Gol en propia puerta

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con el tema «gol en propia puerta». Estos son los textos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 18 de febrero! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).

POR FAVOR, SOLO VOTOS REALES, SOLO SE GANA EL RECONOCIMIENTO, CUANDO ES REAL.

* Todos los relatos son originales (responsabilidad del autor) y no han pasado procesos de corrección.

CORONADO SMITH

GOL EN PROPIA PUERTA. (No recomendado para menores de 35 años) (Clasificado Burrada XXL)
No es lo mismo un guardametaaa
a que te la meta un guardaaa
no es igual marcar en tu porteríaaa
que en la portería contrariaaa.
No es los mismo medio metro de encaje negrooo
a que te encaje un negro medio metrooo
No es lo mismo fallar un penaltiii
a que te lo entren pà dentrooo.
Si tu metes de penaltiii
tu te tienes que casaaar,
pero cuando te lo meten(dicen)
que te duele hasta el cagaaar.
Yo por eso cuando juegooo
juego sin porteríaaas,
no vaya a ser que me lo metaaan
y no es ninguna tonteríaaa.
Aquí os dejo esta joticaaa
de un gol en propia puertaaa
no dejéis que os la cueleeen
no vaya ser que luego os duelaaa.

MARÍA CRUZ ESTEVAN APARICIO

EN el campo de fútbol mi amiga gritaba eufórica. Gollllll Golllll
Le miré a la cara y, me di cuenta que llevaba mis gafas…

BENEDICTO PALACIOS

Me preguntas en un correo, querida Edwige, por el significado de meterse un gol en propia meta, porque en francés alguien lo tradujo por autodestrucción. Y por si no me sitúo, me recuerdas la explicación que te di de «tener el aparato de radio en el trastero muerto de risa.»
Meterse un gol es lo contrario de andar solícito, de ser presto y diligente. El renard del Principito, por ejemplo, nunca lo haría. En cambio los españoles lo hacemos con frecuencia.
Meterse un gol es no llegar al dos por ciento en investigación.
Meterse un gol es creer que la Covid-19 se irá como ha venido y qué lo vamos a hacer, así que a disfrutar.
Meterse un gol es sinónimo de dar por buena cualquier noticia por estúpida que sea.
Meterse un gol es dejar que te calienten el oído y no ser capaz de decir corta el rollo.
Meterse un gol es aceptar la opinión de ‘ilustres’ tertulianos simplemente por serlo para una mayoría.
Meterse un gol es negarse a aceptar que todo es relativo. ¿O no lo es el amor que me tenías y que ahora me confiesas que está en crisis?
Meterse un gol es venirse a Madrid de juerga, porque la autoridad es allí permisiva y caprichosa.
Meterse un gol es pagar por un futbolista, que suele meter goles en la meta contraria, una suma escandalosa de dinero.
En fin: meterse un gol es sinónimo de pegarse un tiro en el pie.
Yo no estoy en crisis.

ALBERTO MEDINA MOYA

No recuerdo cuándo ni dónde, pero en algún momento decidí que no quería ser cualquiera. Me había contratado la empresa de mis sueños y supe que era la oportunidad de mi vida. Comencé a dedicarle cada vez más tiempo, y Nuria, mi mujer, empezó a quejarse de mi poca disponibilidad. Le dije que mi jefe era muy exigente y no podía permitir que tuviera un mal concepto de mí. Eso la conformó y pude centrarme en mi tarea, que no era otra que llegar a lo más alto. Las semanas pasaban y mi dedicación se hizo completa. Apenas veía a Nuria, y cuando lo hacía era para lidiar con sus reproches. Le conté que mi jefe era un déspota y si no cumplía me echaría a la calle y entonces sí que tendríamos un problema. Alguna vez tuve que tragarme una comida en casa de mis suegros mientras me carcomía la frustración por tener que apartarme unas horas de mi propósito. Lo que no supe hasta más tarde es que, sin decirme nada, Nuria se presentó un día en la empresa para hablar con mi jefe y contarle desesperada que estaba hundiendo su matrimonio. Él la trató con la mayor amabilidad y le contó la verdad: que no me presionaba en absoluto. Ese fue el primero de varios encuentros en los que fueron acercándose y comprobando que algo se movía en sus entrañas. Terminaron enamorándose profundamente mientras a mí me ascendían dos veces en poco tiempo. Finalmente me contaron lo que había ocurrido entre ellos. Experimenté una mezcla de sorpresa y desconsuelo, pero no podía permitir que aquello me distrajera y usé la culpa que sentía mi jefe en mi beneficio. Nuria se marchó de casa y yo puse toda la carne en el asador: era cuestión de semanas que llegara la oportunidad de hacerme con la dirección de la empresa. Todo salió bien y al fin llegó el día en que estrené el despacho definitivo. Me recliné en la silla y me quedé en silencio. Nuria me vino a la mente. Me giré y miré por el ventana. La vista era espectacular. Hacía una mañana espléndida de primavera, pero yo solo tenía ganas de llorar.


ÁNGEL MARTÍN GARCÍA

—Otra vez te gano. Me aburro, no quiero jugar más.
—¡Qué dices! Esta vez casi gano. Venga, echemos otra.
—Ni siquiera te has acercado a ganar —suspiró—. Esta va a ser la última.
—Vaaaale.
Empezaba a ser frustrante. Sesenta y siete derrotas consecutivas eran muchas derrotas. Pero estaba seguro de que la última vez había estado cerca. No importaba lo que ella dijera.
La partida empezó. Desarrolló una variación de la estratagema utilizada en la partida treinta y tres, con un par de movimientos de la cincuenta y uno que habían parecido buenos, y el ataque con finta de la última partida.
Hizo lo que pudo para resistir los envites de su rival, y para doblegarla a pura fuerza de insistir e intentarlo todo a la vez.
No estaba funcionando.
Perdía fuerza en el tablero turno tras turno. Sus emboscadas eran frustradas con una maestría inusitada. Perdió posiciones importantes, sus formaciones quedaron deshechas. Estaba a punto de perder.
Pero todavía le quedaba un as en la manga. Sacó sus dados de la suerte del bolsillo, los sopló, y los arrojo sobre el tablero con los ojos cerrados, deseando que ocurriera un milagro.
—¿¡Otra vez!? —estalló su compañera de juegos—. ¡Te he dicho que en el ajedrez no se usan dados! Ni se usan dados, ni se gana colocando cuatro fichas del mismo color en diagonal, ni los peones saltan por encima para comer, ni mueves veinte casillas cuando te comes alguna pieza rival, ni los alfiles se pueden teletransportar a casillas del color de la que pisan, ni existe el póker de peones, ni…
Él desvió la mirada con una mueca de molestia en el rostro. No era culpa suya que el juego fuera tan difícil.
—¡Me da igual cómo te pongas! —siguió ella—. ¡No vuelvo a jugar contigo a algo sin explicarte antes las reglas! Una cosa es que por cabezonería no quieras preguntar cómo llegar a una calle, ¿¡pero no querer que te enseñen a jugar!? ¡Al rey! ¡Tenías que matar al jodido rey! ¡Me has visto hacértelo sesenta y siete malditas veces!
—¡Ah! ¿Eso significa «jaque mate»?

SERGIO SANTIAGO MONREAL

Fue la forma más siniestra de marcarme un gol en propia puerta.
Pese a saber que me perjudicaría acometi mi acción sin importarme las consecuencias, fue la forma más honorífica de mostrar mi valor.
Fue la forma más siniestra de marcarme un gol en propia puerta.
Tras el cisma vivido yo fui quien decidió sacrificar pese a que sabía que mi decisión me acabaría por pejudicar.
Fue la forma más siniestra de marcarme un gol en propia puerta.
Mi dignidad priorice y dejé atrás todo lo individual por el bien colectivo. No me parecía ético y renuncié a todos mis derechos por el bien común.
Fue la forma más siniestra de marcarme un gol en propia puerta.
Pero mientras el partido transcurría, remonte, marcando un gol en la portería acertada, para alcanzar, la renta para empatar, pese al infortunio vivido.
Fue la forma más siniestra de marcarme un gol en propia puerta.
La prórroga fue una gran oportunidad para resarcirme, pero pese a mi esfuerzo y el del rival, el partido llegó a los penaltis.
Fue la forma más siniestra de marcarme un gol en propia puerta.
La tanda de penaltis será mi veredicto pues ser portero e impedir que te marquen goles será mi cometido.
Fue la forma más siniestra de marcarme un gol en propia puerta.
Autor : José Sergio Santiago Monreal.

MANUEL ALBÍN EXTREMERA

Tenía una ilusión compartida,
era mi único deseo principal
la llevaba de forma excepcional,
pero la veía algo atrevida.
No lloraré por cambiarte mi vida,
dejaré mi ilusión por ser social,
olvidando mi deseo por la crueldad,
apoyando la gente oprimida.
En mis sueños comparto mi ilusión,
con aquellos que no tienen alegría,
aunque me duela he roto mi pasión.
Pero soy feliz al ver que absorbían,
el malestar sin poner oposición,
viviendo con alguien que los comprendían.

