Tema libre – miniconcurso de relatos

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con el tema libre. Estos son los textos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 13 de febrero! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).

* Todos los relatos son originales (responsabilidad del autor) y no han pasado procesos de corrección.

GLORIA CEREZO NAVAS

No es fácil volver . Es duro continuar.¡Qué difícil se hace coger papel y lápiz y soltar la pesada carga de la vida! Como si nada hubiese ocurrido, como si nunca hubieses existido. Tengo que seguir, como si tras encontrar la máquina del tiempo, hubiese retrocedido 26 años, volviendo a mi vida cuando tú no estabas en ella. Pero no, yo ya no soy una niña. No soy aquella niña que se creía feliz aún desconociendo el verdadero significado del verbo amar. No, no es posible continuar como si nada, agarrándome con fuerza a los recuerdos que ahora tengo tan vivos, pero que sé con certeza que algún día ni el amor que te tengo podrá evitar que den paso a un conjunto de imágenes desdibujadas de tu rostro con las que lucharé, conformandome con que mi mente les otorgue algo de nitidez.

Sé que la vida sigue, y yo avanzo con ella. El mundo sigue girando, aunque yo quiera detenerlo para ir a buscarte y pedirte que vuelvas a subir en él.

Y regresarán las letras a mi vida. Saldrán disparadas de entre mis dedos como vinieron haciendo hasta ahora. Y con ellas quizás llene mi vacío, con ellas me perderé y perderé mi ser. Ya no seré yo. Será otra mi vida, serán distintos mis sueños y otros mis lamentos. Y volverá la magia, y se irá la pena, y lloverán una vez más, con fortuna, todas esas letras.


ÁNGEL MARTÍN GARCÍA

Con el descubrimiento del teletransporte, no solo llegó la comodidad. También hubo pioneros en aprovecharlo para los menesteres más variados.

Uno de esos menesteres fue un concurso de la televisión, por supuesto. «Live fast in a random place», lo llamaron sin atisbo de ingenio. La premisa era la siguiente: ciento veintitrés millones cuatrocientas cincuenta y seis mil setecientas ochenta y nueve personas fueron elegidas para participar. Desde el momento en que firmaron el contrato, cedieron al programa el derecho a teletransportarles a un lugar seleccionado al azar, en cualquier momento, sin avisar. Una vez allí, tendrían tres meses para iniciar una nueva vida. El que más lejos llegara en esos tres meses según la valoración del público, ganaría.

Y llegó el día.

Mario, primer oficial de obra, apareció en Luxemburgo. No dominaba el castellano en su nivel más básico, mucho menos otros idiomas.

Jenna, ex-actriz porno, pieza clave de la elección de ese momento, apareció desnuda en pleno centro de Tokyo, provocando el pánico.

A Ihan le tocó Torrente, en Valencia, e inmediatamente se puso a buscar el lugar idóneo para poner un kebab.

Estas tres personas, y muchas otras, no sabían que el concurso iba a tener que ser cancelado. La máquina utilizada para el teletransporte utilizaba un haz de energía de forma circular, que era dirigido a través de varios satélites a los participantes. Estaba configurado para que solo teletransportara humanos y prendas de vestir, gracias a un intrincado sistema.

Marlene dormía, plácida, soñando con la fama. Se despertó cuando se sintió empapada. El haz se había desviado un metro y medio, y se había llevado sus piernas a Banff. No llegó al hospital.

En Stuttgart, Cassian jugaba con sus dos mastines lanzándoles una pelota de tenis. La lanzaba, corrían tras ella, y la traían, peleando de forma amistosa por quitársela el uno al otro. Cassian apareció en ese momento en Montréal, junto con la mitad de los cuerpos de sus perros.

Aanisa se teletransportó junto a una cabeza de bebé. Un brazo y una pierna, ambos del lado derecho, aparecieron ensangrentados en San Miguel de Tucumán. Fedor, participante del concurso, y su amante Katya, aparecieron fornicando en Garachico, a la altura de la estratosfera. Iskra apareció en París, sin percances, mientras pilotaba un vuelo comercial.

El programa quedó al instante renombrado en las redes sociales como «Die fast in a random place», y entonces sí fue ingenioso.


CORONADO SMITH

ME PRESENTO ANTE USTEDES

En el reino de las tinieblas,
sin contacto exterior,
degradado por el olvido,
y condenado a la degradación.
Sin poder pestañear,
con los ojos bien cerrados,
los oídos taponados
y sin voz para opinar.
En la espesura de lo inmenso,
no me consigo encontrar,
en la maraña de ramas,
que me buscan enterrar.
En el corazón del bosque
sin atisbo de luz,
rodeado de alimañas
esperando su menú.
Mi refugio es una cueva
de terrible oquedad,
sin ranuras al amor
y sin puertas a la amistad.
De poesía asilvestrada,
que no se baja el calzón,
ignorado por la plebe
y exento de promoción.
De incomoda lectura,
para quien busque adulación,
nunca hago prisioneros
y tampoco me entrego yo.
No creo en protocolos
de remilgada invención,
diseñados para enjaular,
la inspiración del autor.
Ni rimas ni “rimerías”
que no salgan con naturalidad,
el poema del tirón,
sin diccionario a buscar.
Creatividad artesana,
frente a invasión industrial,
prefiero las “salvajadas”
a la belleza artificial.
Me presento ante ustedes,
ante ustedes me presento yo,
mi escritura no está en venta,
aunque entablo negociación.

MARI CRUZ ESTEVAN APARICIO

«queriendo acercarme a Coronado Smith»
«Tema Libre»
Soñé que el día se iba.
Soñé que tú me dejabas.
Soñé que la noche no existe.
Soñé que mi ser, no tiene alma.
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Soñé que el mar no tiene agua.
Soñé que le tierra no tiene arbolada.
Soñé que las nubes no dan lluvia.
Soñé que el sol no alumbra.
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Soñé que tus brazos me estrechan
Soñé que mis ojos te besaba.
Soñé que tu me querías.
Soñé, soñé, soñé…
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Soñé que soñar no es «nada».


