, Li3lipu5t no necesitaba explicación alguna. Entendió nada más verlo que sus vecinos exoplanetarios se acercaban a Earth en busca de algo nuevo que les sacara de sus soporíferos planetas.
El siguiente paso les enfrentó con un grupo de cabezas arremolinadas ¿Qué hacían y quiénes eran? Tirso en su idioma vino a decir que eran una panda de alienados, incapaces de un pacto individual y una forma de pensamiento libre…políticos les llaman…
En el camino desandado pasaron por ríos y mares tropezaron sombras envueltas en secadoras sábanas…a veces ocultas detrás de un velo azul…
Parado junto al mar Tirso intentó describir la inmensidad e infinitud que a él le transmitía provocándole los más mágicos estado de paz…
El cuadro colgado en uno de los muros de la botica, representaba las flores que agonizan en un inmenso erial sin agua…manos que ocultan la invisibilidad del ser que los cuidó…
Y por fin…el fin…después de todos los caminos andados, de los paisajes descritos, llegaron al lugar de Tirso, el lugar de su siembra…el lugar de los privilegios, el lugar que de tanto soñar había terminado por conseguir crear, hacer realidad la creencia de que los sueños se cumplen con empuje y paciencia un campo de semillas …
—¿Qué siembras aquí? –Preguntó Li3lipu5t que, a estas alturas ya dominaba el significado terrenal de las particularidades de Earth..
—Son unas semillas muy especiales, pero casi mágicas, no necesitan ser regadas, con que cada estulto que pase por delante del campo y les dirija una mirada ellas van creciendo, creciendo, creciendo…
—Sí, pero ¿Cuál es su fruto?
—De cada grano sale un indigente intelectual…y la cosecha se multiplica por mil cada año…-A ver como explico yo a un alienígena lo que es esto –Dice para sí, Tirso.
—Creo que ya entiendo el lugar que Earth ocupa en el espacio interestelar…
Un pitido proveniente de la mochila de Li3lipu5t interrumpe la conversación. Es un mensaje cifrado desde el planeta Alp3edr7ete reclamando su vuelta.
—Me quedo aquí. Me quedo en Earth. Aquí se baila en vertical y hasta en horizontal. Hay ríos, mares, prados y bares…¡Y una mierda voy a volver a ese planeta oscuro que ni sol tiene, ni playas, ni vino!…Tirso os manda una nave repleta de su cosecha…¡Qué os aproveche!…
Es más fácil entenderse con un extraterrestre que con un bárbaro terrícola.
ANTOLÍN MARTÍNEZ JIMÉNEZ
Ha llegado el futuro
Siempre estuvo aquí y el que piensa en él como algo de esperar no tiene futuro, porque éste lo ha alcanzado ya.
Hay quienes pensamos que en él nos llegará la felicidad, el no tener obligaciones, sólo ocio y bienestar.
El futuro tiene las patas muy cortas. Es simplemente el paso siguiente del paso que estoy dando.
El tiempo es tan caprichoso como la vida. No planées más allá de esta cena. No asegures que lo harás. En tus manos no está escrito tu futuro, está pasando en el momento en que termina lo que acaba de pasar.
Si supiéramos con certeza nuestro futuro más próximo nos podríamos asegurar de que el lejano llegará.
Aun así, estoy conforme. Acepto donde he llegado. Mis propósitos son ver el sol todos los días y dormir todas las noches, pero en medio de todo esto, quiero rodearme de lo que me quiero llevar.
Siempre estoy preparado para irme. Sé que no hay nada por acabar. Nunca dejo para mañana lo que puedo terminar y si no puedo terminarlo cualquier otro lo hará.
Es muy grande el camino conseguido, jamás supe que así fuera, pero estoy seguro que lo andado bien andado está.
Lo que viene desde ahora siempre será el presente, pues el futuro es incierto, tan incierto que no está.
Quiero creer que me quedan muchos presentes por vivir y los viviré como he hecho siempre, haciendo lo que me deje dormir. Que salga el sol mañana también y que lo pueda sentir.
IRENÍA MARTÍN
Hace veintitrés años, día más, día menos…estaba escuchando a Don Juan Delgado, maestro de los dos últimos cursos de educación primaria.
Delgado de apellido, que no de complexión, sudaba la gota gorda en los meses primaverales intentando captar la atención de preadolescentes, que según él: «cada vez veníamos más tontos»
Un día, nos contó lo que es un ecosistema y la diversidad, la amenaza de la destrucción de los mismos que conduciría al peligro de plagas. Nos decía que aparecerían organismos cada vez con mayor resistencia a insecticidas y antibióticos y llegaría un momento que serían tan fuertes que no podríamos soportar ni el remedio.
