Tiempo perdido – Miniconsurso de relatos

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con el tema «tiempo perdido». Estos son los textos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 7 de octubre! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).

POR FAVOR, SOLO VOTOS REALES, SOLO SE GANA EL RECONOCIMIENTO, CUANDO ES REAL.

* Todos los relatos son originales (responsabilidad del autor) y no han pasado procesos de corrección.

CORONADO SMITH

-¡Escribiente, pluma y papel!
-Le recuerdo que no soy su escribiente, soy su psicoanalista.
-¿Aquí quién paga? Pues eso.
-¡Escribiente, pluma y papel!
El buen doctor enchufó la grabadora, y le indicó al paciente que dictase.
-Estaba yo de cacería con arneses y todo,
vino la policía y se llevó el corzo.
¡Pero ese sombrero te hace gorda la cabeza!
Más gordo tienes tú el trasero, cuando te agachas y rezas.
La palangana es de latón cromado
el limón sabe ácido y el melón se ha puesto amargo.
-¿Pero que narices dice?-espetó el doctor,
-Con pasado mañana van tres y con hoy dos.
-¡Qué dos ni que ochocuartos!,
usted no tiene solución, ni aunque le cobre barato.
-Más caro es el tabaco y bien que lo fumas,
el grillo hace cri-cri y el lobo aúlla.
– Lo que te van a aullar son los dientes
cuando te pase la minuta, estimado cliente.
En ese momento se abrió la puerta de golpe entrando el enfermero Cabrera bastante airado.
-¡Cada uno a su habitación,
qué me habéis hecho perder la mañana,
hasta que os he encontrado!
-Uy, uy, uy que genio más tonto tiene este hombre
vamonos de aquí Santi antes de que se enfade.
-Corre, Lisensiado, corre.

PEDRO PARRINA

«ALGUIEN»… PERDIDO EN EL TIEMPO
Alguien que responda, alguien que te escuche, alguien que te sonría al abrir la puerta, que te invite a quedarte o a volver esa tarde o esa noche o cuando quieras, alguien que te bese… como si el mañana no existiera, que te abrace… con todas sus fuerzas, alguien que te regale ilusiones, que te aliente, que te anime a continuar: “venga, sigue, que tú puedes”, que te rompa los esquemas, alguien que confíe y en quien confiar, que te mienta… para no hacerte daño, alguien que te nombre, que se acuerda de ti, que te llama y te dice que te espera, que alargue su mano para levantarte, y te diga “venga…, vamos”, “donde quieras”, alguien que te arrastre al abismo… junto a él, junto a ella, que te lleve a la cama y no quiera marcharse, que tenga ganas de compartir su cama, tu almohada, que te sueñe, que te sueña, que te inspira, te suspira y te despierta, alguien que te amanezca, alguien que te muestre otros caminos, otros destinos, otras metas, que te construya mundos nuevos, que te desbarate los miedos, que te dé seguridad, y fuerzas…, alguien con quien merezca la pena arriesgarse, a quien defender, que te defienda, que comparta, que se ofrezca, y te ofrezca su hoy, que te susurre o te grite que “te quiere”, que “te ama”, que te jure y te prometa…, que te haga sentir único, única, alguien que se apoye en ti y en quien apoyarse… en los momentos inciertos, y en cualquier parte, a quien cuidar, que te cuide, que quiera ser tu compañero, tu compañera, hasta el final o hasta cuando sea…, alguien que se desvela… como esa persona que es, y será para siempre, parte de ti y tú parte de ella, ese “alguien” verdaderamente importante a quien encuentras perdido…, perdiéndose… contigo, perdiéndoos mutuamente en cada instante de vuestro tiempo, fugaz, eterno, erróneo, cierto…, con sus aciertos y errores…, sin puntos y comas, sin puntos y seguido…, sin pausas, tan solo breves incisos, vacilantes comas en las que el amor se sostiene, suspendido en el tiempo, perdido entre los puntos suspensivos…
Eso es todo lo que necesitamos encontrar, lo demás no importa.

LEYRE BLÁZQUEZ SANTOYO

TIEMPO PERDIDO
La ansiedad. Esa compañera que me escolta durante todas las etapas de mi vida y me persigue allá donde voy. ¿Qué puedo decir de ella? Mi fiel compañera. Me desquicia y me atrapa al mismo tiempo. Es mi síndrome de Estocolmo, mi siniestra y triste realidad. Cuántas noches sueño con escapar, con vivir, con viajar, con empezar de cero, con tener paz mental y ser la dueña de mi destino.
Pero de nada sirve porque ella me encadena y me retiene, me enloquece y me entristece, me obliga a aceptar vivir mi vida en la oscuridad, en una supuesta zona de confort sin sentido y sin esperanza. Qué desgracia.
El tiempo no vuelve, la vida pasa, el mundo gira y no regresa, pero ella, ella me atraviesa y me frena, me hace olvidar quién soy y quién quiero ser, dejándome en un limbo de conformismo e insatisfacción. Pero no puedo dejarla continuar a mi lado, el tiempo no espera y aunque parezca una eternidad, ver aparecer arrugas en mi piel me recuerda que el tiempo es oro y que es un viaje corto el que nos queda por recorrer.
Solo me queda ser valiente, poner solución, sanar mi mente e intentar sonreír cada día, ser feliz con el ahora y lo que tengo. Porque la vida es bella y el tiempo perdido nos condena de tal manera que nos agobiamos sin ver la luz de la nueva era. La era que comienza con nuestro cambio de actitud y que ilumina nuestro presente. Un presente que podemos modificar desde ya, creando así un futuro utópico con el que soñar sin necesidad de preocuparnos por él, porque lo importante es el ahora. El presente es la cura de la mente. Vivir sin agobios, agradecer sin motivo y disfrutar del momento. No hay mejor cura para estos tiempos.
Que la salud mental nos acompañe en el camino para no tener que arrepentirnos del tiempo que perdimos.

MARÍA CRUZ ESTEBAN APARICIO

me sentía como la Caperucita roja.
Tan Caperucita roja era, en aquel tiempo de mi vida,que un dia caminando en el bosque me encontré con el lobo.
Caperucita,me dijo la fiera. Si sigues por este camino que te indico en vez de seguir por dónde vas,conseguirás ver escenas únicas que las profundidades de la tierra si se enfada con la naturaleza,vomitan a la superficie , a todo hechar.
Con mi capa roja de curiosidad me adentré por el camino indicado que resultó pera mi vida tiempo perdido.
Cada paso que daba,mis pies notaban el crujir de aquel que empezaba a despertar.
De pronto, di, de narices con el volcán de la palma.
Muerta de miedo retrocedí al punto del encuentro con el lobo… Baje corriendo,por el otro lado de la montaña. Grité como loca…, el volcán esta a punto de explotar, pongámonos a buen refugio.
Su rugir es peor que los dientes del lobo de la Caperucita.

