Semana 7 Taller de Escritura – El narrador

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, continuamos con la adaptación de nuestro Curso de Escritura Creativa y, en esta ocasión, proponíamos escribir un relato con un narrador sorprendente. Este ha sido el relato ganador:

*Todos los relatos son originales y no han pasado por procesos de corrección.

La condujo hasta el límite del bosque. Levantando su mano, señaló hacia un estrecho sendero de tierra que desaparecía entre los espesos árboles. Una suave brisa les levantó el cabello, mientras miraban en aquella dirección. Durante el recorrido, sus miradas se cruzaron varias veces intentando encontrar las palabras, pero Tilda intentaba esclarecer la voz de su corazón, y Tom luchaba contra el temor de volverla a perder; de que un destino malhiriente les envolviera de nuevo para separarlos en la distancia y el tiempo.
– Mira – le dijo de pronto Tom con una voz tenue como si no quisiera espantarla – ¿Ves eso que brilla en la tierra?
Tilda centró su mirada en el brillo plateado a contraluz que se discernía entre la húmeda tierra ya sin niebla.
– Lo recuerdo -esclareció- es el anillo que el mar trajo consigo para acabar en la orilla de nuestra playa. Dijimos…
– …Que sería nuestra unión eterna – acabó Tom por ella.
El brillo en los ojos de él mostraban sus sentimientos al desnudo. Fue cuando ella notó la presión. La verdadera responsabilidad. Debía decidir si volver con su reciente marido y seguir disfrutando de la luna de miel ahora que la isla la había recuperado, o quedarse allí para siempre con su primer amor. Aquella idea la atormentaba, pero no por pasar el resto de su vida con Tom, sino porque le encantó conocer parte del mundo que les rodeaba y deseaba seguir descubriéndola. Deseaba ser libre.
Tilda oía el agua que corría. Debía de haber un arroyo cerca. Tom cogió el anillo y lo llevó consigo mientras anduvieron en silencio con la vista clavada en el suelo. Un rayo de luna a través de las ramas les iluminó y decidieron sentarse frente al arroyo para encender una fogata.
La noche cayó más rápido de lo que esperaban. Tilda llevaba horas contándole las aventuras que experimentó esos últimos años, demostrándole que existía vida fuera de aquella isla. Tom, ensimismado por la belleza de sus palabras, se percató de lo feliz que Tilda se sentía al recordar cada detalle de un mundo desconocido para él y finalmente supo qué debía hacer para recuperar a su compañera de viaje.
-Llévame contigo -le propuso.
Sus mirados humedecidas se posaron una en la otra, queriendo descifrar los sentimientos que aguardaban. Tilda, tras comprobar la entereza de Tom, sintió un gran alivio. La futura decisión que tanto la atormentaba se solventó. Le había desprendido de un plumazo la tremenda responsabilidad. Pues, su mayor deseo era descubrir el resto del mundo con Tom a su vera y él le concedió aquel anhelo con veracidad. La vida les sonrío de nuevo y un beso les llevó a sellar su promesa de amor por primera vez.

SARAH BLUMP


-¿Es usted el señor narrador?
-El señor narrador marchó hace algunas semanas a la ciudad, para escribir en un periódico artículos de opinión. Soy la señorita narradora. ¿En qué puedo servirle?
-Verá, el frío se acerca y tengo apilados al lado de la leñera un montón de troncos por cortar, mi espalda sufre el dolor de los años y he pensado, si sus honorarios no fuesen demasiado elevados, encargarle el trabajo a usted.
-Pero lo que necesita es un leñador.
-¿Un hombre?
-¿Dónde?
-Le pregunto si para trocear mi leña hace falta un hombre narrador.
-No, para eso debe buscar un leñador o una leñadora.
-¿Cuánto cobra?
-¿Quién?
-Usted.
-Depende de la extensión y el grado de dificultad del encargo.
-Son unos cinco troncos de naranjo, bastante secos, calculo alrededor de cinco horas de trabajo. Y le invitaré a limonada. Me sale muy buena.
-Pero no soy leñadora.
-Antes dijo que sí.
-Le dije que soy la señorita narradora.
-Pues eso. ¿Le parece bien ocho euros la hora?
-Deme un minuto, cojo la chaqueta.