PEDRO PARRINA

Me puse a pensar en algún tema libre, y me vino a la mente libertad, escapar, huir.

Zapatero a tus zapatos, me los acabo de poner y me han entrado ganas de marchar, no sé donde, a cualquier parte, así que me marcho, fue un placer. Gracias a todos.


SOLEDAD ROSA

Tu Inocencia

Te fuiste. Y es inevitable no acordarme de ti. Tus arrugas son testigos de toda tu historia. Tus ochenta y seis años. Y ahí estas. Sin saber dónde estás. Sin saber quiénes somos.
Es inevitable no acordarme de ti. De cuando te visitaba. ¿Y tú quién eres? Tu mirada perdida, ausente. ¿No me conoces? No caigo ahora. Y entonces lo conseguías transmitir. Esa dulce inocencia.
Los miércoles era nuestro día. Llamadas y visitas. En las que te contaba semana tras semana lo mismo. Pero no me importaba. Te repetiría una y mil veces las cosas solo por escucharte. Por lograr sacarme desde kilómetros una sonrisa. Pero ya no estás. Ya no hay llamadas. Ni días de visitas. A mis tardes del miércoles les faltan esas conversaciones.
Te fuiste. Poco a poco y en silencio. Sin poder despedirme. Pero te vi una última vez y ¿sabes qué?: estabas preciosa. Eras ella. Esa mujer llena de vida a la que veía cada semana en su casa. Esa casa de la que te acordabas tanto y a la que ansiabas volver. Con tus macetas. Esa calle a la que tanto te gustaba asomarte y desde la que nos despedías siempre.
¿Había un parque? Sí, ese donde te sentabas con las amigas. ¿Te acuerdas verdad? Sí, seguro que sí. Porque no hubo un solo día que no me hablases de ello. “Cada uno en su casa hasta el culo le descansa” me decías. Y no te lo puedo negar. Pero ya no estás para poder decírtelo. Para recordarte quien soy. Para poder darte un beso de despedida.
Te echo de menos. Y es que es inevitable no acordarme de ti. Aunque no lo sepas. Aunque no me creas. Gracias por ser como eras. Gracias por enseñarme que ni los años ni ninguna enfermedad consiguen borrar los mejores recuerdos de la memoria. Y tú ahora eres uno de ellos. Por eso es inevitable no acordarme de ti.


CONSUELO PÉREZ GÓMEZ

CON PLUMAS
Cuando despertó aquella mañana a su loro lo habían nombrado subsecretario de asuntos exteriores. No sabía muy bien como encajar aquello. La envidia corroía hasta el último rincón de sus entrañas. En su cabeza cruzó como un destello la idea del suicidio. Fue algo fugaz que despareció como había llegado.
Comenzó a toser; primero una tosecilla leve que, poco a poco, se convirtió en tos perruna. Temblores, sudores y un acompasar de escalofríos removieron toda su estructura.
—Es la envidia. Seguro. Mala compañera. Pero, ¿acaso debo alegrarme por el nombramiento de este…de este…?
Le agarró una tiritera que a duras penas permitía dar un paso para llegar a cobijarse en su maloliente colchón…En estado tan lamentable creyó oír al loro.
—¡Te jodes! Nunca podrás alcanzarme, en ningún estadio de tu miserable vida…
—Estoy alucinando. Es la fiebre…aquí no hay nadie…el loro se ha marchado a tomar posesión de su cargo…
Había escuchado bien. No era una alucinación producto del batallón vírico que había tomado su cuerpo.
La voz que provenía de una radio, que desde el patio interior se colaba por cada planta del edificio, daba estadísticas de infectados, muertos…en coma…en punto y coma…
—Nos engañan como a chinos…primero nos engañan los chinos…después la tortilla se vuelve del revés y son ellos los engañados…
Al final del pasillo el loro con sus condecoraciones, cantaba: «Sufre, mamón…ahora soy el que impone las reglas…»
La televisión seguía con su cantinela: setenta y cinco muertos, doscientos contagiados sin especificación clara…
—Si hay una población de dos mil millones de chinos…nos están engañando como a ídem…-reflexiona el loro.
—Se han detectado -tras varias pesquisas- el origen de la pandemia. Un loro que llegó para visitar a un pariente, traía en su pico el virus que se propagó por todo el mundo; los únicos no afectados eran la familia de las psitácidas. –Periodista en las ondas.
A partir de ahí, el mundo se pobló de parlantes que no decían nada…nada que invitara a pensar que de ese hecho hubiera surgido vida inteligente…
Las fábricas de «tapapicos» emiten mil quinientas unidades por segundo. Ni por esas consiguen cubrir la demanda.
De pico en pico el virus salta y, se comunica a la velocidad de la luz. Tapar el pico a los parlantes no consigue silenciarlos.
—Pásame el tapapicos.
—¡Toma, imbécil! a ver si eres capaz de silenciar toda la morralla que llevas dentro.
Las ondas radiales siguen con el rosario de cuentos chinos para residentes locales y foráneos. Nadie se fía de nadie, se observan por el rabillo del ojo tratando de esquivar el escupitajo aleatorio.
La máxima de Emily Dickinson: «La esperanza es esa cosa con plumas» viene a confirmar que el estudio de según qué certezas no está convenientemente instruido.
El mundo fue desde ese punto un carnaval de plumas y parlantes que no decían nada. Nada de nada.
Nota de prensa: «El Ilustrísimo Subsecretario de Asuntos Exteriores acaba de anunciar que de «ésta» solo se salvan los emplumados; sabido es que la esperanza es esa cosa con plumas…

ALEX CRUZ VILLAGRÁN

El hombre visible

Miradas frías, morbosas y ajenas recorrían cada centímetro de su cuerpo. No podía dormir. Jamás podría volver a dormir. Las luces fluorescentes lo cegaban y el constante rumor de los visitantes irrumpía en sus pensamientos; y sus ojos, sus malditos ojos vacíos, penetrando el cristal que dividía la habitación en dos, atentaban contra su cordura, o lo poco de ella que le quedaba.

