Cuestas – Miniconcurso de relatos

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con el tema «cuestas». Estos son los textos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 16 de enero! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).

* Todos los relatos son originales (responsabilidad del autor) y no han pasado procesos de corrección.

SUSI CADENAS

Vi mi primer muerto con ocho años. Eran tiempos donde los niños formábamos parte de todos los acontecimientos de la vida cotidiana, tanto de los alegres como de los penosos.
Mi abuelo languidecía postrado en la cama de su austera habitación cual plantita flácida doblándose por falta de riego. Con el cuerpo agotado, su pecho subía y bajaba al compás de una respiración casi silenciosa. El hombre que lo podía todo, al que ninguna cuesta se le ponía delante, había tirado la toalla.
Camuflado entre padres, tíos y demás parentela fui testigo de como, sin previo aviso, el abuelo dejó de respirar. Pensé:
– ¿Ya está? ¡Qué poco cuesta morir!.
Hoy, con las bodas de oro de mi existencia cumplidas hace muchos años, recuerdo aquel momento vívidamente. Desde entonces la vida ha transcurrido como una exhalación, con sus cuestas y bajadas, hasta llegar a este atolladero de dolor en que estoy sumido. He batallado mucho, pero mis armas yacen tiradas en el suelo por falta de fuerza para empuñarlas. Solo quiero descansar.
Frente a aquel niño, cada vez más presente en mi interior, grito a los cuatro vientos:
– ¡Cuánto cuesta morir!


ARIEL PACTON

Sube la cuesta niña morena, niña morena del sol.

Pañuelo rojo fulgente atado bajo la barbilla.

Falda volante larga hasta el piso, hecha de parches de tela vieja.

Delantal claro levanta y carga las ramas secas de pino añejo que en la subida va recogiendo.

Sube la cuesta, mira el camino. Piedras hirientes, huellas de carros. Sandalias frágiles de curtido cuero cuidan sus pies. Polvo de arena, rodados cantos.

Sobre la espalda un telar de oro que con sus manos mantiene firme.

Avanza lento.

Sonríe al viento que agita el tiempo de una arboleda con poca sombra del mediodía.

Va hasta la cima. Ya falta menos. Vuelve a cantar.

Sube la cuesta niña morena, niña morena del sol.


PAPALLONA LILA

A veces en la vida todo parece estar cuesta arriba. Todo supone un esfuerzo enorme y parece que la meta no llega nunca. Otras veces en la vida todo parece estar cuesta abajo, todo fluye sin esfuerzo y las metas se logran fácilmente. Esa es la magia de las cuestas de la vida.


ZUMACHI T-POCHTLI MOCTEZUMA

Desaliento.

Quise escribir en un poemario cada uno de mis amores, su momento cúspide y el detalle de su desfallecimiento. Empero, no pude llamarlo así, sino que era un panteón de ilusiones, lapidas con reminiscencias adornadas con flores. Ahora que lo medito; sería el lugar perfecto para rendir reverencia a cada mujer amada y olvidada. Escribir con vehemencia sobre el papel “cómo marcharme si llevo en la mente tus ojos morenos y en los labios renuencia a la lejanía”. Un poemario podría ser lo contrario a un mausoleo, traer a la vida (en cada lectura) incluso el amor propio.
Cierta vez quise delegar un pensamiento a cada ser amado, porque cuesta cargar las despedidas, se vuelve inclinada la recta, se ondula el tiempo y de a poco, de muy poquito uno deja de cargar un recuerdo, tal vez el más añejo, para reemplazarlo por uno nuevo y si Dios lo quiere puede que el recuerdo sea bueno; de esos que besan al despertar.
Mi prosa impedida de palabras y amores es lerda, escribe textos incompletos, me pregunto si de nacer con tinta y papel en vez de carne podría hacerlo mejor. Me gustaría intentarlo. Llevaría las palabras en la piel y acariciaría con ellas. Pero qué más da este tonto desencanto. Quisiera que alguien viniera para decirme que un poemario es sino un huerto de amores, reiría y acto después le diría con tristeza – usted se encuentra equivocado y a la vez en acierto, hay poemas cuya inexistencia mata y otros cuya evocación aligera la cuesta – .


