El mejor peor relato

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos un concurso doble: por un lado, había escribir el mejor relato posible con tema libre. Por otro lado, el peor.

Este ha sido el relato más votado como el mejor:

ROBERTO MORENO CALVO: Una flor en mi camino

No sólo nos debemos un café, sino que yo te debo unas disculpas por mi ausencia, por mis miedos ante el sufrimiento, por no haber estado ahí de una forma más activa y sobre todo, de la forma en que te merecías.

No quiero pensar que ahí donde estés, el país de los cafés pendientes, seas consciente de mi ausencia. No lo pienses, no lo sientas como tal.
Mi ausencia física no se correspondía con una ausencia sentimental.

Desde que me comunicaste la noticia mis sentimientos entraron en conflicto por no saber que pensar, como actuar. Pero siempre han estado ahí, contigo.

No ha habido un solo día que no me haya acordado de ti. Qué pena pensar que podía molestar por enviar un mensaje. Excusarlo en que sería un recordatorio de tu enfermedad, cuando en realidad hubiera significado reconocer lo que estaba pasando y no quería.

Me quedo con la felicidad y el orgullo de que la vida pusiese una Flor en mí camino tan especial y alegre como tú.

Espero que allá donde estés haya azúcar, pues a mí el café me gusta dulce, y nos debemos uno.

 

Este ha sido el relato más votado como el peor:

KARLOS WAYNE: El vestido verde y la pesadilla

María entró en el supermercado. Todo el mundo pasaba de ella. Igual era lo que ella creía. Su vida era una mierda y claro que todos lo podían ver. Igual por eso la miraban. Por eso cuchicheaban cuando ella pasaba. Igual lo llevaba escrito en la frente. O no, de pronto pensó que era el vestido. Por que el vestido que se puso no era el vestido que siempre se ponía para ir a comprar. El verde de flores estampadas que casi le tapaba las rodillas. Era de tela barata, pero muy muy bonito, tan bonito que solo se lo ponía para ir a comprar. Y por eso se lo puso ese día. El día anterior, como fue a trabajar, no se lo quiso poner, por que no era su día, pensó María acertadamente. Cuando iba a trabajar nunca se ponía el vestido verde, entre otras razones por que el vestido verde no era parte de su uniforme de trabajo. “Claro” pensó María acertadamente mientras recorría el pasillo de los cereales. Cogió una caja de cereales con miel y la echó en el carrito y siguió su camino como si nada y de pronto se paró y tan bruscamente que la caja de cereales que estaba de pie dentro del carrito, se cayó de lado y los cereales de dentro de la caja de cereales no se cayeron por que afortunadamente, pensó Maria acertadamente, la caja de cereales estaba cerrada y los cereales estaban a salvo en su interior. A salvo incluso de los malos conductores de carritos como Maria, pensó María con toda la razón del mundo. María se quedó parada en medio del pasillo de los cereales y como estaba pensando en como, afortunadamente, los cereales no se habían salido de la caja de cereales por que la caja estaba cerrada y por eso se salvaron, comenzó a preguntarse por qué se había parado de golpe en medio del pasillo de cereales. ¿Por qué me he parado en medio del pasillo de los cereales?- se preguntó María extrañada.
Ah si – recordó de pronto María.
Y como no se había puesto el vestido que siempre se ponía para ir a comprar, volvió a dejar la caja de cereales en la estantería donde estaban todas las demás caja de cereales que nadie había cogido todavía, por que la verdad es que era muy temprano y la mayoría de la gente no suele ir a comprar tan temprano, Maria salió del supermercado y de pronto se despertó. Todo había sido una horrible pesadilla. María se frotó los ojos y vio el vestido verde que siempre se ponía para ir a comprar encima de la silla de su cuarto, listo para cuando se levantara para ir a comprar. Por que ese si era el vestido que siempre usaba para ir a comprar. Maria sonrió y se volvió a dormir, ya más tranquila.

*Todos los relatos son originales y no han pasado procesos de corrección.

Optando al MEJOR relato:

DAVID GUTIÉRREZ: Disfrutarlo.

Ahora que aun no te has ido, pero la certeza de tu marcha pende sobre nuestras cabezas como la certeza de un Lunes sempiterno, como un invierno por adelantado en Madrid, como la llegada de los 30 a las puertas del alma. Ahora que he consentido en que entreabras mi corazón y en un reojo palidezcas un poco, lo justo para que des un paso atrás, el espacio suficiente para darte la vuelta y huir, o coger carrerilla y lanzarte de cabeza a ver qué pasa.