JEZABEL MONTENEGRO


Eduardo es un niño de siete años, moreno, algo bajito para su edad, con gafas de culo de vaso, grupo sanguíneo 0- y voz de pito. Visto así podría pensarse que puede resultar cansino oírle hablar, pero no es el caso. Es muy gracioso e imaginativo. Él crée que el sol está a una temperatura de cuarentamil trescientos sesentamil cincuenta grados, pero no se imagina que su padre, Juan, de cincuenta años, está pensando separarse de su madré, Pilar, de cuarenta y ocho, porque cree que la camarera del bar de la plaza San Marcos, Silvia, de veiticuatro años, está enamorada de él. La chica es igual de simpática con todos los clientes, pero Juan, entre copa y copa de vino barato, deja volar su imaginación hasta cotas delirantes, mientras Pilar se deja la salud cuidando discapacitados en el centro asistencial municipal, donde consiguió el contrato gracias al curso de cuidadora que hizo hace tres años en el Instituto de la mujer. Ella se imagina a Juan pendiente de Eduardo en el parque, ya que es su hijo mas pequeño, puesto que las mayores ya se han emancipado con mejor o peor fortuna. Ana, la mayor, de 28 años, se enroló en la marina y ahora vive y trabaja en la fragata Canarias con base en Rota, Cádiz. A bordo de la Canarias también trabaja su pareja Lourdes, catalana, de 28 años también. Se enamoraron en la escuela de marinería de el Ferrol. Tuvieron mucha suerte de que les asignaran el mismo destino al salir de la escuela. La siguiente hija en orden decreciente es Laura, de 25 años. Ella ha terminado enfermería y trabaja en Lisboa. Tiene previsto casarse en dos años con Bruno, un médico portugués cuatro años mayor que ella. La más joven de la chicas es Noelia, de 19 años. Nadie sabe bien dónde anda. Se marchó de casa al cumplir los 18 y lo último que se supo de ella es que fue multada en Bilbao por tenencia de estupefacientes el verano pasado.
Por todo esto me ha resultado tan fácil engañar a Eduardo para que se subiera en mi coche. Pero no penséis mal, no soy un pederasta. Mi motivación es puramente económica. Lo venderé a una clínica suiza. Un banquero americano que ya ha sido transplantado once veces necesita su hígado y su corazón, y mi oficio es proporcionar la materia prima.

TOMÁS PERRO ANDALUZ


DIRTY STORIES (1)
Mi amigo Frank acaba de regalarme su segundo libro de relatos. La autoedición le ha costado como unos dos mil pavos, me dice, pero los va a recuperar con creces y va a obtener beneficios, asegura.
-Me he inspirado en los relatos de Bukowski. A la gente le gusta el sexo, ¿no? Y más cuando es sucio.
Deja caer socarronamente la frase y me mira implacable. ¿Debo conocer a ese escritor? ¿Acaso no sé lo que es el sexo…salvaje? Por otra parte, hace tiempo que no leo un libro. Estoy aburrido de los bestseller, de los libros politizados, de los violentos, de los históricos, de los personajes reprimidos conociendo el sado light y de los de aventura con niños magníficos…
-No sé quién es Bukowski -me atrevo a decir.
-¿Qué? ¡No jodas! -me abronca.
El café Comercial, aquí en la glorieta de Bilbao, empieza a llenarse. Siento que decenas de miradas se clavan en mí, y no en mi amigo Frank. Parece que soy yo el que la está cagando.
-¡No me jodas tío! A ver, a ver… ¿Qué lees últimamente?
-Pues…pues… -balbuceo, urgando en el cajón de los recuerdos, buscando en la espuma del café con leche cierta inspiración-. Pues nada… No tengo mucho tiempo.
-¿Qué? -vuelve a recriminarme. Pero en esta ocasión se asegura de que nadie oirá sus comentarios.- ¡Puto país! Acaban con la ilusión de los chavales haciéndoles tragar los clásicos… Y cuando se hacen mayores, no hacen más que comerse una y otra vez la historia de Franco….Por no hablar de las novelas moñas de amores imposibles y gente maravillosa. Puag. Da asco.
Mueve cabreado la cucharilla tras echar el azúcar, hasta que parte de su café negro se desborda por la pequeña taza. Sé que puede soltar algún taco. Me mira. Parece contenerse. De acuerdo, una tregua.

