Sí, la maquetación es un trabajo muy poco agradecido. Maquetar es el arte de que parezca que no has hecho nada.
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Imagina que vas de visita a casa de unos amigos. Imagina que tienen el salón patas arriba, restos de la comida en la mesa, salpicaduras en las cortinas… Entonces piensas: «¿¿¿Cómo pueden ser tan sucios???»
Ahora imagina que entras a un salón «normal» (léase, más o menos limpio, más o menos ordenado). No piensas nada, porque nada llama la atención. Se supone que así es como deben estar las cosas; de hecho parece que «son» así de manera natural. Tal vez esos amigos tengan niños pequeños, perros o incluso síndrome de Diógenes, pero tú no ves el esfuerzo de limpiar la casa. No ves nada.
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Algo así pasa con la maquetación de un libro de texto corrido. «Eso es solo volcarlo a una plantilla con unas cajas de texto preestablecidas y ya está», puedes pensar. Y de hecho hay páginas de autoedición que te facilitan plantillas en word para volcar tu libro. (Nosotros, sin ir más lejos, tenemos el curso «Maquetar con Word», donde hablamos de los mínimos básicos para maquetar un libro en un programa tan accesible como el Word en cuanto a precio y a facilidad de uso).
Pero una maquetación profesional perfecta va mucho más allá.
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Errores de maquetación
Estos son algunos de los problemas que te puedes encontrar en libros que simplemente han sido volcados a una de estas plantillas:
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- Líneas viudas: Son las líneas sueltas de un párrafo que han saltado a la página siguiente porque no cabían.
- Líneas huérfanas: Al contrario; son las líneas sueltas que han quedado al final de una página cuando el resto del párrafo va en la siguiente.
- Desbordamiento del final del texto a la página siguiente. El colmo de las líneas huérfanas sería cuando un capítulo acaba ahí. Esto es muy frustrante cuando ocurre en una página impar, porque supone dejar dos páginas enteras en blanco (salvo por una línea) antes del siguiente capítulo (que siempre empezará en página impar).
- Separación exagerada entre palabras: Cuando hay justificado y no se activa la división automática por guiones, pueden darse espacios extraños entre palabras, sobre todo si las cajas de texto son muy estrechas.
- Ríos. Se llaman así a las líneas blancas que se van formando de manera involuntaria entre palabras. Esto también es muy común en textos justificados sin división por guiones.
- Palabras mal cortadas por guiones: En cambio, si se activa la división por guiones, pueden aparecer palabras mal cortadas.
- Espacios en blanco: O al contrario, falta de espacios en blanco. Por ejemplo, cuando acaba un epígrafe y aparece otro seguido, sin espacios entre medias. Incluso pueden darse casos de encontrarse un título suelto al final de una página.
- Repeticiones de palabras en vertical: Puede pasar que coincidan al principio de las líneas varios artículos iguales. Por ejemplo, «el».
- Etcétera.
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La importancia de la maquetación en la lectura
Y pensarás que todo esto es una bobada. Que qué más da que haya ríos o que se repitan palabras. Pues sí da. Leer es una actividad mental que requiere concentración para ir siguiendo una línea de texto mientras asimilas su significado. Si tienes que estar lidiando con otras líneas y efectos que se cruzan y que tienden a llamar la atención de la vista, la lectura se dificulta mucho.
Pero como decíamos al principio, si consigues pulir a la perfección tu maqueta, nadie te dirá lo buen maquetador eres: parecerá que no has hecho nada, que solo has volcado un texto. Porque todo fluye sin más; el resultado es tan armónico que no se ve. En cambio, si lo has hecho mal, saltará a la vista…
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