Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con el tema libre. Estos son los textos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 13 de febrero! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).
* Todos los relatos son originales (responsabilidad del autor) y no han pasado procesos de corrección.
GLORIA CEREZO NAVAS
No es fácil volver . Es duro continuar.¡Qué difícil se hace coger papel y lápiz y soltar la pesada carga de la vida! Como si nada hubiese ocurrido, como si nunca hubieses existido. Tengo que seguir, como si tras encontrar la máquina del tiempo, hubiese retrocedido 26 años, volviendo a mi vida cuando tú no estabas en ella. Pero no, yo ya no soy una niña. No soy aquella niña que se creía feliz aún desconociendo el verdadero significado del verbo amar. No, no es posible continuar como si nada, agarrándome con fuerza a los recuerdos que ahora tengo tan vivos, pero que sé con certeza que algún día ni el amor que te tengo podrá evitar que den paso a un conjunto de imágenes desdibujadas de tu rostro con las que lucharé, conformandome con que mi mente les otorgue algo de nitidez.
Sé que la vida sigue, y yo avanzo con ella. El mundo sigue girando, aunque yo quiera detenerlo para ir a buscarte y pedirte que vuelvas a subir en él.
Y regresarán las letras a mi vida. Saldrán disparadas de entre mis dedos como vinieron haciendo hasta ahora. Y con ellas quizás llene mi vacío, con ellas me perderé y perderé mi ser. Ya no seré yo. Será otra mi vida, serán distintos mis sueños y otros mis lamentos. Y volverá la magia, y se irá la pena, y lloverán una vez más, con fortuna, todas esas letras.
ÁNGEL MARTÍN GARCÍA
Con el descubrimiento del teletransporte, no solo llegó la comodidad. También hubo pioneros en aprovecharlo para los menesteres más variados.
Uno de esos menesteres fue un concurso de la televisión, por supuesto. «Live fast in a random place», lo llamaron sin atisbo de ingenio. La premisa era la siguiente: ciento veintitrés millones cuatrocientas cincuenta y seis mil setecientas ochenta y nueve personas fueron elegidas para participar. Desde el momento en que firmaron el contrato, cedieron al programa el derecho a teletransportarles a un lugar seleccionado al azar, en cualquier momento, sin avisar. Una vez allí, tendrían tres meses para iniciar una nueva vida. El que más lejos llegara en esos tres meses según la valoración del público, ganaría.
Y llegó el día.
Mario, primer oficial de obra, apareció en Luxemburgo. No dominaba el castellano en su nivel más básico, mucho menos otros idiomas.
Jenna, ex-actriz porno, pieza clave de la elección de ese momento, apareció desnuda en pleno centro de Tokyo, provocando el pánico.
A Ihan le tocó Torrente, en Valencia, e inmediatamente se puso a buscar el lugar idóneo para poner un kebab.
Estas tres personas, y muchas otras, no sabían que el concurso iba a tener que ser cancelado. La máquina utilizada para el teletransporte utilizaba un haz de energía de forma circular, que era dirigido a través de varios satélites a los participantes. Estaba configurado para que solo teletransportara humanos y prendas de vestir, gracias a un intrincado sistema.
Marlene dormía, plácida, soñando con la fama. Se despertó cuando se sintió empapada. El haz se había desviado un metro y medio, y se había llevado sus piernas a Banff. No llegó al hospital.
En Stuttgart, Cassian jugaba con sus dos mastines lanzándoles una pelota de tenis. La lanzaba, corrían tras ella, y la traían, peleando de forma amistosa por quitársela el uno al otro. Cassian apareció en ese momento en Montréal, junto con la mitad de los cuerpos de sus perros.
Aanisa se teletransportó junto a una cabeza de bebé. Un brazo y una pierna, ambos del lado derecho, aparecieron ensangrentados en San Miguel de Tucumán. Fedor, participante del concurso, y su amante Katya, aparecieron fornicando en Garachico, a la altura de la estratosfera. Iskra apareció en París, sin percances, mientras pilotaba un vuelo comercial.
El programa quedó al instante renombrado en las redes sociales como «Die fast in a random place», y entonces sí fue ingenioso.
CORONADO SMITH
ME PRESENTO ANTE USTEDES
MARI CRUZ ESTEVAN APARICIO
«queriendo acercarme a Coronado Smith»
«Tema Libre»
Soñé que el día se iba.