LOLY MORENO BARNES

—¡Abuelo!
¿Porque dicen que la tierra es redonda como la luna?
—¡yo creo que es plana!
—¡Niña! La tierra es una inmensa esfera de vida y la misma vida le da forma pero en realidad no es redonda ni plana .¡ Es una cuesta!
— ¿ Una cuesta abuelo?
—¡ Si! ¡una inmensa cuesta !
Deja que te explique :
Cada paso, cada gesto, cada anhelo, ¡Es una cuesta !
Se debe avanzar en la cuesta de la vida.
Una madre sigue la cuesta del embarazo hasta dar a luz.
Un enfermo hacia su deseada cura.
Un estudiante hasta la meta de su carrera.
Un padre de familia en lograr la felicidad y armonía de los suyos y conseguir económicamente con su trabajo cubrir las necesidades …
Para los poetas , atrapar en la cuesta de su creatividad sus letras .
Algunos románticos toman un atajo y se acercan a su mágica luna poniendo una escalera para cortar camino , pero no deja de ser una cuesta buscando el amor.
Hasta los mares siguen una cuesta en sus mareas …,alcanzan y saborean las partes altas de las playas trepando acantilados .
Intentar mirar con nitidez el horizonte es una cuesta.
Cada paso , cada logro en el camino de la vida es una cuesta .
— Ay abuelo…¡ ya entendí!
¡ Te quiero mucho ! Pero…
¿ El amor y los sentimientos también son una cuesta ?
—Pues sí… ¡ La cuesta del corazón!
La vida en la tierra es un milagro , pero también una cuesta. ¡ Avanzas o mueres!


CORONADO SMITH

Fernández avanzaba con paso lento, su equipaje pesaba mucho. Había hecho muchos sacrificios en su vida y la recompensa había sido escasa. Estaba casi al borde del derrumbamiento cuando por alguna extraña y milagrosa casualidad del destino, leyó una frase que iba a cambiar su vida. Estaba una tarde al borde de la desesperación, vagando sin rumbo por su ciudad, cuando sintió unos deseos irrefrenables de tomarse un café en la cafetería que acababa de aparecer al doblar una esquina. El letrero de la cafetería era lo que lo había dejado petrificado, rezaba: Entre derrotado y salga victorioso, y él, claro está decidió entrar. Una vez dentro se dio cuenta de que todo era un reclamo publicitario, que la esencia del cartel era que venían frases motivadoras en los sobrecitos de azúcar. A Fernández la que le tocó lo dejó casi en catarsis, ¿Sería verdad? La frase en cuestión decía: Suba la cuesta más alta con una mochila a la espalda que contenga cosas que simbolicen su pasado y arrójela desde allí. Ya vislumbraba la cima, ya casi estaba. Haciendo un último esfuerzo por fin llegó y entonces lo hizo, arrojó a la mujer que llevaba en brazos por el precipicio, era María Cuestas la hija más alta de las tres que tenía su jefe, que después de 22 años en la empresa lo había echado como se echa a un perro vagabundo, ahora sí cambiaría su suerte.


CONSUELO PÉREZ GÓMEZ

¡Lo que cuesta una cuesta! El coste de las cuestas -que cuestan lo que cuestan- es directamente proporcional al esfuerzo requerido para vencerlas. Una cuesta, sin coste, no es una cuesta de categoría. Hay que adjuntar el coste ajustándolo al valor de lo que la cuesta implica. Empeño al subir la cuesta del olvido. Empeño en la bajada. Si en la tarde de uno de tus días olvidaste el coste de la cuesta, estás en el camino de subir cuestas aún a costa de no volver a recordar la escalera que te encumbró a la cima. Y si la cuesta se vuelve infranqueable, busca otra «cuesta» sin espinas.


MARI CRUZ ESTEVAN APARICIO

En la vida todo cuesta, pero para Maria llevar a su hijo impedido a la espalda y subir al tercer piso en adonde viven ¡no era cuesta!
El amor de madre le daba la fuerza necesaria para cargar sobre allá a su hijo y comenzar la subida de las grises escaleras una a una hasta llegar a casa.
Mientras el chico fue pequeño y la madre joven, la cuesta del peso de su querido hijo no era cuesta alguna.
Pero con los años todo empeoró.
Todos sabemos que la descapacidad física impide moverse al ser humano.
Pero sucedió que aquel día de esta historia, a igual que hoy era día de Reyes.
María de siempre escribía la carta a sus Mejestades los Reyes.
Por lo tanto llena de ilusión dejó a los Reyes la carta escrita, con un deseo necesario tanto para su hijo cómo para ella.
Aquella noche de Reyes hubo un viento de lluvia de estrellas, que bajó haste la Tierra con el fin de iluminar el comino a los Reyes a la casa de Maria.
Sus Mejestades los Reyes de Oriente, lo tres leyeron la carta escrita y,
ayudados por las estrellas brillantes…
Al despertar Maria al día siguiente y salir al portal de la casa, sorpresa
En el edificio había un flamante arcénsor de cristal tan mágico como la pasada noche de Reyes…
Moraleja
Entre todos hagamos que las cuestas dejen de costar.


