Leer y escribir

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa Cuatro Hojas, para celebrar de la Semana del Libro, proponíamos escribir relatos precisamente sobre libros, con el tema «leer y escribir«. Esteha sido el relato ganador:

Mario Sollazabal veíase en la siguiente tesitura:
Escribiose para sí mismo infinidad de páginas, siempre a mano, sobre una experiencia jodidilla que así reconsideraría meses después. A un mismo tiempo, era incapaz de abordar todo tipo de escritura profunda de algún autor, pongamos , Paul Auster.
«Hablan de cosas que hieren demasiado en lo personal, por asociación» pensaba para si mismo. Y para el resto, pues sentía la necesidad de justificarse siempre con personas que no leían lo más mínimo.
Mario Sollazabal optó por pasarse a lecturas juveniles, de aventuras. John Silver, «el largo», qué hombre, qué arrojo, qué atractivas personalidades moralmente discutibles.

MIGUEL HERNÁNDEZ

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Dejé su retrato sobre mi libro preferido
Dejé mi soledad entrelazarse en los renglones mas íntimos de su silueta ficticia.
Dejé cada verso y oración desnudo de tanto leerlo en mi mente, en mi corazón, en mí…
Escribí bajo la sombra de tus palabras una nueva historia, donde, tu y yo solíamos querernos, amarnos. Donde tu y yo solíamos…
Dejé que el fin llegara, para aludir a un «vivieron felices para siempre»
Dejé que abusarás de mí, día y noche. Y dejé que me hicieras creer que soy real…

JOSUE GONZALEZ


Leer para sobrevivir.
Cada letra, es como una molécula de oxigeno que me permite vivir, seguir caminando por el camino de la vida.
Leo desde que tengo recuerdo, cuentos cortos, de Grimm, de los Hermanos Andersen, Perrault, Calleja, fabulas de Samaniego… y con ellos de la mano, fui creciendo, y el paso a la siguiente etapa, me la dio “Corazón”, de Edmundo de Amicis, un libro que era un refugio donde esconderme cuando aparecían nubes que presagiaban una tormenta inminente en casa. Viajaba con Marco, a los Andes, me hacía amigo de Garrone y del albañilito, y sentía el perfume de cada ambiente, que despedía cada una de las páginas del libro. Y cuanto más arreciaba la tormenta, me iba de la mano con el principito, de Antoine de saint-exupéry, a buscar algún planeta lejano donde huir y no volver jamás.
Retumbaban las paredes con los gritos y los golpes, y quería creer en cada momento, que era el protagonista de young sanchez, de Ignacio Aldecoa, entrenando para un combate. Al cabo, se hacia el silencio, plomizo, como en los campos de Castilla que escribió Machado, después de una fuerte, pero breve tormenta.
Iba por los pueblos de al lado, imaginando que era como el mochuelo, protagonista de “el camino”, de Miguel Delibes, respirando el olor a leña ardiente que salía de cada chimenea, y los años pasaban en soledad, como en Macondo, y me afanaba en descubrir cosas nuevas como alfanhui, de Sanchez Ferlosio, o me buscaba la vida, como el nini, en las ratas.
Llego el gran día y descubrí el Quijote, que lleno el vacío que sentía por todo mí ser, y quería ser el jinete de Clavileño, y dueño de una ínsula, vencer a los gigantes que me atemorizaban y, como don Quijote, acababa apaleado.
Pasaba el tiempo, y amé, amé como Becquer, un amor desesperado, y por las noches, escribía los versos más tristes como Neruda.
Ahora, vivo con Jekyl y hide al mismo tiempo, y me guarezco de las tormentas como siempre, en mis libros, aislándome de este mundo feliz, que predijo Aldoux huxley, negándome a tomar el soma asqueroso que nos obliga a tomar este sistema consumista, escondiéndome de ese gran hermano que nos vigila como decía George Orwell en 1984.
Sí, leo, y escribo, porque si no lo hago, muero, y es mi única vida.

SOMBRA SOMBRA


Tema (libros, leer, escribir…)
A veces (siempre) escribo pensando que me lees. Entonces me hago la valiente y me escondo detrás de un lápiz y un papel dejando que todo eso que no me atrevo a decirte decore una hoja en blanco, un muro de Facebook, una foto de Instagram. Lo disfrazo de literatura y me dejo engañar por una musa que lleva tu nombre.
Y como el arte tiene licencia para concederle el indulto a los sentimientos, me envalentono y trazo te quieros y te extraño sin el mínimo atisbo de vergüenza…
Porque el orgullo es persona non grata en el mundo de las letras.
Porque los errores se tachan y se escribe encima la palabra APRENDIZAJE.
Porque en mis cuentos siempre hay finales felices.
Porque sí, porque me da la gana.
Porque ahí, donde estén tus ojos, estarán mis letras.
Porque ahí, donde estés tú, estará mi corazón.
Porque no se puede ser libre si aún vas de la mano de algunos recuerdos.