Nuestra mirada era de incredulidad; aseguró que en unos cincuenta años se vendería aire embotellado, como ahora se vende agua. Nos reímos. Él sonreía entre dientes alegando que hacía sesenta años era impensable eso de vender el agua…
Nos dijo que cuando él era joven, tenían mucho cuidado con los resfriados y en la cola de entrada del cine y al salir, se ponían el antebrazo cubriendo nariz y boca.
El recuerdo de este maestro de infancia ha estado muy vivo martilleando mi sueño en estos tiempos pandémicos; esa clase, esa hora.
Empiezo a temblar… porque «su futuro» cada vez se parece más a mi presente, a nuestro presente.
MANUEL ALBÍN EXTREMERA
Les llamaban locos a los sabios que predecían el futuro, hace muchos siglos, pues bien, aquí lo tenemos, ya está aquí,
— el futuro —, ahora en vez de lápiz, tenemos un móvil que digo yo como Resines, que lo hace todo menos llamar por teléfono.
Ya no mandamos cartas, ya no compramos sellos, ahora con un dedo hablamos, nos vemos y hasta escribimos para que nos lean todo el mundo por las redes sociales, mi mente se está acostumbrando poco a poco a la era moderna. Aunque aún hay cosas que no me cuesta trabajo asimilar, pero la generación de ahora, si están acostumbrados, pero han perdido la nostalgia de las cartas con perfume para su amor, sentarse en las butacas de los cines de pueblo e ir a casa de del vecino a entablar una conversación, no nos podemos quejar, vamos hacia la prosperidad del mundo, aunque tengamos algunas lagunas los que hemos estudiado menos. Y si el futuro está llegando es por algo, no nos podemos quedar metidos en una gruta, hay que salir y adelantar al pensamiento y sobrevivir ante la informática y el desarrollo, sólo aceptando a la llegada del futuro.
RAQUEL LÓPEZ
El futuro no avanzaria si no tuviéramos en cuenta un pasado..
Vamos con ilusión, pero también con la incredulidad de como llegará a ser.
En cuanto a tecnologías, esta claro y es evidente que el avance es seguro, pero en lo que respecta al ser humano, avanzamos o retrocedemos? Será nuestra manera de crearlo y nuestra dedicación lo que haga que nos importe mucho más para poder llegar preparados.
Se ha progresado en tecnologías, pero como efecto colateral, no avanzamos en cuanto las vicisitudes que nos acompañan en las que por poner un ejemplo, la libertad obedece a no pensar por nosotros mismos.
Esto nos conduce a aumentar los momentos de bienestar o libertad de nuestros derechos pero cuando hablamos de progreso humano, no llegamos a esa emancipación que realmente tendría que evolucionar con el paso del tiempo y mejorar nuestro futuro.
Por lo cual, llegué a la conclusión de que el interés por un futuro es más próximo a mi presente, aunque venga a pasos agigantados.
Aún así,hay que ser positivos porque el futuro está aquí, pisando fuerte y hay que estar a la altura…
NEUS SINTES
Pasado, presente y futuro. Las líneas temporales del tiempo. Ayer fue el pasado, el hoy es el presente y el futuro será el mañana. Nunca esta tan lejos como parecer estar. Mañana es el futuro, cuando despiertas, abres los ojos y ves el mundo que te rodea y te envuelve. Cada día ha ido cambiando con sus mas o con sus menos. Pero el mundo de antaño, no es el mundo del de ahora.
Un futuro de nuevas tecnologías han dado un paso más en la existencia de la vida. Algunas para mejor, otras no tanto. Recordando con nostalgia, en ocasiones, como era el vivir sin tanta tecnología. Ventajas y desventajas que ahora en el futuro han podido comprobarse.
La bola de cristal, la que te dirá el futuro, en verdad eres tú mismo. Uno mismo es quien dicta los cambios en su futuro, el destino radica en el camino que uno escogerá en el futuro del mañana.
Sé lo que viví ayer, sé lo que estoy viviendo ahora. Mañana; no lo sé, todavía.
TESS LORENTE ESCRITORA
De niña imaginaba un futuro con trajes de látex y coches flotantes. El cine mostraba una imagen bastante nítida de lo que estaba por llegar.
Ahora que ya despierto en ese futuro, veo con claridad porque el cine siempre lo representaba con cierto temor y deshumanizado.
Vivimos conectados a redes ficticias donde puedes compartir amistad con miles de personas, sin ver nunca sus rostros. Las relaciones sentimentales se inician de forma virtual y las teclas sustityen a la piel. Compramos todo lo que necesitamos y llega a nuestras casas sin necesidad de interaccionar con nadie, a tan sólo un clic de distancia.
Comida preparada, bebidas energéticas, alimentos modificados genéticamente. Adiós a la cocina casera, salir al restaurante y sociabilizar con otra gente.
