Signos para bebés: Comunícate con él mucho antes de empezar a hablar

En Editorial Cuatro Hojas nos gusta colaborar con proyectos relacionados con la escritura, el lenguaje, la cultura… En esta ocasión, hablamos con “Comunicación con bebés”, donde Miriam Escacena, instructora certificada en babysigning, nos explica una nueva manera de comunicarse con los bebés mediante signos, mucho antes de que empiecen a hablar.

Miriam, ¿cómo descubriste los signos para bebés?

La verdad es que fue casi por casualidad, cuando mi hija mayor tenía alrededor de un año, (ahora ya tiene seis). Mi maternidad supuso una revolución completa en mi interior y como a muchas nos pasa, comencé a reordenar las prioridades de mi vida. En ese momento estaba fascinada con mi hija, leyendo y formándome en todo lo que podía para ofrecerle lo mejor.
Hice un curso de masaje infantil y me di cuenta de la importancia que tiene el vínculo afectivo y la comunicación temprana a través del tacto. Posteriormente seguí en con el porteo y muchas otras formas de fomentar la crianza respetuosa, y descubrí el mundo del babysigning. En ese momento la técnica aún no era muy conocida por aquí, (aunque en otros países llevan más de 30 años), y me formé con una de las empresas pioneras en introducirla en España: Cincodeditos. Primero lo experimente con mi propia hija, y al observar los resultados quedé tan impresionada que decidí que debía aportar mi granito de arena en su difusión, y así fue como lancé mi emprendimiento a través de la web www.comunicacionconbebes.com.
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¿El lenguaje es innato en el ser humano? ¿Por qué es tan importante comunicarnos cuanto antes con los bebés?

Yo creo que lo que es innato es la comunicación, es un instinto de supervivencia y el hecho de que podamos utilizar el lenguaje es lo que nos diferencia del resto de los seres vivos.
Dentro del desarrollo del lenguaje existen dos fases: una primera etapa preverbal desde el útero hasta los 9 o 12 meses, en la que el bebé el bebé empieza a comprender todo antes de poder hablar, y una segunda etapa (periodo lingüístico), de los 12 a los 36 meses, durante el que se produce la explosión del lenguaje. En la Pedagogía Montessori el desarrollo del lenguaje se considera uno de los periodos sensibles más interesantes.
El bebé desea comunicarse desde que nace, y lo hace con todas las herramientas a su alcance: expresión facial, miradas, sonrisas, llantos, gorjeos.. Pero necesita alrededor de un año para poder comunicarse a través de la palabra. Siente muchísimo intereses por el lenguaje, y ya desde los primeros meses presta mucha atención cuando le hablamos y está atento a los movimientos de nuestra boca. Poco a poco empieza a comprender todo antes de que pueda hablar y de este modo el lenguaje se va construyendo en su interior, aunque nosotros no nos demos cuenta.
El hecho de que podamos establecer una comunicación temprana hace que el bebé pueda comunicarnos sus necesidades y deseos, por ejemplo, si tiene hambre, sueño, el pañal mojado, si se siente molesto o le duele algo.. Los padres desarrollamos un instinto para intentar entender a nuestros bebés, pero a veces, (sobre todo cuando somos primerizos), les escuchamos llorar en un llanto continuado y no logramos adivinar lo que les sucede, nos ponemos nerviosos y nos sentimos impotentes. En estos momentos es cuando pensamos: “ojalá pudieras hablar para decirme lo que te pasa”. Y eso es precisamente la ayuda que podemos tener si aprendemos a signar con nuestros bebés, evitarnos esos momentos de frustración por ambas partes debidos a la falta de comunicación. Además, saber qué es lo que piensa el bebé, qué pasa por su cabecita y cómo ve el mundo es algo maravilloso.

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¿Afecta el uso de signos a los bebés a su habla posterior?

Esto es una de las dudas más comunes que tienen los padres antes de decidirse a aprender a signar y es totalmente lícita. Los padres queremos lo mejor para nuestros hijos y nunca haríamos algo que les perjudicase. Yo misma la tuve antes de conocer la técnica. Recuerdo que cuando le conté a mi madre lo que iba a hacer me decía que le preocupaba que el hecho de que la peque aprendiese a comunicarse a través de sus manitas quizá hiciera que perdiese su interés en hablar..
Nada más lejos de la realidad, de hecho es precisamente al contrario, y para ello se realizaron numerosos investigaciones y estudios a nivel universitario que avalan los beneficios, (aquí dejo un par de artículos en inglés por si queréis saber un poco más).

Cuando enseñamos los signos no lo hacemos como una persona no oyente, si no que repetimos la palabra una y otra vez, por lo que el bebé está mucho más expuesto al lenguaje, muestra muchísimo interés y poco a poco lo va interiorizando.
En mi caso particular recuerdo que las maestras de mi hija siempre se sorprendían de lo bien que hablaba para su edad y la cantidad de vocabulario que tenía.