Estaban obsesionados. En cuestión de días habían convertido su casa en una atracción turística, y la gente venía de lugares remotos para hacer fila con el propósito de poder observarlo. Veían cómo desayunaba, cómo dormía la siesta, cómo orinaba y cómo se lavaba. Con cabezas rígidas y expresiones gélidas lo perseguían, enajenados, hasta que su tiempo se acababa y tenían que ser echados por los elementos de seguridad—quienes entraban con los ojos vendados, no fuera que cayeran presos también—. Aun cuando la noche caía y se cerraban las puertas, había quienes, indefensos a la abrumadora presencia del hombre, permanecían horas en la penumbra, intentando vislumbrar de contrabando la maravillosa aparición desde la acera de la calle.

No pasaron más de tres lunas antes de que el hombre enloqueciera. A primeras luces ya se encontraba siendo examinado por la primera expedición del día. Pasaban las horas con cada uno de sus movimientos siendo contemplado meticulosamente por su audiencia; y, sin embargo, por más que intentaba hablar con ellos, entablar conversación, a nadie le interesaba lo que decía, lo estrepitoso de sus gritos o las suplicas y ruegos por que se detuvieran, que dejaran de mirarlo; ellos sólo querían observar.

Al cuarto día, el hombre tomó su acción final. Ya no podía soportarlo. Dieron las cuatro de la tarde cuando, por la pequeña rendija improvisada al costado de la habitación, una charola con comida le fue entregada. A diferencia de los días anteriores, el hombre ignoró los alimentos y recogió con desespero el cuchillo con el cual debiera cortar la carne de res en su platillo. Tentó la hoja del instrumento: no era demasiado afilado, pero serviría.

Con un brusco movimiento de muñeca comenzó a cortar. Primero mutiló su antebrazo derecho, luego, frenéticamente, cambió al izquierdo, y viendo que las cortadas no eran lo suficientemente profundas, y que, si bien sangraba, tardaría todavía en morir, comenzó a desnudarse y a tajar cada milímetro desnudo de su piel, hasta que no quedó un rincón intacto.

Mientras se desangraba a muerte, los espectadores no hacían más que contemplar con abrumadora curiosidad, hipnotizados. Seguían con destreza, sin parpadear, el brillo de la navaja, resoplando de emoción cada que acertaba contra su cuerpo. Por la conmoción, llegaron más y más personas: enajenada con el espectáculo y consciente de cuál sería el inevitable desenlace, la audiencia se fue excitando y pronto el cuarto se llenó por completo de gente con las pupilas anormalmente dilatadas y la respiración acelerada, motivadas por un morbo insaciable, maravillados y horrorizados en igual magnitud.

Fue tan solo cuestión de tiempo para que el hombre lograra su cometido, y mientras perdía las pocas fuerzas que le quedaban, su peculiaridad lo abandonaba, y la atención del público se disipaba. En cuanto el último aliento escapó de sus labios no fue más que un hombre común y corriente. La gente se marchó, dejándolo sólo por fin.


ANAXIMANDRO SÁNCHEZ

Nada aprieta más que el tema libre:
Ninguna máscara de por medio,
ninguna excusa para el miedo.

Las vísceras palpitantes,
el trato directo y sin asco,
el rostro en llanto y sangre,

parto poético no planificado.
Solo el hombre desnudo,
balbuceando sus miserias

con un huevo duro en la garganta
que no le deja escupir ni pasar el aire
mientras la vecina grita en verso,

también es poeta, que su marido
no le pone las medias a su hijo…
Tiene influencias de Poe y Lancaster,

hace novelas policiales y ficción
y el pendejo de su esposo no quiere
trabajar ni agarrar al niño gritando

en su oído que quiere andar descalzo
sobre las botellas rotas del pasillo
y las cacas de los perros…

Nadie los conoce, solo han hecho un libro,
como yo, después de tres libros
los conocen todavía menos, como a mí.

Llega mi mujer con un helado
y sigo con el huevo y una copa de vino
enredadísimo en el librepensamiento,

destruido por la mina antihuevones,
amarrado hasta las orejas en un tema
que se suponía libre, libertino y libertario…

–No puedo usar el símbolo de interrogación
en mi teclado, por favor tenerlo en cuenta–.
En cambio, en la celda, en el cascarón,

en el tema señalado para el parto,
en los márgenes precisos del vientre,
dentro de los límites de velocidad,

en el doble espacio y el Arial 12,
moderado, sobre la acera,
mientras la vida nos atropella,

nos expresarnos con tranquilidad,
expulsamos las frases con gotero,
vamos en paz de una línea a otra,

cerramos el asunto sin despeinarnos,
frescos, tras una lavada de manos,
ponemos el punto y saludamos.


JUAN MANUEL RODRÍGUEZ ELIZONDO

Me Salve De Milagro.