Nuestro hogar se ha transformado en cubículos, donde teletrabajamos al servicio de una inteligencia artificial mucho más eficiente. No necesitamos más que una mesa y un ordenador para conectarnos al mundo, pero sin salir a él.
Creo que el siguiente salto en la evolución humana nos sorprenderá con especímenes de grandes y adaptadas manos para teclear con mayor facilidad, en detrimento de las cuerdas vocales, que enmudecerán debido al desuso.
Pero habrá algo que no cambie. Los pobres serán míseros y los ricos seguirán siendo poderosos.
Y en medio de ese caos resurgiremos los artistas, como una gran fuerza revolucionaria para recordarle al mundo la grandeza del ser humano.
Volveremos a la tierra, a la vida real y al lápiz. Saldremos de nuestro cautiverio y viviremos en comunas. Volveremos a abrazarnos, a besarnos y a conversar.
Todo sabrá más rico, todo saciará más, todo volverá a ser como antes.
Nuestro futuro será regresar al pasado.
MARIA ROSA ROLANDO
El futuro ya está aquí, lo acabo de descubrir bajo la alfombra que cubre el parqué. Se asoma tímidamente. Lo tomo, estudio sigilosamente. Mis manos sostienen suavemente una parte de mi vida. Tiene tonalidades que van desde los pasteles a los más brillantes. El futuro ya está aquí, y me muestra, en un místico rosado, una mujer. Ella acuna a su nieta mientras se mece bajo el alero de una cabaña, enmarcada en un dorado abrasador. Sus cabellos recogidos, su piel de porcelana. El futuro ya está aquí, vino a sorprenderme. A contarme secretos de esa anciana que entona una melodía que mil veces canté a mis hijos. Ahora se escurre entre mis dedos y regresa a esconderse rápidamente. Él me obsequió un instante, un mañana lleno de amor.
JOSÉ ARMANDO BARCELONA BONILLA
El futuro que viene
Y el bando rezaba así:
“Debido a la reiteración descontrolada de las averías sufridas por el reloj de la Casa Consistorial y ante la carga que supone para las arcas del Ayuntamiento su reparación y cuidado, la Junta Municipal, reunida en sesión extraordinaria, y con carácter urgente, tomando en consideración las opiniones vertidas por cualificados científicos, como el Dr. Ghag, del University College de Londres, referidos a la relatividad del tiempo, ha llegado a las siguientes conclusiones:
Que espacio y tiempo son inseparables e interactúan.
Todos y cada uno de los acontecimientos de nuestras vidas ocurren en un espacio-tiempo diferente, aunque sucedan en lo que creemos que es el mismo sitio.
Nuestra existencia es una sucesión de instantáneas. En nuestra experiencia como seres humanos percibimos el tiempo como una secuencia de sucesos. Es decir, que no existe el presente, porque se transforma en pasado en el mismo instante en que se produce.
La percepción que tenemos de que el presente es lo único que existe carece de sentido, porque es efímero y se precipita en la nada cada segundo.
Queda científicamente demostrado que el tiempo siempre va para adelante y nunca para atrás.
Así que teniendo en cuenta todas estas consideraciones, yo, el Alcalde, proclamo que el tiempo es una ilusión y, por consiguiente, a partir del día de la fecha queda abolido el presente. Desde hoy vivimos en el futuro.
Bienvenidos a la entropía.
Yo el Alcalde.”
Y de esa manera, con la credibilidad del tiempo en entredicho, quedó solucionado el problema del reloj de la Casa Consistorial.
BEATRIZ ÁNGEL
ESO QUE ESTÁ POR LLEGAR.
El futuro, el futuro es eso
que perseguimos constantemente,
pero que solo alcanzamos
el día de nuestra muerte.
Es aquello que anhelamos,
aquello que deseamos,
aquello que nos imponen.
El futuro sólo es una palabra,
pues hoy, el futuro es mañana
y mañana volverá a escaparse,
como la sombra que nunca atrapas.
Es incertidumbre disfrazada
de la temida esperanza,
es la quietud de la raza
que vive atrapada
en un reloj sin tiempo
y el tiempo se acaba.
Es, a veces,
la luz al final del túnel,
que ilumina el sendero,
pero ciega los pasos
de tu camino certero.
El futuro ese cuento
de buenas noches,
ese que recrear
de bonitos sueños
que recordar.
Un libro inacabado,
de páginas yermas,
de jirones de papel quemado
y de historias
que aún no se han contado.
El futuro, el futuro
es eso que te da la mano
y antes de llegar
te deja colgado,
te observa siempre
desde el otro lado.
Es como un espejo
empañado de vaho,
esa lluvia fina
que enturbia la vista
pero limpia el barro.
Es un puzzle
cuya piezas
aún no se han completado,
y aparecen en la mesa
cuando el momento ha llegado.