Ahora que Octubre me juega una broma pesada al colocarme en lo que hasta ahora no sabía que iba a ser su bucle de melancolía absurda, será afán por cerrar capítulos al tiempo que comenzó mi historia, vete a saber que cojones le pasa a los duendes de otoño por la cabezota. Pero ahora, justo ahora, quiero correr desnudo por la playa, coger la moto sin casco y encaramarme en el fin del mundo a gritar, así como solía gritar cuando moría, así como cuando cambiaba la tristeza por ira y cargaba las pilas de la vida, lo justo quizá para luchar otro día, para morir un poco más otro día, para sobrevivir. Porque quiero vivir, vivir a lo bestia, vivir como si no hubiera un mañana, y es que a nuestra historia le quedan pocos mañanas, muy pocos. Y sinceramente, no me apetece un carajo. Ahora que aun no te has ido, pero la certeza de tu marcha pende sobre nuestras cabezas, me apetece dejarme ir, recomerme de tristeza y esperar el final como el gentil chasquido de la guillotina contra el hueso, rápido, limpio y liberador. Pero tengo que vivir, Arizona, por aquello que viviste antes de mi, por todo lo que hemos vivido juntos, tengo que vivir y ser vida en tu recuerdo, calor en tu pecho como tu vas a serlo en el mío, cargado de demonios por otro lado, pero demonios a los que les gusta beber y bromear, sé que te irá el rollo.

Sé que va a doler.

Sé que vamos a sonreír.

Habrá que disfrutarlo.


PEPINO MARINO ERRANTE:

Categoría: EL BUENO.

TÍtulo: El FEO
Tema: Y EL MALO.

En cualquier lugar y a cualquier hora, a uno le visitan pensamientos repentinos de lo más diverso. Llevaba tres días preguntándose por qué motivo al inicio de una relación, las parejas suelen recurrir a relatarse relaciones anteriores en cuyas historias acentúan el dolor en lugar de acentuar la experiencia aprendida durante la relación, desde una perspectiva de crecimiento personal. Lo había hecho innumerables veces. Se lo habían hecho innumerables veces. En su cabeza rondaba la posibilidad de una explicación: ¿sería tan cabrona la atracción física como para pedir garantías a la confianza inexistente entre dos personas que acaban de conocerse? No sabía. Seguía dudando. Quizás era tan políticamente incorrecto caminar hacia delante desde el comienzo, que nunca vio a nadie hacerlo. Quizás fuera la idea de matrimonio y contexto en su cultura. O quizás, tal vez, su concepto del amor como palabra, tan manoseada y alejada de su origen, que actualmente era sinónimo de algo completamente desconocido para el hombre.


LA XICUELA DE CORRIOL: Dejé de creer

Valerio, entiendo muy bien tu ‘rabia’. Porque yo también la tengo aún, y dentro de pocos meses hará 10 años, mi padre también falleció de cáncer, y por suerte no estuvo sólo.

Este texto sobre Dios, fe, creencias, ONG, o simplemente ayudar, abarca muchas cosas y alguna de ellas puede no agradarte, al igual que a mí, que no estoy de acuerdo en todo, para variar. Yo dejé de creer en Dios desde entonces, pero durante un tiempo mi padre necesitó 19 bolsas del banco de sangre, que gente, altruistamente había dado en su día, y después me prometí que ya me encargaría yo de devolver ése mínimo de sangre. Ésto también es solidaridad, y gratis.
No lo he conseguido del todo porque por mis enfermedades actuales no puedo donar sangre, ni plasma, ni órganos, bueno, nada.
Tampoco me gustan algunos entramados de solidaridad como dices, pero hay muchas formas más de ayudar al que tienes cerca, o lejos, con sólo unas palabras, como Emiliano me manda palabras de fuerza y ánimo desde Alcalá de Henares a Sant Carles de la Ràpita.
Cuando yo estaba bien (de salud) me hice voluntaria de Cáritas, pero no por éso ha cambiado mi parecer sobre Dios y su existencia. En Cáritas, sólo colaboraba, sin aportar dinero, pero con una sonrisa y buena voluntad. Es un ejemplo, porque en mi pueblo sólo conozco esta asociación que reparte alimentos a las familias. Y el día de la gran recogida de alimentos en noviembre una señora nos dio un paquete de macarrones diciéndonos que no podía ayudar mucho, pero que quizás este año nuevo la que lo necesitaría sería ella. ¡Qué gran lección nos dio!
Con éso me quedo.