CARLOS TC


INTRUSO
Un cometa está viajando por la Galaxia de Ilati.
Sé que tú, al igual que yó, lo estás viendo. Está cruzando por medio de las dos lunas sagradas de N´gha y Lalartu.
Este cielo celeste lleno de remolinos púrpura que está encima de ti, te es extraño. Lo sé.
Nó. Nó hables. Nó digas nada.
¿Crees acaso que nó sé lo que vás a decirme?.
Te conozco. Sé que tú a mí, nó. Te veo. Sé que tú a mí, nó. Te escucho. Aunque no hables. Me oyes. Aunque no me veas hablar.
Tienes miedo. Las gotas de sudor que resbalan por tu frente lo están escribiendo y, tu respiración agitada lo está firmando.
Mira, un grupo de liczbas 1 se te está acercando. ¿Sientes cómo la sustancia viscosa azul que salen por los poros de sus ventosas te ván cubriendo poco a poco?.
Nó grites. Nó puedes. Nó corras. Tus piernas yá no te pertenecen.
Escucha el crujir de tus huesos. Como se ván rompiendo paso a paso por el lento camino del fin.
Dentro de poco nó serás nada. Nó serás nadie.
Una carcasa vacía que se la llevará un zag2 cualquiera.
¿Quién te ha dado permiso para venir hasta utuk xul?. 3
Nó respondas. Yá te he dicho antes que nó puedes.
¿Con qué derecho os creéis lo de vuestra especie, para profanar el reino sagrado de utuk xul?.
¿Porque, al haber encontrado la forma de viajar por los infinitos túneles cósmicos, en esa frágil cascara de ummum4 os creéis dueños de todo el universo?.
Sois betes5 ciegos navegando en un inmenso mar.
Vosotros los que os hacéis llamar seres humanos. Os creéis dioses, creéis que creáis vida, cuando sois unos asquerosos y repugnantes kis 6 que devoráis todo lo que encontráis a vuestro alcance.
¿De qué os vanagloriáis?, ¿de haber creado una civilización en un utuk xul perdido en la mitad de la nada?.
Sois alals7, cósmicos. Aliento de muerte.
Aun no te das cuenta, pero estás ante un juicio, donde se te está juzgando por el horrible asesinato de un pobre e inofensivo lalassu8, que fue a tu encuentro para ofrecerte un poco de dub8.
Tú, como ser humano, consideras una amenaza todo lo desconocido.
Tú, como ser humano, consideras inferior todo aquel que crees inferior.
Yó, Dingir9 todo poderoso y creador de todo lo conocido…. y también de ti y todos los de tu especie, dictamino que, basándome en los hechos más que probados, de que tú, ser humano despreciable, has invadido el sagrado reino de utuk xul, con la despreciable intención de implantar tu miserable presencia, arrebatando la vida a un inofensivo lalassu.
La sagrada luna N´gha, ha hablado. La balanza se ha inclinado y el lalartu 10 que hasta ahora estaba encarcelado en tu vaina mortal, se vá al reino de la sagrada luna.
Ahora, mírame.
Soy Dingir, tu creador….y tu ejecutor.
Dos utus11 se ocultan tras una cadena montañosa malva, mientras solo se escucha el ruido de la libación del grupo de liczbas que están dejando vacío tu cuerpo humano.
Fin
Emiliano Heredia Jurado
26 de junio de 2017
Alcalá de Henares (Madrid)
1. lizbas: arañas cefalópodas vampiras
2. zag; uno de los vientos carroñeros que se alimentan de la esencia muerta del planeta.
3. utuk xul: reino estelar.
4. ummum: fruto parecido a la nuez
5. betes: locos
6. kis: gusanos
7. alals: locos
8. lalassu: pequeño duende habitante del planeta utuk xul.
9. dingir; Dios
10. lalartu; alma
11, utus: soles