RAQUEL LÓPEZ

Clara era mi mejor amiga a parte de compañera.. Mi nombre es Alba.
Yo misma la comenté que había un puesto vacante en la empresa y le presente a mi jefe, que además era mi pareja.
Clara no tardó en ir escalando puestos y eso a la misma vez q me alegraba por ella, me sorprendía, pues llevaba menos tiempo que yo y conseguía más rápido los ascensos.
¡Alba lo que tu sientes es envidia! me dije a mí misma, pero una envidia sana puesto que no podía sentir nada malo por mi mejor amiga.
Victor y yo organizamos una cena romántica en casa y se lo comenté diciendo que eran paranoias mías, que lo hacía por méritos propios igual que yo en su momento, simplemente, avanzaba rápido. Me insinuó que estaba un poco celosa de Clara y me afirmó que era encantadora y eso me hizo pensar…. Que halagador se había vuelto…
De vuelta a la empresa, Víctor me convenció que estaban sopesando el puesto de secretaria y que por su parte tenían buenas referencias de mi. En ese momento todas mis dudas y celos en contra de Clara se disiparon y volví a confiar más en mi misma… ¡Tonta de mi!
Me acerque a última hora al despacho de Victor y vi que Clara y él estaban en una situación un poco comprometida..

Enhorabuena

! Me espeto Clara, – eres la nueva secretaria, me alegro mucho por ti.

¡Que diablos! a quien le importaba ahora eso si lo que estaba viendo frente a mi era traición.. Me metieron un gol en mi propia portería al confiar en las dos personas que más quería en la vida.. me mintieron y eso duele…

ELSA TORRES

Es como hacerte creer ,que todo está bien cuando la verdad todo va mal .
Mientras no te quejas , mientras rías de sus tonterías , mientras aguantes sus bromas hirientes, eres de su equipo ,pero tú ya cansado de jugar para el mismo lado, decides disparar al contra .
Grave error eres ya desde ese momento su enemigo , que ya no mete gol ala misma portería, y te hacen sentir que eres una porquería.

GAIA ORBE

Dicen que un gol en propia puerta
es feo, feo, feo
y yo que soy chiquito
no entiendo, no leo.
Dicen que un gol en propia puerta
es lindo, lindo, lindo
y yo que soy bendito
no entiendo ni un pito.
Dicen que un gol en propia puerta
es malo, malo, malo
y yo que soy buenito
me irrito, lo evito
Dicen que un gol en propia puerta
es duro, duro, duro
y yo que soy maldito,
¡qué le voy a hacer!

TESS LORENTE ESCRITORA

—No le hagas caso, tonta. Es un mujeriego que solo se ama a sí mismo. Todas las que se han topado con él han acabado sufriendo por sus infidelidades. —Me comentaban mis compañeras, al ver cómo se iluminabas mis ojos y me ruborizaba al verle atravesar la puerta de la cafetería donde trabajaba.
—Pues conmigo es muy atento. Quizás las demás no sabían tratarlo como se merece. Yo puedo hacer que solo me ame a mí y que no necesite seguir buscando por ahí a otras. —Contesté creyendo con firmeza en mis palabras.
—¡No te equivoques! El problema no eran las otras chicas. El único culpable es él y su forma de ser. Hay personas que no entienden el compromiso y son incapaces de amar a una sola persona. —Decían ellas, que le conocían bien.
Desoyendo sus consejos, mantuve una relación con él. Al principio fue tierno y atento conmigo. Pero con el paso del tiempo, su naturaleza promiscua, se hastió de nuestra rutina y necesitó dar rienda suelta a sus impulsos, con todas las chicas que se le ponían a tiro.
Herida y sumamente avergonzada, me sentía como si me hubiera metido un gol en propia puerta. No podía entender porque no era suficiente para él. Me había entregado a esa relación en cuerpo y alma. Me había usado y tirado a la basura, como a todas las anteriores.
Mi dolor era de tal magnitud, que tras pensar en mil formas de hacerle sufrir, di con una venganza que no olvidaría mientras viviera.
Preparé una cita en toda regla. Me arreglé el pelo y me puse un picardía de encaje que le encantaba. Los ligueros que más le excitaban y musica de fondo. Todo preparado para consumar mi maquiavélico castigo.
Él, ciego de pasión, no quiso desaprovechar la ocasión de pasar un buen rato. En cuanto me vio se desnudó, tumbándose en la cama, para dejarse querer una vez más.
Empecé a besarle y acaricié sus muslos. Tras una serie de atenciones más íntimas, su erección se mostraba orgullosa, cual espada antes de la batalla.
Acaricié su miembro unos minutos y de pronto me levanté y me quité el guante de látex que protegía mi mano.
Su mirada confusa dio paso a la verdadera personificación del terror.
—sí cariño, eso viscoso que notas no es lubricante. Es la cola para madera de secado rápido que trajiste para arreglar la alacena. Esa que si se mezcla con agua se endurece aún más rápido.
Sus gritos e improperios fueron silenciados con la música y una carcajada victoriosa resonó justo antes de que con un portazo le abandonara a su suerte.

CRISTINA RUIZ

Esta es la historia de Manolito “bolita” como le llaman en el colegio y en el pueblo donde vive. Un niño digamos un poco rellenito porque su madre y abuela le inflan a comer croquetas y potajes con la excusa que el niño está en edad de crecimiento. Pero fuera de ese pequeño detalle un niño como otro cualquiera, quizás sea más especial que los niños de su edad, tiene algo que le diferencia de los demás.
D.Manolo alcalde del pueblo de Villamantilla de abajo y padre de nuestro protagonista, no quiere oir ni hablar de esa cualidad de Manolito y se lo ha prohibido terminantemente, quiere que sea uno más y por eso le ha apuntado al equipo de fútbol.
Asi te dejas de tantas tonterias y haces un poco de deporte que no te viene mal, tanta croqueta tanta croqueta – gruñe D. Manolo
Pero a “bolita” eso del deporte no se le da nada bien, solo corre cuando su madre le llama para la comida. Siempre en los entrenamientos y los partidos acaba sentado en el banquillo comiéndose un bocadillo y leyendo un libro a escondidas de su padre.
Los vecinos a escondidas del señor alcalde le hacen consultas a Manolito y es que el tiene el don ya sea soñando, con tocar a esa persona ve el futuro y es alucinante la cantidad de aciertos, en compensación a eso le regalan libros sobre temas de videncia que guarda cuidadosamente para que su padre no los encuentre.
Hasta aquí la vida de nuestro “bolita” es de lo más normal y tranquila, acude al colegio, a los entrenamientos y en un descuido del padre los vecinos realizan sus consultas.
En qué número acaban los cupones, voy a volver con el paco etcétera así pasan los días de Manolito.
Pero dos noches antes de la final de liga de alevines que se juega con los pueblos de la comarca, tuvo un sueño y se vio a sí mismo celebrando un gol. En el entrenamiento del día siguiente se lo contó al entrenador, el cual le miraba impresionado.
Esa misma noche Rafael comentaba con su esposa, que no sabia que hacer si es que este niño solo corre cuando hay comida, pero claro también está lo de su don y si tiene razón y por fin ganamos la liga. Hace ya como 11 años o más que no la ganamos siempre es campeón de liga Villamantilla de arriba.
Llegó el gran día, a diez minutos de finalizar el partido estaban a empate 1-1, Rafael sudaba como nunca, no hacia mas que girar su cabeza y ver a Manolito sentado en el banquillo. Al final Manolito empezó a calentar en la banda y solicitó al árbitro un cambio, la grada no daba crédito , a 8 minutos de finalizar y saca a “bolita” ¿pero que está haciendo ?
¿está loco ?.
Y saltó al campo, los únicos aplausos que se escucharon lógicamente fueron de su padre, madre y abuela, pero a Manolito le daba igual, el estaba convencido de sueño, así que el balón llegó a sus pies y empezó a correr como nunca.
Él corría y corría, nadie le frenaba, no escuchaba nada solo tenía en mente llegar a la portería contraria, o eso pensaba Manolito.
GOOOOOOOOL !!!! celebraba igual que en su sueño.
Pobre “bolita” que le sonó el despertador para ir al colegio y lo que no termino de ver en su sueño, es que era cierto que marcaba un gol, pero en propia puerta. Un año más Villamantilla de arriba campeón de liga.

EELYN CUELLAR

Sabía que no tenía el mejor trabajo del mundo, pero por no seguir estudiando a pesar de que mis padres me apoyaban económicamente y hacer oídos sordos a sus consejos, no podía aspirar a un puesto mejor.
Incluso debería estar agradecida con mi madrina, que consiguió el empleo de secretaría/recepcionista del bufete donde su hijo era socio. Él era el único que que me trataba con educación y respeto, quizá por su madre, los demás me trataban con desprecio, hasta las propias secretarias, que estaban casi a mi nivel.
Harta de esta situación, de que me menospreciaran, una de esas pocas ocasiones que llegué temprano, muy temprano a mi lugar de trabajo, decidí hacerles una pequeña broma a todos aquellos que se preparan una taza de café a primera hora.
Cómo niña pequeña, cambié el azúcar por sal. Por suerte, los abogados o llegaban ya con su café o lo tomaban negro.
Pero las muy condenadas de las secretarías, después de caer en la trampa, no decían nada y seguían permitiendo que las demás salaran sus bebidas.
Conforme pasaron las horas, olvidé mi travesura y la plática con una compañera se puso buena, como no había trabajo, le ofrecí un café y muy acometida fui por ellos. A mí me gusta dulce, así que le puse tres cucharaditas y al primer sorbo lo escupí.
Caí en mi propia broma, yo solita… Cómo dirían en el fútbol, me hice un autogol.