Dándole la vuelta al tema, te hablo por mi experiencia, sí, las farmacéuticas tienen su monopolio. Pero es lo que hay y de momento no veo ninguna salida o solución.
A mi tampoco me pueden probar más medicación para el dolor, y mi cansancio es extremo. Pero creo que todos podemos poner un granito de arena, de una forma o de otra, incluso al vecino de casa.

Hay días que se me cae el alma a los pies, pero mañana es un nuevo día para tirar palante.
Y te repito, entiendo tu rabia perfectamente.
Piensa que te estoy escribiendo desde el móvil y ya casi no puedo sostenerlo, porque me canso.

Es inexplicable, de momento, pero aún no pierdo la esperanza de mejorar mi calidad de vida, o mantener la que tengo.
Desde donde la tierra abraza al mar (eslogan turístico de nuestro pueblo) te mando un abrazo y un gracias.
Gracias por tu tiempo y por leerme. No es mi intención convencerte de nada. Ha sido mas bien una explicación, que creo, te debo.
Gracias.


MARÍA JT: Peor puede ser mejor

Lo peor puede ser lo mejor. Y lo mejor atraerte a lo peor. Cuando estás arriba, tan tan arriba que da miedo lo que pueda esperarte ahí abajo, porque ya solo queda bajar, sientes miedo. El problema viene cuando estás abajo del todo. Porque cuando piensas que ya no puedes estar peor, te das cuenta de que por abajo sí que hay más capas. Y hay veces que los demonios te esperan ahí, agazapados, con premeditación y alevosía. Con ensañamiento.

Ninguna vida es perfecta. Ninguna. Pero, por alguna extraña y maldita razón, el karma, destino, Dios o las moiras a veces tiran de dónde no es, y pueden llegar a perturbar la paz y la tranquilidad de una familia humilde, pequeñita, pero llena de amor.

Aún recuerdo aquel verano en Cantabria, paseando por la playa del Sardinero, al atardecer, un día de romántica niebla. El paisaje era evocador y melancólico, pero inspiraba mucha calma. Perfecto para ver, oír y respirarlo. Pero tú estabas absorta con el teléfono, porque el hombre de tu vida, del que aún solo conocías la voz, te escuchaba al otro lado. Así conociste Cantabria de nuestra mano, con un teléfono pegado a la oreja. A día de hoy, sé que mereció la pena.

Primero vino un peludo, y luego dos preciosas hadas, que pintan cada día de colores.
Una de las hadas, os dijeron, necesita reparar una de sus pequeñas alas, para volar tan alto como ella quiera. Os mirasteis, como solo pueden mirarse los amigos cómplices, que saben que nada ni nadie los va a parar, os cogisteis fuertes de la mano y dijisteis, «adelante». Y saldrá bien. Porque cuando los muros se saltan juntos, cogidos de la mano con fuerza, estos se derrumban fácilmente.

En todo este camino, también hay duendes y gnomos. Por si no lo sabíais, hay duendes buenos y algunos que no lo son tanto. Esos duendes algún día fueron buenos, pero se han ido alimentando de envidias y malos deseos que los han hecho sucumbir al lado oscuro, a lo «Smeagol». Pero tú vas pisando fuerte por el camino, mientras cantas y sonríes, porque sabes que los duendes se alimentan de la melancolía y la tristeza, pero si pisas fuerte, se caen de culo y al sonreír, (y más tu sonrisa), una luz cegadora les quema los ojos y salen corriendo.

Cuando parece que el río vuelve a estar en calma, otro demonio vuelve a aparecer, esta vez, intentando hacer tambalear de verdad esa casita feliz, llena de canciones infantiles, risas, pinturas de colores y amor. Una parte de la casa queda con una grieta que se quedará para siempre. Por esa grieta, pueden entrar a veces duendes malos, a veces dolor, a veces tristeza…. no se sabe.
Ella, preocupada, preguntó a las estrellas, por qué, dónde está el límite, hay más capas ahí abajo quizás o ésta es la última, cómo hacer para no paralizarse del miedo y echarlo todo a perder.
La luna llena le sonrió y le limpió la lágrima que resbalaba por su mejilla, antes de que un duende pudiera alimentarse de ella y entrar por la grieta, llamó a la estrella que protegía a esa familia y ella vino rauda y veloz, poniéndose las gafas por el camino, y arrastrando un poco los pies. Se quedó allí, encima del tejado de la casita pequeña toda la noche, acunándola bajo una canción

«Tú no me ocultes tu pena
Pena de tu corazón
Cuéntame tu amargura
Pa consolártela yo…»

Y le tejió a su muñeca los destellos de su brillo, prometiéndole que nunca se iría de su lado, pero que ellos tenían que ser fuertes, seguir amándose, mirándose, cuidándose como hasta ahora, y la grieta no se agrandaría.