EMILIANO HEREDIA


Cuando el egoísmo se mezcla con la rabia e impotencia, el resultado es una bomba de relojería que te convierte en un déspota, desagradecido, un altivo arrogante, que sólo se hace la víctima y aprovecha las debilidades; paciencia y amor que te tienen los demás, simplemente por y para tu propio beneficio.
¡Ya puedes llorar!, ¡ya! A éso, llamo yo egoísmo.
Cuando recibes «algo» de lo mucho que tú has dado a estopa, podría ser el único momento de lucidez en el que te podrías dar cuenta del daño que has llegado a producir.
Ni siquiera eres capaz de darte cuenta de que recibes de tu propia medicina, maldito egoísta sin corazón.
Sí, perdiste a tú padre demasiado pronto, pero los demás también lo perdimos, y te malcriamos tanto que ahora descargas el odio que llevas dentro con tu madre y los que estamos alrededor.
¿Tienes más de una cara? Seguramente. No, seguramente no, seguro que tienes más de dos.
¿Pero sabes qué? A mí no me vale que me digan que ya no vas a cambiar de forma de ser a tu edad, no, y NO. Porque yo tampoco quiero cambiar, ni cambiarte. Pero estoy harta de callarme y dejarte salir siempre con la tuya, o teniendo que darte la razón en todo por no provocar una fuerte discusión sin marcha atrás. Claro, es tan sensible….¿y los demás qué?, ¿somos de piedra?
¿Me oyes?, ¿me escuchas?. ¡Estoy harta!, ¡muy harta!.
-¡Déjalo estar! ¡Es que es así!
– ¡Y yo soy asá!. ¡No te jode!. ¿Te parece bien?. Estoy harta de ceder, de poner paz, de mediar…….¡¡¡¡HARTA!!!!