Es eso, eso
que está por llegar,
tu lienzo en blanco
para poderlo pintar.
LUISA TABORDA
El futuro ya está aquí.
Rememorando mi niñez y adolescencia, me doy cuenta que el futuro ya está aquí, antes yo creía que los bebés los traía las cigüeñas, ahora que lo pienso que ingenua era.
Me encanta leer libros de Jane Austen como <<Emma>> , << Orgullo y prejuicio>> describiendo amor sutil, cándido, respetuoso y cómplice, muy del siglo XIX. Etapas de la historia injustas; a la escritora ninguna editorial o periódico la dejaba publicar por ser mujer, durante un buen tiempo tuvo que publicar bajo el pseudónimo «Mrs. Asthon Dennis» para no ser rechazada por su género.
Veía con normalidad las películas de Disney que pintaban a la mujer como una princesa hermosa y frágil siempre a expensas de que un valiente príncipe guapo la salvara pero a medida que iba creciendo la normalidad desapareció y me empezaba a chocar y a cuestionar ¿ Por qué se nos describía como el sexo débil?
Me fascina, alucino de felicidad y orgullo cuando percibo el cambio al leer y ver historias reales de mujeres independientes, autónomas, que se puede defender por si solas con sus propias herramientas y estrategias. Vivir el amor propio y poder enamorarse desde la libertad y no desde la necesidad y protección masculina.
El futuro ya está aquí con sus cosas positivas pero también con sus aspectos negativos.
El futuro ya está aquí, donde los cantantes de baladas y opera se quedarán en el pasado con sus letras entrañables de composición romántica y algunas trágicas, dejando mensajes de amor eterno y otras un tanto cómicas << el gato triste y azul>> ¿ azul (cianótico) por ahogarse en la tristeza?. << Caruso>> con el mejor estilo operístico, interpretada por Andrea Bocelli , que me pone los vellos de emoción como un erizo. La opera Turandot; amor injusto y sacrificado ¡ Liu no debería morir! muy mala persona la princesa persa. pero «¡ Nessun dorma!» cantada por el tenor Luciano Pavarotti hace que me olvide de toda injusticia para concentrarme en la letra y melodía.
Inolvidable Kurt Cobain y su grupo que fueron tan ingeniosos al crear tantos riffs gloriosos. Acordes que permitieron alcanzar el Nirvana.
El futuro ya está aquí; cuando ya no hay acodes sino un procesador llamado Auto-Tune que hacen que todas las canciones suenen iguales donde ya no se requiere de talento ni de voz sino de una imagen.
El futuro ya está aquí; cuando antes para ver la rodillas había que levantar la falda entremetidas en cientos de enaguas, en cambio ahora para poder ver ¨el tanga¨ hay que abrir las nalgas.
el futuro ya está aquí; cuando la música dejo de ser poesía, reivindicación y fantasía para pasar a ser pornografía auditiva.
BEA ARTEENCUERO
EL FUTURO YA ESTA AQUI..
Jacinto es un niño muy curioso..
Una mañana cuando está desayunando, pregunta..
– Mamá, que es el futuro?
– Jacinto, el futuro es la línea del tiempo que todabia no sucedió;
¿Porqué lo preguntas?
– Anoche soñé que viajaba en el tiempo y de pronto estaba en el
año 2050 y nada era igual, los edificios eran de una arquitectura
alargado y muy altos, los espacios verdes eran artificiales, los parques
eran lugares con estructuras metálicas individuales equipados con juegos electrónicos.
Los automóviles no andaban sobre la calle, sino en el espacio, eran vehículos pequeños, Por su circulación, no se veían pájaros surcando el cielo; Las personas vestían todas iguales con trajes blancos, todo me recordó una película que vi los otros días por Neflix.
Se manejaba todo por grandes computadoras o por robots creados según el uso.
La comida era por medio de píldoras.
No se veían jardines, estos eran creados en espacios cerrados al igual que las huertas a las que procesaban para su consumó.
– Y vos como supistes esa información?
Yo me veía igual, pero mi mente,
recogía información como si fuera una persona mayor.
Los niños nacían en un laboratorio y se necesitaba un permiso del Gobierno para tenerlos, sólo dos hijos por familia; No había escuelas ni Universidades, todo era virtual.
Las personas no tenían contacto físico..
– ¿Como era eso?
– No se abrazaba, ni besaban.
Las parejas se elegían por un sistema selectivo que te indicaba cuál era la indicada.
El sexo lo hacían, previamente tomando una píldora para excitarse porque también era programado, y lo hacían sólo mirándose.
Todo me parecía muy frío y no.me gustaba lo que veía, de pronto quise regresar y darte un besó.