Tema Libre de la Semana

En los años noventa, a la ciudad que vivo, llegó un señor, y ya ve como son los pueblos donde la gente no tiene nada más que hacer, como no sea hacer pinole la reputación del prójimo, todo mundo decía que era narcotraficante, que estaba lavando dinero, era el dueño del Grupo Alas, para no meterme en problemas y proteger a los inocentes, el señor este tenía una constructora, vendía materiales para construcción a muy buen precio, construyó unos salones para fiestas muy elegantes, tenía avión privado, empezaba a hacer fraccionamientos, total tenia de todos los tipos de negocios.
Yo trabajaba en una arrendadora financiera en aquel entonces, el que era mi jefe había sido mi maestro en la universidad y por eso medio pude entrar a trabajar en esa empresa. Además de trabajar allí, hacia trabajos de proyecciones financieras para poder pagar los gastos de la casa, como luego que egresé de la universidad me casé, todo el mundo comete errores, entonces tenía que esforzarme mucho para completar el gasto.
El que era mi jefe me dijo que había un trabajo, hacer proyecciones financieras de varios millones para una empresa que se dedicaba a la pesca, le dije que no había problema, dominaba muy bien el técnica y podría hacer la corrida financiera del crédito. Me dio los pormenores del trabajo en una hoja de indicaciones, y me puse a trabajar en el proyecto, además me deslumbró porque la paga iba a ser muy buena, más o menos para actualizar las cifras me podría compran un carro económico nuevo con los honorarios que me iban a pagar, con tan solo una semana de trabajo.
Me puse a hacer el proyecto, en aquel entonces fumaba, me encerré en un cuarto de la casa con la computadora y empecé a hacer la corrida financiera y a fumar, considerando todo lo que venía en la hoja de las indicaciones, calculé un escenario optimista, uno normal y uno pesimista, pero en los tres me salía una cantidad muy alta en el flujo de efectivo, indicando que era muy rentable.
Al otro día, platicando con mi jefe, le dije cuáles eran los resultados que arrojaba la corrida financiera y me dijo que no había problema que ese trabajo tenía que ir a Guadalajara a presentárselo al banco para que le otorgaran el crédito para comprar los 12 barcos pesqueros. Que me tenía que presentar en el aeropuerto de la ciudad vecina a las 7 am en el hangar 121, que de preferencia me llevara un cambio de ropa y traje para la presentación.
Ese día le platiqué a mi papá que iba a ir a Guadalajara a presentar un proyecto, estaba muy emocionado porque era mi primera vez que iba a estar presentando un proyecto con personas de un banco, me sentía que iba a entrar a las grandes ligas. Me preguntó mi papá que quien era el empresario, y le dije que no sabía quién era, pero que me iba a pagar muy bien por medio de mi jefe que lo contactó. Me despedí y me recomendó que no me pusiera nervioso, que nadie había analizado tanto el proyecto como yo.
Al otro día me fui al aeropuerto, al hangar indicado, vestido de traje y corbata, estaba un piloto conocido, porque su hermano y yo habíamos jugado básquet juntos, lo saludé y me esperé en una sala que había en el hangar, al rato llego un señor como de unos 50 años con una joven muy guapa como de 30 años, este hombre era el empresario dueño del proyecto y su asistente personal, me presenté pero él solo me oyó y no dijo nada, nos subimos al avión privado, de esos de doble motor.
Cuando íbamos en el trayecto a Guadalajara, quise sacarle plática, pero la asistente me hizo la señal que no me oía bien que mejor después la plática. Me acomodé y cerré los ojos como que estaba dormido. No me quería dormir, no fuera a roncar y que pena, ganas no me faltaban, había trabajado en la noche mucho para pulir la presentación.
Llegamos al aeropuerto de Guadalajara, había muchos soldados pero pensé que era normal esto, nos bajamos y llegaron 2 vagonetas, en una se fue el señor y su asistente, en la otra los pilotos y yo. Fuimos a un banco por el rumbo del centro, era un edificio de varios pisos, creo que en el tercero, nos esperaba una persona. Hicimos antesala y entramos a una sala de juntas con una mesa grande, había un señor vestido con un traje que parecía muy fino y tenía el pelo pintado color gris, lo acompañaban 3 personas, como que sus asesores.
Empecé la presentación y me fueron preguntando muchas cosas que si las había contemplado, pero a ellos también les parecía muy viable, me recomendaron que le disminuyera el plazo al crédito para que fuera más real. Para esto el señor que me contrató no hablaba, nada, solo su asistente. Les comenté que me tardaría de perdido 8 horas en corregir esa observación, ellos me dijeron que no había problema que el día siguiente se los llevara impreso.
Nos fuimos a un hotel muy lujoso y la asistente ordenó que me consiguieran una impresora láser, costara lo que costara y que yo podía pedir lo necesario para terminar el trabajo, me dejo abierta la cuenta en el restaurant y se fueron, que iban a ver otro proyecto cerca de allí en el Lago de Chapala.
Me aplique a terminar el trabajo y como a las 10 pm sonó el teléfono del cuarto, en donde me decía la asistente que ellos se tenían que regresar a Saltillo, que me quedara y que fuera a la recepción para que me diera dinero para el avión de regreso y para lo demás que se ofreciera, le dije que no había problema que yo iría a entregar el trabajo al banco y que en Saltillo nos veíamos.
Total al otro día, me fui al banco a entregar el trabajo y de ahí me fui al aeropuerto para regresarme, no tuve ningún problema, pero llegué a la casa muy tarde a pesar que había llegado a tiempo el avión de regreso. Cuando llegué a la casa mi esposa me estaba esperando muy angustiada, apenas abrí la puerta, me dijo ¿ya sabes lo que paso? No, no sé nada de que, la persona del grupo Alas la captura la PGR, porque estaba lavando dinero del narco, es la persona con la que tú te fuiste a Guadalajara, me decía mi esposa, antes no te involucraron también a ti con él.
Me senté y le dije, hubo muchas cosas que se me hicieron raras pero no quise preguntar porque el señor este era muy serio, de las cosas raras ¿Por qué el que era mi jefe, que tiene más experiencia no fue el a presentar el proyecto? ¿Por qué cuando le pregunté en el avión algo el señor se hizo que no me oía? ¿Por qué había tantos soldados en el aeropuerto cuando llegamos a Guadalajara? ¿no hay rico tonto, el no defendía el proyecto el solo oía, que quiere decir que no le importaba el proyecto, era solo para lavar dinero, diciendo que pescaban pero a la mera hora no pescarían y así lavaría el dinero? Diosito me ayudo, pero no se vale que mi jefe me haya mandado con ese riesgo que yo ni sabía… mendigo carbón, no se vale…


