Tema libre V

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con tema libre. Este ha sido el relato ganador:

ABRAZOS DE DOBLE FILO
A veces necesitas un abrazo, aunque sea de un extraño. Para sentir que aún existes, que tu corazón no se ha parado por el camino. Para demostrarte a tí mismo que existe la vida, y que estás con vida, antes de la muerte.
Aunque haya muchos insulsos, que escaparon por las rendijas de la cobardía, que no serán nunca capaces de demostrar humanidad. Ya ni me planteo que puedan demostrar empatía o simplemente curiosidad, ni siquiera piedad o pena por algo o alguien que no sean ellos. Son, imposibles de calificar. Egocéntricos es la palabra que más se acerca, creo, a lo que quiero decir.
Trepas? Tóxicos? Oscuros? Chivatos de incontinencia verbal, falsos como los duros sevillanos. Individuos de malmeter contra el primero que ven. Fuegos inmensos que queman y arrasan por donde pasan? Tormentas huracanadas? Impresentables.
Deshechos humanos, en fin. Son opciones de tipejos y tipejas.
Ese abrazo real, el que necesitas, y de quien lo necesitas, nunca llega. Sólo es un sueño más para la colección de bellos sueños con final más o menos feliz. ¿Ya llegará? No creo. El mundo ya no es tan bonito. Lo hemos hecho pedazos, y no hay reconstrucción posible.
Cuando te han hecho daño, se nota, y mucho.
La defensiva siempre está al acecho, cuidándote, no dejando que vuelvan a hacerte daño. Cubriéndote las espaldas.
Pero la mayoría de las veces ya es tarde. El daño fue tan grande, que no hay reparación posible. Y lo que es mucho peor, no hay futuro para nada más. Todo se centra en la oscuridad. Y la oscuridad da miedo. Más incluso, que el estar sólo.
La oscuridad enloquece. Quizás por éso mismo, la gente que es así, oscura, los trepas, etc. nombrados anteriormente, continuan siempre viviendo en su locura. Esconden su crueldad bajo una suave sonrisa, que a casi todos atrapa. Hasta que te han jodido. Te han dado su abrazo de doble filo. Y te han jodido.

LA XICUELA DE CORRIOL BENLLOCH

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¿Qué harías si de repente desapareciera la vida que te has montado?
Si dejaras de tener tu gratificante y bien remunerado puesto de trabajo en la filial de una multinacional sueca, situada en un moderno edificio de oficinas en el centro de la ciudad.
Si rompieras la escasa pero suficiente y buena relación con tu familia.
Si te vieras presionad@ para separarte de tu pareja y vender la vivienda que tenéis en común.
¿Podrías afrontarlo y comenzar una nueva vida en un nuevo lugar, realizando un imposible ejercicio de resiliencia?
Buscarías un trabajo absorbente ajeno a toda tu experiencia laboral anterior, en un pequeño pueblo costero donde reencontrarte pasando las horas contemplando el vaivén de las olas, con suerte conocer lugareños encantadores entre los que se encontrara un nuevo amor con quien rehacer tu vida y buscar el futuro que tenías planeado.
O por el contrario, ¿te hundirías en la miseria y no te querrías levantar de la cama en los próximos diez años?
Pasando un día tras otro sin ilusión ni motivación, siendo arrastrada a continuar por alguien que no quiere ver e ignorada por todos, hasta que un día se te ocurra terminar con esa situación y te des cuenta de que todo ese precioso tiempo de tu vida se ha perdido inútilmente dejando dolor y resentimiento para el resto de tus días.