LUISA TABORDA

¡Niños y niñas por favor silencio que inicia la clase!, exclamo la profesora Luisa para llamar la atención y minimizar el bullicio. Pidiendo amablemente a sus alumno/as que abrieran el libro de castellano/español por la página número 99.
– Natalia, léenos el titulo, por favor pidió la profesora en tono suave. Natalia se encogió de hombros y se dejo deslizar por la silla, escondiéndose bajo la capucha de su jersey.
¡Ya leo yo!, dijeron varios alumnos y alumnas con mucho espíritu de participación.
Eduardo el más osado comenzó a leer – Tema de hoy; REFRANES,DICHOS Y FRASES DE ESPAÑA E HISPANOAMERICA.
Primer refrán : Dime con quién andas y te diré quien eres. ¿Alguien lo ha escuchado alguna vez y lo puede explicar? preguntó Luisa, con cierta expectación por las respuestas, eran niño/as que iban a quinto de primaria.
Sí, gritaron la gran mayoría.
Carlitos , contesto riendo- mi abuela me dice que deje de andar con los vagos de mis amigos que si no estudio vago seré, ella siempre matiza ¨dime con quién andas y te diré quien eres¨. Muchos se encresparon pues un gran porcentaje de la clase eran amigos suyos, su gran disculpa fue, -no hagan caso a mi abuela, ella los llama vagos con cariño. Las carcajadas resonaron en la clase.
Segundo refrán: ¨No es oro todo lo que reluce¨ .
Luisa – ¿alguien que sepa qué significa? sin armar jaleo, por favor.
Laura una alumna, vivaz, grandilocuente , inteligente pero un tanto arrogante y de familia adinerada. – respondió con la seguridad que siempre emanaba, – profesora Luisa, ese dicho significa que las apariencias engañan, pondré un ejemplo para que quede más claro, miremos a Natalia, va con una copia barata y mal hecha de Nike, queriendo aparentar ser lo que no es, en cambio las mías son originales compradas de la web oficial.
La profesora Luisa estaba hastiada de sus impertinencias y a pesar de que la frenaba continuamente, Laura seguía haciendo de las suyas.
En el libro habían refranes, dichos y frases, la profesora los tenía preparados y estudiados desde la noche anterior eligiendo los mas fáciles por si no se entendían poder explicarlos a sus alumnos con claridad, pero existía una frase que no había seleccionado porque hasta para ella era un tanto compleja de entender, pero necesitaba darle un baño de humildad a su alumna aventajada en todos los aspectos e intentar que Laura dejará de ser tan insolente y prepotente por el bien de sí misma.
Laura ya que veo que los refranes los captas fácilmente y tienes los significados tan claros con ejemplos insulsos incluidos- Le dijo Luisa un tanto dolida inhalando profundamente para calmar su irritación . – Vas a responder tu solita el tercer y último refrán o más bien la última frase : Gol en propia portería.
Laura irascible le dijo a la profesora – ¿enserio esa frase ? ¿ por qué a mí?
-Luisa, Laura, responde por favor, di lo que creas que significa y si te equivocas no pasa nada, estamos aquí para aprender.
Muchos de los niños murmuraban -Laura, es autogol en portería, otros callados, algunos hasta gritando¡ Piensa en el fútbol!
Laura seguía irascible, no poder responder ni entender la frase, eso la frustraba.
Para la profesora ya había sido suficiente lección, – Laura, tranquila ya lo explico yo, gracias y siéntate. Eso sí, ten un poquito más de empatía por tus compañeros, utiliza tu gran talento e inteligencia para ayudar.
Llego el silencio… Cuando la tímida y poco participativa Natalia levanto la mano, diciendo – Me gustaría echar una mano a Laura a ver si con este ejemplo, lo entiende. La profesora sorprendida pero a la vez temerosa, pensó, quizás Natalia va a poner un ejemplo que más que explicar la frase la llevará a la venganza.
-¿ Estás segura ? dijo Luisa. – sí, profesora, respondió Natalia.
-Natalia, Laura, Laura recuerdas cuando en tercero de primaria éramos amigas y yo iba a tu casa a ver películas contigo, que tus padres las alquilaban para nosotras y hacíamos tarde de películas.

¿ lo recuerdas, verdad ? Laura un tanto irónica, sí, ¿ qué tiene que ver eso con la frase y que seas tú precisamente quien me la haga entender? -Acuérdate de la película con la que lloramos tanto << el niño del pijama de rayas>> dijo Natalia conmovida, si lo piensas al padre nazi le paso lo de ¨GOL EN PROPIA PORTERÍA ¨ las consecuencias de sus imponentes órdenes y de sus malvados actos hicieron que sin querer mataran y matara a su propio hijo.

A la profesora le afloraron unas cuantas lágrimas al ver a Natalia tan inteligente poniendo un ejemplo tan claro de la frase y verla por primera vez tan motivada a participar con tal de ayudar a su aun para ella amiga.
Luisa estaba al tanto por la dirección del colegio del sufrimiento de Natalia y él porque de su introspección continua, sus padres habían muerto inhalando gas mientras dormían, ella se salvo esa noche por estar en una fiesta de pijamas en casa de su entonces mejor amiga Laura.
Natalia no tenia más familia, asuntos sociales se hizo cargo de ella.

EMILIO SÁNCHEZ

Cuando el balón sobrepasó la línea de goool.. Nadie se lo podría creer de que jugador fue… Ni tan siquiera el arbitraje moderno de televisión en cámara lenta y rápida…. Salió mi prima de espontánea al campo… No sabía donde meterme.. Me la lio pero bien buena…

GASTÓN MOMEÑO

Gol en contra, final del partido y ¿frente en alto?
Estuve enamorado de la misma mujer desde los 17 años. La mujer por la que le tomé un gustito de más a la universidad. Hoy, Siete años después, me encuentro vistiendo un elegante smoking y ella, más reluciente que nunca, luce su largo vestido blanco por la catedral. Era la envidia de todas las novias del mundo. Lo juro. Cuando se acercaba al altar, no pude evitar repasar en mi mente, como me cautivó. Como enamoró a mi familia y se ganó el afecto de mis más cercanos y viejos amigos.
– ¡Gastón! ¡Despierta! ¿tienes los anillos?
– Si, Si. Me distraje de la emoción
Y ahí estaba yo, siete años después, siendo el padrino de boda de mi mejor amigo y de la mujer que amo en secreto desde hace mucho tiempo. Creo, que presentarla a mis amigos, no fue una de mis mejores ideas.

NEUS SINTES

Me encontraba en la celebración de la boda de mi mejor amigo Robert. La afortunada se llamaba Amanda. Quien antes de conocer a Robert, había mantenido una relación conmigo. Me senté en la barra del bar, tomando un cóctel cuando mis pensamientos se desviaron a unos años atrás, antes de que Robert y Amanda se conocieran.
Después de compartir con Amanda un año de noviazgo, decidimos continuar como amigos. Algunos matices se fueron esparciendo, pero lo que nunca llegamos a dejar fue de ser amigos. Incluso cuando conoció a Robert, Amanda era la primera en pedirme consejo o en llamarme por teléfono cuando tenía algún problema. Siempre fiel a sus deseos, aún cuando yo ya no fuera su pareja.
El destino hizo que ella y Robert se casaran, celebrando una boda en el que el novio, debería haber sido yo. Robert, siempre había sido muy afortunado con las mujeres, pero hasta con Amanda, el había sido el afortunado de ser a quien ella eligiera como su futuro marido.
De fondo una balada lenta empezó a sonar. Los novios en el centro empezaron a bailar, guiados alrededor de las demás parejas. En cambio, mi compañía era una copa medio vacía. Mientras mis ojos veían como el mundo se me venía abajo. La mujer que había amado, precisamente casada con mi mejor amigo.
¡Que suerte la de algunos! – Me sentía solo, traicionado y herido. Mis heridas en mi corazón no estaban sanadas. Comprendí que a pesar de que yo lo negara, los sentimientos hacía Amanda, no habían desaparecido. No la veía solo como a una amiga, la veía como algo más.
Recuerdos y más recuerdos me golpeaban la mente, incesantemente. Unas horas a la ceremonia me habías llamado, de nuevo.
-¿Gabi? – me llamaste – esperándome en la habitación, ya vestida de blanco. Mis ojos se posaron en ti, de nuevo, recurriendo a tu llamada. Recurriendo a tus necesidades o preocupaciones. En este caso, nerviosa por casarte con Robert. Los nervios de la novia empezaban a hacer mella en ti.
-Amanda – la tranquilicé. – La decisión está tomada. No te casas por obligación. Es algo que tú y Robert habéis decidido. No deberías tener dudas. Tu decidiste desde el primer momento en que Robert se convirtiera en tu marido. Sabías las consecuencias. Deberás confiar más en él. – Tragué saliva.
Me disponía a irme para dejarte unos minutos tranquila, cuando el timbre de tu voz me pronunció aquel – «Gracias, Gabi» – no se que haría sin ti.
-Amanda – No tienes que dármelas. – le respondí, mientras me alejaba sintiendo en mi corazón una punzada de dolor.
La segunda punzada que sentí de nuevo fue cuando pronunció el «Sí, quiero» en el altar. Sentado en la barra del bar, mil punzadas atravesaban mi corazón herido. Todas ellas acumuladas dentro de mí, salían de golpe. Veía la realidad, mi realidad. La de ellos. Me encontraba solo.
Dejé la copa un lado, y me encaminé hacia mi destino, en busca de mi felicidad. Robert y Amanda eran felices. Había llegado el momento en pensar más por uno mismo. Yo también necesitaba encontrar la felicidad. Antes lo hubiera considerado egoísta por mi parte, anteponiendo las necesidades de los demás a las mías.
Amanda y Robert deberían aprender a confiar y no a depender tanto de mi. Había llegado mi hora. La hora en pensar más en mí mismo.