Anoche buscaba yo la estrella, y allí la vi, brillante y candorosa encima de la casita pequeñita, feliz, humilde. Sonreí.
Le he prometido yo también que os cuidaré. Os abrazaré tan fuerte que no dejaré que ni un solo trocito de vosotros se desprenda ni caiga. Vamos a coser con hilos de amor e ilusión la alita de la hada, que volará muy alto, con su sonrisa incesante. Cada vez que la miro, suspiro y sonrío. Si la miro más, muero de amor.
No vamos a poder arreglar la grieta. Pero la vamos a contener. Yo peinaré tu pelo cuando te falten las fuerzas. Yo os haré reír cuando algún duende ande observando desde las sombras «zape, zape, zape!».
Él seguirá de tu mano, hacia adelante, algo tan grande nunca puede irse a pique. Ese corazón bueno, noble, esas manos que toman a sus hadas con amor, que cocinan deliciosamente bien y que te acarician, lo seguirán haciendo durante todo el camino.

«Tengo en mi corazón una cajita de estrellas,
cuando duermas te las doy,
te las dejo en tu almohada,
niña de mis entreteletas.
No me llores ni te enfades,
pues las cosas de la vida,
aunque a veces nos apenan,
sirven para ver la luz
y aunque algunos se aprovechan,
esas grietas nunca pueden
cuando las personas son buenas,
hacer daño ni romper
lo que de verdad se sienta.
Yo te acompaño mi niña,
vámonos, ya no hay esperas,
no hay hueco para el fracaso
Ni para los que envenenan.
Que éste mi peor relato?
El mejor quizás no venga,
pero hoy necesitaba dar puertas
a mi corazón abierto
y chorrearte de estrellas…»

Tú sabes lo mucho, muchísimo que te quiero.
Esto es para ti.


EMILIANO HEREDIA: Soledad compartida.

Se despierta y quiere seguir durmiendo. 
No quiere que su aire sea el mismo que el aire que respira; le axfisia.
Ojalá suenen sus pasos mas lejanos y más cercano el ruido de la puerta al abrirse y el portazo al cerrarse.
El ruido del ascensor le abre la puerta de la jaula.
Miedo.
Calma.
Tension.
Serenidad.
Temor.
Reposo.
Montaña rusa en casa, arriba, abajo, giros retorcidos.
Solo sus labios besan los suyos si se limpia con la misma servilleta.
Solo su cuerpo se adhiere a su cuerpo si se seca con la misma toalla.
Solo sus manos acarician las suyas si asen el respaldo de la silla que ha cogido.
Gritos a paladas enterrando un dialogo mudo.
Golpes queriendo romper en jirones el saco remendado cansado de latir.
Huida.
Regreso.
Fuga.
Apresar.
Escape.
Captura.
Boca cosida con hilo quirurgico en el quirofano del doctor Caligari.
Un dia, un trazo que se interrumpe hasta el día siguiente.
Agua.
Sed.
Comida.
Hambre.
Social.
Soledad.


MARÍA RUBIO OCHOA

Aquellas cartas Años 60 y 70 en aquellos pueblos de montaña no había ningún teléfono, la forma de comunicación eran » las cartas «. Cuando se tenía que marchar a estudiar o trabajar fuera del entorno, fuera de aquella raíz anclada a tu tierra.La alegría de unos y otros era la carta, que transportaba emociones, sentimientos, preguntas por cosas cotidianas, recuerdos. Una caja metálica acogía en mi caso aquellas cartas que a día de hoy conservo.Cuando viene la nostalgia leo y leo….las lágrimas bajan y el corazón se encoge…….Se relataban acontecimientos que habían sucedido desde la última carta escrita.La vida familiar y la de los vecinos, salud, vida del pueblo etc…..La despedida un poco de manual, sin más por el momento, os quiero mucho, deseo ir pronto a veros…….Joyas sentimentales……..aquellas cartas.