PILAR TOBÍAS

¿Que tal tiempo robado o secuestrado?.
Nos empeñamos en hablar de tiempo perdido. ¿Acaso se puede perder el tiempo?.
El tiempo, no se pierde, el tiempo está pasando todo el tiempo.
El tiempo es nuestro invento, una forma de dar linealidad a la vida, cuando la vida no es lineal.
El tiempo lo inventamos para organizarnos, para comprender porqué marchamos.
El tiempo se acaba, se aprovecha, se pierde según interpretamos lo que sentimos.
El tiempo se pierde cuando nuestros pensamientos lo roban o lo secuestran para hacernos sentir mal, para castigarnos, para…
El tiempo no se pierde porque no puede no existir la vida, no puede no existir el presente.
Sólo hay vida, solo hay presente, y aquí el tiempo solo es experiencia, lo que estoy, estamos viviendo y sintiendo.
El tiempo no se pierde por que sólo son palabras a las que decidimos darles un significado.
Tiempo perdido, umm, nos han hecho creer que podemos perder el tiempo, para hacer que corramos más, que trabajemos sin descanso, que vivamos más deprisa hasta los grandes placeres.
Hemos perdido el tiempo de disfrutar, experimentar y aprender lentamente de la vida y de sus placeres y displaceres por miedo a perder el tiempo.
El tiempo no se pierde, lo perdemos al creer que se pierde, algo que es sólo una mera ilusión de nuestra mente creativa, ya que fuimos nosotros quienes inventamos el tiempo.
Tiempo perdido es un lugar en nuestra mente. Un páramo oscuro, desertizado, sin vida alguna.
Sus habitantes son la frustración, el miedo, la angustia, el estrés, la competitividad, la ansiedad, la tristeza, la culpa, el remordimiento…
Si decides entrar, si decides visitar ese lugar en tu mente, pon atención, recuerda que eres el creador de tus pensamientos, el creador de tu tiempo.
¿Tiempo perdido?. Jajaja.. Tiempo robado, secuestrado por mis miedos a enfrentar mi infinidad.
Tiempo, mi querido tiempo, te encontré, ya jamás volverás ha estar perdido, ahora, serás llorado, disfrutado, experimentado, honrado y venerado. Ahora encontrado, jamás perdido.
Ahora quiero perderme en ti mi tiempo, quiero hacer que pases lento
Quiero transformar cada uno de tus segundos en una hora, un dia, un año, una vida..
Quiero perderme entre las costuras de mi existir en ti, mi tiempo.
Ahora ya eres mi tiempo amado, mi amado tiempo!!!

BENEDICTO PALACIOS

Golpeé hasta tres veces la puerta con los nudillos de la mano.
—Ya me iba —le dije molesto cuando finalmente me abrió.
—Tiene usted poco aguante.
—Óigame bien, yo no estoy para perder el tiempo.
Pero perder el tiempo es la cosa más habitual.
Ya en escuela, me dijo el maestro don Germán: muchacho, dile a tu padre que te ponga a trabajar. Estas perdiendo el tiempo.
Con dieciocho años me enamoré de Eladia, me gustaba muchísimo y mi madre me dijo algo parecido.
—Con esa muchacha no tienes nada que hacer, no pierdas más el tiempo.
Como el amor no resultó, me alegré de que ella también lo hubiera perdido conmigo.
Me casé con veintiséis. Dos años después el matrimonio empezó a hacer agua y me dije: Germán estás perdiendo el tiempo.
Me hice cartero para traer buenas noticias a Lucía. Su novio se pasaba la mayor parte del año en Canarias. Cuando le entregaba la carta, me pedía que esperase y como siempre eran buenas, me invitaba al bar. Lucía me gustaba un montón. Un día se echó a llorar.
—¿Por qué lloras, es que tu novio está enfermo o ha tenido un accidente? Anda, cuéntamelo.
—Soy una estúpida. Lo sospechaba. ¡Cuánto tiempo perdido!
El tiempo se parece al volcán de La Palma, una potencia destructiva que devora minuto a minuto trozos de nuestra vida.
—Pero a veces le lava se detiene, se toma tiempo, lo pierde.
—Lo mismo que nosotros o que tú.
—Yo procuro no perderlo.
—¿Estás segura? Pues yo creo que viene a ser algo sinónimo, si lo entretienes leyendo estas ocurrencias. Pero gracias de todos modos.

BÁRBARA LEEQÜEZ

El tiempo, a menudo es perdido y contrasta con la esperanza q es lo último que se pierde y, sin embargo esta última,
basa toda su razón de ser en la existencia del primero,
en un momento certero de todos los que anda trayendo.
Menudo invento el Tiempo!
Que si lo miras muy de cerca,
lleno de acontecimientos
lo llaman Pasado y se quedan ensimismados o muertos de miedo esperando el otro lado, brillante u oscuro.
A este le llaman Futuro.
Dos brazos distintos de un mismo invento, algunos días son cuentos y otros lamentos, pero todos en el Tiempo.
Para algunos son miles de años que comienzan en febrero.
Otros miran a la luna para adorar, ayunar y curtir el cuero.
Ofrendas desde el verano,
de otoño y de invierno
y al nacer de nuevo todo lo llamamos Primavera.
En fin, llámalo como quieras, se va a escapar igual.
La diferencia que veo, es que hay una parte que nunca se pierde, palpable y sin gran esfuerzo, tiene nombre de regalo.
Ahora abre los ojos lentamente.
Este es presente

SERGIO SANTIAGO MONREAL

Me levanté entre oscuras sombras en un cuarto lúgubre y mal ventilado. El hedor emanaba por el habitáculo de apenas quince metros cuadrados.
Ya ni recordaba el tiempo perdido que llevaba en esa habitación de mala muerte desde que me raptaron. Atado de pies y manos, deshidratado y todavía aturdido y dolorido por las hostias que mis raptores me habían dado.
Mi pensamiento intentaba ver la salida al laberinto en el que desafortunadamente me había sumergido y perdido. Intentaba ver un halo de luz entre tanta oscuridad para que mi espíritu brillará y cicatrizaran las heridas que aquellos desalmados me habían producido, con la paliza que me habían propinado.
Los muy cobardes se tapaban la cara para que no pudiera reconocerlos o recordarlos si algún día escapaba de semejante tortura. Pero mi retina había copiado y grabado a fuego cada uno de sus detalles, sus voces, sus lunares, el color de sus ojos repletos de odio…
El tiempo perdido en estas circunstancias se hacía eterno. Cada segundo parecía un minuto, cada minuto parecía una hora, cada hora parecía un día, cada día parecía un mes, cada mes parecía un año, cada año parecía un lustro, cada lustro parecía una década y cada década parecía un siglo de tiempo perdido, arrebatado burdamente contra mí voluntad.