VALERIA MICHOU

Alegría es una niña llena de pecas, de largo y ondulado cabello castaño cobrizo, desde el que florecen un sinfín de margaritas.
Cuando sonríe, brillan en el cielo de sus ojos, las estrellas.
Cuando llora, un mar profundo, más profundo que el agua, le rebalsa el corazón.
Ella vive en un lugar repleto de primavera, donde el tiempo es tarde de siesta y cardúmenes de pétalos nadan en un viento de caricias, donde cerrando los ojos es la noche y la noche es vida, entre la luz de las luciérnagas y el cantar de las chicharras.
Alegría siempre anda descalza, viste amarillo un vestido de largo color y le gusta invadir desde las cosquillas el vientre, como mariposa.
Ella es blanca y luminosa, cálida y espontánea, parece una chispa, una burbuja o una lágrima de sol en el aire.
Pero los cristales de los sueños, a veces, se rompen y cuando esto sucede, el invierno le empieza a congelar bajo un manto azul las pestañas y sus vibrantes ojos se sumergen, en un abismo de nostalgia.
Las alas de las cosquillas, que no soportan el frío, tiritan y se escarchan.
Toda la vida se queda quieta y silenciosa por un instante.
Y ella espera, perdida en la inmensa oscuridad del miedo, que venga el sol a rescatarla.
Pero pasa el tiempo y las olas del mar de su corazón empiezan a mojarle los pies.
Entonces decide encontrarse de nuevo, sólo porque sí. Toma una bocanada de aire fresco y simplemente revive.
Llena de luz, desde sus entrañas, el mundo que crea y vuelve a ser, en un efímero instante y por siempre, Alegría.

ARIEL PACTON

HELIOPOLIS
Cual iglesia cabal en su ignominia
quedó sola la vieja construcción dormida
hasta que el santo galupo femenino se paró en el este.
Buscó el norte, el sur y
girando de la izquierda a la derecha hacia el oeste
vió la puerta acerrojada.
La prudencia lo alertó de los fantasmas
y sin dudar, se alejó de su fachada.
Caminante del albedo hasta el rubedo
Flor de lis de tu música citrina
Forzaste al hombre ser picapedrero de su alma,
viticultor de su templaza,
y fue cabra inocente en su lamento.
Flor de venus, afrodita griega
Bebe agua del infinito masculino femenino,
para asomarte al toro bravo, salvaje y primitivo.
En la entrada del sendero los dos fénix anunciaron que un galupo de la vida caminaba. Respiró el galupo con el ritmo del vuelo de las aves y siguió su ascenso hacia la cima.
Ninfas, duendes y alimañas le gritaron:
–¡Vete, no, vuelve, regresa! No te atrevas galupo de la vida.
–Resistir, persistir, persistir resistir – respondió el galupo de la vida ordenándole a sus piernas la subida.
Lo vió al toro en posición de indómito coraje, y sintiendo su feroz arremetida dió un paso atrás el imponente galupo de la vida
–¿Qué quieres galupo, de la vida? – bufó el toro.
–Nada Señor, no quiero nada de la vida.
Alado sea el León en el símbolo de Aries. Vertiginosos golpes de ventanas se han oído.
Bajando cuernos el astado dijo:
– ¡Quiera el galupo usar las escaleras!
El galupo respondió:
– Quiera el hombre en su discrecional distancia habilitar el mundo a sus instancias.

LOLY MORENO BARNES

LIBERTAD

Libre como el viento,
que arrastra las hojas de otoño,
aunque le quite el sustento
que la aferraban al árbol…
Por un momento comparten
el corto vuelo, y
el viento libre de tropiezos,
juega a lanzarlas hacia el suelo.
Libre como el océano,
que levanta su rostro en las mareas y
con fuerza su alma,
contra las rocas golpea,
en un intento vano,
de sumergir la orilla,
tragar la arena y
volver después…
en cada bocanada mar adentro.
Libre como una bola de nieve,
que se siente pájaro,
saltando ladera abajo,
creciendo y en fuerza alardeando
aunque sepa
que su triste y corto destino
pronto será solo parte de un lago.
Libre como las letras
que aún no han formado los versos y
se mueven inquietas,
entre musas que olvidan y recuerdan …
Tarde o temprano,
cruzarán la línea y
quedarán con vida latente
esperando ser leídas.
Libre como el afecto,
que no conoce fronteras,
que a veces de la mano pasea
y otras …
prohibido se oculta en las sombras.
Así en mi alma; poeta y amiga,
seductora de flores,
que por las noches bebé las estrellas y
bajo la luz de la luna
de sus sueños se siente dueña.
¡Libre!¡Libre quiero ser!
Como la vida…
¡EN LIBERTAD PARA AMAR!


GABRIELA MOTTA

Hombrecitos de colores

Walconda era una viejita divina, mi vecina de años que siempre tenía historias bellas para relatar. Hasta que cierto día me comenzó a contar sobre unos hombrecitos de colores que salían del agujero que había detrás de la pared de su cuarto.
— ¿Podes venir a pedirles que me dejen dormir en la noche? —me pidió— porque son tan bandidos que cuando me quiero dormir comienzan a jugar por toda la casa.
Me sonreí para aliviar un poco la tensión del momento.
—¿Te puedo llamar esta noche para que hables con ellos? —insistió.
—Claro Walconda cuando vengan avíseme que yo hablaré con ellos.
Esa misma noche golpeó mi puerta.
— Ya están haciendo relajo en mi cuarto otra vez, yo les dije que hoy vendría alguien para ayudarlos a dormir ellos me ignoraron, pero estoy segura que me escucharon. ¿Por qué en la noche hay que dormir verdad?
—Claro —le contesté— arrepentida por haberle dicho que si en la tarde. Pero bueno, ahora tocaba ir hasta su casa e ingeniarmelas para hacerla entrar en razón.
—Vamos Walconda la acompaño, cuando entramos el olor a encierro nos abrazó.
—Convendría abrir la ventana para dejarlos salir ¿no le parece? —Le dije para ver si lograba cambiar el aire de aquella habitación viciada.
—Hija, si abrimos la ventana van a salir para el patio y se meterán en tu casa. No te van a dejar dormir, esa no es una buena idea.
—No creo que vayan para mi casa seguro se entretienen en el patio, son tan pícaros que no van a perder esa oportunidad de jugar.
—Si a vos te parece bien, entonces le abrimos, pero después no digas que no te avise, mira que una vez que se te meten no se van.
—Walconda no se preocupe por mí yo me arreglo con ellos, aquí lo importante es que usted pueda dormir así que dejémoslo salir.
Abrí la ventana y espere un ratito como dándoles tiempo para que se fueran.
—Ves que son bandidos —me dijo Walconda— ahora no se ve ninguno, sin embargo, estoy segura que nos están escuchando. Si te van a molestar háblales firme que por un rato se ponen quietos.
—Tranquila Walconda ellos se van a entretener en el patio.
—Gracias m’ija por tu ayuda, ahora me voy a descansar porque hace muchas noches que no duermo bien.
La ayudé a acostarse y me fui para casa, contenta porque había sido más fácil.
Mi cama estaba Justo debajo de la ventana por donde según Walconda entrarían los hombrecitos, cuando llegué a casa y la vi sonreí no pude dejar de pensar que los años la habían convertido en una niña nuevamente.
Me acosté y empecé a sentir como pequeños piececitos caminaban por mi cuerpo, quede sugestionada no lo puedo creer —pensé.
Me di vuelta y vi como desde mi ventana pequeños hombrecitos de colores bajaban colgados de una cuerda. No, no puede ser, Walconda —grité— ¿Puedo ir a dormir con usted?