ROCÍO ROMERO GARCÍA: Astrophile

Ella era lunar.
Él era astronauta.
Ambos se encontraron a medio camino, se miraron a los ojos y se perdieron en ellos.
En los de él encontraron todos los planetas azules, todas las estrellas brillantes, la belleza de lo inexplorable.
En los de ella encontraron todas las nebulosas perfectas, los nacimientos de las estrellas más hermosas del universo, las galaxias aún sin conocer.
Ambos estaban allí, flotando en medio de la nada, rodeados de asteroides tan fugaces como su amor.
En Marte fueron los jinetes en una tormenta perfecta controlada por una pasión que nunca existió.
En Neptuno aún se oían los besos y promesas que nunca se dijeron.
En Saturno se recuerdan las caricias que nunca sintieron y las sonrisas que nunca se vieron bajo la sombra de aquellos enormes anillos.
Y en el planeta más pequeño aún se escuchaban las hermosas taquicardias, los corazones que nunca bailaron a un mismo latir.
Sin ella, las noches bajo la Vía Láctea serían eternas.
Sin él, la infinidad del Universo sería más terrorífica, los monstruos de debajo del manto del cosmos vendrían.
Entonces se debatieron entre mudarse de planeta o conquistar la Vía Láctea.




Optando al PEOR relato:

JEZABEL MONTENEGRO: El peor relato del mundo

Las estrellas tirintinteaban sobre la mar, que estaba en calma. Brillaban en el cielo, pero se reflejaban en la mar, que como estaba en calma porque no tenía olas, hacía de espejo. Anita se acercó hasta la orilla con precaución y parsimonia, porque siempre le había amedrentado la oscuridad, y ahora estaba todo negro, la noche, su corazón, sus sueños, sus esperanzas. Menos mal que permanecían las estrellas iluminando un poco, porque en esta oscura noche sin luna, se percibía perdida. Introdujo las dos puntas de los dos pies en el agua salada, descalzándose antes, para no mojarse sus elegantes sandalias. Levantó la cabeza y pensó que ojalá se moviera una de esas estrellas y así poder solicitarle un deseo, como su querida abuela le contaba que hacía. A lo mejor una de las estrellas era su abuela… o él, ¡No! ¡No quería reflexionar sobre esa dramática posibilidad! Cuánto echaba de menos a su abuela, sus besos, sus abrazos, sus galletas caseras y también a su amor. Ella hubiese sabido qué hacer, pero ya no estaba y ahora ella estaba sola, sin saber qué hacer. De repronto, escuchó un sonido estraño entre las rocas. Dios mío, será él, suplicó, cuando salió una gaviota y otra vez sus esperanzas se hundió. Y cada noche se pone su mejor vestido, mira las estrellas y a la mar y pide, muy adentro de su corazón roto en mil pedazos, que vuelva su abuela y que vuelva él.


JUSTO FERNÁNDEZ: Una mierda de categoría 5 (Autoplagio)

A veces veo a la mujer como un ser débil, incompleto, estructuralmente carente de las cualidades claves para ser útil a la exigente sociedad actual. Es verdad que muchas se esfuerzan, pero no están a mi altura. No entiendo muy bien cómo es una mujer por dentro, es un jeroglífico indescifrable. Lo que si sé es que muchas veces tienden a ocuparse y preocuparse de asuntos para mi absolutamente incomprensibles e irrelevantes. Puedo parecer misógino, pero a veces las mujeres me producen rechazo y miedo. Prefiero estar con mis amigos, confío más en ellos. Afortunadamente soy una buena persona y, como a los niños, siempre trato de protegerlas y ayudarlas en todo lo posible. También es cierto que pocas veces valoran todo lo que hacemos por ellas.

Me encanta la seducción. Lo llevo dentro. Cuando veo una mujer atractiva me engalano y acicalo por dentro. Trato de demostrarle mi brillantez. Mi objetivo es llamar su atención. Deseo que se sienta admirada y atraída por mi y por cómo soy. En otro tiempo desarrollé un sofisticado plan para lograr este propósito y a veces lo sigo utilizando como un martillo hace ante un clavo. Es verdad que muchas no se dejan, pero no me importa demasiado. Me mosqueo pero luego se me pasa, sólo es un juego. Mujeres hay muchas y para lo básico ya tengo la mía.. Confieso que lo que sí me ha jodido siempre en este juego es que venga otro hombre y consiga desviar la atención de ella.