SUSANA AZABAL


HOY HE VUELTO A CAER
Hoy, por enésima vez, he vuelto a caerme.
En casa otra vez.
Tengo mucha rabia, impotencia, y ganas de llorar. Estaba sentada en la silla, comiendo, y sin saber cómo ni porqué me he ido hacia la parte izquierda de mi cuerpo. Me ha seguido el cuerpo, y de repente, crack, la silla no ha podido aguantar mi espectacular decantación (también mi peso actual influye, no es igual pesar 70 que 90 kg) ha partido una pata, y suerte de mi querido cojín, el que viaja siempre conmigo. He caído sentada sobre él ( lo tenía en principio para la espalda) pero cómo buen compañero de fatigas, se ha quedado debajo de mis posaderas. Amortiguando el golpe.
Menos mal que era una comida familiar, sólo éramos 5, pero han saltado como un resorte, un muelle los ha hecho volar de sus sillas. A todos menos a mi madre, que sólo ha podido decir AY! porque encima, se ve que donde podía agarrarme era a su brazo. Aunque no ha servido para amortiguar la caída, sí que le he dejado bien marcadas mis uñas por arañazos en su brazo derecho.
He conseguido que mantuvieran la calma.
Yo también he mantenido la calma. Cómo me enseñaron. Respirando hondo. Respirando, respirando, respirando, fffffffffff.
Espero no haberme hecho ningún daño interno. Parece que no es así. ¿Cómo acabaré? No lo sé, pero no me gustan las perspectivas…..ésto no me gusta nada.
Esto no acabará nunca, hoy ya lo sé. Hoy estaba en casa, pero si mañana caigo por la calle, me moriré de la rabia y pena de verme así. Sin solución, ni remedio, ni ganas de hablar. Ni de vivir.
Esto no es vida. Ni libertad, ni siquiera un atisbo de tranquilidad. No es NADA. Es vivir por vivir. Es vivir por no morir. Para llenar un hueco de alguien que faltaba. Para soñar, si puedes conseguir dormir, que ya no volverás a ser la de antes. Incluso empeorarás.
Cuando la caída o el declive no es de uno, no es importante. Cuando te afecta es porque alguien que está cerca lo sufre. Y el final no será agradable.

NURIA BERGUEN


NO ME DEJÉIS FLORES (TEMA LIBRE)
No me dejéis flores cuando me vaya. No dejéis que los pétalos caigan al suelo de piedra, no dejéis que la gente los pise y se marchiten allí. No dejéis que mueran en jarrones de porcelana y en jardineras de mármol, que su color rojizo y rosado se convierta en un color grisáceo y quemado. No lloréis por mí ni sintáis dolor. No sintáis pena, ni os arrepintáis de los momentos vacíos e inexistentes que llenaron nuestras vidas. No os culpéis por no pasar más tiempo junto a mí, el tiempo se escapa de nuestras manos y siempre estamos fuera de él. No discutáis ni gritéis, no os ignoréis ni os hagáis daño, porque todos morimos y nacemos solos, y una vida solitaria también, es morir en vida. No os distanciéis, no repliqueis ni saquéis cosas que el pasado provocó y dejó pasar, planear un nuevo futuro dónde las cosas sucedan porque queréis que sucedan, no porque el destino lo quiera así. Vivid el presente, viajad al futuro y volved al pasado para seguir curando vuestras heridas. Mirad atrás, mirad quienes erais, lo que pasasteis y lo que os hizo luchar para recordar lo que una vez, os hizo humanos. Llorad y reid, no os tapéis la cara tras vuestras manos ni creéis vuestras barreras, derribarlas porque el cielo es el único límite que tenéis. Intetad ser vosotros mismos, ser la mejor versión de vosotros cada día. Haced sonreír, haced sentir y haced que la gente os recuerde. Dejad vuestra huella en el mundo, pero no una huella que sea borrada o manipulada, sino una huella que nunca pueda desaparecer. Trabajad duro, eforzaros y sacrificaría para conseguirla, no dejéis a nadie en plena montaña cuando estéis en la cima, así es como vuestra huella nunca desparecerá. Sed un desastre, no seáis perfectos ni intentéis ser lo. Podéis caeros y sangrar, podéis renacer de las cenizas donde una vez hubo fuego y destrucción. Disfrutar de los pecados, no hay cielo ni infierno, ni segundas oportunidades a las que agarrarse, no hay vuelta atrás. No receis por mí, no penséis que estaré en el Paraíso del que todo el mundo habla, porque cuando me vaya, no seré nada. Mi cuerpo yacerá sin vida, y mi alma, morirá conmigo porque no podrá escapar del ataúd donde dormiremos eternamente. No me recordéis, no escribáis sobre mí ni me pronunciéis. No habléis de mí o conmigo. No me visitéis cuando no sea nada ni toquéis mi lápida. Recordad que la madera y el mármol son fríos h duros, y por lo tanto, no seré yo a quien estéis tocando. No me contéis vuestros secretos, puedo traicionaros aunque esté muerto. Odiadme si hice algo mal, maldecidme si hice daño a alguien. Gritar a los cielos o al suelo, dependiendo de donde penséis que estoy. O gritad al aire si no lo sabéis. No apagueis mis velas ni me felicitéis. No contéis los días en los que falto ni tachéis en vuetro calendario mi aniversario para verlo soltar un pequeño suspiro que puede desembocar en llanto. Quiero un ser un recuerdo olvidado. Que el tiempo borre lo que fue de mí cuando sea necesario, no quiero que la gente me guarde en un rinconcito de su ser porque no le dejaría avanzar y no soportaría la idea de negar una vida. No me dejéis flores que no pueda ver. No me dejéis flores que no pueda oler, que no pueda tocar o que no pueda cuidar… Cuidar de ellas como lo hicisteis de mí. Simplemente, no me dejéis flores.