EMILIANO HEREDIA JURADO

RURAL EXPERIENCE
-Ya veras, Cuchi, cuando los de tu pueblo nos vean llegar con este pedazo de Mercedes, que se jodan, vamos, que se enteren de una puta vez quienes son los que mandan, y no hay más que hablar…y vamos, porque no tenemos más remedio que entregarles las invitaciones de boda, que si fuera por mí, les hubiera mandado todas por correo, a ver qué cojones pinto yo en un pueblo perdido en medio de la meseta castellana, “Valdebelllotas de arriba….!ja!, “catetolandia”, le pondría yo, a ver, que se me ha perdido a mí, en un pueblo de analfabetos…y ese olor a rural, que sabes perfectamente que me produce urticaria, y me tengo que dejar un dineral en cremas, y luego, los animales de la zona, ¡qué asco!, oliendo a mierda de vaca…
-Tampoco es para tanto, estás hablando mal de mi pueblo, al que por cierto, no has ido nunca…
-Ni pienso volver, voy por lo que voy, y punto…mira, ahí está la desviación del camino al pueblo….!!!pppppeeeerrrooooo quuueee cooooojjoooooeness esttaaaaa passaaanndoooo,,!!!, ¡essstooo essss unnnn caaamiiinooo de cabbrraass ¡ ¡cooooonn ttannnntoooo bachee y soooocavoooneess seeee me vvaaaa a estrooopppeaaaarr ellll coooooche joooooderrrrrrr!
¡Blaaaam!. El flamante Mercedes, comprado en un exclusisivisimo concesionario de la calle Serrano de Madrid, exhala su último aliento, en forma de fumarola blanca, saliendo por debajo del capó.
-¡mi Mercedes!, ¡mi Mercedes!, -salta como una rana, con los brazos en alto-
-No te preocupes cariñin, mira, por ahí viene mi primo el Liborio-¡ehhh priiimoo!-le grita, con las manos en forma de altavoz, para que la oiga-
-¡Ridieeellaa!, ¡Priiiimaaaa!, ¡Atejueeelaaa!,-aparece, por lo alto de la cuesta que lleva al pueblo, un lugareño, con una mula torda, más fea que un demonio-
Se funden en un abrazo, de los que hacen crujir los huesos
-Mira, primo, este es Guzmán, mi prometido, hemos venido a traeros las invitaciones de la boda…
-¡ay vá la órdiga!, choca esos cinco primo
-¡Aaaayyy!, ¡Cuchi!, ¡mi mano!,- la mano, queda como un guante estrujado, recién salido de la lavadora-esto no lo arregla ni mi fisioterapeuta particular, ¡ay!-se le escapa una lagrimilla –
-Primo, se nos ha roto el coche, a ver si nos puedes echar una mano, por favor-
-¡jolin prima!, te has vuelto una refiná, una señoritinga de capital…!fiuuu!, y menudo vestío gastas, ¿eh?, unos mil duros pa rriba, bueno, lo llevaremos al taller del Remigio por el método cataclismico…
-¿Co-como dice?
-Si hombre, no se preocupe de ná, aquí, mi mula, “cataclismo!,
-Hiiiiiaaaaaa!!!!!-le rebuzna al lado del oído-
-¡sordo!, me he quedado sordo-se lleva las manos a los oídos…
-No te obnibules priiimo que no ha sío ná….verás, la llamamos cataclismo, por que pega unas coces, ya verás, yá, je, je, de una coz, te envía el coche al taller del Remigio, que está al final de la cuesta, je, je, una vez, se le atrancó la puerta de la iglesia al cura, y de una coz, empotró la puerta al fondo del altar…!ja, ja!, lo que nos pudimos reir, el cristo, to empotrao contra la pared, ¿te acuerdas prima?,
-¡ay primo!, claro que me acuerdo, desde entonces, le llamamos el “Cristo empotrao”, se enfadó un montón el cura….
-¿Cómo dice?, ¡ah!, no, no, éste animal, no toca mi coche….-antes de que pueda decir nada más….-
-¡!!!rrrrrruuuuuuu!!!, ¡!!!vaaaamos cataclismo!!!
¡!boum!. Un golpe seco, una coz tremenda, hace volar el coche que, traqueteando, llega al final de la cuesta, en la entrada del pueblo…
-¡Reeemiiiigioooo!, ¡ta llegao un coche de la capital?!!!!
-¡!!ueeeelaaaa!!!, ¡me ha llegaoooo Liboooorrioooo!!!
Guzmán está en estado catatónico..balbuceando…
-…mi, mi coche…mi Mercedes recién estrenado…
-¡náaaa!, primo, -Le dá un tremendo palmetazo en la espalda-
-¡Aaay!, mi espalda, me ha roto la espalda….
-¡pues no son flojos los de ciudad ni náa!, anda, prima, veniros a casa, que os invitamos a tus padres y a vosotros, a comer…a ver si tu marío se anima, que tiene como la cara encalá….
Los tres, aparecen por el pueblo, y el Liborio, anuncia a pleno pulmón, le llegada de los forasteros, la hija pródiga…y el señoritingo…
-¡ueeeeelaaaa!,!Paisanosss!,!Asomaros tós!,! que ha llegao la hija de la tía pantuflas!, ¡y su fututo mariiiioooo!.
Mayores, niños, cabras, ovejas, mulas, burros, y hasta perros, se acercan hasta los recién llegados, para conocer la novedad…
-¡Tío rompe-peñascos!, ¡tía cántara!, ¡tío Anguila!, ¡estáis todos!
Después de dar mil y una explicaciones, se recogen todos en sus casas, con la promesa de hacer un baile por la noche, en honor de los recién llegados. Se dirigen a casa de la tía de Cuchi, la tía almondigas, donde, les esperan sus padres y la abuela….