Fui al lugar donde deje la máquina del tiempo y para mi sorpresa no estaba; me invadió el miedo pensando que quedaría atrapado allí, corrí y corrí cada ves más rápido, cuando no podía seguir, y estaba agotado, te vi allí tendiendome la mano, me aferre muy fuerte de ti y desperté.
– Fue sólo in sueño Jacinto..
Tal ves tu mente guardo imágenes de lo que vistes en la tele, no temas…
El pasado fue hayer, hoy es el presente, mañana el futuro.
– Gracias mamá, le dio un beso y le dice…
– Me voy a jugar con mis amigos.
– Bien, ¡ Tené cuidado!
– Mamá, estoy en mi cuarto en la compu.
Lo veo salir presuroso y no puedo dejar de pensar…
EL FUTURO YA ESTÁ AQUI!
GAIA ORBE
Somos habitantes de un futuro que ya está acá. Las grandes compañías monopólicas bajo su lema: “Investigación, desarrollo, innovación” nos aturden con sus coreografías de mentiras mientras Jesús, sigue teniendo ese bello porte de niño que juega después de haber atravesado mas de dos mil años, y las mil caras de Buda con su vestimenta de monje y pies descalzos, ojos entornados que invocan la serenidad, se convierten en un elemento decorativo de exotismo chic.
Sí, el futuro ya está acá. Empresas privadas llegan al planeta Marte, viajando por un cielo lleno de satélites que dirigen un robotizado mundo genéticamente manipulado. Vehículos autónomos espiados por drones que tapan el sol circulan en la tierra donde los rostros ya no son los nuestros, sino el efecto especial por defecto de las computadoras. Los hijos del bitcoin es la moneda de los pueblos que viven entre interfaces holográficas y comandos de voz que organizan los hogares.
Sí, somos habitantes de trozos de futuro repartidos en el presente. Pero aún, necesitamos historias para conocernos a nosotros mismos entre las cosas que se niegan a morir: los mosquitos y las drogas.
VALERIA MICHOU
El FUTURO ya está AQUÍ y sólo nos quedan las sobras.
MANUEL SIERRA
EL PASADO NUNCA FUE IDÍLICO
El futuro ya está aquí porque el pasado nunca fue idílico.
¿No me creéis? Solo hay que aprender Historia. La esperanza de vida entre los veinticinco y treinta años. Entre un tercio y la mitad de los recién nacidos que fallecían ante de cumplir los diez. El sometimiento de la persona a las necesidades del grupo, a levantase y trabajar de sol a sol, sin tiempo de ocio. El sometimiento de la mujer a estar embarazada casi de continuo, para paliar la alta mortalidad. La reducción de la individualidad, la erradicación del pensamiento independiente, no fuera a ser que se albergue ideas que se dispongan en contra de lo que debe ser la norma (trabajar de sol a sol, quedarse en casa al cuidado de los niños). La urgencia de inventarse religiones y dioses para compensar la tragedia cotidiana. La necesidad de consuelo, de que existiera una voz que en el monte clamara: «Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos será el reino de los cielos».
No, el pasado nunca fue idílico. Si no me creéis aprended Geografía, mirad estadísticas. Hoy en día los afortunados somos una quinta parte de la población mundial. Pero al menos somos una quinta parte, no una vigésima o una centésima, como ocurría hace bien relativamente poco. Y podríamos ser más, si pudiéramos cambiar culturas y mentalidades. No tengáis tantos hijos, controlad la natalidad. Hay medicinas que permiten alargar la vida, no es necesario traer al mundo tantas bocas que alimentar. Evitad a los políticos corruptos, vuestro voto vale algo, aprovechadlo.
Demasiado utópico. El futuro ya está aquí, y se trata de una carrera contrarreloj. Ente las tensiones demográficas y migratorias, entre el cambio climático y las catástrofes ambientales, y la capacidad de los distintos pueblos de aprehender el progreso. ¿Quién ganará? No me atrevo a votar a un caballo ganador.
PEPI RAMÓN
A 8 de marzo de 2021, en un lugar cualquiera, xx
*¿Qué somooooos?
– ¡Grandes y estupendas!
*¿Qué somooooos?
– ¡Grandes y estupendas!
*¿Qué somooooos?
– ¡Grandes y estupendaaaaaaaaaaaaaas!
*¡Y coj*nudas!
– Síííííííííí
*¿Y ellos?
–
–
– ¡Tambiéééén!
*¿Entonces qué c*ño pasaaaaaaaaa?
¿Y cuantos días al año somos grandes, estupendas y coj*nudas?
–
–
*¿Entonces qué c*ño pasaaaaaaaaa?
¿El futuro ya está aquí? ¿De quién? ¿Para quién?
¡Exijo mi futuro!
¿Qué c*ño pasa???????????????
Alguien tiene mi presente. Además de haber tenido mi pasado. El nuestro, el de todas. Tratando de razonarlo… ¡Eso es terrible!