RAQUEL LÓPEZ

Consumiste tu tiempo
ajeno a nuestras vidas,
privandonos de sueños
descuidando los días,
como estrellas se marchitan
deshojando margaritas.
¿Dónde estará? ¿Se habrá perdido?
mientras tanto lo añoramos
porque no regresará..
El pasado, ya no vuelve
y el presente que nos queda
es tan corto, que apenas,
lo podamos disfrutar.
Está espera distraída
entre idas y venidas,
olvidó que nuestros días
no lograremos hallar.
Y en el instante cuitado
de nuestra maltrecha vida,
quizás, una luz se encienda,
recordándonos que aún efímeros
entendamos este sinsentido,
logrando que lo que nos queda
no sea un tiempo perdido..

CIRIVMOR MORIVCI

Pasan los minutos, las horas y no sé nada de ti. Desesperada miro el reloj a cada segundo, son las dos y sin señales de vida . Cada vez me duele más el alma. ¿Dónde estás?¿Porqué no llamas?. El tiempo pasa y cada vez me encuentro más nerviosa, intranquila… estúpida. Vuelvo a mirar el reloj, las seis y no hay mensajes, no hay llamadas. Las nueve, mi desesperación es tal que no paro de fumar un cigarrillo tras otro. Las once… día sin sentido… Tiempo perdido.


LIDIA FUENTES

–¿ Qué te pasa mujer? ¿ Se suspendió la clase de pintura? –preguntó Don Ramón a su señora Cloe.
–¡Ay, Ramón! Me tiemblan las piernas, no sé cómo he llegado a casa si voy ciega de furia.
Don Ramón apaga el fuego, el hervido que prepara para cenar ya está listo, da un sorbito de vino tinto mientras le llena un poquito en otro vaso a su mujer que esta se apresura a agarrar con prisa para beberlo de un trago.
— ¡Qué bien sienta el vino después de un disgusto!– dice Cloe limpiándose la boca con una servilleta.
–¿ Cuéntame qué ha pasado mujer?
— Es la Aurora, esta no va a clases de pintura para aprender , esta va a desahogarse, a ponernos mal cuerpo a todos con tanta desgracia, a traer y llevar chismes. Ramón, ¿ Tú te crees que llevamos cuatro clases y aún no ha terminado el primer ejercicio que era pintar la rueda cromática?
¡ Qué disparate! Estamos todos terminando el oleaje y ella sigue con la dichosa rueda ¡Ponme otro poco de vino porfavor! Prefiero dormir caliente que no con esta mala leche que llevo dentro Ramón.
Su marido sonríe pícaro y le carga el vaso. Cloe continúa contando lo sucedido.
— Se lo dije a Felipe, pero este chico es un buenazo, le dije que tenía que hablar con la Aurora al terminar la clase y decirle que aquí se viene a pintar, que hay que dejar los problemas y el estrés en la puerta y concentrarnos en los colores, en los pinceles y en el lienzo. Que hay que mirar la imagen que queremos dibujar y no el pasado oscuro de nadie ni las últimas noticias que da el telediario ni si el marido ronca por las noches. Que la Aurora viene
como vendría el perro del hortelano, » sin comer y sin dejar comer a nadie». Que nos hace perder el tiempo, que no atinamos en mezclar colores, que se me cae de la rabia la paleta al suelo Ramón.
Tercera ronda de vino.
— ¿ Y…Qué ha pasado esta vez Cloe?
Pues ha pasado lo que tenía que pasar, tú me conoces Ramón, yo para estas cosas del arte soy muy formal. Yo no estoy pagando una cuota mensual para que la Aurora acapare toda la atención, distraiga al profesor y a todos los principiantes nos quede esa sensación de no avanzar. Qué en vez de salir de clase de pintura parece que salimos de un velatorio. Que después de escuchar a la Aurora a una le dan ganas de pintar » El grito» en lugar del » Cielo estrellado » de Vang Ghot. Así que hoy cuando ha empezado a desplegar su arte crítico y dramático no me he podido aguantar. Le he dicho de todo a la Aurora, y al Felipe también, me da pena porque el pobre no se lo merecía , yo sé que es nuevo en esto de la docencia, pero se lo he dicho para que aprenda a dar una clase como Dios manda y no permita alumnas así porque entonces el negocio no le será rentable y no es justo para los que vamos con entusiasmo a aprender algo nuevo.
— Parece que te estoy viendo mujer- dice Don Ramón mientras se frota la frente con una mano.
— Pues eso Ramón, que yo no estoy para perder el tiempo, que nadie se atrevía a hablar con ella, bien sabe Dios que me hubiera callado pero con la Aurora no me da la gana callarme, qué en el pueblo la conocemos todos y ahora le ha dado por pintar, pero ella no pinta nada allí Ramón, de verdad que aún no ha terminado el primer ejercicio y los demás vamos con retraso por su culpa.
Así que después de decirles lo que pensaba a uno y a otro he recogido mis cosas y me he marchado. Por el camino he pensado que a lo mejor cambio las clases de pintura por las de yoga, dicen que en estas no se puede hablar… ¿ Es cierto Ramón?