-¡tia!, ¡tío!, – se funde en un cálido y fuerte abrazo!, ¡padre, madre!.!abuela!…
-¡Hija!. Que paliducha estás, y que delgada!, nada, nada, unos días aquí, y te pones en condiciones…
-¿Cómo?, no, no, por supuesto que nó –responde indignado Guzmán-, después de comer, espero que tenga el tal Remigio, el coche arreglado-
-¡hala!, tos a la mesa, que hoy he hecho una sopa reconstituyente de ajos, que me los dió ayer el tío matraca, de su huerto, ¡vereis!, ¡vereis!-ordena la madre de Cuchi, la tía pantuflas-
-¡ah!, pues está buena esta sopa, sí…-dice Guzman-pero…pero….!!!!arrrgggg!….!auxilio!,….!me mueeerooo muuuchoooo-sale escopetado, dando vueltas y pegando brincos por toda la cocina, ante la rechifla general-
-¡anda que no es delicado ni ná el señoritingo de la capital-dice el padre de Cuchi. El tío matraca-, si solo tiene dos cayenas de las gordas, para entrar en calor, está floja….
-¡aaay!,- guzmán se retuerce en el suelo, como un renacuajo sacado del estanque-
-Ande, ande….-dice la abuela de Cuchi, la tía moños-venga con migo, que le daré un jarabe recontituyente, casero…
-¡arggg!, ¿pero que porquería es esta?
-¡Ahí vá la órdiga!, ¿pos que va a ser?, el laxante que uso pa cuando la mula está atrancá, mano santo, oiga…
-¡pasooooo!,!el excusado!, ¡el excusado!…
-¿Qué ice?-le pregunta el tío matraca-
-¡El vaaater coooño!,
-¡Ah!, ta bueeeno, junto al corral lo tiene usted, ¡ah!, y no olvíe que cuando acabe, tiene que echar un cubo de agua, y una cuchará de carburo
-¡vaaalee!-responde Guzmán, a todo correr, hacia el corral…-
-Di-dios mío-entra a toda prisa, en un cobertizo donde hay un pozo negro, lleno de moscas, con tal olor que Guzmán, empieza a dar arcadas-¡ahhhhhh!-sonríe Guzmán, lleno de placer, notándose tan aliviado…-bueno, a ver, ahí tengo el cubo de agua…y no se qué me ha dicho el padre de Cuchi de unos polvos…carburo…sí, tienen que ser esos polvos blancos que hay en ese cubo, con un cucharón, no sé cuanto se echa, vá le echaré todo el cubo, a ver si se quita el olor tan pestilente que hay,,,!ay!, mi pobre pompis, esto de tener que limpiármelo con una hoja tan rasposa de periódico, me está haciendo polvo….es de la semana pasada…”Ya”, tres de mayo de 1970…., ¡ay!, como raspa…a ver, ahora los polvos esos…
-¡Señorito!, no eche mas que una cuchará de carburo….-se acerca corriendo el tío matraca-porque…
-¡hala!, todo el cubo!
¡!!Blaaaam!!!!. el casetucho de madera, se desploma, con las cuatro paredes de madera, desplomándose al suelo al unísono, con el tejadillo de uralita, volando por los aires…
Todos los presentes de la casa, salen al exterior, y se encuentran al tío matraca, revolcado en el suelo de la risa, y al pobre Guzmán, con las gafas negras de pasta, colgando de una patilla en su cara, los pelos de punta, y cubierto de mierda desde los pies, hasta la punta del último pelo de su cabeza, con un gesto de desesperación y asco, a punto de llorar…
-¡Ay cariño!,¿pero que has hecho?-le pregunta Cuchi, aguantándose la risa-pero solamente era un cazo….
-¡ande!, métase dentro, y dúchese en la palangana ahí detrás, que en seguida le caliento agua pa que se lave, ahí tendrá tó, jabon lagarto, y un cepillo raíces
Guzmán, se mete en un cuartito, alicatado con azulejos blancos, desconchados en su mayoría, y un gran palanganón de zinc en medio. Se quita la ropa como puede, y se enjabona metiendo el jabón en un cubillo de agua que hay a los pies del palanganón.
-¡señorito!, ¡ahí va el agua!, -sobre su cabeza, escucha la voz del tío matraca, que abre una trampilla por encima de su cabeza, y le tira un barreño de agua hirviendo.-
-¡arggg!, ¡me quemo!, ¡auxilio!
-¡no grite tanto!, ¡hombre!, que ya vá el agua fría –Le tira un cubo de agua del pozo, fría como el hielo-
-¡arrggg!,!ahora me congelo!
-Hija, pos si que es delicado tu futuro marío, sí-le dice el tío matraca a su hija-
Una vez vestido, con un pantalón y una camisa del padre de Cuchi, y calzando unas albarcas, aparece en la cocina, y le dice a la tía pantuflas, madre de Cuchi:
-Señora, ¿podría echarme un rato en una cama?, tantas emociones, me han agotado..
-¡naturaca!, pase, pase a la habitación de envitaos, le hemos dejao sus cosas de la chaqueta y del pantalón sobre la mesita que vé ahí, la ropa la está lavando mi madre..
-Se lo agradezco, muchas gracias..-La habitación, es sobria, una cama de forja, con un gran colchón de lana, una mesita al lado, y un pequeño armario rustico de dos puertas…y un orinal debajo de la cama. Y una jofanina en su soporte, con espejo…y poco más…