PD: La imagen puede parecer contradictoria al texto. No lo es.
ROBERTO MORENO CALVO
Sólo quedaba un minuto para que naciera y él ya lo sabía. Los últimos segundos en el interior del vientre materno no fueron tan placenteros porque a continuación venía un azote en el culo que lo haría llorar y eso ya no le iba a gustar.
Así es como comenzó su vida. Una vida un poco rara. Bueno, diferente.
En el colegio casi nadie le hablaba. No porque fuese el primero en responder al profesor siempre, sino porque lo hacía antes que él realizase la pregunta, y eso era jugar con ventaja.
En casa tampoco encontraba mucho consuelo. Era un incordio ver la tele con él. De pronto se echaba a reír y posteriormente venía el chiste. Daba un respingo justo un minuto antes del susto peliculero. Y del futbol ya ni hablamos, que grite gol antes de que lo metan es un putadón. ¡Es que ni la radio!
Pero tenía sus cosas buenas. Te agarraba antes de un bordillo traicionero, te consolaba y te hacía reír antes de que asomasen lágrimas en tus ojos y te daba un beso antes de que se lo pidieses.
Hay que decir que aguantó lo mejor que pudo esa peculiaridad que le hacía especial. Un día dejó de percibir lo que pasaría en el futuro y no pudo hacer otra cosa que empezar a sonreír. Aunque rápidamente esa sonrisa mudó a un gesto de gran pena cuando comprendió el verdadero motivo. Y es que para él, la vida terminaría en unos segundos.
FÉLIX LONDOÑO G
Presagio
El futuro ya está aquí
La mariposa negra ha abierto sus alas
Un tórrido sol seca las piltrafas de mi cuerpo
No soy el único al que le pesan los anuncios del porvenir
Afuera en la calle también se secan ante Apolo
Las vestimentas de Cloto, Láquesis y Átropos.
FRANCISCO PEDROL MARTÍNEZ
«Siento que el futuro ya está aquí.
Lo siento cuando le envío una carta postal a mi amiga que vive en Madrid y tarda una semana en llegarle; y, sin embargo, le envío un mensaje escrito de whatsapp, y en apenas unas milésimas de segundo ya lo está leyendo.
Aunque no siempre el futuro llega de la mano del progreso humano.
También siento que el futuro -al menos el más inmediato- ya está aquí cuando veo comenzar a florecer algunos árboles y prados, señal de que la primavera se acerca.
Pero por encima de cualquier señal o circunstancia, creo que el futuro lo tenemos siempre ante nuestros ojos, por ejemplo al levantarnos cada día, porque el solo hecho de abrir los ojos, de seguir vivos, ya es una demostración de que estamos viviendo el presente.
Y el presente no es más que ese futuro con el que soñábamos ayer…»
MARA JIMÉNEZ
Ese día se levantó de la cama creyendo que era un día como cualquier otro. Aunque, si lo pensaba con detenimiento, le costó trabajo que su sacro cediera a la horizontalidad para poder lograr el ángulo de noventa grados que le permitiera sentarse en el borde de la cama. “Seguro dormí en una mala posición”, pensó. Se arrastró con lentitud a la ducha pensando que el agua caliente le ayudaría a despertar a su sacro y le acariciaría los párpados que parecían rebelarse contra la idea de recibir la luz de golpe. Así fue. Cada gota de agua la percibía como un golpecito de ayuda, una especie de masaje condescendiente que le ayudaba a activarse. Levantaba los pies de forma alterna para asegurarse de que también sus empeines participaran de la repartición de los diminutos golpes de agua repartidos por la cabeza de la ducha. Salió con calma, pues durante su baño había repasado los eventos importantes de su día, y nada de lo que este le deparaba era una cuestión de vida o muerte, ni siquiera alteraría el curso de la semana, mucho menos de su vida. El diario que le esperaba en la cocina podría ser leído quince minutos o media hora después de lo habitual, el café con el que lo acompañaba permanecería caliente en la jarra de cristal de la cafetera automática. Podría salir a caminar una hora después, el parque no cerraba y los árboles solo cambiaban a capricho del sol la dirección de la sombra que proyectaban, pero no tenían planes de ir a ninguna parte. “Las ventajas de haber trabajado toda una vida”, pensó mientras se secaba con parsimonia.