La vida es esfuerzo y competencia. Estamos aquí para ascender por la rampa de una pirámide donde arriba sólo puede quedar uno. Cada vez que miro a un semejante varón siento esa competencia. Para este juego vital desde luego la mujer no cuenta. Quizás todo empezó cuando era más joven y salía con mis amigos de fiesta; entonces el trofeo era ella. Ahora siento esa misma competencia en el trabajo, en la política, en la imagen y en la posición social. El liderazgo y el éxito es del más fuerte. No es para los débiles. Tengo que defenderme y defender mis valores y mis creencias. Por eso puedo llegar a entender las guerras. Todo es cuestión de fortaleza, de dureza, de dedicación y de entrega. Detenerse en las emociones y sus manifestaciones en forma de sensiblería es un estorbo en el ascenso. Hay que seguir trepando sin descanso. Por supuesto no olvido mi familia: yo la abastezco y educo con firmeza a mis hijos. Los convertiré lo antes posible en adultos útiles y responsables como yo. Yo tengo una misión en la vida, es mi obligación y me debéis que esté entregado a ella. O estáis conmigo o contra mí.


CHABI SÁNCHEZ: Mi pero lelato

Mi pero se llamaba Pera, polque ela hembla. Cuando le llamaba Pera no hicía mucho caso, poco tampoco. Siemple le diciamos pero ven aquí, pero nunca vinia. Mi pero no moldia, pero masticaba mi zapatila y tlagaba todo. Mi pero tenía pulgas y camalones pero lo que más le gustaba ela comel mieldas de otlo pero. Se tilaba peros sin palal y golia muyyyyyy mal. Mi Pera, que ela un pero, aunque del seso contlalio, tinia muuucho pero y se lo teníamos que coltal todos los meses de agosto de ese año. Mi Pera, se tilaba a todos los peros del balio, ela bastante golfa, pero se lo pasaba muyyyyy bien.Pera, que ela mi pero, pacheaba sola, calle aliba calle abajo goliendo el curo a otlos peros y cuando un pero hicía cagalutas, Pera se las tlagaba. Yo quelia muuucho a Pera, que era mi pero. Un día a una hola, Pera se cluzo de acela pala hacelse una toltilla y un coche la aplastó bastante. Me quede sin Pera y Pera se fue al cielo de los peros. Alli se tilala a los peros del cielo, la muy pera.

Ahola tengo otlo pero, pero este tiene cola de follal y se llama Albalicoque.


CARMEN LÓPEZ: Lo peorcito

Cuando ya casi estaba a punto de dormirse, sonó el timbre. Se levantó como pudo del sofá, se envolvió en la manta y abrió la puerta. Al ver a Dolores al otro lado, la fiebre le subió de golpe.

-Pasa, siéntate.
-¿Tienes una Pepsi o algo fresquito? Es que me entra una sed cada vez que tengo que venir a tu casa… A ver si te mudas a un bajo.
-Sube en ascensor. 
-Ja- ja-ja, qué graciosa y qué mala leche tienes.
-Coge lo que quieras, ya sabes donde esta la nevera.
-Anda tía, traémela tú. No seas vaga, que vengo muerta.
-Pero no ves que estoy…
-Consuelo, hija, qué bien vives todo el día aquí tumbada sin hacer nada. No como yo, que vengo del médico con un disgusto… Estoy fatal, necesitaba hablar con alguien y tú eres la única que me comprende.
-¡Oye, como huele a menta! ¿Has puesto un ambientador?
-No, no… es………..
-Pues resulta que me sigue doliendo la cabeza un montón, aunque en el escáner que me hicieron no sale nada. Pero hija, tengo que estar todo el día a base de pastillas y el estómago me está matando. Me hicieron también la prueba de una bacteria que dicen que causa cáncer si no te la curas y me dio positivo, pero me pusieron el tratamiento ese que te dije, y se supone que ya está curada, pero no entiendo por qué me sigue doliendo. Luego la pierna, que me tiene harta, cada vez cojeo más y, ahora para colmo tengo una sensación de ahogo continuo que no puedo respirar. En la ecografía de tiroides todo me sale bien. Me tendrán que mirar la cuerdas vocales, digo yo, porque a mí que no me digan que esto son nervios o cosa de la edad, ¡porque ni de coña! Algo tengo que tener. No es normal que me haga unos análisis y me de todo perfecto. ¡Vamos, que ni un recién nacido sano tiene esos análisis! Y menos a mi edad. Ni colesterol, ni azúcar ni na de na. ¿Tú crees que eso es normal? (Consuelo se ha quedado dormida) ¿Consuelo me estás escuchando? Lo mismo se han confundido. Yo lo que digo… Que al final… Cuando los médicos me quieran hacer caso, ya será tarde y entonces la lío, te juro que monto un pollo que se cagan antes de morirme.
-¡Joder, lo que te gustan los médicos!
-No, no, perdona. No es que me gusten, pero si tengo algo tendré que ir a que me lo miren digo yo ¿no?
-Por cierto, ayer me encontré con tu ex, que feo está. Iba con esa. Ella es mona, la verdad.
-Sí, sí, haces muy bien en ir a todos los médicos.
-Mira, que no es que me lo invente yo. ¿Ves como se me mueve el ojo solo? A ver ahora por qué tengo un tic. Pues he leído en Internet que puede sea un tumor en la cabeza. Mira, yo no sé lo que es pero que algo tengo, lo tengo, eso te lo digo yo como que me llamo Dolores.
-Bueno ¿y tú que me cuentas? Tú cómo eres tan reservada, parece que nunca te pasa nada.
-Tengo gripe, me encuentro fatal, no me baja la fiebre.
-¡Uy, que cabrona! Pues ya me lo podías haber dicho antes, que ya lo que me faltaba que tú me pegaras la gripe. Me voy, adiós.