LA XICUELA DE CORRIOL


Karina
Karina se impacientaba, Juan estaba tardando más de lo habitual y ella tenía demasiada calor. Tenía sed y su lengua la notaba rasposa, apenas segregaba saliva, por eso, decidió pasar al asiento delantero del coche.
Karina tiene cinco años, Juan cada viernes solía hacer la compra semanal y no podía dejarla sola en casa. Desde que falleció su esposa, dos años atrás, no atendía bien a Karina, la relegó a un segundo plano. No es que no la quisiera, pero su actitud hacia ella cambió radicalmente, él tenía mucho trabajo, a veces, se quedaba hacer horas extra, con tal de no volver a casa y sentir ésa tremenda soledad, desde que Julia falleciese – maldita enfermedad – pensaba a diario, no podía superar que su esposa lo hubiese dejado solo, a pesar de que Karina siempre la esperaba con alegría y cariño.
Ellos nunca tuvieron hijos en veinte años de matrimonio, cuando Julia enfermó, ella quiso estar más acompañada, ya que el trabajo de Juan le ocupaba muchas horas y sentía la imperiosa necesidad de sentirse útil, tener a alguien a su lado, para cuidar, atender y darle todo el cariño del mundo.
Durante varios días, lo estuvieron conversando y finalmente decidieron adoptar, preferiblemente que fuese muy pequeña, así que, en cuestión de tres semanas, Juan llegó a casa con Karina de apenas un mes. Al principio todo fue maravilloso, Julia la acogió encantada, se enamoró de sus ojillos, su naricilla chatilla, su pelo castaño y a medida que iba creciendo, comezó a cogerle una pequeña coleta con un lacito rosa, – Julia siempre fue muy clásica -.
Se divertía mucho cada vez que tocaba bañarla, aunque a Karina no parecía gustarle el agua, pero no por eso se libraba de su baño.
Karina se convirtió en la «reina» de la casa, tanto; que hasta Juan comenzó a tener celos y le recriminaba que, la quería más a ella que a él mismo.
Karina seguía impacientadose cada vez más, la temperatura del coche iba en aumento, además Juan, había estacionado en un aparcamiento donde no había sombra y lógicamente el calor se intensificaba. El termómetro del coche ya marcaba mas de cuarenta grados y karina sentía fatiga, mareo… parecía que de un momento a otro, iba a perder el conocimiento.
Se le ocurrió tocar el claxón, ella es muy lista, Juan le había enseñado hacerlo en varias ocasiones, por si llegaba algún vehículo y dificultaba su entrada o su salida. A penas sin aliento, volvió a tocarlo y ésta vez, consiguió la atención de una chica que justamente pasaba al lado.
La chica se paró y miró a través de la ventanilla, repentinamente se puso las manos a la cabeza, intentó abrir la puerta del coche, pero tenía puesto el seguro, estuvo unos minutos forcejeando, pero no consiguió abrirla.
Karina estaba cada vez más débil, llevaba mas de una hora dentro del coche, sin aire y las ventanas cerradas, no entendía cómo Juan tardaba tanto. De acuerdo que, otras veces la habia dejado encerrada, pero apenas tardaba un cuarto de hora y siempre le dejaba semi abierta la ventanilla, lo suficiente para que no le faltase el aire. Pero hoy había notado a Juan raro, ella era muy intuitiva, conocía a la perfección los cambios de humor de él, sabía que estaba también triste, pero no entendía el motivo.
La chica que estaba fuera estaba muy nerviosa, como no pudo abrir, sacó su teléfono móvil que portaba en su bolso y llamó al 062. Por favor – gritó – vengan rápido, corre peligro su vida, el coche tiene puesto el seguro y no quiero romper los cristales, más que nada, por si daño a la pequeña… dense prisa por favor, terminó diciendole a la patrulla, después de comunicar la dirección.
En apenas cinco minutos, llegó la Guardia Civil y con la ayuda de un punzón de hierro, rompieron el cristal trasero del coche, ya que Karina se hallaba en el asiento delantero. La sacaron en seguida, apenas se mantenía en pie, la pusieron en la sombra, le acercaron un cuenco con agua fresca, pero no reaccionaba, estaba tumbada en el suelo, le costaba respirar, así que tuvieron que realizarle maniobras de reanimación y pulvorizar su cuerpo con agua. Pasados unos minutos, Karina comenzó a beber y sus ojillos asustados miraban recelosos a los agentes.
Decidieron llevarla a las dependencias de la Policía Local más próxima y con el lector de microchip, localizar a su dueño. Afortunadamente, tenía chip y pudieron averiguar la dirección de Juan, pero no había nadie en casa, así que, tendría que quedarse en comisaría, a la espera de que su dueño la reclamase o ellos dieran con el.
La Guardia Civil comenzó la búsqueda de Juan, primero para que depurase responsabilidades, ya que lo que había hecho, era considerado un delito de maltrato animal y después, de la consabida multa y retención de su persona, pasar a disposición judicial, para su posterior testificación.
Pasaron varias horas hasta que encontraron a Juan, se hallaba hospitalizado por un infarto de miocardio, motivo por el cual, no había regresado a su vehículo.
Aquel día, justamente se cumplía el segundo aniversario del fallecimiento de Julia y no se encontraba bien, pero no quiso ir a urgencias. Pensaba que tardaría poco en realizar la compra y regresaría a su casa con Karina. No llevaba bien la ausencia de su esposa, según contaba el mismo a la Guardia Civil, en la habitación del hospital donde se hallaba ingresado. Aunque ése no era motivo para dejar a Karina sola dentro del coche, al sol y en pleno mes de julio, con las altas temperaturas que estaban haciendo. Karina podría haber muerto y solamente él, sería responsable de su fallecimiento, le dijo uno de los agebtes. Juan se echó a llorar y pidió perdón por su negligencia, prometió que de ahora en adelante, nunca más lo haría. Abonó la multa correspondiente y debido a las circunstancias, dejaron que se pudiese quedar con su perrita y no darla a un centro de acogida – que era lo habitual en éstos casos -.
Pasados quince días, recibió el alta médica y se fue a su casa, allí le esperaba en la puerta Karina, se puso muy contenta al ver a Juan, no dejaba de mover su cola y se abalanzó sobre él justo en la entrada. Fefa, su vecina, se había hecho cargo de Karina mientras estuvo hospitalizado. Juan le dio las gracias y ella, se ofreció a cuidarla cada vez que tuviese que salir, de ésta forma ni estaría sola ni tendría que preocuparse por no saber dónde dejarla.
Juan aprendió que, querer y cuidar debidamente a Karina, era lo que su esposa hubiese querido, así que, se prometió a sí mismo… tratarla igual que Julia.
Juan se hizo inseparable de su mascota, comprendió que era como su hija y como tal; debía corresponderle como padre.