Cuando secaba su entrepierna se encontró con su miembro relajado y flácido, que descansaba sobre un muslo. Sonrió recordando la importancia que otrora le concediera gracias al placer que le procuraba y se sorprendió cuando calculó el tiempo que había pasado desde la última vez que había tenido sexo. Fue después de la muerte de Verónica, su esposa, quien había muerto antes de cumplir los cincuenta años de un cáncer de seno muy agresivo. Él le lloró por casi dos años, hasta que un día se encontró con Rebeca. Aquella mujer que, de primera impresión, le había parecido tan fea, pero que le hacía reír de tanto que hablaba. Habían salido un par de veces, los dos eran viudos y un día intentaron hacer el amor. Cuando más hicieron “la nostalgia”, que no el amor. Él, Braulio, tenía en ese entonces cincuenta y nueve años y Rebeca cincuenta y ocho. Al estar los dos desnudos en aquella cama hotel, en lugar de encender sus pasiones se encendieron sus nostalgias, y terminaron abrazados, cuerpo a cuerpo haciendo el recuento de sus amantes y venerando el recuerdo de sus difuntas parejas. Tuvieron un sexo triste, como de consolación, como una despedida. Después de ese evento, Braulio se aisló de la vida social y hoy, ante la vista de su pene adormilado, recordaba aquel evento como algo tan lejano que no pudo decir con exactitud cuántos años habían pasado. Entonces se puso de pie desnudo y se miró frente al espejo que estaba pegado en la puerta del baño. Se miro de arriba abajo y a su mente acudió una sola palabra: “enjuto”. Recordó a su abuela usando esa palabra para describir a su abuelo, ese que él no alcanzó a conocer, porque había fallecido antes de su nacimiento de una enfermedad que lo consumió y lo dejó enjuto.
Los rostros de su abuela, de su padre y de su madre se agolparon en el reflejo de su rostro, coincidiendo todos ellos en las arrugas de la cara. La piel de su pecho se colgaba en pliegues debajo de los pezones como el cortinaje de un teatro muy viejo. Su esternón se hundía en el centro como obligándolo a arquear la espalda. Sus piernas le parecían los muslos de un pollo flaco e incluso advertía una leve curvatura de herradura en ellas que lo hacía ver más bajito de que lo que era, ayudado el efecto, además, por el arco de su espalda que nacía en ese pecho cóncavo. La imagen que contemplaba en espejo pegado en el revés de la puerta del baño era la de un viejo, la de un viejo enjuto a quien el tiempo se le había escapado como arena entre los puños, esos puños hechos de dedos un tanto crispados por la artritis y el tiempo.
Se contempló y se tuvo piedad. Recordó todas las cosas que dejó pendientes, todas las horas que desperdició, todos los besos que sí pudo dar, todas las veces que perdió y revivió alguno que otro triunfo ahí, parado desnudo frente al espejo. Solo atinó a decirse: “¿Qué duda cabe? El futuro ya está aquí”.
DAVID DURA MARÍN
Eran las siete de la mañana cuando entraba en el despacho con su café de plástico deformado por la temperatura.
Ya le debía a Paco , el del bar , dos cafés y sendos menús, no había manera de hacer funcionar la tarjeta de crédito.
Encima de la mesa , las pruebas del incendio en fotografías.
El teniente era conocido por su agilidad en atar cabos y todo eso sin llevar gabardina , fumar tabaco o utilizar un coche del depósito de la comisaría.
Él , era más de chándal y transporte público.
Una chaqueta sin mangas aplumada o lo que quedaba de ella, algo parecido a un tablero de juego de mesa con las letras medio chamuscadas donde aún se podía leer » calle Serrano » .
En el maletero del coche , un viejo Delorean , un trozo de monopatín con dos huellas de pie carbonizadas.
Y por último lo más importante ,
el cuerpo de un varón entre veinticinco y treinta años.
Nada encajaba hasta la llamada telefónica.
Dígame?. Al habla el teniente Ruiz.
Soy yo , Mariajo , ya veo que pasas de grabar mi número .
Lo siento cariño , hoy lo haré sin falta.
Es tarde , tengo el divorcio.
Lo tienes o lo pides ? . Dijo Ruiz.
Estoy instalada en casa de mi amigo , hasta siempre.
El ruido del reloj lo despertó de su conmoción , las ocho en punto .
Ni siquiera el cuco estaba en la sala para enumerar cuantos fallos cometidos en su matrimonio.
Pero de pronto lo vio todo claro.
Tenía que haber prestado a las señales , la tarjeta sin fondos , las visitas a su amigo del alma todos los días .
Un chaleco como el del regreso al futuro con un juego de mesa inconfundible.
La calle Serrano no podía salir más que en el monopoli.
Aquí olía a ouija buscando saber del futuro y todo olía a quemado.
Se guardó las llaves del Delorean en el bolsillo del chándal y salió del despacho silbando su melodía favorita.
» volver , con la frente marchita….
Ya volverá , pensó con una sonrisa.
Del futuro sabré poco , pero ahora tengo un deportivo.
El futuro es mio….
LOLY MORENO BARNES
__¡ Ese chico no tiene futuro!
__¡ La juventud de ahora no da un palo al agua!
__¡ Antes…eran mejores tiempos!
Exclamaba la cotilla del barrio, repartiendo a diestra e izquierda sus ponzoñosas opiniones entre todas las vecinas.