CONCE JARA

17:19
Vuelvo a intentar escribir, cuando antes de empezar sé que es tiempo perdido, tiempo tirado, derrochado, malgastado. Hace semanas que intento juntar diez líneas ante el ordenador, que resulten entretenidas, y publicarlas… pero no puedo.
Hoy he pensado que quizás sea miedo, como el miedo que tengo a salir, a exponerme a los demás, a relacionarme… a vivir.
Mi mente y yo nos engañamos diariamente diciendo desde que suena el despertador que “luego”, igual que para escribir un relato la excusa es “tengo que documentarme”. Me documento si, y al final llega el jueves por la tarde y no tengo nada que publicar. Después la culpa me acecha, se sienta conmigo ante el portátil y me reprocha que mi relato no aparezca entre los publicados, solo por dejadez, por pereza, por falta de voluntad.
Ayer me llegó la publicación de un famoso que sufre un cáncer terminal y tiene los días contados. En la misma, echaba una “regañina” a aquellos que como él tenemos enfermedad, pero que, como yo, contamos con el tiempo que a él se le acaba.
En la publicación nos tachaba de inmaduros e incapaces de responsabilizarnos de nuestra patología asumiendo el presente, luchando contra la enfermedad sin miedo al fracaso, dejando de creer que estamos en manos de la suerte, esperando que la ciencia encuentre un medicamento que nos salve del esfuerzo, y de no utilizar al cien por cien las herramientas que están, en este caso de mi mano, como: la alimentación, aprender a gestionar el estrés, ejercicio físico y cambiar de forma de pensar”.
Por eso en honor a él, y no es que sea santo de mi total devoción, he querido ser más valiente, y aprovechar la coyuntura de que en esta página hay libertad de exponer lo que uno quiera, aunque como en este caso sea un total desastre.
18:10

KATA MAR

“el tiempo perdido lo lloran los santos” (refrán popular)
Dicen que no dura para nada, se va tan rápido como una estrella fugaz, lo que no dicen es que, por andar en discusiones idiotas, pensamientos banales se va la vida en ello, la naturaleza es sabia da el tiempo justo para que lo disfruten como sean los dictados de la propia conciencia.
A mucha gente los domina la avaricia, el chisme, las conversaciones ajenas, se preocupan por cosas y gente que después que pasen las horas ni siquiera se acuerdan de hacerle una llamada.
Los genios en diferentes áreas de la vida saben cuan valioso es el tiempo, y lo aprovechan al máximo Leen un buen libro, toman un buen café en la mañana, se preocupan por educarse en diferentes cosas, duermen lo suficiente, rara vez trasnochan, no se meten en donde no los llaman. Las enfermedades las van provocando de a poco con preocupaciones con situaciones que no le aportan nada a la vida, peleando con gente que no vale la pena, cumpliendo con reuniones sociales cuyo objetivo es ver a gente bien estirada y amargada, por envidiar a otros sabiendo que cada uno cumple sus objetivos a un tiempo diferente y determinado y la vida le da a cada uno lo que se merece.
Si el tiempo pasa, los años también es por eso que cuando estén en su ultima morada puedan decir que no perdieron el tiempo y puedan partir en paz…(continuara)

TESS LORENTE ESCRITORA

Siempre he querido vivir como si fuese mi último instante en esta tierra.
Deseo saborear cada minuto porque sé que ninguno volverá.
El tiempo que pasamos pensando en el mañana lo desperdiciamos en fútiles planes que puede que no lleguemos a realizar.
El tiempo que pasamos reprochándonos el pasado, lo perdemos sufriendo por cosas que no se podrán reparar.
El ahora es lo que importa. El ahora es lo único que debería preocuparnos. Si no disfrutamos de este momento, no seremos capaces de disfrutar del mañana. Si no aprendemos a valorar este instante, pasará y quedará desvanecido en el olvido.
Vivamos. Vivamos como si fuese nuestro último aliento. Digamos todos los te quiero que sentimos, besemos todos los labios que adoramos y abracemos a todas las personas a las que amamos.
Querámonos hoy, por si no hubiese un mañana.
Vivamos si miedo. Exploremos todas las posibilidades y huyamos del guiño de un tiempo perdido.
Ahora, en este instante, en este momento, seamos libres para sentir y ser con plena consciencia.
Y si mañana ya no estamos “que nos quiten lo bailao”.

FLOWERSREAD LECTURAS

Tal vez hoy esté demasiado frío para salir, cada vez está más cercano el invierno y siento el aire frío recorriendo el camino repleto de hojas.
El cielo está gris, plomizo, es un reflejo de mi alma triste, sola y rota. Pronto lloverá, ¿pero qué importa? Ya nada importa.
Mientras contemplo mis pasos que se arrastran sin fuerza, mi mente se pregunta una y otra vez, porqué que la vida te arrebató de mi lado, porqué no me dejó ir a mí antes.
Fueron tantos años juntos, que ahora que no te tengo, no sé vivir, estoy perdida, sola y no le encuentro sentido a seguir en este mundo.
Me arrodillo sobre la fría lápida que nos separa, y mientras gotean mis lágrimas sobre ella, te hago esas preguntas que quedaron sin contestar durante nuestra vida juntos.
¿Por qué nunca me quisiste? ¿Por qué nunca sentí amor hacia mí? ¿Por qué nunca hubo cabida para mí en tu corazón? ¿Por qué nunca me dijiste te quiero? Será porque realmente nunca me quisiste…
Siento un enorme vacío por dentro y una sensación de que los años vividos juntos, fueron tiempo perdido, mientras yo te quería y te quiero con toda mi alma, tú nunca fuiste capaz de regalarme una caricia, un beso, un te quiero qué sanase mi alma…
Y a pesar de tu indiferencia, tus silencios y tu abandono, aquí estoy deseando que esta maldita lápida que nos separa desaparezca y vuelvas para abrazarme con todo el amor que nunca sintió tu corazón.
He vuelto a quedarme dormida llorando sobre tu tumba. Al despertar, siento que he tomado una decisión, quiero irme contigo, tal vez así aprendamos a aprovechar el tiempo perdido.
Me incorporo, y aunque ha caído la noche, la luz de la luna me orienta en mi camino hacia nuestro reencuentro.
Me seco las lágrimas y una pequeña sonrisa se dibuja en mi cara, por fin estaremos juntos de nuevo.
Avanzo hasta el borde del acantilado, oigo romper las olas mientras me prometen mecerme en el camino, y salto, vacía de dolor y llena de esperanza.