MARI CARMEN CUESTA


Bueno gente aca les dejo un cuentito que tenia en el olvido hace como un año y los termine con el rejunte de otras cosas que había hecho, si, es un pastiche pero bien cohesionado. Dedicado a las chicas del grupo que dijeron que era como un aficionado a los relatos de guerra.
SUEÑOS ROTOS
Finales de abril de 1945. Berlin, capital del Reich.
Como el deselance de una película de terror, la guerra estaba llegando a su fin, el pueblo ario, se sentía devastado, moral y físicamente, solo ruinas ardiendo y almas desesperanzadas aún quedaban en pie.
Es el mismo pueblo que otrora los dioses ungieran con las mieles del poder y la victoria…
La providencia había fallado y Hitler lo sabía. Él podía contar con un as bajo la manga que pensaba poner en juego cuando los soviéticos lo acorralaran.
Ese será el momento en el que él ya no tenga más fe en el resurgimiento de su amada valquiria.
Esta implicito en sus acciónes y determinaciones que a él no le importa dejar atrás un mundo en ruinas, esta más que claro que no piensa en los demás, los ve como seres inferiores en su tablero de ajedrez.
Si hay algo que caracteriza al führer es que era un ser sumamente ponsoñoso y no poseía compasión por nada ni nadie. Era frio, mas frio que los hielos de siberia.
Un especimen calculador y carente de sentimientos…
De esos que al saberse hundido no lo hara solo sino que planeara a traves de su odio llevarse a todos los que pueda con él.
En la guarida del lobo se encontraban reunidos los cuatros edecanes del mal tratando de revertir la incipiente derrota que se les avecinaba, si pierden sabrán sus destinos y ninguno quiere ese horizonte en sus vidas.
Es la última misa negra que llevaran a cabo…
Los demonios se juntan alrededor del altar para honrar a su padre, inspirador y artífice del nazismo y de Adolf Hitler…
Méngüele, Himmler, Göering y el mismiso führer se hacen presente para glorificar a su progenitor.
La figura del padre yace a un costado de la habitación, enmarcado y engalanado con velas negras y rojas ardiendo incansablemente. Su mano derecha, erguida, indica hacía arriba, el cielo, lo inconquistable…
Todos habian aprendido bien las lecciones de oscurantismo impartida por Guido Von List, y comenzaron a orar en una lengua extraña, tan añeja como la historia misma del hombre.
Hitler, tenía el don de canalizar a traves suyo las deidades y espiritus que el quisiera.
Para la secta de Ostara el Führer era oro en polvo cuando lo descubrieron hacía finales de la primera guerra mundial.
Lo pulieron, lo adoctrinaron y le encomendaron la misión más importante de su vida…
Él, un cabo razo aficionado a las acuarelas hizo estallar su ego con las mieles que endulzaron sus odios.
Y oficio de puente, entre la tierra y la oscuridad, y permaneció intrasigente siendo sumiso ante ellos…
Adolf entro en un trance profundo, sus ojos se transformaron, había incorporado una entidad del otro plano… pero estaba vez era distinto. El conjuro estaba hecho.
Pronto la habitación comenzó a cambiar de forma revelando su verdadera identidad, secuencias de almas torturadas se hicieron presentes para el deleite de los que alli observaban…
Un portal infernal desde los confines del tiempo se abrió y las llamas flameantes fueron surcando el lugar como latigazos que buscan domar a las fieras… el fuego los rodeaba pero no los quemaba, eran parte de su esencia.
El suelo comenzó a abrirse como en un terremoto incontrolable y un esbirro del infierno, amorfo y carente de rostro les ofreció un papel ilegible a los ojos de la gente común, era una especie de papiro antiguo con la formula alquímica para levantar a los muertos de su letargo.
El Hitler que allí se deleitaba con las llamas del infierno no era el mismo que había ganado el Reich en 1933, no era tampoco el de las ultimas semanas…
Se había convertido en una vasija, en el recipiente de mal verdadero.