ELIZABETH LUNA


«¿Acaso importaba? Ni lo más mínimo. La música era lo que necesitaba. Sin ella ese libro no sería posible. La inspiración de sus palabras salían de las notas de los músicos del pub.»

ANITA MIMOMBA


Leer siempre ha sido mi pasión. Nadie de mi entorno se lo explica, pero yo sí lo sé.
Repito, siempre ha sido mi pasión. Después, poco a poco, y por circnstáncias de la vida, llegué a la conclusión que no podía confiar en nadie, y me atreví a escribir lo que se me pasaba por la cabeza. A veces eran pequeñas cosas que me sucedían un dia concreto, otras veces, eran cosas que observaba y me inundaban las preguntas, las analizaba, o que simplemente llamaban mi atención. Otras, eran cosas que me preocupaban en gran mesura, y allí las desgranaba, las desmontaba y vovía a montar. Me retorcían por dentro y necesitaban salir o que las dejara salir. Y otras que, laverdad, no he sabido nunca el motivo por el que las escribí.
He escrito cartas de amor que nunca envié. Otras que sí envié. Sobre ms pensamientos en determinados y diferentes etapas de mi vida. Has sidopensamientos,la mayoría dolorosos, que no podía contar a nadie, y que siempre acababa quemando porque pensaba que se esfumarían con el fuego.
Otros pensamientos, más amables, dulces, agradecimientos, o simples frases, sencillas, pero con fuerza, que he regalado o he guardado para mí.
Bueno, volviendo al principio, yo sí sé porqué siempre me ha gustado leer. Ha sido genético, hereditario, como queráis decirlo.
Mi abuelo materno (murió cuando yo tenía 3 años) comenzó a trabajar desde niño. Con 9 años ya se hizo a la mar, como pescador. Y en esa misma época, también empezó y terminó de leer «El Quijote», libro que yo aún no he leído. Me avergüenzo de ello, pero es así.
Eso sí, no sé de dónde le venia a él su afición a la lectura.
Conservo como una joya ese Quijot, el suyo, que leyó en 1926, de páginas de papel de arroz, anotaciones suyas a lapiz, dibujos de barcos de pesca en alta mar (qué contraste)
Mi amor por la lectura creo que sí es pura genética.
Y leer «El Quijote» continua siendo una cosa pendiente en mi vida. Aunque hay tantas…., que no sé si viviré o tendré el tiempo suficiente para hacerlas. «El Quijote» está en la lista. Uno de los primeros.
Va por tí, ABUELO!

MJ BENLLOCH


Cuando escribo me siento libre.
Me gusta asomarme a una esquina y contemplar la Sevilla del siglo de oro, o poder llevar taconazos de aguja enfundada en un traje de cuero sin temor a caerme o que se me note la celulitis.
Cuando leo, puedo sentir el dolor de ese cuchillo en mi costado, el olor a hojas mojadas por la lluvia del otoño o llorar de impotencia por un final no esperado.
Cuando te sumerges en la lectura, no hay miedos, no hay límites, no hay complejos.
Escribir es algo que podemos hacer todos a partir de más o menos los ocho años, y sin embargo a la inmensa mayoría le angustia, le da vergüenza…. Escribir a veces es como desnudarte en invierno en la puerta del sol.
Y leer es dejarte llevar por la magia..
Al leer el texto de Jezabel sobre la lectura (sencillo pero como siempre acertado), he pensado que quizás a los verbos leer, escribir y contar, le faltan conjugaciones, matices, más significado semántico. Es como decir te quiero…

MARÍA JT


Leo escribo cuento
cuento leo escribo
escribo cuento leo.
Respiro, sueño, me alimento.