ROCÍO ROMERO GARCÍA


Primer Dolor.
Se miran…se abrazan…se besan. Un abrazo interminable intentando empaquetar una madeja de emociones, intentando conservar el calor del otro.
Se vuelven a mirar, más besos. Besos largos, húmedos, besos que no son de nadie, solo de ellos y del recuerdo.
Se miran. Lágrimas.
Lágrimas silenciosas que lo dicen todo en su corto, aunque intenso recorrido. Lágrimas que confluyen en labios húmedos y se mezclan con saliva, recordando momentos de pasión y fluidos.
Separación de dos cuerpos tocados de muerte. Muertos de vida. Sabedores de la necesidad imperiosa del aliento cercano, de la caricia en el cuello, de esa lengua hasta ayer virgen y hoy viciosa recorriendo sus sexos.
Se alejan. Miradas profundas y cada vez más lejanas, intentan apurar el sabor dulce, salvaje e inocente de ese primer amor.
Vuelvo la cara y me enfrento al mundo, a un mundo que mira de reojo. Un mundo sincero hasta la crueldad animal, que rechaza sin escrúpulos mi amor por él. Un mundo sin él.
Una nota. Un papel húmedo de sus propias lágrimas, gritándome a lo más infinito de mi ser, que te has ido. Que me he ido.
Adiós Miguel.
Adiós Iván
Estación de tren de Reus. Agosto 1984

Freedom for Reus
CHABI SÁNCHEZ


El turbo:
Trabajar en montajes industriales te hace conocer a personajes variopintos, pero hay un tipo de personaje que se repite en todas partes: me refiero a los manguis, los choris, esas personas roban cosas absurdas de robar, pero el mero hecho de hacerlo.
Mi personaje se hacía llamar Turbo, era de origen angolano, de unos 24 años edad y trabajaba en la misma empresa que yo como peón.
Un día empezaron a desaparecer objetos y dinero de las taquillas. La gente estaba muy cabreada, pero nadie tenía ni idea del autor o autores. En pocos días me le tocó a mí taquilla……
No fue gran cosa lo que me robaron, solo un bote de zumo que tenía para acompañar el bocadillo. Lo malo fue que el autor lo tomó por costumbre dejarme cada día sin el zumo que me llevaba para la hora del descanso. Lo malo para el chori, no para mí, porque conseguí un caja de laxantes, preparé una jeringa con seis cápsulas (quien me las proporcionó me dijo que no usara más de dos) y lo inyecté en el bote de zumo para no alterar el precinto. Lo dejé en la taquilla y avisé de la trampa al encargado de mi empresa, al cual le pareció una gran idea, y se ocupó de vigilar la caseta de los baños.
Una hora más tarde, el encargado vino a buscarme a mi puesto y entre carcajadas, me dijo: «Lo hemos cogido». Nos asomamos por un lateral de la estructura que estamos montando, desde donde podíamos ver los baños y pudimos ver cómo de vez en cuando salía retorciéndose de la caseta el Turbo, pero apenas daba unos pasos fuera, volvía ha entrar apresurado.
Estuvo así como una hora. Cuando hubo terminado, fue despedido y los robos cesaron.

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13 comentarios en «Tema libre V»

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