Entonces el führer entrego el papiro al doctor de la muerte, Josef Méngüele, para que creara mediante esa formula el suero para revivir a todos los soldados de wermatch, de la lufftware, a todos…
Méngüele sonrió con una mueca macabra y se dispuso de inmediato a elaborarla, el tiempo apremiaba y la avanzada soviética ponía paranoico a todos los nazis.
Hitler odiaba a los judios y a los sovieticos, para él eran la misma mierda… y arhiman se aprovecho de ello para inmiscuirse en sus entrañas, para dominarlo, para gobernarlo y hacerle cometer las peores atrocidades que un hombre puede cometer.
El hitler humano odiaba a los judios porque en su concepción del mundo ellos eran los culpables de la derrota en la primera guerra mundial, eran los culpables de la hambruna y el tratado de versalles, eran, en fin los culpables de todo mal sobre la tierra.
Arhiman los detestaba, porque los judios eran el pueblo elegido por dios, a quien él odiaba y vomitaba su asco visceral.
Los demonios no podian encarnar solos porque pecaban de no tener alma, entonces necesitaban canalizarse mediante acto corpóreo, y hitler fue el eslabón que sellaba ese trato.
El odio de uno y el odio del otro crearon la unión mas perfecta que ni mil exorcista podrian expulsar.
Ahrimán se vistió con sus mejores trajes y condecoraciónes, se miraba en el espejo y disfutraba cada momento de su existencia terrenal, preparo un discurso breve pero emotivo para que los que aún quedaban vivos lucharan contra la júderia internacional del dios hebreo, de quien lo había confinado al ostracismo del abismo infernal.
Llamo a su chofer personal y partío raudamente hacia la explanada del ministerio de guerra nazi, uno de los pocos lugares que quedaban todavia en pie.
El demonio sabía que el tiempo lo apremiaba, deberían poner en marcha rápidamente aquella alquímica fórmula para revivir a los muertos, después de todo el percibía que el otro lado también estaba jugando sus cartas, era el balance natural de la vida, el bien contra el mal.
El führer arribo con los aviones enemigos surcando los cielos de la capital, ellos no tenian piedad… eran los dragones del ángel Miguel, esos mismos dragones que les había arrebatado a él cuando el tiempo no era tiempo y no corría apresurado.
Hitler se predisponía a arengar a su pueblo, buscaba así hacer resurgir la furia de las personas, ésas mismas personas que lo endiosaron como su salvador.
La plaza estaba marcada por la ausencia notoria de aquellos hombres que habían dado su vida en combate, los que estaban eran pocos pero les seguían siendo fieles al führer.
Cientos de ataúdes esperaban solemnes la mistica parafernalia religiosa que el jefe de las SS había vuelto a traer de sus antepasados… una ceremonia que solo Hitler podia dar y terminar.
Él era el lider, su führer, su mesías. Y ellos eran sus apóstoles y fieles seguidores, todo era una mentira…
El pueblo alemán, en su triste y solitario final se acercó a oír a aquel que ya no era humano.
Y el endemoniado arhimán con capullo humano comenzó a espetarle las palabras que esos incrédulos deseaban escuchar. Dijo Hitler:
«Esos ataúdes no representan la muerte, es solo un momento de latencia, a la espera de la resurrección-inició así su discurso-, no debemos llorarlos sino todo lo contrario, debemos honrarlos luchando como siempre lo hemos hecho… somos… una nación grande. Hemos resurgido de las cenizas muchas veces y esta vez haremos lo mismo. Pero esta vez sin piedad ni misericordia contra el salvaje capitalismo y la judeomasoneria recubierta de comunismo».
Hitler hizo una pausa como demostrando dolor e incomprensión y continuo Hablándole a la masa.
«Pueblo, mi amado pueblo- los ojos de arhimán se transformaron revelando su verdadero rostro, pero nadie fue capaz de verlo tal cual era-, la divina providencia me ha regalado la gracia de poder ver el futuro y les puedo decir que sigue siendo tan prominente como siempre se los he dicho, los que reposan allí- extendio la mano para señalar a los caidos-, pronto volverán a levantarse.