CONSUELO PÉREZ GÓMEZ

Se subió los calcetines que como siempre llevaba a ras de tobillo, preguntándose el porqué de ese inconveniente y otros tantos, aplicados a aquella tonta prenda que no sabía mantenerse quieta en el lugar que le correspondía…eso, o que quizá sus revolucionarias piernas no admitían servidumbre alguna y buscaban la libertad a toda costa, vagabundeando siempre como andaba a la vera del río, entre matorrales, buscando ranas o lo que surgiera al paso…
Le llevaba a Joaquín el dueño de la taberna, un fardel con la caza del día; según el humor del cantinero la recompensa daba para comer un par de días o tres. Al llegar a casa y entregar los maravedíes a su madre, a esta, le salía por los ojos un hálito de purita vida…y es que el hambre apaga las ganas y las pupilas…
Cuando las ranas escaseaban, a la par disminuía el condumio casero, y la madre de Lito le ponía una lamparilla a la virgen de los remedios para que lloviera y, las de los mocos verdes, salieran a cantar por la vereda, mansas, dejando que Lito las amochiguara en el fardel.
Tanto rezo, tanta lamparilla, tanto gasto en aceite para iluminar a la santa, terminaron por hacer efecto y, la noche de un mes, de un año que no viene a cuento, se desataron los cielos y los infiernos en un tronante ladrido que recorrió laderas y montes, dejando tras de sí un mar infinito al que no pudo parar dique alguno, fabricado a toda prisa y de aquella manera…
El pueblo quedó rebautizado con el nombre de «LAS RANAS», pero, claro era que, por cuestión de la materia, Lito, ya no pudo salir a cazar…esto es lo que viene siendo o bien un tiro por la culata, o un gol en propia portería…
Si rezas, si es que eres muy pío, no olvides ponerle una posdata a la oración, algo así como: «virgencita, si consigues hacer llover para que surjan ranas, hazlo con la medida de que después pueda salir a cazarlas, o en su defecto, añade el milagro de una canoa… ¿De qué me sirve ahora tanta rana suelta si no hay forma de desaguar los campos para salir a la caza?
Hasta para rezar hay que tener a mano un paraguas…

CONCE JARA

Caminaba hacia la cafetería, donde de vez en cuando me doy el gusto de ir a escribir en las pronto-oscuras tardes de invierno de Madrid, cuando al pasar por la Plaza de Callao, vi justo en la puerta de uno de los grandes almacenes allí situados, uno de tantos modelos ofensivos de esta sociedad inhumanizada.
Posiblemente cautiva por alguna de tantas mafias operantes en el centro de esta “gran ciudad”, ejemplo del turismo europeo, una mujer entrada en años, sentada en el suelo junto a dos muletas, vestida con harapos, mostraba desnuda una malformación en una de sus piernas, así como en su mano derecha, con la que, a duras penas, meneaba un vaso de plástico con algo de calderilla. Me hubiera gustado ver sus ojos, pero tenía la cabeza agachada y no quise darle más vueltas.
Salí de la plaza, andados 30 metros, casi a la altura de mi cafetería habitual, de pronto escuché una muchedumbre exaltada, que me hizo retroceder hasta la citada plaza, donde el asombro del gentío traía aroma a Bulgari, y los ídolos, uniformes de Hugo Boss.
El espacio entre el futbolista que cobra 50 millones de euros al año y el infierno de esa mujer me pareció tan corto como tres pasos, pero resultaba punzante, una herida que se muestra como un paraje donde coexisten el alarde y la pobreza, tan espantoso como los abusos de las mafias, que hacen víctimas a los más miserables de este “inmundo”.
Si, ¡está claro!, que cada uno es libre de hacer lo que quiera con su dinero, gastarlo, ¡tirarlo!, pero esa misma libertad la quiero utilizar para opinar sobre los titulares y las imágenes de prensa que aparecieron al día siguiente, Nochebuena:
“COLAPSO EN LA GRAN VÍA ANTE LA PRESENCIA DEL GRAN FÚTBOLISTA, AL SALIR DE UN CENTRO COMERCIAL, DONDE COMPRÓ SUS REGALOS DE NAVIDAD”.
Mientras, inconsciente, las imágenes le metieron un gol en propia puerta al futbolista, que posaba sonriente, elegante, engominado, escoltado por sus matones rumanos, cuyos brazos les daban forma de croissants al cargar las bolsas del astro, seguramente repletas de cazadoras, joyas, zapatillas, trajes, con un valor de ¿3, 4, 5… 6 cifras? Y un poco más atrás, aquella mujer, sentada en el frío suelo, mostrando esa desnudez rocambolesca, de mirada desconsolada, dudosa, que en plena Navidad hizo a la población revolverse, quizás al ver el retrato del cielo y el infierno tan juntos, tan vecinos.
Unos días después volví a mi lugar de sosiego, y según me acercaba a la plaza ya no se escuchaba el tintineo de la calderilla. Ahora ocupaba su sitio un hombre de rodillas, sin brazos, que mostraba, como su predecesora, su malformación al desnudo, al que alguien le habrían colocado delante un cartel y una cesta con algunos céntimos.
Conseguí ver sus ojos, de un precioso azul mar, metidos en ese cuerpo, que por muchas vidas que viviera jamás podré olvidar. Por vergüenza, por desasosiego, contribuí con la mafia y en el cesto, le solté dinero.