Soñé que tú me dejabas.
Soñé que la noche no existe.
Soñé que mi ser, no tiene alma.
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Soñé que el mar no tiene agua.
Soñé que le tierra no tiene arbolada.
Soñé que las nubes no dan lluvia.
Soñé que el sol no alumbra.
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Soñé que tus brazos me estrechan
Soñé que mis ojos te besaba.
Soñé que tu me querías.
Soñé, soñé, soñé…
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Soñé que soñar no es «nada».
PEDRO PARRINA
Me puse a pensar en algún tema libre, y me vino a la mente libertad, escapar, huir.
Zapatero a tus zapatos, me los acabo de poner y me han entrado ganas de marchar, no sé donde, a cualquier parte, así que me marcho, fue un placer. Gracias a todos.
SOLEDAD ROSA
Tu Inocencia
Te fuiste. Y es inevitable no acordarme de ti. Tus arrugas son testigos de toda tu historia. Tus ochenta y seis años. Y ahí estas. Sin saber dónde estás. Sin saber quiénes somos.
Es inevitable no acordarme de ti. De cuando te visitaba. ¿Y tú quién eres? Tu mirada perdida, ausente. ¿No me conoces? No caigo ahora. Y entonces lo conseguías transmitir. Esa dulce inocencia.
Los miércoles era nuestro día. Llamadas y visitas. En las que te contaba semana tras semana lo mismo. Pero no me importaba. Te repetiría una y mil veces las cosas solo por escucharte. Por lograr sacarme desde kilómetros una sonrisa. Pero ya no estás. Ya no hay llamadas. Ni días de visitas. A mis tardes del miércoles les faltan esas conversaciones.
Te fuiste. Poco a poco y en silencio. Sin poder despedirme. Pero te vi una última vez y ¿sabes qué?: estabas preciosa. Eras ella. Esa mujer llena de vida a la que veía cada semana en su casa. Esa casa de la que te acordabas tanto y a la que ansiabas volver. Con tus macetas. Esa calle a la que tanto te gustaba asomarte y desde la que nos despedías siempre.
¿Había un parque? Sí, ese donde te sentabas con las amigas. ¿Te acuerdas verdad? Sí, seguro que sí. Porque no hubo un solo día que no me hablases de ello. “Cada uno en su casa hasta el culo le descansa” me decías. Y no te lo puedo negar. Pero ya no estás para poder decírtelo. Para recordarte quien soy. Para poder darte un beso de despedida.
Te echo de menos. Y es que es inevitable no acordarme de ti. Aunque no lo sepas. Aunque no me creas. Gracias por ser como eras. Gracias por enseñarme que ni los años ni ninguna enfermedad consiguen borrar los mejores recuerdos de la memoria. Y tú ahora eres uno de ellos. Por eso es inevitable no acordarme de ti.
CONSUELO PÉREZ GÓMEZ
ALEX CRUZ VILLAGRÁN
El hombre visible
Miradas frías, morbosas y ajenas recorrían cada centímetro de su cuerpo. No podía dormir. Jamás podría volver a dormir. Las luces fluorescentes lo cegaban y el constante rumor de los visitantes irrumpía en sus pensamientos; y sus ojos, sus malditos ojos vacíos, penetrando el cristal que dividía la habitación en dos, atentaban contra su cordura, o lo poco de ella que le quedaba.
Estaban obsesionados. En cuestión de días habían convertido su casa en una atracción turística, y la gente venía de lugares remotos para hacer fila con el propósito de poder observarlo. Veían cómo desayunaba, cómo dormía la siesta, cómo orinaba y cómo se lavaba. Con cabezas rígidas y expresiones gélidas lo perseguían, enajenados, hasta que su tiempo se acababa y tenían que ser echados por los elementos de seguridad—quienes entraban con los ojos vendados, no fuera que cayeran presos también—. Aun cuando la noche caía y se cerraban las puertas, había quienes, indefensos a la abrumadora presencia del hombre, permanecían horas en la penumbra, intentando vislumbrar de contrabando la maravillosa aparición desde la acera de la calle.