JEZABEL


Mientras su madre y su tía hablaban en la cocina, el niño miraba la estantería llena de libros de una punta a otra situada en la pared del comedor. Los había de todos los colores y la mayoría eran finitos de esos libros que se leen en pocos días, pero él se fijó en el más grueso con tapa dura y colores grises envejecidos por el tiempo. Las letras del lomo eran negras, grandes y de tipología antigua. En mayúsculas bien grandes se leía: EL HEPTAMERON seguido del nombre de la autora: M. de Valois.
En su mente infantil pensó que debía de ser un libro sobre aventuras que contaba las peripecias de caballeros vestidos con armaduras que empuñaban espadas, luchaban entre ellos y salvaban a la más bella princesa del enorme y fiero dragón.
Su madre le llamó para que fuese a tomar un vaso de leche. Lo hizo rápidamente y volvió a colocarse delante de la estantería, que no estaba demasiado alta, y alargó su brazo hasta alcanzar el libro deseado.
Se sentó en el sofá, miró la portada, en la que no había letras tan solo un dibujo poco definido que no entendió y la levantó para mirar en su interior.
Las primeras páginas apenas tenían texto pero al llegar a la quinta vió que estaba escrita de arriba a abajo con letra pequeña y una primera línea a modo de título que decía: «INTRODUCCION A LAS CORTES DEL AMOR».

SUSANA AZABAL


Lóbregos lomos
» Hay dos lobos en tu corazón, uno bueno y uno malo, y siempre están peleando. Ganar gana el que más comida reciba»
Había cruzado seis valles y ahora, a falta del último, se detuvo en la cima a recordar sus actos y a pedirles misericordia a los Dioses por su atrevimiento. Dejó al caballo libre y se sentó sobre la hierba helada . Abandonó también el escudo y la espada y hasta aflojó las hebillas de su coraza. Así , aligerada , pudo sentarse sobre sus rodillas, dejar la frente caer ante los cielos y rezarles por estar a punto de profanar las Sagradas Tierras. Pero ella, Ayhlee, guerrera de los siete reinos y futura reina de todos ellos, necesitaba saber la Verdad, antes de aceptar la corona, y no había otra forma de conseguirlo.
¿ Cómo iba a regir a sus súbditos por el camino del amor si no sabía lo que el amor era? ¿ Cómo iba a distinguir el bien del mal desde la altura de su trono? que no pasaba más allá de unas ventanas incrustadas entre murallas. Una tiene que aprender de todo antes de poner manos a tan importante obra. ¿Cómo decretar palabras que posteriormente se convertirían en leyes? Una tiene que pasar por fuego y sufrir los mordiscos del hambre más profunda, enfrentarse a sus temores o descubrir otros mayores aún que disminuyan los propios ¡ha de forjarse !
Los pasos más difíciles son aquellos que te llevan a un destino seguro porque no tienes escapatoria.
Ensilló el caballo, y a punto de montarlo cambió de parecer. Esa senda le pertenecía sólo a ella y no tenía que llevarse más que a ella misma. Liberó pues el animal y él se fue corriendo hacía los pastos.
La guerrera se quitó la pesada coraza, las perneras y la malla, e hizo una especie de túmulo sobre el cual, cuan cruz ,dejó la espada atravesando las asas del escudo. Yelmo jamas había usado pues le limitaba el horizonte y a ella le gustaba ver todo, bueno o malo,porque lo que estaba por venir vendría de todas formas ,escondida la vista o no. Y así, vestida en una camisa blanca que apenas le alcanzaba las rodillas, con el cabello dorado volando entre palas de viento de montañas , comenzó a bajar la última senda .
A lo lejos, entre las tinieblas del despertar del mundo, se vislumbraba la Gran Torre. Dentro encontraría aquello que andaba buscando hace tanto ya : el conocimiento supremo, palabras de Dioses que ningún mortal había conseguido leer aún, porque ninguno se había aventurado tan lejos o simplemente había perecido en sus intentos mucho antes del quinto valle.
Ayhlee iba cautelosa y con temor, no por las piedras que le abrían los pies ni por los aullidos del viento ,encrespado entre rocas, que le atravesaba el cuerpo en lanzas heladas, sino por sentirse tan pequeña dentro de ese enorme, inmenso valle virgen , tan grande que ni los ecos de las palabras mismas sabían dónde iban a parar.
Por el camino nacieron a su alrededor las Adulaciones: temibles susurros que se podían llevar el alma a los submundos de hacerles caso. Al poco se les juntaron las Segadoras: fantasmas de reluciente acero que te vaciaban la mente y te dejaban deambulando entre eternas nieblas. Y por lo último empezaron a flotar por encima de sus hombros las Tentaciones: entes que cobraban las formas de tus pensamientos más secretos y los revelaban en sus contornos, hasta que olvidabas que tu cuerpo era tuyo y lo acababas enajenando . La guerrera guardó sus miradas en las puntas de los pies, midiendo cada paso por separado , haciendo caso omiso a las sombras que le revoloteaban lánguidas alrededor.
Al final atravesó el puente hacía la Torre y pronto la alcanzó. La separaban de la puerta mil escalones, dispuestos en espiral entorno al muro de piedra caliza.
Mil pasos .
La acechaban huracanes, se le deslizaban movedizas lluvias bajo los talones, a la derecha un abismo lleno de todas las vicisitudes que una mente puede imaginar, pero la guerrera avanzaba en pos de deseo y su deseo la hacía fuerte. Cuando su mano ciega , que aferraba la piedra, encontró el pomo, Ayhlee suspiró: sólo aquella madera, carcomida por el tiempo, la separaba de las Palabras del mundo . La Verdad: la esencia de todas ellas . Decían los pergaminos que jamas se encontrarían ni más bellas o más sabías, ni más tristes o más crueles, ni más perfectas o más convincentes.
Las Palabras lo resumían todo y él que las conociera alcanzaría La Verdad.
En medio de la sala , sobre un pedestal sin adornos ni talladuras, El Libro asomaba su lomo grueso , revestido de musgo .
Ayhlee lo tocó como un milagro se toca , abrió los cerrojos de plata y trozos de musgo suave se resbalaron al suelo . La primera página, amarillenta y un poco áspera estaba virgen, como cualquier inicio. La segunda también desnuda pero más grisácea. La tercera por igual , oscureciendo, y poco a poco los dedos de la guerrera descubrieron mil ,y la última negra, como la niebla que se apoderaba de su mente.
Ninguna rezaba secreto alguno.
Las rodillas le flaquearon y las manos comenzaron a temblar, por delante de sus ojos se sucedían amaneceres y atardeceres, el valle de las palabras de amor, fuegos e inviernos, dragones y gárgolas, su espada reluciente abriéndose paso por el valle de los odios y del llanto desesperado. Secretos, susurros , luchas y luces de astros, dioses portentosos , poesías y misterios sin desvelar, campos de letras y gente cosechando . Los cabellos dorados de la guerrera se volvían blancos, entre sus lágrimas las páginas se tornaban puras, los huracanes cesaron y la Torre se sumió en profundo silencio.
Entonces Ayhlee escuchó el sonido de su alma y por fin entendió.