JOSÉ ARMANDO BARCELONA BONILLA

Cuestión de fe
“El viejo y testarudo Liberto. Cinco años de disputas y estrategias encontradas me costó salvar su alma ennegrecida por el pecado, pero al fin lo conseguí. En su lecho de muerte, ganado por la fe, vencido por la cercanía del fin, me hace llamar: ¡quiere el viático! Y Dios, en su infinita misericordia, a través de su siervo en esta tierra, que soy yo, cumplirá con gozo su deseo y así lograremos el eterno descanso de su alma en la paz del Señor”.
Eso iba rumiando en su mente el párroco de San Dimas, de camino al domicilio de uno de sus más controvertidos feligreses, Liberto Celma; cristiano por compromiso, picaflor y donjuán en su juventud, ácrata insumiso en su madurez y siempre, siempre ateo impenitente.
Redimir a ese descreído, negador obstinado de la existencia de Dios y siervo del mismísimo Satanás, se convirtió para el cura en una meta, el objetivo principal de su existencia al servicio del Altísimo, y los cielos eran testigos de que no fue fácil obrar el milagro.
Años de dura prueba fueron los que tuvo que sufrir en esa ardua batalla. Disputas a cara perro y duros debates filosóficos, en los que la teología nunca quedó al margen.
Debía reconocer que el viejo testarudo era un ávido lector; de herejías paganas, sin duda, pero en el cuerpo a cuerpo dialéctico era hábil y se manejaba con extremada soltura. No pocas veces, al final de alguna de aquellas porfías, el buen cura había tenido que aferrarse a la fe con todas sus fuerzas para no ceder a la tentación de la duda.
Pero fue la propia curiosidad de Liberto la que obró el prodigio, junto, claro está, la astucia del párroco, que inspirado por la gracia divina, hizo montar un aula de informática para jubilados, en un anejo a la sacristía.
Y allí apareció Liberto; desde el primer momento, movido por su ánimo de fisgonearlo todo y echando pestes de lo humano y, por supuesto, más aún de lo divino.
Poco le importaron al cura los denuestos del hereje, porque había conseguido su principal objetivo: hacerlo entrar en la casa de Dios; lo demás, su conversión, el rescate de su alma pecadora, caería, como fruta madura, por su propio peso.
Y fue pasando el tiempo y con él, las escaramuzas entre los dos hombres, que aun manteniendo las iniciales discrepancias, cada vez eran más místicas y espirituales. Pero eso al cura no le importaba, porque como jugaba en terreno propio, se sentía a gusto y seguro de que, tarde o temprano terminaría ganando el partido.
La edad quiso pasarle factura a Liberto y pronto comenzó a faltar a la cita tecnológica, lo que preocupó tanto al sacerdote, que temeroso de que con el abandono de los debates, se perdieran los avances espirituales conseguidos con Liberto, se las ingenió para, quitando un pellizco del cepillo parroquial, otro poco de la partida de limosnas y algo que logró sisarle al arzobispado, hacerse con un portátil de segunda mano, que le regaló a su oponente, para poder seguir manteniendo sus escaramuzas filosóficas por Skype, en la seguridad de que, con ese sistema, la conversión estaba asegurada. Así fue como la tecnología se puso al servicio de la santa madre iglesia, para mayor gloria de la fe en Cristo.
Siguieron, pues, enzarzados en su guerra particular durante un tiempo, pero como el hombre propone y el diablo descompone, la salud de Liberto se fue deteriorando a ojos vista y las conexiones espaciándose cada vez más, hasta el día en que se suceden los hechos narrados, en que el padre Alsacio recibió la llamada de la hija de Liberto, reclamando la presencia del párroco de San Dimas con el viático.
Y hacia allí se dirigía el santo varón, compungido por fuera, pero henchido de satisfacción por dentro, al comprobar que su estratagema tecnológica había servido para los fines previstos y que hoy, cercano ya el final, el irreductible ateo había entendido al fin la grandeza del Creador, doblegando su alma pecadora a los designios de la fe y salvándola, de paso, del fuego eterno.
Con mano temblorosa por la emoción llamó a la puerta. Aurora, la hermana del moribundo, extrañada al verlo vestido con los ornamentos sagrados, le hizo pasar a un saloncito, sobrio, pero limpio y ordenado.
—¿Cómo se presenta aquí vestido de luces, Alsacio? —por lo visto la desafección por el clero era cosa de familia—, como lo vea así Liberto lo tira por la ventana al corral. ¡Cómo se le ocurre, hombre!
—Aurora un respeto, que soy un hombre de Dios —respondió el cura tan indignado como confuso—, al fin y al cabo tú misma me has llamado porque Liberto quería que se le administrara el santo viático.
—¡Qué viático ni qué niño muerto! Cómo son ustedes los curas de liantes —respondió la mujer con una risotada —, lo que ocurre es que a mi hermano se le ha jodido el portátil y me dijo: “Aurora, este chisme no funciona, llama al cura ese de San Dimas, a ver si él conoce algún informático.
A ver si le ponemos pilas nuevas al audífono, ¡coño! —sentenció, mientras acompañaba, de nuevo, al cura hasta la puerta de salida.

BEATRIZ ÁNGEL

El gol en propia puerta más insólito de la Historia sucedió en la Non League Division One entre el Romford y el Thurrock FC, fue un ventoso 17 de noviembre de 2015 en Inglaterra, había rachas de hasta 115 km/h, cosa que por otra lado ya hacía intuir que no iba a ser un partido fácil.
Pocos minutos después del comienzo del partido al portero del equipo visitante, Rhys Madden, le devolvió el esférico el viento después de un saque de puerta que provocó un corner a favor del equipo local.
El partido se tornó extraño ya que lo jugadores no podían levantar el balon del suelo sin que a éste lo desviara el viento a su antojo, por lo que tuvieron que adaptar sus jugadas a las circunstancias climatológicas y centrarse en el juego a ras del césped.
La situaciones cómicas se sucedían una detrás de otra hasta que el momento más hilarante de la noche llegó de la mano de Kamarl Duncan medio centro del Thurrock FC, tras un saque de puerta Kamarl recibió el balón a la altura del punto central del campo y debió olvidar el tremendo vendaval que azotaba esa noche la ciudad cuando decidió hacer un pase levantando el balón con todas sus fuerzas, éste hizo una extraña curvatura en el aire, girando sobre si mismo en vez de seguir una trayectoria normal hacia el campo contrario y retrocedió rápidamente elevándose por encima de la cabeza de Kamarl y el resto de los defensas de sus equipo que miraban atónitos como el balón se dirigía hacia las manos de su guárdameta, Madden, que no pudo sujetar el balón y acabó metiéndose entre los palos sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo.
Estupefactos, se quedaron clavados al campo como estacas, tanto visitantes como locales.
El partido finalmente acabó en empate con un gol del Thurrock FC que dejó el marcador en tablas en un partido cuyo resultado puede parecer lo más justo dado el complicado encuentro que vivieron sus jugadores.
Después de este encuentro el equipo visitante, el Thurrock FC se hizo muy conocido en las redes sociales donde se hizo viral el video del gol en propia puerta más loco y absurdo de la historia del fútbol.

ROCÍO RB

La falta de autoestima puede ser un grave problema. No solo porque anula la seguridad en uno mismo, sino porque incita a cometer imprudencias. Esto es lo que le ocurrió a Abel, que se siente un pelagatos con suerte porque tiene una novia que cree no merecerse.
Cada noche espera a que Maribel se quede profundamente dormida para levantarse y coger su teléfono móvil. Una vez en sus manos revisa los mensajes y llamadas del día. Prácticamente conoce a todos los contactos de su agenda, pero esa noche vio unos mensajes de un tal Fausto al que no reconoció y que decían así:
Fausto: “Maribel, tenemos que quedar, ya tengo el anillo.”
Maribel: “¡Oh, Fausto! Sigo indecisa, a lo mejor es muy precipitado.”
Fausto: “Ya te dije lo que pienso, tienes que decírselo.”
Maribel: “Lo sé, pero es complicado… ¿te viene bien mañana?”
Fausto: “Cuanto antes, mejor. Quedamos donde siempre a la hora de la comida”
Maribel: “Vale, allí nos vemos.”
A Abel le corrían unos grandes lagrimones por las mejillas. Lo sabía, siempre había sabido que ese día llegaría y Maribel le dejaría por otro. Lo que nunca hubiera pensado es que directamente fuera a prometerse, incluso casarse, quién sabe, pero había un anillo de por medio, y eso era cosa seria.
Tras ese primer arrebato de tristeza se apoderó de él la rabia. No quería verse humillado. Tenía que trazar un plan para dejar a Maribel antes de que ella lo hiciera y, a ser posible, de manera que le recordara, para que algún día se arrepintiera de haberle dejado por otro.
Sin pensárselo dos veces envió un correo electrónico a la oficina informando de que no iría al trabajo al día siguiente. Su cargo de directivo no le obligaba a ello, pero su afán de justificarse siempre así se lo dictó.
No durmió en toda la noche, pero lo supo disimular por la mañana, cuando se vistió como cualquier otro día y se marchó de casa a la hora habitual. Se dirigió a un Starbucks, donde sabía que no se cruzaría con Maribel, siempre tan contraria a pagar esos desorbitados precios por un café y, una vez allí, empezó a buscar en distintas webs chicas de compañía.
Cuando por fin encontró lo que buscaba, una chica atractiva pero no llamativa, adulta pero no madura, en definitiva, que diera totalmente el pego como novia, se citó con ella en su casa una hora antes de que llegara Maribel del trabajo.
Recreó un ambiente romántico en el dormitorio, que incluía unos condones bien visibles en la mesita de noche, aun sabiendo que no los usaría, una botella de cava en hielo y música suave. Y aunque esa hora se le hizo eterna, por lo apocado y tímido que era, el enfado que sentía le llevó a sacar temas de conversación inimaginables hasta que oyó la puerta de la calle, momento en que se arrimó a la escort y comenzó a intimar, besándola en el cuello.
Cuando Maribel abrió la puerta de la habitación y se encontró la escena no podía dar crédito.
—Pero… ¿esto qué es? —balbuceó.
— ¡Maribel! No te esperaba tan pronto —fingió Abel, manteniendo aún la mano sobre la rodilla de la chica, lo que hizo estallar a Maribel de rabia.
— ¿Cómo he podido ser tan estúpida y no ver venir esto? —dijo calmadamente, mientras de su bolso sacaba una bonita caja y se la tiraba a la cara a Abel, quien la cogió al vuelo, la abrió y se encontró con una alianza.
— ¿Qué es esto? —preguntó desconcertado.
—Ya nada, gilipollas. Te iba a pedir en matrimonio, viendo que tú nunca tendrías huevos para pedírmelo a mí. Qué equivocada estaba, creía que lo tuyo era timidez, falta de confianza, pero no, me la estabas pegando con otra.
En mitad de ese pequeño tumulto, la chica de compañía se escabulló por donde había venido, dejándolos a solas.
—Te marchas ahora mismo, puedes seguir a tu chica, maldito imbécil —le gritaba mientras sacaba una maleta del armario y empezaba a llenarla con la ropa de Abel. Desde luego, no sería ella quien abandonara su casa.
—No, Maribel, déjame que te explique…
—No hay nada que explicar, no me vengas con un no-es-lo-que-parece o te doy de ostias, además.
Y así fue como Abel se vio en la calle, por imbécil, desconfiado y orgulloso. Quiso ser él quien marcara el gol de la ruptura y lo hizo, pero en propia meta.