No pasaron más de tres lunas antes de que el hombre enloqueciera. A primeras luces ya se encontraba siendo examinado por la primera expedición del día. Pasaban las horas con cada uno de sus movimientos siendo contemplado meticulosamente por su audiencia; y, sin embargo, por más que intentaba hablar con ellos, entablar conversación, a nadie le interesaba lo que decía, lo estrepitoso de sus gritos o las suplicas y ruegos por que se detuvieran, que dejaran de mirarlo; ellos sólo querían observar.
Al cuarto día, el hombre tomó su acción final. Ya no podía soportarlo. Dieron las cuatro de la tarde cuando, por la pequeña rendija improvisada al costado de la habitación, una charola con comida le fue entregada. A diferencia de los días anteriores, el hombre ignoró los alimentos y recogió con desespero el cuchillo con el cual debiera cortar la carne de res en su platillo. Tentó la hoja del instrumento: no era demasiado afilado, pero serviría.
Con un brusco movimiento de muñeca comenzó a cortar. Primero mutiló su antebrazo derecho, luego, frenéticamente, cambió al izquierdo, y viendo que las cortadas no eran lo suficientemente profundas, y que, si bien sangraba, tardaría todavía en morir, comenzó a desnudarse y a tajar cada milímetro desnudo de su piel, hasta que no quedó un rincón intacto.
Mientras se desangraba a muerte, los espectadores no hacían más que contemplar con abrumadora curiosidad, hipnotizados. Seguían con destreza, sin parpadear, el brillo de la navaja, resoplando de emoción cada que acertaba contra su cuerpo. Por la conmoción, llegaron más y más personas: enajenada con el espectáculo y consciente de cuál sería el inevitable desenlace, la audiencia se fue excitando y pronto el cuarto se llenó por completo de gente con las pupilas anormalmente dilatadas y la respiración acelerada, motivadas por un morbo insaciable, maravillados y horrorizados en igual magnitud.
Fue tan solo cuestión de tiempo para que el hombre lograra su cometido, y mientras perdía las pocas fuerzas que le quedaban, su peculiaridad lo abandonaba, y la atención del público se disipaba. En cuanto el último aliento escapó de sus labios no fue más que un hombre común y corriente. La gente se marchó, dejándolo sólo por fin.
ANAXIMANDRO SÁNCHEZ
Nada aprieta más que el tema libre:
Ninguna máscara de por medio,
ninguna excusa para el miedo.
Las vísceras palpitantes,
el trato directo y sin asco,
el rostro en llanto y sangre,
parto poético no planificado.
Solo el hombre desnudo,
balbuceando sus miserias
con un huevo duro en la garganta
que no le deja escupir ni pasar el aire
mientras la vecina grita en verso,
también es poeta, que su marido
no le pone las medias a su hijo…
Tiene influencias de Poe y Lancaster,
hace novelas policiales y ficción
y el pendejo de su esposo no quiere
trabajar ni agarrar al niño gritando
en su oído que quiere andar descalzo
sobre las botellas rotas del pasillo
y las cacas de los perros…
Nadie los conoce, solo han hecho un libro,
como yo, después de tres libros
los conocen todavía menos, como a mí.
Llega mi mujer con un helado
y sigo con el huevo y una copa de vino
enredadísimo en el librepensamiento,
destruido por la mina antihuevones,
amarrado hasta las orejas en un tema
que se suponía libre, libertino y libertario…
–No puedo usar el símbolo de interrogación
en mi teclado, por favor tenerlo en cuenta–.
En cambio, en la celda, en el cascarón,
en el tema señalado para el parto,
en los márgenes precisos del vientre,
dentro de los límites de velocidad,
en el doble espacio y el Arial 12,
moderado, sobre la acera,
mientras la vida nos atropella,
nos expresarnos con tranquilidad,
expulsamos las frases con gotero,
vamos en paz de una línea a otra,
cerramos el asunto sin despeinarnos,
frescos, tras una lavada de manos,
ponemos el punto y saludamos.
JUAN MANUEL RODRÍGUEZ ELIZONDO
Me Salve De Milagro.