EMILIANO HEREDIA JURADO

LUZ PARA TUS SOMBRAS
-Perdona, ¿te puedo ayudar?
-Muchas gracias, te lo agradezco…
-Es que te he visto subir la cuesta, con dificultad, tanteando las paredes, y he pensado que tal vez, necesitases ayuda…
-Por lo menos, eres la primera persona que se ha acercado sin la certeza supuesta de lo que no estoy…
-…¿borracha?…no, no he pensado en eso…bueno…, es temprano, en estas horas de la mañana, no he creído que una chica como tú…bueno, eso…vamos, que a estas horas, los únicos que están borrachos…bueno…no borrachos como tal, pero sí con un copa y bueno…tu, no creo…
-Tranquilo, no soy esa clase de persona que se toma un carajillo o copazo de cognac por las mañanas….
-Cecilio, me llamo Cecilio….
-Lucía, me llamo Lucía….qué irónico, ¿no?…
-Perdón, no entiendo….
-Si hombre, por Santa Lucía…la santa de la vista…
-Me gusta que sonrías ante tu adversidad….
-¿y qué otra cosa podría hacer?, peor de cómo estoy, no puedo estar, ahora mismo…ahora mismo…hace un rato…
-Perdona, no quería hacerte llorar……
-Nó, si la culpa no es tuya, ¡ay!, perdona que te tutee…
-No, no importa….me gusta, además, somos más o menos de la misma edad….
-Se te nota en la voz, perdona que la mía suene entrecortada por el llanto, pero, la única ayuda que, hasta ahora, me acaba de dejar tirada, al principio de esta cuesta….se ha cansado de mí, de mi enfermedad….
-¡eh!, ten cuidado, te podrías cortar con la reja cerrada de esta tienda, está oxidada, y te puedes manchar esas manos….tan finas, tan bonitas….
-¿de verdad te gusta…algo de mí?, no sé, es absurdo, que un desconocido como tú, se fije en una podre desgraciada a la que la vida, de un tiempo a esta parte, le ha ido todo cuesta arriba…
-Hombre, no quisiera molestarte, eres mona, con un pelo negro muy bonito, ese vestido verde que llevas, entallado, con ese cinturón marrón ancho, te favorece mucho….
-¿verde?, ¿has dicho verde?…
-Sssi, si, claro..
-Ese cabrón, aparte de haberme engañado con mi mejor amiga, me ha engañado también con el vestido, le dije que era el rojo…no el verde….
-Me parece bien que te rías, tienes una sonrisa bonita, aunque, sea de ironía
-No sé si debería contarte mi vida, bueno, total, que mas dá, no te conozco, y tú no me conoces a mí, en cuanto te canses de mí, harás como todos, te largarás y volveré a subir esta maldita cuesta que me lleva a casa como pueda, yo sola…
-No me importa, no me la cuentes si no quieres, pero te escucharé muy atento si tú quieres contarme lo que quieras…
-Hará cosa de un año y pico, salía con Mario, un compañero de oficina, de la cena de Navidad, teníamos un rollo de hace poco y, aunque le predecía una fama de mujeriego que asustaba, tras mucho ruegos, después de las vacaciones de verano, empezamos a salir, una relación más o menos seria, pues, como te iba diciendo, salimos de la cena de Navidad de la empresa, y por más que le insistí, le rogué, no pude cogerle las llaves del coche….al final de una cuesta abajo, no cogió la curva y, salimos disparados hacia un parque.
El muy hijo de puta, salió ileso y yó, pues, ya ves, desperté del accidente viendo sombras, algo temporal, decían….y el muy cerdo, me colocó en su asiento…y se dio a la fuga…la única conductora aparentemente…fui yó….tan tonta, tan imbécil fui, que le perdoné, con su lacrimógena excusa, detrás de un enorme ramo de rosas rojas….las mujeres somos así de ingenuas y tontas….
-Vaya…
-Sombras…por ahora solo veo sombras, algo más de luz, pero debo seguir la rehabilitación…pero bueno…no quisiera aburrirte más con mi historia lacrimógena….
-Nó, Lucía…nó me aburres, al contrario, me agrada estar contigo…,¿puedo preguntarte una cosa?…
-Sí, claro
-¿volverás a ver?
-Sí, aún me quedan unos meses de rehabilitación….
-Lucía…
-¿Sí?.
-Hemos llegado al final de la cuesta
-Vaya, tenemos que despedirnos aquí…
-Nó tiene porqué…dame tu mano…
-¿qué haces?.
-¿me dejas guiarte hasta tu luz?.
-Se te haría cuesta arriba
-juntos podemos.