ANTOLÍN MARTÍNEZ JIMÉNEZ

VETE, SI PUEDES
Tema de la semana
Con aureola de moneda y
pezón de yema.
Falsificaré tu amor a gran escala
para debilitar tu poder y dominarte plenamente.
No habrán inesperados en mis acciones
porque serán tus deseos.
Quiero que tengas mi cuerpo
y lo mantengas tan dentro
que cuando me sueltes
no encuentres mayor placer.
Dame un hombro desnudo,
insinúa la mitad de un pecho,
la longitud de tus piernas, blancas, la cima rosada, brillante y caliente,
cena de mis deseos.
Te besaré y con mi aliento en tu cuello recorreré tu espalda para terminar en ti, sin dejar de terminar para que sea eterna la celebración del encuentro.
Hasta reventar sudando y dormitar en tu pecho
tantos actos de amor, placer y sexo como nos deje el tiempo.
El amor es un tirano que no nos perdonará.
Sólo son ciertos mis deseos y
hacen falta dos peligrosos sinceros
para tal sátrapa adoración.
Tendré que dejar marcharte
para que quieras volver
porque en caso de quedarte
no querrás volverme a ver…

BEA ARTEENCUERO

CORAZÓN
¡¡Oh!! Corazón
Me aniquilas, me destruye
Un día me elevas
En mil constelaciones
Y al siguiente me anulas
Dejándome en retazos
Sos como un volcán
A punto de estallar
Cuál, sólo el sabé
Lo vivo que está por dentro
Pero…¿Que crees?
Hoy, ya no me engañas
He decidido, dejarte inerte
Serás en mí
Como palmeras en la nieve
Nada me sacudira
El amor que me hicistes sentir
Lo anule…nada me llega
No habrá hechizo
Que me pueda seducir
un tornado eres
Dentro mío
Paz y furia
En un conjuro
De sensaciones
Ya no más manantiales
Corriendo por mis venas
Para convertirse en ríos
De corrientes
Que se separan
Para volver a unirse
Mientras a mi alrededor
El munda se derrumba
Hoy ya no me engañas
¡¡Te suelto!!
He hecho
¡¡Un gol en propia cancha!!
¡¡CORAZON!!

JUAN JOSÉ SERRANO PICADIZO

«Cita Sangrienta»
Otro año más. Un día de enamorados. Cansado de esta estúpida maldición. No debí firmar ese repugnante contrato.
Hoy, otro catorce de febrero que no será para nada diferente. El mundo cambia año tras año. Cada vez más melancólico, pero mucho más fácil de manipular.
Apenas recuerdo mi primera cita hace doscientos años. Con esto de internet es fácil encontrar jóvenes curiosas.
Mujeres con piel suave y blanquecina (Mmm…). El tono de su pelo no me es indiferente, pero son más fáciles las rubias. La última chica, Micaela, tenía unos labios gruesos y esponjosos. Su cuello era muy sabroso, aún tengo su aroma en mis labios. Todavía noto la textura de la piel en las yemas de mis dedos.
Echaré una ojeada en esa aplicación de solteros para saciar mi apetito. Claudia, morena, ojos claros, como los míos. Será fácil de seducir con mi mirada dominante.
Parece que ha picado el señuelo. Aunque mi foto está un poquito anticuada, no he cambiado nada en absoluto. Maldita sea, para qué me miro al condenado espejo. Encenderé unas velas, prepararé la cena y acondicionaré la cama. Espero que esta vez no se me vayan las manos con la droga.
Ha sonado el timbre.
– Buenas noches, bienvenida a su casa –. Le hago una humilde reverencia.
– Buenas noches, gracias –. Me encanta cuando se sonroja.
– Por favor, pase y siéntese –. La invito a la mesa.
– ¿Es usted siempre tan educado? –. Me mira con una bella sonrisa.
– Sabiduría, simplemente. Deje que le ayude con el abrigo –. Huelo su aroma acercándome a su pelo.
– Muy amable –. Tiene un olor familiar.
– ¿Una copa de Pommery? –. Comienza el juego.
– Prefiero un vino, si no es molestia –. Buena elección.
– Tengo un Vega Sicilia –. Le sirvo una copa.
– Está muy bueno gracias –. Será tu última sonrisa.
– ¿Te gusta la comida italiana? – Pongo el primer plato.
– Sí, gracias. ¿Parece que hace algo de calor? – Empieza a hacer efecto.
– Voy a por el postre –. Pronto quedará dormida.
– Estaba todo muy rico, pero empiezo a tener mucho sueño –. Ya casi está.
– Puedes quedarte a pasar la noche si estás algo cansada –. Le indico dónde está la habitación.
– Gracias, estoy agotada –. Ya eres mía.
– Vuelvo enseguida, traigo algo para tomar –. Voy a por las esposas.
– No tardes, tengo mucho sueño –. Creo que me colé un poco con la droga.
– Ya estoy aquí, ¿te gusta jugar con la luz apagada? –. Por suerte puedo ver en la oscuridad.
– ¿Dónde te has metido? Deberías estar en la cama dormida –. Creo que algo no salió como esperaba.
– Detrás de ti, maldito bastardo, no me hacen efecto las drogas –. Siento como un frío intenso recorre todo mi cuerpo.
– ¿Qué? ¿Qui..Quién eres? –. La miro a los ojos mientras tiembla todo mi cuerpo.
– De la misma manera drogaste a mi madre, hijo de puta –. Saca una estaca y la clava en mi corazón.
– ¿¡Tu madre!? ¿Quién es tu madre? –. Mi cuerpo comienza a desintegrarse.
– ¿Te refresco la memoria, papá? –. Caigo de rodillas.
– ¿¡Mi hija!? ¿¡Quién es tu madre!? –. Balbuceo casi sin aliento.
– Alejandra.
Y antes de que mi cuerpo se esfumara, recordé mi primera cita, hace doscientos años.

LOLY BÁRCENA HUMANES

Reglas del juego:
PRIMERA. – Nunca se debe permanecer parado. Para eso lo mejor es estar activo, muchas, muchas actividades un no parar, si descansas serás amonestado.
SEGUNDA. – dar apoyos al compañero incluso si este no lo pide, para que los demás sientan tu sola presencia.
TERCERA. – Nunca se debe dar nada por perdido.
CUARTA. – Siempre hay que defender, proteger la línea imaginaria horizontal que describe cuando el equipo contrario ataque , que no llegue al guardameta .
QUINTA. – No se deja de mirar nunca al contrario.
SEXTA. – Se debe ser generoso con El otro, que participe no sea se sienta relegado, tratarlo con amabilidad y respeto.
SÉPTIMA. – Los pases deben ser controlados, ni fuertes ni débiles sino equilibrados en fuerza, evitando que el contrario los pueda interceptar.
OCTAVA. – El último jugador (el que cierra) debe evitar acciones arriesgadas no sea que se pueda provocar gol en plena puerta.
NOVENA. – Se debe tener paciencia, organización, compañerismo y sobre todo finalizar jugadas.
DECIMA. VIVE cada partido con pasión y deportividad.
Equipo visitante: MUNDO
1 EGOISMO (Cierre o Líbero)
2 -3 PRISAS-PRESION (Alas)
4 MIEDOS (Pívot)
5 ESTRESS (Guardameta)
Equipo local: yo
1 CEREBRO (Cierre o Líbero)
2-3 BRAZO Y PIE (Alas)
4 CORAZON (Pívot)
5 INTESTINO (Guardameta)
REPORTERO:
¡Madre mía como está el partido ¡la emoción desborda por todo el recito del CAMPO DEL YO MISMO, en estas gradas, repletas de forofos del YO, que jalean cada uno de sus pases, los seguidores del MUNDO SPROT, tampoco se quedan mudos, se respira la tensión que se vive en el campo de juego.
Todos los jugadores están agrupados en circulo alrededor del entrenador que con gestos les marca las estrategias a seguir.
¡Señores no hay nada escrito todo está en juego, este partido puede de cantarse de cualquiera de los dos lados ¡
¡Comenzamos los últimos minutos ¡
Se dirigen al centro, MUNDO pone en juego el balón, EGOISMO lanza en corto a PRISAS, esté lo recibe, lo retiene unos segundos, se ve presionado por BRAZOS, que no le deja más opción que mandarlo a PRESION que se lanza a la carrera regateando a PIE, ¡¡¡¡madre mía¡¡¡¡ que manera de presionar, cada posesión de balón es oro, no pueden permitirse perder la pelota.
Pero señores llega CEREBRO, ¿de dónde salió este jugador? apenas se le distingue, su solo presencia le hace perder la posesión a PRESION, ve como le arranca la pelota de las mismísimas botas ,,,,,,, ¡Madre mía esto sí que es jugar ¡
CEREBRO arranca veloz, mira a su alrededor para ver la colocación de BRAZO Y PIE, pero siente la presión de MIEDOS Y STRESS, NOO¡¡¡¡¡¡
No hay mas salida que retroceder en el campo, se gira y lanza a CORAZON, se le nota perdido la jugada le pilla desprevenido, mira hacia CEREBRO, pero este está totalmente defendido por MIEDOS, BRAZOS Y PIES paralizados por PRISAS Y PRESION, no puede avanzar, señores esto no tiene buena pinta, la tensión se puede cortar con un cuchillo, navaja de Albacete, ¡¡¡¡¡afiladaaaaaa¡¡¡¡¡ las gradas se vienen abajo por los seguidores de uno u otro equipo, jalean el nombre de CORAZON.
La cara de desesperación en CORAZON es más que evidente el campo está en tablas, no puede hacer nada mas que retroceder el balón a INTESTINO.
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO¡ GOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL EN PROPIA META .