¿Cómo son los signos que enseñamos a los bebés?

Los bebés hacen sus propios gestos de forma innata, por ejemplo, hacen el gesto de succión cuando tienen hambre, se rascan los ojitos cuando tienen sueño, levantan los bracitos cuando quieren que les cojamos.. Cuando son un poquito más mayores les enseñamos a tirar besitos y decir adiós con la manita, y todos lo aprenden. Pues de la misma manera podemos enseñarles muchos más gestos sencillos para que puedan comunicarnos sus necesidades y deseos.
Podemos inventarnos nuestro propio código en la familia, o basarnos en uno que ya exista, como las lenguas de signos de la comunidad no oyente, con gestos sencillos adaptados a las capacidades motoras de los bebés.
Antes de comenzar mi formación como instructora pensaba que la lengua de signos era universal y que servía para que los seres humanos nos comunicásemos de la misma forma en todo el mundo. Cuando cuento esto en mis cursos la respuesta que suelo escuchar es que es una pena, que todo sería más fácil… Pero la lengua forma parte de nuestra identidad y de aquello que nos define. Es normal que cada cultura haya desarrollado su propia lengua de signos al igual que todas las lenguas habladas, y afortunadamente hay muchos signos parecidos o iguales en muchas de ellas.
En nuestro caso lo más común es aprender la Lengua de Signos Española (LSE), o la lengua de signos americana, (ASL, American Signs Language), cada familia decide lo que más le apetece en función de sus necesidades. Yo en su momento me decidí por la americana, ya que quería aprovechar el beneficio añadido de fomentar el bilingüismo, y los primeros años son una oportunidad magnífica para aprender otras lenguas de forma innata. En mis cursos tengo también muchas familias en las que los padres son de países diferentes y esta posibilidad de tener un traductor instantáneo en las propias manos les encanta. También es muy interesante en jardines y escuelas infantiles y es una de las cosas que más interesan a las maestras cuando hago formación en este tipo de centros.
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Como digo, la lengua que elijamos es solo el vehículo de apoyo a la comunicación, es una decisión personal y siempre elegiremos lo mejor en cada caso en función de las necesidades, yo también me estoy formando en LSE y tengo compañeras que utilizan esta lengua en sus cursos de babysigning a las que derivo a los alumnos que quieren aprender con esta lengua, (se puede ver más información en la Asociación Española de Signos para bebés).

 

¿A qué edad podemos empezar a enseñarles signos?

Yo siempre digo que nunca es pronto ni tarde. En realidad, lo importante es las ganas que tengamos y lo constantes que seamos. Si queremos hablar de una “edad ideal” para aprender esta técnica podríamos decir que es a partir de los 6 meses, cuando comienzan a desarrollar sus habilidades motoras finas y notamos que tienen un gran interés en comunicarse.
Podemos observar algunas señales de que el bebé está preparado: comienza a sentarse solo, empieza a señalar lo que quiere, coge cositas con sus manos y las manipula, intenta repetir gestos que le hacemos, (por ejemplo cuando sacamos la lengua o aplaudimos). Este momento suele coincidir con el inicio de la alimentación complementaria, y los signos son también muy útiles para esto, sobre todo cuando hacemos Baby Led Weaning, (la combinación de ambas técnicas es realmente fantástica).

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Signo «comer»

¿Cuánto tardan los bebés en aprender a signar?
Depende del momento de madurez en el que decidimos empezar a enseñar al bebé. No es lo mismo si tiene dos o tres meses que si ya es un niño de un año o incluso dos. Se puede empezar desde el nacimiento, pero el tiempo en que tardemos en ver resultados variará. Lo importante es no ponerse plazos y disfrutar de cada momento, si somos constantes el bebé aprenderá, antes o después. En este vídeo de Laura Berg de My Smart Hands se puede ver cómo enseña a signar a su preciosa bebe.
El aprendizaje de signos, como el del lenguaje, tiene dos fases: una primera en la que empiezan a entender lo que significan los signos pero aún no pueden repetirlos, y otra en la que ya comienzan a signar y no paran. Pueden pasar desde unas semanas a unos meses, pero luego cuando descubren la magia de la comunicación su interés por aprender es exponencial.

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En mi caso, descubrí la técnica cuando mi hija tenía alrededor de 14 meses. En ese momento ya decía alguna palabra y empezaba a andar solita. Comencé a enseñarle los signos de las rutinas como el de bañarse, comer y dormir y en seguida los asoció con la acción. Una vez que comprendió lo fácil y divertido que era poder comunicarse con sus manitas me preguntaba por los signos de todo lo que veía.
Me hubiera encantado conocer los signos mucho antes, sobre todo para poder adentrarme en su mundo y conocer cómo ella percibía las cosas a su alrededor, y es lo que estoy haciendo ahora con mi segundo bebé, incluso ella le enseña y disfrutamos juntos de este maravilloso vínculo de unión y complicidad en la familia, una experiencia maravillosa.


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