NEUS SINTES

He habitado mucho tiempo en la oscuridad. Tanto tiempo perdido, esperando una respuesta tuya. Los años transcurren y tú no apareces en ella. Anclado en esta oscuridad y viendo pasar el tiempo. Un tiempo que sé que he perdido y no podré recuperar. Tiempos perdidos en esta cueva que es la mía. Solo. Con la compañía de la soledad.
Cuánto tiempo perdido vagando por la oscuridad. Esperando el momento en volver a ver tu rostro. Un rostro que tal vez, no vuelva ver. Solo en mi mente estás. Es allí donde puedo encontrarte. Me maldigo, sin éxito alguno. Me arrepiento de no haber salido de esta cueva y salir a la dolorosa luz del día, para ir en tu busca. Tiempo perdido que no volveré a recuperar.
Cada segundo, cada minuto de esta vida, he desaprovechado, pensando, rogando, maldiciéndome y haciéndome preguntas sin obtener ninguna respuesta; más que la del silencio.
He derramado hasta la última gota de sangre de mis lágrimas malditas. Soy la maldad que amaba, anhelaba lo imposible. Amar, desear y poder estar junto a ti, mientras nos jurábamos amor eterno. Ésos eran mis sueños. Sueños que con el tiempo se han ido evaporando y marchitando.
Me cubro el rostro, atormentado. El tiempo no se detiene y los años transcurren. Yo seguiré siendo el mismo, en cambio, tú te marchitarás, como una flor. ¿Por qué?, ¿Por qué?. Tuviste la ocasión de venirte conmigo, ser mi compañera, vivir una vida eterna junta a mi. Pero el miedo, te lo impidió y de mi lado, te fuiste. Tan solo recuerdo tus ojos, enamorados. Por un lado, deseabas quedarte, por otro, el miedo venció y de mi te alejaste.
He dejado de pensar, de contar los años desde la última vez que vi tu hermoso rostro. No sé si estarás en este mundo o en el otro. Pero mi amor, seguirá encendido, como una llama, en mi corazón de mi piedra.

MARI CARMEN CANO REQUENA

Recuperando el tiempo perdido……
Y entonces entendí que aquel odio que corría por tus venas era fruto del envenenamiento de las malas lenguas hacia mi, lo supe cuando me tendiste la mano para que yo te la tendiera a ti, ese gesto hizo que pasaran por mi cabeza todos esos momentos en los que me despreciabas y solo tenias rencor hacia mí, era mi oportunidad para no sentirme engullida de nuevo.
Por un momento me sentí débil de cuerpo como si mis extremidades me pesaran mucho más de lo permitido, sentí un ahogo en mi garganta y una sensación de asfixia que me bloqueaba la mente, no quería derrumbarme pero fue inevitable y mis ojos se irritaron hasta el punto que de ellos emanó una lágrima que me ahogaba, me quemaba y fui débil… muy débil, balbucee para hablar pues las palabras me salían entrecortadas entre sollozos que no dejaban explicarme con claridad, entonces te diste cuenta de mi esfuerzo para explicarme, que sentía que nos hubiéramos alejado de aquella manera tan devastadora, me calmaste…. me calmé, nos miramos a los ojos y fundiéndonos en un abrazo nos dijimos……. Que tal si empezamos de nuevo y como amigos recuperamos todo el tiempo perdido?
Uno no pierde amigos, porque los verdaderos amigos nunca se pierden. Lo que se pierde son personas que se disfrazan de amigos……..

CONSUELO PÉREZ GÓMEZ

TODO TIEMPO PERDIDO FUE ANTERIOR
Camilo venció la hoja en blanco contando la historia de cómo ésta le había vencido.
Un trueno seguido de otro y otro y otro…llevaba toda una semana sin parar de llover; las tormentas se sucedían e inundaban cielo y tierra de un gris amarronado clavándose en la sien…
La botella medio vacía al igual que las ganas de salir en busca de repuesto. El cenicero a rebosar; una alfombra blanca a sus pies sin un resquicio por el que asomara ni una baldosa para corroborar que allí, una vez, hubo un suelo.
El piso cubierto de papeles, lo que se dice el antro de un escritor que no escribe, al que la hoja en blanco le tiene agarrado por los huevos y no le suelta ni en noches de tormenta ni en días soleados. Eso que llaman inspiración con la que son bendecidos algunos ilustres e ilustrados nacidos para escribir, a Camilo, le traía por calles cargadas de amargura…«No todo tiempo es perdido», se decía de cuando en cuando para sentir el alivio exculpatorio de su hoja tan pálida como un muerto. Camilo no podía adivinar lo que aquella noche de aguacero traería a su vida. El agua que comenzó a colarse por la rendija de la puerta fue poco a poco tomando posesión del territorio, conquistándolo, haciéndolo suyo, hasta convertirse primero, en hilo conductor, luego en salvaje río…y así en la pertenencia que hizo del espacio llegó al escritorio para entonces ya convertido en balsa con visos de ascender y explotar contra el techo…
Su editorial le había hecho el encargo de escribir una novela, cuento, leyenda, en la que el tema central fuera: «TIEMPO PERDIDO», y pensó en el cuento de la cigarra y la hormiga. Se le ocurrió que la historia bien podría ser una farsa de tomo y lomo; desde que se creó esta fábula con el propósito de inducir a pensar en lo buenas y laboriosas que son las hormigas, que no pierden ni un solo minuto en vagabundear… ¡como si tal cosa fuera una pérdida de tiempo! No lo había pensado antes, él también se dejó llevar por lo establecido posicionándose al lado de la hormiga… ¡hasta hoy! …
¡Por qué vamos a ver! Aquí, quién de verdad entendió el sentido de la vida fue la cigarra que hizo lo que le dio la gana en todo momento sin que la meta de su vida fuera la de acumular montañas de comida que acabará por pudrirse sin ser disfrutada. La hormiga solo es esclava de su esencia, fabricada para producir sin descanso… ¡una pérdida de tiempo como un piano!
Tiempo perdido es aquel que no vives dedicado en cuerpo y alma a acumular montañas de inservibles trastos. No es perdido el que se pasa con la lágrima puesta delante de un teclado, intentado parir un saco de letras con un mínimo sentido. No es tiempo perdido aquel que se gana perdiendo el tiempo. Hay perdidas muy, muy productivas, como la de escribir sobre la imposibilidad de hacerlo. Así fue como de la inundación se recompuso un cuento que estaba escrito del revés. El agua, limpia, fija y da esplendor…
—«¡Me duele la paja en el ojo ajeno!» -escuchó Camilo que le gritaba su voz interior. ¡Qué puta es la hoja en blanco!
Nota de la autora:
(…Y pensó que si esa semana no le votaban en ‘Cuatro Hojas’ igual es que había equivocado su profesión, y, en su lugar, debería estar en algún monasterio ejerciendo de amanuense en lugar de machacarse los dedos con aquel artefacto destructor con sus dagas clavándose en los dedos, creando una marca indeleble en ellos, dejándolos sin yemas, ocupadas ahora por una oquedad).