Tema Libre de la Semana
En los años noventa, a la ciudad que vivo, llegó un señor, y ya ve como son los pueblos donde la gente no tiene nada más que hacer, como no sea hacer pinole la reputación del prójimo, todo mundo decía que era narcotraficante, que estaba lavando dinero, era el dueño del Grupo Alas, para no meterme en problemas y proteger a los inocentes, el señor este tenía una constructora, vendía materiales para construcción a muy buen precio, construyó unos salones para fiestas muy elegantes, tenía avión privado, empezaba a hacer fraccionamientos, total tenia de todos los tipos de negocios.
Yo trabajaba en una arrendadora financiera en aquel entonces, el que era mi jefe había sido mi maestro en la universidad y por eso medio pude entrar a trabajar en esa empresa. Además de trabajar allí, hacia trabajos de proyecciones financieras para poder pagar los gastos de la casa, como luego que egresé de la universidad me casé, todo el mundo comete errores, entonces tenía que esforzarme mucho para completar el gasto.
El que era mi jefe me dijo que había un trabajo, hacer proyecciones financieras de varios millones para una empresa que se dedicaba a la pesca, le dije que no había problema, dominaba muy bien el técnica y podría hacer la corrida financiera del crédito. Me dio los pormenores del trabajo en una hoja de indicaciones, y me puse a trabajar en el proyecto, además me deslumbró porque la paga iba a ser muy buena, más o menos para actualizar las cifras me podría compran un carro económico nuevo con los honorarios que me iban a pagar, con tan solo una semana de trabajo.
Me puse a hacer el proyecto, en aquel entonces fumaba, me encerré en un cuarto de la casa con la computadora y empecé a hacer la corrida financiera y a fumar, considerando todo lo que venía en la hoja de las indicaciones, calculé un escenario optimista, uno normal y uno pesimista, pero en los tres me salía una cantidad muy alta en el flujo de efectivo, indicando que era muy rentable.
Al otro día, platicando con mi jefe, le dije cuáles eran los resultados que arrojaba la corrida financiera y me dijo que no había problema que ese trabajo tenía que ir a Guadalajara a presentárselo al banco para que le otorgaran el crédito para comprar los 12 barcos pesqueros. Que me tenía que presentar en el aeropuerto de la ciudad vecina a las 7 am en el hangar 121, que de preferencia me llevara un cambio de ropa y traje para la presentación.
Ese día le platiqué a mi papá que iba a ir a Guadalajara a presentar un proyecto, estaba muy emocionado porque era mi primera vez que iba a estar presentando un proyecto con personas de un banco, me sentía que iba a entrar a las grandes ligas. Me preguntó mi papá que quien era el empresario, y le dije que no sabía quién era, pero que me iba a pagar muy bien por medio de mi jefe que lo contactó. Me despedí y me recomendó que no me pusiera nervioso, que nadie había analizado tanto el proyecto como yo.
Al otro día me fui al aeropuerto, al hangar indicado, vestido de traje y corbata, estaba un piloto conocido, porque su hermano y yo habíamos jugado básquet juntos, lo saludé y me esperé en una sala que había en el hangar, al rato llego un señor como de unos 50 años con una joven muy guapa como de 30 años, este hombre era el empresario dueño del proyecto y su asistente personal, me presenté pero él solo me oyó y no dijo nada, nos subimos al avión privado, de esos de doble motor.
Cuando íbamos en el trayecto a Guadalajara, quise sacarle plática, pero la asistente me hizo la señal que no me oía bien que mejor después la plática. Me acomodé y cerré los ojos como que estaba dormido. No me quería dormir, no fuera a roncar y que pena, ganas no me faltaban, había trabajado en la noche mucho para pulir la presentación.
Llegamos al aeropuerto de Guadalajara, había muchos soldados pero pensé que era normal esto, nos bajamos y llegaron 2 vagonetas, en una se fue el señor y su asistente, en la otra los pilotos y yo. Fuimos a un banco por el rumbo del centro, era un edificio de varios pisos, creo que en el tercero, nos esperaba una persona. Hicimos antesala y entramos a una sala de juntas con una mesa grande, había un señor vestido con un traje que parecía muy fino y tenía el pelo pintado color gris, lo acompañaban 3 personas, como que sus asesores.
Empecé la presentación y me fueron preguntando muchas cosas que si las había contemplado, pero a ellos también les parecía muy viable, me recomendaron que le disminuyera el plazo al crédito para que fuera más real. Para esto el señor que me contrató no hablaba, nada, solo su asistente. Les comenté que me tardaría de perdido 8 horas en corregir esa observación, ellos me dijeron que no había problema que el día siguiente se los llevara impreso.