Un ángel me visito en sueños dandome la llave de la salvación… seremos eternos… como el mal… seremos el ejército imperial que anhelamos».
El pueblo hipnotizado- por las palabras viles de una serpiente antigua- lloraba de alegría aún sin siquiera comprender algo de lo que su führer les había dicho.
Como colofón a tal solemne acto, se procedió a recitar los nombres de los caídos, uno tras otro con el saludo nazi.
Con el histrionismo que lo caracterizaba, hitler se fue de allí riendo como un demente, una carcajada tras otra, que hicieron erizar la piel de sus custodios.
Todo se trataba de una puesta en escena, de una cruel patraña, pues realmente arhimán deseaba la muerte de todos los humanos, de sus entrañas putrefactas emergieron el odio suficiente como para convertir a una nación entera en esclavos del infierno.
Y en el laboratorio de Méngüele él vio cómo se cumplía la profecía del papiro antiguo.
Y los muertos se fueron levantando poco a poco, el conjuro de la magía negra tenía la certera convicción de haberse cumplido a la perfección.
Estos cuerpos serían el receptáculo ideal para que las hordas demoniacas se aposenten sobre ellos.
Las sombras rodeaban a los cuerpos a medida que estos iban recuperando sus funciones motoras y se adueñaron de sus carnes corrompidas por el siniestro beso de la muerte.
La hermandad infernal volvía a estar de pie otra vez, millones de soldados demonios estaban en la batalla mascrando a la avanzada aliada.
-Porque lo que esta muerto no se puede matar- gritó un Hitler exultante… él digitaba los dedos de sus manos ejecutando en el aire una música victoriosa que el solo podía escuchar…
Pero el tiempo, de quien solo es dueño dios, se detuvo.
Se paralizo de un manera intrigante, arhimán sintio un escozor olvidado en el pasado.
Y el cielo se agrieto con un rayo misterioso.
Y en el trono de la guarida del lobo se hicieron presentes los tres más poderosos, la mano inquisidora de dios.
Miguel,Rafael y Gabriel pisaron el suelo iluminando toda la tierra con los destellos de sus cuerpos.
Entonces Miguel le hablo a arhimán como se le habla a un viejo conocido, con palabras elocuentes y sabios consejos. El demonio supo entonces porque ellos estaban allí.
Bien sabés, que sobre la humanidad rige un libre albedrio,vil demonio de la existencia imunda, nadie, pero absolutamente nadie puede tomar partido por las acciónes de los hombres- dijo un colerico Miguel-.
Rafael dio un paso adelante y desenfundo su espada tallada con metales divinos.
Hace miles de años- dijo- sucedió lo mismo cuando interfirieron en el paraíso tentando a eva con la manzana…
Te vamos a conminar a la mas profunda oscuridad- sentenció un serio Gabriel, antes de comenzar a tocar su trompeta celestial-. La suave musica surgió y el sortilegio fue dando forma a la esencia de la liberación del mal sobre la tierra.
Rafael miro fijamente a los ojos de arhimán- quien se había despojado del cuerpo de hitler- y le dijo:
«Te ordeno por obra y nombre de nuestro padre todopoderoso a que te sumerjas y pudras en la más absoluta negrura y oscuridad que jamás haya existido, demonio, no eres nada, nada has sido y nada has de ser».
Y arhimán fue desvaneciendose, convirtiendose poco a poco en un polvo negro devorado por las llamas de su propio infierno, con él se fueron todos los demonios que habían tomado posesión de los cuerpos, de los hombres alemanes…
El tiempo volvió a correr con normalidad, nadie recordaba nada, una alemania nazi doblegada y vencida sucumbió a las fuerzas soviéticas y americanas…
Hitler aún con su propio odio racial, prefirió morir, que entregarse a manos de los bolcheviques.
Con un tiro en su cabeza y en la de su mujer puso fin a su nefasto paso por la tierra.
Y su alma deambulo en el infierno hasta encontrarse con arhimán y los dos se fundieron, quemándose en el fuego eterno… bebiendo sus sueños rotos

FLAVIO MURACA


 

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