BEGO RIVERA

Recuerda
Estaba en medio de la oscuridad, sabía que no tenía fin, yo no tenía cuerpo ni consciencia, pero sentía. No podía pensar, pero me daba miedo, sé que me lo daba, y sentía el frío…cada vez más frío; sé que quería salir de allí, pero no había nadie, solo ausencia. Era la nada, conocí la nada y asusta…Creía saber lo que era el silencio hasta entonces… pero no, no lo sabía. Silencio es lo que me envolvía, cuando la oscuridad me mecía, el verdadero silencio es sordo, aterrador; es poderoso, te anula, no eres, no estás. No existía el tiempo, pude sentir que estuve allí desde un segundo hasta percibir la eternidad.
De pronto abrí los ojos, un fogonazo de luz me cegó. Escuchaba mi nombre en la lejanía, a mi alrededor, desde arriba. Tres o cuatro rostros borrosos se asomaban a ese círculo brillante: «despierta, despierta, me decían» y así varias veces…hasta que volví a cerrar los ojos.
Cuando desperté, aunque desorientada, reconocí el hospital. A mi derecha, la doctora y a mi izquierda dos familiares míos, hablaban entre ellos. Entendí que hubo un problema con la anestesia y que tardé tiempo en despertar.
Entonces si tuve consciencia; recordé que me habían operado y me acordé lo que sufrí. Me perseguía.
Han pasado dos años y no se me olvida, porque me espantó la experiencia vivida. Es tal mi horror que prefiero perder el tiempo aquí… que ganarlo allá.
Y por eso escribo, para ser inmortal, aquí donde pasa el tiempo que intento parar.

LUISI MONTANA

No es tiempo es vida!
Cada instante que no vivimos se escapa de nuestros renglones, si las pausas llenan nuestras páginas la historia se acorta , se siente incompleta, se ahoga en lagunas de vacío.
El tiempo no se pierde, se pierden los momentos, las esencias que colmarán las páginas de nuestra vida, se escapan los capítulos que debiéramos haber escrito con tiempo.
Si dejamos correr el tiempo sin proponernos llenarlo de nosotros mismos , seguro que el final de nuestra historia se escribirá sin tomar parte nuestra propia pluma.
Regalate vida sin pensar en El Tiempo.

ALEXANDRA MARTA IONA

Tiempo no perdido
¿ Como podría perder algo que en absoluto me pertenece? Al igual que no podría ni regalar y tampoco robar.
El simple echo de respirar es presenciar el tiempo.
Chocamos de manera involuntaria, o no, unos con otros. De esos encuentros, a veces, nace el amor, el miedo, el odio o la rabia. ¡Hasta una nueva vida!
Considero que es prácticamente imposible atrapar el tiempo. Pero si tenemos el privilegio de salvaguardar el olor de tu recién nacido o la imagen de tu madre cocinando mientras tararea su canción favorita.
El tiempo no se pierde, el tiempo nos educa. El incansable y melódico tic tac interno nos enseña con recuerdos, nos incentiva con presentes y nos motiva con futuros.
Se puede perder un amor, la razón, el apetito o se puede perder un tren… pero nunca el tiempo.
Cronos me ha mostrado como escuchar el silencio, como escuchar las olas del mar con los ojos cerrados, antes de dormirme.
Mis sueños y mis pesadillas, no son una perdida de tiempo. Son la prolongación de lo que no me ha dado tiempo vivir despierta. Es aprovechar mi subconsciente para recordar lecciones básicas de supervivencia o emocionarme con un nuevo amante.
Estoy aprovechando el tiempo para escribir estas líneas, porque a lo que realmente le temo es a perder la memoria.

BEA ARTEENCUERO

Dos años viví en una jaula con barrotes de oro, rodeada de cosas materiales, que perdieron importancia ante la realidad que me rodeaba, libre sin libertad, paradoja del destino, espandi mis conocimientos, abrí mi mente a nuevas enseñanzas, mientras mi corazón latía tan fuerte que hacía eco en mis sentidos; Transite de la sorpresa a tratar de entender la situación impuesta de un día para otro, de la sensatez fui al sendero de la incertidumbre y de allí viaje a las huellas tenebrosas del miedo, cayendo en la oscuridad del ser interior, cuando quise aferrarme a una fantasía creada en mi mente para huir de la realidad y logré volar…caí y caí, entre en el canal de los sueños nacidos desde el fondo del alma en la necesidad de recuperar mi libertad, habri los ojos y seguía en la jaula.
Hoy me doy cuenta, del tiempo perdido, hoy se que nuevamente soy yo en mi todo y me preguntó: ¿Donde realmente vivió mi esencia?
Tal vez en un mundo lleno de sueños etéreos..
Tal vez..¡¡Nada fue real!!

NAN KITTY

Aquella hermosa tarde en la que un atardecer reflejo sus destellos sobre el rostro de aquel chico que molesto de estar trabajando todo el día en la cosecha de maíz no se fijó que el último rayo de sol era solamente para él, y así brindandole el poder de ser el primero en apreciar la luna llena.
Perdido en sus momentos de cansancio solo cerró los ojos, derramando una lágrima cayendo sobre una piedra, pensó – Si tan solo no hubiera perdido a mi madre, si tan solo hubiese estado ese día para verle sonreír como lo hacía siempre…
Aquel chico no se había dado cuenta que era la sonrisa de su mamá la que lo cuidaba siempre en aquel último rayo de luz, solo entonces el chico abriría los ojos y no perdería el tiempo.