MARIA ROSA ROLANDO

Mi niño ha comenzado el jardín de infantes. Cuánta ilusión al comprarle su primer guardapolvo cuadrille azul! Preparar su bolsita con el nombre bordado.
En unos meses cumple tres añitos, y a pesar de su corta edad, ya comienza a transitar su escolaridad.
Es mi primer hijo y sé que me va a extrañar. Por eso, lo acompaño cada día y me quedo en la salita hasta que él se sienta seguro. Va a llevar tiempo, porque yo, sintiéndome poderosa, creo que no va a ser tan fácil que se quede con su seño y compañeros. Claro, es lógico que llore, yo soy su mamá, la que lo entiende, lo protege, la que lo abraza y seca sus lágrimas.
Mi hijo ha comenzado el jardín de infantes, y hoy después de un mes, con sus dos añitos al llegar a la esquina me mira y dice _ quédate mami, voy solito.
Y ahí, fui yo, la que volviendo sobre mis pasos, comencé a llorar.

EMILIANO HEREDIA JURADO

MANOS DE ALGODÓN
– ¡último minuto de la prórroga de este emocionantísimo partido!, el equipo de Los Rayos, puede conseguir por primera vez en su historia, el título de campeón del continente.
Recordamos que, tras el empate a cero en el que acabó el partido, se adelantó el equipo local de Los titanes, por medio del central Juanito, en un cabezazo medido a la base del poste contrario del portero de Los Rayos, que nada pudo hacer para evitar el tanto.
En la segunda parte de esta prórroga, lograría el empate el delantero Marcial, para los Rayos, que ahora mismo, en el último minuto de la prórroga de este emocionante encuentro, está acariciando con la punta de los dedos la tan preciada y deseada copa, los aficionados de Los Rayos, están pletóricos de alegría, recuerden amigos espectadores que, en esta final, a partido doble, los goles en campo contrario, valen doble. ¡atención, última jugada del encuentro!, corner lanzado por el equipo de Los Titanes!, lanza Hezcaraiz….flojiito, bombeado,,,!Todo el equipo de los rayos metidos en su área!, ¡Balón fácil para Marcelo, el portero de Los Rayos!, ¡Esto se acaba señores!, en cuanto Marcelo atrape el balón, ¡Los Rayos serán campeones continentales!, ¡Dios mío!, ¡no!, ¡que hace!, ¡se le escapa de las manos!, se tira al suelo, ¡introduce el balón en su propia portería!, ¡gooooool goooolll en propia de Marcelo!, los juradores de Los Rayos, los jugadores de Los Titanes!, ¡no se lo creen!.
¡Los titanes campeones ¡, ¡los jugadores de Los Rayos, incrédulos, no acaban de creerse lo sucedido, lágrimas de desconsuelo entre sus aficionados!, la policía tiene que sujetar una turba de aficionados, que quieren atacar al portero Marcelo que, llora desconsolado en el fondo de la portería…!.
-¡hijo de la gran puuuuutaaaaaaa!, ¡cabroooooon!, ¡miserableeeee!, ¡te mato cabrón!, ¡te matoooo!-da una patada a la mesa, y vuelca las latas de cerveza vacías, un cenicero a rebosar de colillas nerviosamente fumadas, un cuenco con ganchitos…
-¡Manolo ya está bien!, ¡no hace falta que te pongas así por un maldito partido!-inquiere su mujer, asomándose por la puerta del salón-
-¡hija de puta!, ¡no lo entiendes!,!el cabrón mal nacido del portero se ha metido el balón en propia!, ¡en propiaaa!-Se estira de los pocos pelos de la cabeza, lleno de rabia, dando saltos desesperados-
-¡eh!, ¡gilipollas!, a mí no me insultes, que no tengo la culpa-responde malhumorada la mujer-
-¡no lo entiendes hija de puta!-se acerca a su mujer, con las manos llenas de rabia-¡estamos arruinados!, ¡aposté todo!, ¡todos!, ¡hipoteca, ahorros!, ¡y lo he perdido todo por culpa de ese mal nacido de Marcelo!
-¡observen!, amigos espectadores, como, la policía, tiene que escoltar hasta la salida del estadio, al portero de Los Rayos Marcelo para evitar las iras no ya de los propios aficionados si no, de sus propios compañeros, a los que, con muchas dificultades, intenta contener el entrenador de Los Rayos, que con grandes aspavientos, ordena a las fuerzas de orden público que se lleven al portero lejos del estadio, para no llegar a males mayores.
-¡queeee, hijo de puta ¡!¿que has hecho què?-grita Juani, a su furibundo marido, Manolo-
-Veras cariño, era una apuesta segura, no podía perder, nuestro equipo, era mejor que el otro, un equipo de mataos, de casi jubilados, que no pueden ni con las botas…..-intenta calmar a su mujer…-todo lo he hecho por ti, cariño, para que vivieras como una reina…-habla con un hilo de voz….,!pero ese mal nacido del Marcelo, niñato!-lanza un cenicero contra la pantalla de la televisión, ante la imagen del desconsolado portero saliendo en un coche policial; que explota, quedando un cráter obscuro en el centro de la pantalla-
-¡Cabrón!, , ¡has destrozado la tele!- exclama Juani, aturdida-
-¡pero si ya no era nuestra!- responde Manolo-
¡Zas!. Un enorme bofetón, resuena en la estancia
……………………………………………………………………………………………………………..
Llueve.
Una fina llovizna, cae sobre las excasas diez casas de una aldea perdida en medio de una sierra agreste.
Un todo terreno se acerca, a una de las casuchas.
Apaga las luces.
Del interior, se baja un hombre joven, de veinte y cinco, espigado, cierra la puerta del todo terreno, y se pone delante de la puerta desvencijada de la casa, por cuya chimenea sale un fino hilo blanco de humo, abriéndose paso con dificultad, entre las finas gotas de lluvia que van saliendo por la chimenea.
Abre la puerta, un hombre mayor, de unos ochenta y algo años. Con más vestimenta que unos raídos pantalones negros remendados con rodilleras, y una camisa vahída de algodón, con una boina en la plateada cabeza, y unas albarcas en los pies.
Esta figura, observa detenidamente al recién llegado. Exhala una nube de vaho, tras una inspiración de resignación.
-¡nieto!
-¡abuelo!
Se dan un abrazo, breve, pero sentido.
-Necesito que me hospedes aquí por un tiempo…..-dice Marcelo, un poco avergonzado-, he venido con María, mi novia….
-ya estoy enterado de todo, hijo, no creas que por vivir aquí aislado, no me entero de las cosas, ayer, en el bar del pueblo de abajo, se montó un buen follón, y vino el Damían, a avisarme que por seguridad, desapareciera por unas semanas, estoy enterado de todo, hijo…pero pasa, y dile a esa novia tuya, que pase y, por lo que veo, viendo ese remolque que tienes detrás del coche, no serán unos pocos días, ¿verdad?.
Avergonzado, Marcelo Asiente.
………………………………………………………………………………………….
-María, hace ya una semana que el abuelo se marchó con las cabras al valle, para llevarlas a los pastos de primavera. Como creo que la cosa está calmada, voy a ir al pueblo de abajo, a ver cómo está el asunto, y de paso, si hay cobertura, mirar si tengo algún mensaje del mister.-le dá un beso y se aleja montado en el coche.
-De acuerdo cariño-María, una preciosa mujer de pelo moreno, menuda se despide de Marcelo con un tierno beso.
-Tiene gracia-dice Marcelo- te iba a decir que, si tienes algún problema, que me llamaras al móvil, que tontería ¿verdad?.
El todo terreno de Marcelo, se aleja, serpenteando por el angosto sendero que baja de la aldea al pueblo más cercano, a unos diez kilómetros, zigzagueando.
-Bueeno…-piensa para sí, Marcelo-creo que aquí, estoy a salvo de cualquier mirada indiscreta, fue buena idea la del abuelo, de darme la llave de la casa de su hermana, la tía Niceta. Como está a las afueras del pueblo, en este altozano, nadie advierte de mi presencia. A ver que dicen las noticias….lo que me temía, soy el enemigo público numero uno…., en cuanto se calmen las aguas, y doy una rueda de prensa, dando mi versión de los hechos, no han dado oportunidad de decir que, cuando fui a blocar el balón, algún mal nacido me deslumbró con un puto laser en los ojos, y no pude ver nada. De las gradas no venía, seguro, lo único que recuerdo es, que uno de los recoge pelotas, después de mi supuesta cantada, salía corriendo por el pasillo de vestuarios…y ahora me encuentro aquí, en esta situación.
Hala, ya le he enviado el mensaje al presi y al míster….y mañana vuelvo para ver que me han contestado. Ahora tengo que apagar el móvil, arriba no hay eletctricidad…aunque es bueno que María y yó estemos desconectados de todo esto. La pobre lo está pasando fatal, con todo este lío….pero bueno, creo que una o dos semanas más, podremos volver a la ciudad, eso es, en cuanto todo esto se haya enfriado…
Marcelo, se sube al todo terreno, no le gusta que María esté tan sola en aquella desvencijada casucha, además, se avecina tormenta, y sabe del miedo que las tiene María.
Al torcer en una curva….pintado sobre una granítica roca, Marcelo lee con estupor y con miedo dos palabras escritas con pintura negra: “manos de algodón”
Le da un vuelco al corazón, acelera más el coche, dentro de lo que las condiciones del firme de la calzada se lo permite…un terrible presentimiento le provoca una zozobra que le hace sudar de preocupación….y de miedo…
En una de las últimas subidas a la aldea, en la pared de una casa derruida por el tiempo….con la misma pintura negra….vuelve a leer, “manos de algodón”
Marcelo, da el último acelerón y, dando un brusco frenazo….se planta enfrente de la casucha de su abuelo…mientras gruesos goterones empiezan a golpear con fuerza el suelo.
Baja precipitadamente….y llama a María desaforadamente a gritos…..
-¡María!…!Maria!….-Entra precipitadamente en la estancia…pero no encuentra a María…-
Sale al exterior, con la lluvia ya, empapándole, y haciendo visible su figura entre la obscuridad de la tormenta, con los fogonazos de los relámpagos.
Descubre un rastro extraño, como de arrastre, que se dirige hacia un bosquecillo de fresnos. Lo sigue, con la velocidad que le permite el vendaval que se ha formado con la tormenta…
Entre dos troncos, encuentra una red a guisa de portería de futbol.
-¡¿Qué demonios es esto?!,- exclama extrañado y alarmado Marcelo-
-¡Manos de algodón!, ¡hijo de puta!
-¡¿quién está ahí!-pregunta Marcelo-
Con el resplandor de un relámpago, se distingue la figura gruesa, de Manolo.
-Hijo de puta-le dice a Marcelo-tú me has arruinado la vida, payaso, niñato, ¿Qué te hubiera costado coger ese puto balón?, me he quedado sin casa, sin mujer. Sin vida….pero todo tiene un precio…y tú lo vas a pagar…..muy caro, cabrón.
-¡¿quién cojones es usted?, ¡que es lo que quiere!, ¡fue un puto laser que me cegó desde el fondo de la portería y se me escapó el balón!, ¿quién cojones es usted?, ¿Cómo me ha encontrado?….
-Me ha costado encontrarte chaval, te has buscado un buen escondite….-responde Manolo con sorna…- pero con el tiempo, todos los secretos salen….encontré en tu casa, unas cartas de tu madre escritas por tu abuelo…tu abuelo Matías, que no se ha movido de esta aldea desde siempre…
-¡hijo de puta!, -responde con furia Marcelo!- ¡ha entrado en mi casa!, ¡¿y María?,,!¿dónde está María?-vocifera Marcelo, arrancándose contra Manolo-
-¡quieto ahí, cabrón!-apunta a Marcelo con un rifle de caza-
Marcelo se detiene, asustado, traga saliva.
-Sitúate enfrente de esa red, vamos a comprobar si tienes o no manos de algodón, maricón
Marcelo, hace lo que le ordena Manolo, y se sitúa a regañadientes, en la portería improvisada que ha hecho Manolo.
-Para esto si puedes, niñato-le dice Manolo, a la vez que golpea algo redondo que se recorta en medio de la tormenta.
Marcelo, instintivamente, se lanza a por el objeto que le ha lanzado Manolo, y lanza un grito de terror en medio de la obscuridad, al descubrir gracias a la fugaz y centelleante luz de un relámpago….
-¡Ahhhhhh!, hijo de puta, ¡María!- gime, al descubrir la cabeza de María entre sus manos, y la estrecha contra su pecho, llorando-¡ahhhh hijo de putaaaaa
Ruido de disparo, ruido de trueno.
…………………………………………………….
-Aquí tiene, señoría, el informe sobre el suceso de los asesinatos de la Aldea de la fresneda.
Le indica un ujier al juez de guardia-y la declaración del principal sospechoso, Marcelo García Turreño..
-Vaya, vaya….-piensa para sí, el juez- así que este es el hijo puta manos de algodón que me hizo perder una pasta gansa….caso fácil, decapita a su novia, en plena enajenación mental, por el fracaso tan notorio en la final de la copa continental….dejando pistas falsas para justificar el asesinato de Manuel Montero Fernández, presidente de una de las peñas más antiguas del equipo de Los Rayos (buen y querido amigo mío). La que has liado pollito, asesinato, complot para asesinar, imputación por proporcionar pruebas falsas….cabrón, manos de algodón