Nos fuimos a un hotel muy lujoso y la asistente ordenó que me consiguieran una impresora láser, costara lo que costara y que yo podía pedir lo necesario para terminar el trabajo, me dejo abierta la cuenta en el restaurant y se fueron, que iban a ver otro proyecto cerca de allí en el Lago de Chapala.
Me aplique a terminar el trabajo y como a las 10 pm sonó el teléfono del cuarto, en donde me decía la asistente que ellos se tenían que regresar a Saltillo, que me quedara y que fuera a la recepción para que me diera dinero para el avión de regreso y para lo demás que se ofreciera, le dije que no había problema que yo iría a entregar el trabajo al banco y que en Saltillo nos veíamos.
Total al otro día, me fui al banco a entregar el trabajo y de ahí me fui al aeropuerto para regresarme, no tuve ningún problema, pero llegué a la casa muy tarde a pesar que había llegado a tiempo el avión de regreso. Cuando llegué a la casa mi esposa me estaba esperando muy angustiada, apenas abrí la puerta, me dijo ¿ya sabes lo que paso? No, no sé nada de que, la persona del grupo Alas la captura la PGR, porque estaba lavando dinero del narco, es la persona con la que tú te fuiste a Guadalajara, me decía mi esposa, antes no te involucraron también a ti con él.
Me senté y le dije, hubo muchas cosas que se me hicieron raras pero no quise preguntar porque el señor este era muy serio, de las cosas raras ¿Por qué el que era mi jefe, que tiene más experiencia no fue el a presentar el proyecto? ¿Por qué cuando le pregunté en el avión algo el señor se hizo que no me oía? ¿Por qué había tantos soldados en el aeropuerto cuando llegamos a Guadalajara? ¿no hay rico tonto, el no defendía el proyecto el solo oía, que quiere decir que no le importaba el proyecto, era solo para lavar dinero, diciendo que pescaban pero a la mera hora no pescarían y así lavaría el dinero? Diosito me ayudo, pero no se vale que mi jefe me haya mandado con ese riesgo que yo ni sabía… mendigo carbón, no se vale…
VALERIA MICHOU
Cuando sonríe, brillan en el cielo de sus ojos, las estrellas.
Cuando llora, un mar profundo, más profundo que el agua, le rebalsa el corazón.
Ella vive en un lugar repleto de primavera, donde el tiempo es tarde de siesta y cardúmenes de pétalos nadan en un viento de caricias, donde cerrando los ojos es la noche y la noche es vida, entre la luz de las luciérnagas y el cantar de las chicharras.
Alegría siempre anda descalza, viste amarillo un vestido de largo color y le gusta invadir desde las cosquillas el vientre, como mariposa.
Ella es blanca y luminosa, cálida y espontánea, parece una chispa, una burbuja o una lágrima de sol en el aire.
Pero los cristales de los sueños, a veces, se rompen y cuando esto sucede, el invierno le empieza a congelar bajo un manto azul las pestañas y sus vibrantes ojos se sumergen, en un abismo de nostalgia.
Las alas de las cosquillas, que no soportan el frío, tiritan y se escarchan.
Toda la vida se queda quieta y silenciosa por un instante.
Y ella espera, perdida en la inmensa oscuridad del miedo, que venga el sol a rescatarla.
Pero pasa el tiempo y las olas del mar de su corazón empiezan a mojarle los pies.
Entonces decide encontrarse de nuevo, sólo porque sí. Toma una bocanada de aire fresco y simplemente revive.
Llena de luz, desde sus entrañas, el mundo que crea y vuelve a ser, en un efímero instante y por siempre, Alegría.
ARIEL PACTON
LOLY MORENO BARNES
LIBERTAD
Libre como el viento,
que arrastra las hojas de otoño,
aunque le quite el sustento
que la aferraban al árbol…
Por un momento comparten
el corto vuelo, y
el viento libre de tropiezos,
juega a lanzarlas hacia el suelo.
Libre como el océano,
que levanta su rostro en las mareas y
con fuerza su alma,
contra las rocas golpea,
en un intento vano,
de sumergir la orilla,
tragar la arena y
volver después…
en cada bocanada mar adentro.