LOLA ALCÁZAR: Lo peor

El vestido verde
Con estampado
Colgado en la silla espera
Solo lo agita el aire
De la ventana cuando airean
Adoptando la forma de silla
El vestido verde espera
El estampado se aburre
Quiere volar
Aprovecha un golpe de aire escapar
Los colores y formas se piran por la ventana
El vestido, ahora hoja seca
Más solo se queda.


MARTA TORRES: Lo peor

Estar sentada frente al lago ,esperando tu regresó. Pero eso lo dudó pasara , por que el no lo hará. El pronto me olvidara.


ROSA MARÍA JIMÉNEZ MARZAL: Lo peor

Deja de comer con la boca llena, te pareces a tu madre. Qué hay que ver lo bruta que era! Siempre con ese aire marcial de Maruja machorra…. La muy desagradecida….encima que la libré de ti pretendía cambiar los muebles de sitio. Qué ocurrencia tenía la vieja,si la dejabas volvías a casa y todo estába en otro sitio. Era tu madre pero reconoce que era una cotilla. Recuerdas como abría todos los cajones? No hables con la boca llena!


LA XICUELA DE CORRIOL: Volando viene mi peor relato

Las sábanas volaban al viento, cantando por bulerías y las calles llenas de baches sufrían deshidratación. Los ciclistas, con su bici a cuestas, rompían filas y guardaban bajo una sola llave todas las bicicletas de la ciudad. Un peldaño más, decía el vecino del cuartel, lavando su coche dentro de la fuente del parque, con su candado cerrado y un lazo de color plata.
Las carrozas de mayo, con su falda de volantes y sus sombreros de paja y heno, animadas con figuras talladas en mármol. El hilo de la limpieza fisgaba entre los balcones de cortinas bajas, en los talones de hierro y hojalata de mi seco corazón de hormigón armado. Nunca supe la verdad de ese airecillo del norte que bajaba a visitarte bajo las suelas de tus zapatos de algodón y seda salvaje. El chocolate de cristal macizo y hojalata revuelta es un revulsivo contra las humedades de las nubes que vuelan, sí, sí.
Vola volando voy, volando vengo!!!
Vola volando voy, volando vengo!!!
Por el camiino, yo me entretengo.
Por el camiino, yo me entretengo.


LASI TISI: El PEOR relato de amor

El amor, ese gran universo en el que las veleidosas vanidades se vuelven vanas. Ese sentimiento tormentoso y hermoso que deja un poso en el foso de tu melancolía. ¿Dónde quedaron las grandes historias, aquellas almas ajenas a las fobias de una sociedad sumida en la locura? Perdona, ¿qué ocurre?, Ya todo se desmorona. ¿Por qué? Porque sus dueños no encuentran consuelo en este pañuelo que es el mundo entero.


PEPINO MARINO ERRANTE: El Peor Relato.

Era una persona bastante segura de sí misma. Había nacido en un barrio a las afueras de Navalcarnero, conocido entre sus gentes como Mozambique. Desde pequeño, sentía que algo le acomplejaba y que le hacía distanciarse en las relaciones con los demás. Jamás alcanzaba una explicación a este fenómeno que le satisfaciera o satisficiera, ni siquiera escuchando discos de los Stones, su grupo favorito para relajarse. Total; que una tarde, acudió al psicólogo clínico. No le costó hacerlo porque como se ha mencionado al principio de este relato, era muy seguro de sí mismo y muy nacionalista catalán.