VALERIA MICHOU

Eras mi juego favorito y me enamoré.

LOLY MORENO BARNES

GOL O CORAZÓN ROTO EN PROPIA PUERTA
(Tema de la semana)
Cuando comencé la educación secundaria, hace ya cuarenta y cinco años conocí a Carlos y su primo David, como compañeros de curso.
A esa edad tan temprana, comenzaban a fluir esas mariposas en el estómago, que revoloteaban entre niña y adolescente.
Esas mariposas, bulleron como espuma cuando Carlos se sentó en el pupitre seguido al mío.
No desperté su mínima atención hasta que necesito mi ayuda para copiar en los exámenes. Yo resolvía todas las asignaturas con soltura, menos la de la timidez, pero nunca dudé en pasarle chuletas por debajo de las mesas.
Mis pequeños escritos recorrían así toda la clase y con suerte aprobábamos todos.
Todo el año lectivo, cuando los fines de semana me reunía con mi prima Clara, que era un año menor, le confesaba mis sentimientos hacia Carlos y lo describía como un ser maravilloso, en mis fantasías.
Al volver a clase, yo seguía siendo esa chica invisible y tímida que nadie reconocía, excepto por la necesidad de aprobar copiando de mis apuntes.
El siguiente año, Clara comenzó a estudiar en el mismo colegio y me pidió le presentara a Carlos para comprobar si tenia tantas virtudes como le atribuía.
Entonces, seguí ignorada, pero Clara se convirtió en el centro de atracción de todos mis compañeros.
Carlos quedo enamorado a primera vista de Clara y a su vez ella quedo prendada de su primo David.
Yo perpleja, me desarmé en tristeza al ver que no tendría ni una oportunidad con Carlos.
A David, que era un tiro al aire, le gustaban todas e iba de chulo, pero a Clara le encantaba y bebía los vientos por él.
Ajeno a ello, Carlos me pidió y me suplicó que le ayudara a tener un acercamiento con Clara.
Yo le hubiese gritado:
¡Me gustas a mí!
Pero callé y llegué temblando a donde estaba Clara para entregarle una pequeña misiva de puño y letra de Carlos donde le declaraba sus sentimientos.
Clara que sabia de mi sentir, dijo que nada le interesaba de él y que a la vez le ayudara a quedar con David.
Yo mentí a Carlos para no hacerle daño, dándole esperanzas con Clara, pero no tardo en darse cuenta de que a la vez ayudaba a mi prima a quedar con David.
¡Nunca había visto a Carlos tan enfadado!
¡Me dijo de todo, menos bonita!
¡Yo lo había traicionado!
Me pidió que nunca le dirigiera la palabra para nada. De hecho, lo cumplió, y nunca fuimos ni siquiera amigos.
Cuarenta años más tarde, nos juntamos en una cena de egresados. Ya habían curado esas heridas y descubrí en él un hombre amable que nunca supo que pudo dejarme el corazón roto, tanto tiempo atrás.

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28 comentarios en «Gol en propia puerta»

  1. ¡Mier…! Digo, ¡porras! Soy incapaz de elegir uno solo, lo siento, de verdad, pero reparto votos:
    1) Ángel Martín García (quiero jugar con él al ajedrez siguiendo sus reglas)
    2) Gastón Momeño (me engañó su final, relato conciso y excelente)
    3) Jose Armando Barcelona Bonilla (ese viático, que no informático…)
    4) Juan José Serrano Picadizo (por su vampiro picaflor, más que en propia puerta, su gol fue de penalty)

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    • Mi voto es para Juan José Serrano Picadizo me gusta el misterio y la emoción que plasma y lo mejor un final dotado de una buena trama.

      Mi otro voto es para Gastón me conmovió mucho la ensoñación del protagonista y luego el giro ,no era el feliz novio en el altar sino el padrino de los futuros esposos enamorado de la novia.

      Responder
  2. Yo, después de clasificar los que más me gustan, que son varios, le doy mi voto a
    NEUS SINTES
    dividir el voto no es votar el que más te ha gustado.

    Responder

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