CURRO BLANCO

Tránsito en el Tiempo.
Esperándote te siento
te veo te palpo creo
que ya estás aquí.
El mar te lleva
te aleja te alza
te avienta…
¿Dónde estás?
Vuelves. Rizado tu pelo.
Tus mejillas blancas.
Tus ojos ausentes.
Esperándote te llevo
columpias en mis brazos
me abrazas sin tí.
Ahora sé que no estás.
¡Esperándote!
(Ya no siento).
El tiempo no pasa
lo acalla tu memoria
y te busco perdido.
¿Dónde estás?
Tu tiempo y el mío
se encuentran
en un instante ausente.
Te busco en ese impar
y te viertes
derramada en su escurridiza lengua.
¿Dónde estás?
Ahora,
escucho el eco del tiempo perdido
y aún me habla de tí.
Siempre le ganaba el tiempo. Desde un tiempo a esta parte nunca tenía tiempo. De alguna manera el tiempo siempre lograba someterla; me falta tiempo, no llego a tiempo, mañana no habrá tiempo, sin tiempo no puedo, si tuviera tiempo podría….
Y es que Lola cayó en las redes inquisidores del tiempo. Notaba cómo el tiempo se adueñaba de sus deseos teniendo que rendirle cuentas en cada paso que daba.
La alarma se le encendío cuando al terminar uno de sus días y llegó a casa, sin ni siquiera pretenderlo, de manera mecánica, contó las veces que a lo largo del día se había remangado su rebeca hasta la mitad del antebrazo izquierdo y hasta un cuarto por el antebrazo derecho, se había mordido levemente su labio inferior con los incisivos superiores y, – esto la alarmó mucho más – cómo había incorporado a su repertorio de tics uno nuevo sin darse cuanta de ello hasta ahora, y hasta cómo había llamado injustamente a alguna que otra persona villano («uno de ellos sí se lo ganó muy merecidamente»). Y esto no era por otro motivo más que por la tiranía que el «tiempo» ejercía sobre ella.
De ese tiempo impuesto del que no somos dueños, del que si perdemos siquiera unas centésimas nos puede pasar factura con cargo inmediato.
Respiró tres veces. Se removío en el sillón donde reposaba en su «tiempo» buscando la mejor postura para perderlo y fue cuando se dió cuenta que ella tenía su propio tiempo, que le pertenecía desde siempre y que era suyo y nada mas que suyo.
Fue sintiéndose cada vez más a gusto gastando «su tiempo» de manera consciente gobernándolo a su antojo. Sabía que tenía que preparar la cena. Pero esta noche se comería pizza congelada. Y si alguien protestaba no se iba a remangar su rebeca, ni se mordería levemente el labio inferior con los incisivos superiores y ni mucho menos iba a tirar de su nuevo tics, sencillamente amortiguaría los efectos del «tiempo perdido» con una sonrisa; sonrisa que le otorgada la decisión de haberse hecho cargo de su propio Tiempo y que como suyo que era lo iba a gastar como quisiera.
Se dejo caer sobre el respaldo del sillón y le vino a la memoria una poesía que leyó hoy en el vagón del metro y que seguramente tuvo algo que ver en este tránsito suyo….

JOZUE SORICAS

«Después de todo lo que pasamos, recordar los malos ratos se me hace un tiempo perdido, pues pese a eso sé que me brindaste los mejor hasta donde pudiste…
Ambos inexpertos, nos lastimamos, nos mentimos, tratamos de llevar algo que simplemente no cabía en nuestras manos, y aprendí que no debo culparte, aprendí que no debo culparme.
Y no, no podré decir que fuiste un tiempo perdido, porque hoy soy quién soy gracias a eso, así que te deseo, todo lo bueno que te mereces: cielo, sol y estrellas, y que logres alcanzarlo por ti misma sin depender de nadie, para que el día de mañana no pienses que alguien, puede hacerte creer que has perdido tu tiempo.»

OMAR ALBOR

Tiempo perdido.
Olvidaste de dónde venías
Eres agua de montaña
Surfeaste toda roca que se te cruzo y nunca pero nunca imaginaste no poder salir al mar, desde allí viajarías hacía la eternidad, serás quien quieras ser y podrás nadar entre tanta soledad como tú quieras.
Hacia el mar es la premisa más importante de todas.
Quizás algún día puedas llegar la corriente lo dirá el viento soplará y el sol será tú mejor testigo.

SISI ZIRCONITA

No se por qué miré las fotos antiguas , quizás la nostalgia se apoderó otra vez de mi persona , arrastrándome a un cúmulo de sentimientos.
Estaba recordando viejos tiempos y, años de juventud ,alegres y jaraneros.
Es lo que tiene ser joven , todo pura alegría y fanfarria, la vida la ves de otra manera , hasta que empiezas a madurar y ves que todo es una trampa.
Las responsabilidades pasan a un primer plano, entre ella los hijos si uno los tiene.
Entonces el tiempo empieza a pasar tan deprisa que no nos damos ni cuenta, un día , un mes, un año….una vida.
He de decir que la vida es bella , pero nos pasamos media de ella perdiendo el tiempo.
El ser humano vive Setenta u ochenta años y realmente cuántos hemos vivido en si.?
Perdemos tiempo esperando, esperando el autobús , en el médico, en los organismos oficiales,
En la compra ..si restauramos todo ese tiempo a los años que se supone que debemos vivir a tope, te digo yo que crecer es una trampa.
Y mientras seguía teniendo estos razonamientos en mi cabeza , yo seguí viendo fotos…
Mira por donde aparece una foto de mi boda,
Me quedé estática …esto si que fue perder el tiempo..(use discernimiento el lector)

GISELLE SERRANO

Nunca había fracasado tanto, ni estancado, ni odiado.
Otoño se ha marchado, primavera y verano han mudado sus alegrías a otro lado, e invierno ya se ha derretido. Una, dos, tres veces. Y yo sigo varada. Varada como rama o como plástico a la orilla del mar, mirando la marea aumentar, mirando el viento vagar, mirando el sol salir y esconderse, una y otra vez.
Los días pasan, y yo sigo aquí, encerrada, tal vez en una burbuja indestructible o en una cápsula del tiempo dañada, porque mi reloj ya ha dejado de correr. Y yo sigo aquí. y seguiré viendo al tiempo parcialmente detenido.

JUAN JOSÉ SERRANO PICADIZO

«Viendo pasar el tiempo»
Escribía, escribo y escribiré, perdiendo la noción del tiempo. Imagino historias y las paso al papel, sin saber que he perdido el tiempo.
Siempre lo he perdido todo, cosas que el tiempo no vuelve a traer. Los recuerdos, están tatuados en mi cuerpo, marchito y maldito por el tiempo. No solo en esta vida lo he malgastado, si no, que en todas mis anteriores, las malgaste por otra persona. Y como castigo de mi derroche, soy pobre y sin tiempo. Tengo vividas siete vidas, siete miserables vidas, en las que he suplicado tiempo.
Me brotan los recuerdos de mis otras vidas y siempre terminé de la misma manera. Lo dejé todo por algo o alguien, que nunca pude tener. Tengo siete vidas como un gato y en mi mano derecha, las llevo marcadas como maldición. No sé si ya es la última, si mi maldición es volver a nacer con la misma condición o simplemente tengo que ver como pasa el tiempo.