ALBERTINA GALIANO

Desde abajo lanzaba miradas de soslayo, sin querer fijar la vista, y ni siquiera ser visto…

Indeciso, incapaz de alejarse, ni de lanzarse.

Los demás reían ajenos a él, a kilómetros, que no eran más que metros en realidad.

Imaginaba una felicidad en ellos que probablemente no fuera tal, o al menos no tan. La carencia hace ver las cosas mucho más brillantes de lo que en verdad son.

Cuando se llega el último, a los postres, porque se viene de arañar barcazas y beber agua salada, uno acaba convenciéndose de que no se le espera, por más que lo desee. Y cuesta subir.

Tener, versus querer ser.


DAVID DURA MARÍN

El pato discute con la gallina.

Cuato te cresta subir la cuesta,?
Apato te pesan los huevos?.

Pienso y desperdicios, siempre digo si,
uno de mis vicios.

Ya estamos cua la Rosalía!.
Hasta la cresta me tiene la tía

En esas que interviene el árbitro y para el combate.
Voten desde sus casas!.
Por la gallina o el pato.
Pero a mí me gustó más Maricruz y su ascensor.


IVÁN ESCAMILLA

A menudo nos enfrentamos con cuesta tras cuenta, incluso pensamos que la vida es en su totalidad una cuesta, sin darnos cuenta que en realidad esto es una falacia un concepto más que el ser humano se inventó.

Veamos las cuentas más comunes: la cuesta de enero por ejemplo, cuando estamos sin dinero, cuando alguien muere, cuando hay enfermeras, o necesidades, de cualquier índole; entonces vemos esto como una cuesta, la verdad es que el ser humano le encanta ver las casas con pesimismo y por eso aparecen estos conceptos, la cuesta, el sufrimiento, el estrés, la angustia, el enfado y de más conceptos que nos llevan a ver la vida mal, con pesimismo y nos enferman, nos quitan nuestra paz o la tranquilidad.

El ser humano tiene la solución en sus manos, pues de él mismo sale el sentido de las cosas y el valor muchas veces exagerado de tales cosas.

Veamos pues, digamos que es enero y no hay dinero por los gastos excesivos de fin de año, Reyes y demás, biene esa cuesta, es así porque tú decidiste gastar de más, porque tú te excediste, así que cambia tu forma de ver las cosas y acepta esta cuesta por que es solo resultado de tus excesos de fin de año;
Cuando alguien está en enfermo, muchas veces esa enfermedad es por no alimentarnos bien,no hacer ejercicio y algunas veces por procesos de la edad, por cualquiera de estas cosas que sea la enfermedad, si la aceptamos y cambiamos nuestra forma de ver tal enfermedad la vemos con aceptación y sin reproches ni tristeza el cuerpo reacciona tu mente y tus pensamientos, como a tus estados de ánimo, recuerda el ser humano está conectando con todo, es decir tus órganos reaccionan al estímulo emocional y sentimental que tengas, la mayoría de las enfermedades son psicosomáticas; La cuesta más dolorosa, la muerte de alguien, de algún ser querido, nos enseñaron a ver la muerte como la peor desgracia que hay en la vida, en realidad no hay tal desgracia es solo el sentido que le das a este proceso, que en realidad es natural, alguien alguna vez te dijo qu tu vida tendría fecha de caducidad o que sería eterna, no verdad, entonces la muerte hay que verla como algo natural, aceptarla y entender que a las personas queridas se les tiene cada día y cada día le tienes que entregar lo mejor de ti, es decir tu tiempo, tu amor y tu dinero, es decir lo mejor de ti, con esto no habrá remordimiento cuando esta muerte llegue.

La vida es un proceso activo en el cual tú decides cómo lo ves, si como una constante cuesta o una experiencia para disfrutar y tú le das el sentido, el valor, a las sucesos, que tú decís tener en este sendero.

¿Te gusta leer? ¿Quieres estar al tanto de las últimas novedades? Suscríbete y te escribiremos una vez al mes para enviarte en exclusiva: 

  • Un relato o capítulo independiente de uno de nuestros libros totalmente gratis (siempre textos que tenga valor por sí mismos, no un capítulo central de una novela).
  • Los 3 mejores relatos publicados para concurso en nuestro Grupo de Escritura Creativa, ya corregidos.
  • Recomendaciones de novedades literarias.

10 comentarios en «Cuestas – Miniconcurso de relatos»

  1. Esta semana reparto mi voto entre el escrito de Emiliano y Mari Cruz.
    Medio voto par cada uno.
    Me parecen los dos hermosos y no me puedo decantar por uno.

    Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.