Llegó a la consulta antes de irse, y al entrar dentro cuál fue su sorpresa, tamaña sorpresa al ver a su terapeuta por primera vez: era una mujer guapísima, ante la cual le costaba disimular su fascinación. La luz de la estancia donde practicaban ejercicios freudianos mientras ella respondía a las llamadas telefónicas de su pareja cada cinco minutos con un «oye, te he dicho que ahora no puedo hablar, estoy trabajando» cada vez más enfadada, resaltaba su belleza intrínseca y quirúrgica en casi todo su cuerpo. La cirugía me refiero, no la belleza. Que la luz destacaba el resultado de las operaciones. Entonces resulta que él lo que padecía desde pequeño y le acomplejaba sin saberlo, ella se lo resolvió al cabo de dos horas de entrevista, de la siguiente forma:

-Miguel…
-¿Qué?
-Tienes enanismo.

Esto supuso un trauma al principio, pero ella lo tranquilizó explicándole que no iba a morir ni nada. Que era una bendición de Dios porque normalmente la vida dotaba a estas personas con un potencial viril digno de ser nombrado caballero de alto rango, aunque fuera desconocido por la mayoría de la población. Entre un clima suave y con la confianza generada de tanto hablar, no se sabe muy bien como pero el caso es que ella acabó por sujetar el aparato reproductor masculino de él, y mientras lo acariciaba con delicadeza le decía:

-Una buena forma de seguir con tu vida sin que tu condición te afecte, es escribir. No hace falta que pongas una expectativa alta a lo que escribas: se trata de ir haciéndolo sobre la marcha.

Lentamente se abrazaron. Él, fundido en un mar de lágrimas por el torbellino de emociones de colores experimentadas aquella tarde, como un toro enamorado de la luna, ella, feliz por haberle mostrado el camino a un paciente desorientado.

Semanas más tarde, hubo una carrera popular en su ciudad, Navalcarnero. Recordó lo que ella le dijo, y sin preparar nada, ni dorsal, ni inscripción ni zapatillas, se metió entre los corredores burlando la organización del evento, sacó un papel y un bolígrafo y se puso a escribir durante la marcha, porque se había dado cuenta que sobre la marcha, no podía, a menos que comprara un helicóptero pequeño (cabía perfectamente en cualquier modelo humilde) posicionarse encima del grupo para escribir. Pero bueno. El caso es que murió de un infarto en ese mismo instante.

María se despertó sobresaltada por segunda vez. Comprobando que todo había sido un mal sueño, miro alrededor, se ubicó en su persona y su habitación, y comprobó que el vestido verde para ir a comprar cereales todavía estaba sobre la silla. No supo si volver a intentar dormir, puesto que le gustaban mucho las partidas de póker y en breve televisaban una.


SONIA JIMÉNEZ: El Peor Relato

– El peor relato fué encontrar a mi alma gemela,y perderla.
-Historia que comenzó ocho años atrás,allí,empezó la unión con ella…y al año se alejó..
-En el transcurso del año juntos, sucedió de todo,desde la dicha hasta el mayor sufrimiento.
-Y ante tanto sufrimiento, llegó el alejamiento..un alejamiento sin quererlo a plena conciencia..
-En ese momento, desgarro quedó, en nuestras almas,llenas de dolor..
-Cada uno comenzó a vivir su vida,una vida donde faltaba esa parte gemela..
-..bloqueamos ese sentimiento tan profundo,inconscientemente,para poder vivir una sin la otra..ya que el dolor que procedia del alma era insoportable,e insoportable de aguantar.
– Así hasta la fecha de hoy…donde, te das cuenta,que fue lo mejor para ambos,ya que en la balanza había mucho dolor,dolor que pesaba mucho estando juntos.!…


 

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17 comentarios en «El mejor peor relato»

  1. Voy a tener igualmente un problema, porque de los mejor (no tengo duda, y me ha encantado) el de ROBERTO MORENO CALVO.
    Pero el de peor voto está difícil de explicar porque el voto es para ROSA MARÍA JIMÉNEZ MARZAL pero no por malo, sino porque es el mejor de los malos, pero haciéndolo bien, con un sentido y una fuerza, que por ejemplo el mío de los peor es más bien un sinsentido divertido.
    He dicho.

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  2. Para el mejor, voto a María Rubio Ocho.
    Para el peor, voto a Pepino Marino porque me gusta mucho Navalcarnero.
    A Jezabel porque es todo muy romántico.
    y A Karl os W. porque su vestido ha tenido mucha popularidad.

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  3. Mi voto este semana es simple: a Pepino por los dos relato. Porque es el bueno de los malos y el malo de los buenos o ¿era el malo de los malos y el bueno de los buenos?
    Bueno, por bueno y por malo se los lleva él.

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