Libre como una bola de nieve,
que se siente pájaro,
saltando ladera abajo,
creciendo y en fuerza alardeando
aunque sepa
que su triste y corto destino
pronto será solo parte de un lago.
Libre como las letras
que aún no han formado los versos y
se mueven inquietas,
entre musas que olvidan y recuerdan …
Tarde o temprano,
cruzarán la línea y
quedarán con vida latente
esperando ser leídas.
Libre como el afecto,
que no conoce fronteras,
que a veces de la mano pasea
y otras …
prohibido se oculta en las sombras.
Así en mi alma; poeta y amiga,
seductora de flores,
que por las noches bebé las estrellas y
bajo la luz de la luna
de sus sueños se siente dueña.
¡Libre!¡Libre quiero ser!
Como la vida…
¡EN LIBERTAD PARA AMAR!
GABRIELA MOTTA
Hombrecitos de colores
Walconda era una viejita divina, mi vecina de años que siempre tenía historias bellas para relatar. Hasta que cierto día me comenzó a contar sobre unos hombrecitos de colores que salían del agujero que había detrás de la pared de su cuarto.
— ¿Podes venir a pedirles que me dejen dormir en la noche? —me pidió— porque son tan bandidos que cuando me quiero dormir comienzan a jugar por toda la casa.
Me sonreí para aliviar un poco la tensión del momento.
—¿Te puedo llamar esta noche para que hables con ellos? —insistió.
—Claro Walconda cuando vengan avíseme que yo hablaré con ellos.
Esa misma noche golpeó mi puerta.
— Ya están haciendo relajo en mi cuarto otra vez, yo les dije que hoy vendría alguien para ayudarlos a dormir ellos me ignoraron, pero estoy segura que me escucharon. ¿Por qué en la noche hay que dormir verdad?
—Claro —le contesté— arrepentida por haberle dicho que si en la tarde. Pero bueno, ahora tocaba ir hasta su casa e ingeniarmelas para hacerla entrar en razón.
—Vamos Walconda la acompaño, cuando entramos el olor a encierro nos abrazó.
—Convendría abrir la ventana para dejarlos salir ¿no le parece? —Le dije para ver si lograba cambiar el aire de aquella habitación viciada.
—Hija, si abrimos la ventana van a salir para el patio y se meterán en tu casa. No te van a dejar dormir, esa no es una buena idea.
—No creo que vayan para mi casa seguro se entretienen en el patio, son tan pícaros que no van a perder esa oportunidad de jugar.
—Si a vos te parece bien, entonces le abrimos, pero después no digas que no te avise, mira que una vez que se te meten no se van.
—Walconda no se preocupe por mí yo me arreglo con ellos, aquí lo importante es que usted pueda dormir así que dejémoslo salir.
Abrí la ventana y espere un ratito como dándoles tiempo para que se fueran.
—Ves que son bandidos —me dijo Walconda— ahora no se ve ninguno, sin embargo, estoy segura que nos están escuchando. Si te van a molestar háblales firme que por un rato se ponen quietos.
—Tranquila Walconda ellos se van a entretener en el patio.
—Gracias m’ija por tu ayuda, ahora me voy a descansar porque hace muchas noches que no duermo bien.
La ayudé a acostarse y me fui para casa, contenta porque había sido más fácil.
Mi cama estaba Justo debajo de la ventana por donde según Walconda entrarían los hombrecitos, cuando llegué a casa y la vi sonreí no pude dejar de pensar que los años la habían convertido en una niña nuevamente.
Me acosté y empecé a sentir como pequeños piececitos caminaban por mi cuerpo, quede sugestionada no lo puedo creer —pensé.
Me di vuelta y vi como desde mi ventana pequeños hombrecitos de colores bajaban colgados de una cuerda. No, no puede ser, Walconda —grité— ¿Puedo ir a dormir con usted?
Mari Cruz Estevan Aparicio
Mi voto para: EMILIANO HEREDIA JURADO
Valeria Michou
Mi voto es para Soledad Rosa
Mi voto es para Gabriela Motta y sus hombrecitos de colores!
Hermosos escritos todos!
Mi voto para Valeria Michou.
Gabriela Motta..
Para Gabriela motta
Valeria