-Bueeno, ahora que por fin estoy solo-coge su pitillera-, voy a probar esta cosa nueva, que me ha traído mi amigo Gonzalito, desde Colombia..cocaína creo que se llama, a ver, me ha dicho que se hacen dos líneas, con una tarjetita-saca una tarjeta de visita de su cartera- así, creo, de grosor-hace dos rayas encima de la mesita- y con este tubito de cristal, se respira…
-¡señorito!,¿se ha dormido usted?, pregunta la tía pantuflas, desde el otro lado de la puerta-
– no, no-responde Guzmán-
-Salga un momento, por favor
-Dígame-sale Guzmán a fuera de la habitación
-Mire, como he visto que la mano la tiene estropiciá, del apretón del bruto de mi sobrino, le he preparao un unguento-le echa una pomada de un tarro-y le haré una cataplasma con estas hierbas, ¿ve?, ahora se lo amarro con un cordel y yá está, eso sí, tenga cuidao, tiene que llevar la mano en alto…
-¿para que haga mas efectooooo!arrggg!-pega un alarido-
-no, por la ceferina, que es mu golosa y ya vé, le ha mordío la mano, desde luego…
-¡ay!, ¡ay!, -se lamenta guzman-
-Rrrrruuuu ¡ceferinaaa!, fueeera….disculpe usted, bueno, descanse…madre, ¿Qué hacía usted dentro de la habitación del señorito?
-Hija, a ver si limpias un poco mejor..la mesita tenía un montón de polvo…y lo he limpiao con el moquero ¡snrffff!-se suena con el moquero-
La vista de Guzmán, se dirige a la mesita…que está reluciente de limpia…pero sin las dos rayas de coca encima…
-¡hala!, ahí les dejo, me voy en ca la tía cochina-dice la tía moños-
La madre que la parió a la abuela –piensa Guzmán tumbado en la cama-espero que no le pase nada grave, no sé, a ver si puedo descansar un poco, tantas emociones a cabo del día, me tienen agotado….
Empieza a cerrar los ojos Guzmán cuando, unos tremendos albadonazos en la puerta de la entrada, le sobresaltan y sale como si tuviera un muelle, de la cama…
Una pareja de guardiaciviles, con capa, bigote y máuser, se presentan con la tía moños, en medio, con los ojos fuera de las orbitas, cantando joticas :
“….veinticinco mujeres cincuenta teeetaaass y si son de cochina ciento cincuentaaaa”
-Tía pantuflas, le traemos a su madre, la hemos encontrado cerca la pila del tío cucharas, levantándose las faldas, enseñando las enaguas…
-¡oooleeee!, -responde la tía moños-“…un camión de puuutasss va pa toleeedoo, frenan en la currrva puuutas al sueelooo”
-¿ve?,- exclama el otro guardia civil-
-¡yeahhh!. “….a las barricadas, a las barricadas, soyyy comunista, revolulcionariaa, Franco. Franco, tiene el culo blaaanco, porque su mujeeeer, se lo lava con Ariel…..”
-¡madre!
-mire, porque es su madre, y no la metemos en el calabozo, pero vigílela, y tenga a buen recaudo el aguardiente..¿entiende?, buenas tardes
Los dos guardiaciviles, se marchan camino abajo, fumando un pitillo…
Guzmán, que lo ha visto todo…se vuelve a meter en su habitación.
-¡ay madre!,venga que le daré un vasito de agua del Carmen…
-“una vieja y un viejo van pa Albaceteee, van pa Albaceeeteeee..”
-madre, cállese yá, ¿y ahora quien será?, -se dirige a la puerta, que llaman con fuerza-¡Liborio hijo!
-¡tia!, ya le tengo arreglao el coche al señorito…
Oído esto, Guzmán sale como un rayo a la entrada …y lamenta haberlo hecho…su querido Mercedes…tiene el maletero amarrao con alambre del quince, y el motor, es de un tractor viejo que tenía el Liborio arrinconao en el taller…y el capò atao con una cuerda de esparto gorda, de doble trenza.
-¡Mi coche!, !mi Mercedes!,- Grita Guzmán-¡cateto!,¿Qué le has hecho a mi coche?
-¡oiga sin faltar!-responde el Liborio- que lo he arreglao lo mejor que he podío,¿eh?,que aquí, lo máximo que hemos tenío, ha sío un seiscientos de segunda mano del señor cura…
En estas, de la esquina, se aproxima por detrás un burro, demasiado alegre, y pone sus patas delanteras apoyadas sobre los hombros de Guzmán, que emite un angustioso alarido, ante la visión de aquello, y las intenciones del burro, se monta precipitadamente en el coche, tira al suelo un billete de cinco mil, y alejándose de allí, con el burro rebuznando lastimeramente, grita a pleno pulmón:
-¡cuchi!, ¡ahí te quedas con toda tu familia!, ¡las cinco mil por las molestias!
-¡desgraciaoooo!, ¡desagradecío!, con to lo que hemos hecho por usted –Le lanza un cantazo al coche, que le revienta la luna trasera- ¡y se llama Casilda!, ¡Señoritingo!.
-¡Dios mío, que no me vean así en Madrid, sería la rechifla general –piensa Guzmán, alejándose con el traqueteo de la ida hacia la carretera comarcal….-
-“….Arrrriiiiba los pobress del munnndoo en pie….fameeelica legionnnn….”
-¡abuela!, !métase dentro, que al final, nos van a meter a todos en el calabozo ….

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9 comentarios en «Tema libre – miniconcurso de relatos»

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