A veces, al referirse a una persona en concreto, acertaba.
¡Pero eso, una entre un millón!
El resto, jóvenes que quizás pecaban de ilusos al soñar con un futuro que nunca llegaba. Pero que caían y se levantaban ante los obstáculos del camino.
Era el caso de María, Juan , Julia o Eduardo, entre tantos más.
Sus metas : estudiar la carrera adecuada para un buen porvenir ( a veces renunciando a sus vocaciones) porque, ya no era conveniente ser médico o abogado. Era más esperanzador decantarse por altos estudios en nuevas tecnologías.
Otros, precozmente elegían encontrar su primer empleo, a veces precario o con baja continuidad.
Luisa ( la cotilla del barrio) no paraba de meterse con todos y, hasta parecía disfrutar si el fracaso emocional caía sobre algún joven.
Sin prisa, pero sin pausa, el futuro llegó para reemplazar el agridulce presente y pronosticando un nuevo e incierto devenir .
No todo fue como se esperaba, pero tampoco tan malo como la perspicaz vecina prevenía.
El futuro siempre llega germinando las semillas del pasado para obtener su fruto en un nuevo presente y quien no tenga fe en la humanidad y su legado no puede esperar ninguno.
JULIETA JIMZ
Paula me ha metido la duda en la cabeza. Y aunque me exaspera su insistencia, debo admitir que hay una probabilidad de que sea cierto. Estoy evitando a los hombres.
Aunque bueno, puede que solo sea la falta de tiempo, que no es para tanto si en 5 años no he tenido sexo. He salido con un par de hombres, pero no estoy obligada a pasar a la segunda cita si no hay chispa. Para demostrárselo a ella, y un poco a mí misma, instalé Tinder en el celular.
En menos de veinticuatro horas conseguí conversar con tres tipos, y para el segundo día ya tenía una cita. No está mal para alguien que evita a los hombres ¿eh Paula? Pero antes de salir tenía que investigar al hombre, por seguridad.
En Facebook encontré que estaba divorciado, tal como me lo dijo, pero lo que no me dijo es que tenía una hija de 12 años. En las fotos descubrí que podría ser un adicto a la adrenalina, se veía que hacía ciclismo de montaña, algo que se parece al surf pero con un paracaídas y tenía muchas fotos escalando. Sus aficiones muy excitantes eran muy contrarias a su trabajo, ya que cuando lo busqué en Google vi que en su perfil de LinkedIn tenía un puesto muy ñoño en desarrollo de apps.
Nos quedamos de ver en un bar que él propuso y que yo obviamente no conocía. Hace tanto que no salgo que tuve que comprar ropa. Entré a la cuenta de instagram del bar para saber qué ponerme y vestirme de acuerdo a la ocasión. Después de un par de clics ya había comprado un outfit super adhoc en Shein, que me llegó justo el mismo día de la cita.
Faltaban unas horas para verlo y yo me sentía muy sofocada, no se lo dije a Paula porque le daría la razón de mi supuesto miedo a los hombres. Y como no quería ser este manojo de nervios sentada sola en la mesa, esperando a que el tipo llegara, pedí mi uber con 10 minutos de retraso.
Para mi sorpresa, la conversación con aquel hombre no podría haber sido de lo más agradable. No bueno, la verdad es que estoy siendo modesta, fue la cita más perfecta como jamás la había tenido. A la semana de conocer a Roberto, tuve mi primer segunda cita en 5 años y en menos de un mes, la mejor sesión de sexo de mi vida.
Era de esperarse que Paula dejara de hablarme después de unos meses, creo que desperté cierta envidia en ella y ahora que lo pienso bien, puede que nunca haya sido mi amiga de verdad. Sin embargo le estoy eternamente agradecida, si no fuera por sus insistentes críticas, nunca habría conocido a mi esposo en Tinder.
ANDY PARIONA ROJAS
Hoy papá y mamá lloran, lloran al ver la grieta en la pared de la casa, se preguntan si la casa se caerá debido a eso, piensan y piensan como esa grieta arruina su presente y futuro, inclusive piensan mucho más en el invierno cuando la lluvia se filtre por ahí, piensan en eso y lloran mucho más implorando a Dios que impida que su creación fluya por la grieta.
Hoy ellos ya no están, seguimos viviendo en la misma casa y la grieta sigue esperando ser admirada por mucho más tiempo. Hoy ya nadie llora porque en este futuro sí se harán cambios.
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Mi voto es para el «tímido activo » Coronado que tiene una fluidez cándida al escribir.
Y María Cruz Aparicio.
Por ese futuro que parece que nos va dejando atrás.
Gracias por tan maravillosos escritos.
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