DILDA RAH


Mi relación con el medio rural era casi nulo, de no ser porque algún verano mis padres me enviaban a casa de mi abuela, no hubiese visto una vaca mas que en las ilustraciones de mi libro de Ciencias de la Naturaleza.
Ese verano, mi madre me prometió que solo estaría quince días porque yo me aburría soberanamente en ese caserón decrépito y sin nada que hacer.
Mi abuela me dejaba revolotear por la casa a mi antojo, pero no podía acceder a la última planta porque el suelo del desván estaba hundido y podría lastimarme… Quizá por esa prohibición mis deseos de subir al desván iban creciendo. Siempre fui un poco rebelde!!!
Un dia, aprovechando el despiste de los mayores subí peldaño a peldaño, sigilosamente…. Ñiiiii … Ñiiii … abrí la puerta de ese lugar prohibido..
Mi fascinación estaba alimentada por el deseo y la desesperación, el pulso se me aceleraba…en un primer encuentro con mi nuevo «entorno» no descubrí nada!, excepto cachivaches en desuso que me parecieron altamente aburridos.
De vez en cuando repetí la excursión solo para demostrarme lo valiente que era. je je. En una de ellas, apareció ante mi vista, un arcón enorme lleno de libros polvorientos y elegí el mas gordo.. «La Regenta»
Leia sin entender lo que le pasaba a una tal Ana Ozores y a su marido, una pareja muy rara que no tenía hijos.
Mi pasión por la lectura empezó ese verano.
Después de unos años volví a leer La Regenta de Clarín y me encantó!

ISABEL MAGDALENA


COMIENZOS
Coger lápiz y papel no es fácil. Ni para los que están acostumbrados a escribir. Porque hay días vacíos. Vacíos de ideas, pensamientos……, incluso de personas. Días sin rumbo, que vale la pena dejar en paz y sosiego, y volver a empezar.
Porque la vida también es así, un vacío que llenar, un llegar e irse, un paseo, una parada, un recular, una vuelta atrás, o una mirada al frente, una mirada hacia delante, hacia el futuro.
Y aunque cueste, leer, escribir, o lo que sea, siempre hay un momento para retomarlo. Para plantar cara y tirar para delante.
O simplemente para recordarlo.

NURIA BERGEN

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8 comentarios en «Leer y escribir»

  1. Mi punto va para Miguel indudablemente: por su originalidad, el dominio de la palabra, su fina ironía y la critica constructiva. No es fácil de conseguir tanto en tan pocas frases : ) Felicidades a tod@s como siempre , por participar y cabe destacar el haiku de Jezabel y el microrelato de Anita, se merecen un aplauso ambas . PLAS ! PLAS! PLAS!

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