ZOE EMM TEXIS

Tic, toc, tic toc, los latidos sincronizados al ritmo de mi reloj, un reloj que perdí, un reloj que se marchito al igual que mi corazón.
Tiempo que voló, tiempo que se fue, tiempo que se llevó mi relación anterior, acorde mi nota musical, que también quedó a destiempo.
¿Cómo sé que es tiempo perdido?
Sencillo, deje de escribir, tiempo perdido en alguien más que debí invertir en mi.
Tiempo que deje ir, tiempo que quizá ya no vendrá, tiempo que quise rescatar & que ya no podré más.
Tiempo pasado, tiempo pisado.
Tiempo que se fue en espiral al infinito, que trate de alcanzar hasta llegar al bucle & no poderlo tomar.
Tiempo de decepción, tiempo de dolor, por querer a alguien más que a mí pero también de percepción, dónde me pude redescubrir, tiempo en analogía, tiempo de pensar en mi solo tomaré el buen tiempo,los buenos ratos, los buenos momentos, lo demás de mi tiempo lo dejaré al vacío, como su corazón frío, solo alcanzaré mi sentido musical, mi buen oído, lo demás, ya es tiempo perdido.

KATA MAR

Tic tac se oye un reloj a lo lejos…
La ansiedad sucumbe su hermoso cuerpo desnudo dicen que esta deprisa, piensa y piensa en mil cosas a la vez, no quiere perder el tiempo en la nada.
Toda su juventud la enfoco a conseguir dinero, mucho dinero hasta llegar a la más perversa avaricia. perdió su tiempo con personas que le aportaban poco a su vida. Con el alcohol ahogo sus penas y el cigarrillo fue su fiel compañero.
Se aferró a su reloj de mano antiguo, lo miro con desdén y nostalgia al tiempo en seguida miro a lo lejos y derramo una lagrima, de nuevo vinieron los pensamientos rápidos, la sudoración, el palpito porque ella
“El tiempo perdido los santos lo lloran” decía su abuela, con las manos arrugadas y cuerpo cansado tenía más experiencia que ella, tuvo que llorar lágrimas de sangre por tanto tiempo que perdió en sus locuras, la abuela le tenía cariño pero sabía hasta donde podía llegar; todo por su maldita ansiedad tambien conocía que era una persona con un cuerpo bello y esbelto, tenía las agallas suficientes para conseguir lo que quisiera…. continuará

SILVANA GALLARDO

Tañe el reloj
camina sin descanso
actividad frustrada.
Identidad gris
de momentos aciagos
que se esfuman.
Es mi verdugo
cadena de suspiros
clara ansiedad.
Mustio espacio
de aparente vuelo
aprovechado.
Pasas lánguido
con desdén, impávido
indiferente.
Ómnibus libre
que lleva los instantes
vueltos fantasmas.
Palpo la nada
se siente el silencio
todo se queda.
Esconde la fe
marchita la confianza
eterna duda.
Resabio dulce
de escondida culpa
sin beneficio.
Danzan instantes
directo al vacío
sin recompensa.
Inmenso duelo
productividad falsa
esfuerzo vano.
Descansa vida
que perder no es morir
es soñar libres.
Oda al tiempo
refugio de mi alma
rincón de olvido.

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36 comentarios en «Tiempo perdido – Miniconsurso de relatos»

  1. No sabía que podías votar más de uno. Me parecen todos geniales, pero votaré a algunos:

    Silvana Gallardo
    Bárbara Leeqüez
    Leyre Blázquez
    Luisi Montana

    Responder
  2. No me permite eliminar comentarios, ni editarlos, así que voy a explicarme: No quiero decir que no hayan honradez, honestidad y dignidad en todos los votos, pero sí que observo desde hace tiempo votos no muy «legales».

    Responder
    • No te preocupes, Pedro. Sobre todo pasa con la gente nueva y suele ser de manera involuntaria: publican que han participado, su familia les vota, ganan, ven que no pasa nada y ya está, no se repite. Ha habido mucha gente nueva últimamente y eso es bueno. 🙂

      Responder
  3. Cómo esta vez había varios y muy buenos,voto como lectora empedernida:

    Coronado- Por su don para hacer reír
    Sergio Santiago- Por su originalidad
    Pedro Parrina- Como puse en su relato el comentario, excelente!!
    Curro- Porque se supera relato a relato

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  4. Por cierto Pedro,Cris tiene razón,lo saben quiénes están aquí habitualmente…
    Te molestas porque no te comentan el relato,pero reconones que no tienes tiempo para leer a los demás. Igual los demás tampoco lo tienen, y los demás también nos gusta que nos lean y comenten.
    Por cierto yo fui la única que te comenté con tres palabras, que lo decían todo y me has obviado.
    Gracias y un saludo

    Responder
    • Cris siempre tiene razón, y tu también la tienes, por eso os doy las gracias. Espero no haberos molestado en nada por lo dicho, y de ser así os pido disculpas. Llevo tiempo perteneciendo a este grupo y me encanta. Si con alguien me enfado de vez en cuando es conmigo mismo, por motivos personales y por no tener tiempo de leerlos todos y no votar, hasta que me perdono y sigo adelante.
      Tengo en gran estima a todos los que participáis en el grupo, aunque no lo muestre públicamente.
      El hecho de participar para mi ya es un triunfo. Escribo muchas semanas pero no los publico porque a mi entender no tienen calidad suficiente o no consigo expresar lo que el tema exige.
      No sé por qué, pero a veces me meto en berenganales de los que me cuesta salir y al final termino pinchándome, siendo míos los berengenales.

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        • Acabo de llegar a una conclusión, y voy a intentar aplicarme una de mis máximas: «No exigir aquello que no soy capaz de ofrecer» voy a intentar ser honesto, honrado y digno, con vosotros y conmigo mismo.
          La parte buena de mí es que al final consigo sacar algo positivo de los berengenales.
          Gracias Cris y a los demás.
          Fin.

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  5. Ufff cómo está el patio. Al principio pensé lo mismo. Con lo que me costó a mi ganar mi primer diploma. Opino igual que Cris. Y los nueves miembres siempre dan un puntito más al grupo.
    Sin más alargue mi voto esta semana para Juan José Serrano Picadizo.

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  6. Como se ha abierto un pequeño o gran debate y tengo tiempo….
    Voy a dar mi humilde opinión.

    El sentido de éste nuestro taller/grupo sin duda debe ser que todos los relatos sean leidos; «el drama de un escritor es no ser leido».
    Solo con publicar «el relato» no es suficiente para completar la dinámica del grupo.
    De ello podemos deducir con gran facilidad que para que nos lean debemos «leerlos» nosotros.

    Si escribes lee.
    y para saber que «le has leido»
    regalalé un gesto
    el que quieras….

    Con todos lo respetos.
    Ea.

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