No ha servido para nada

Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos escribir relatos con el tema «no ha servido para nada». Estos son los textos recibidos. ¡Vota por tu favorito en comentarios antes del jueves 12 de diciembre! (Solo un voto por persona. Este voto se puede dividir en dos medios o cuatro cuartos).

POR FAVOR, SOLO VOTOS REALES, SOLO SE GANA EL RECONOCIMIENTO, CUANDO ES REAL.

* Todos los relatos son originales (responsabilidad del autor) y no han pasado procesos de corrección.

MARÍA CRUZ ESTEVAN APARICIO

Recibí la invitación para asistir al evento en donde está mi padre enfermo de Alzheimer.
La carta decía así.
No deje de asistir a la chocolatada, los ancianos disfrutan junto a sus familias y, esperan con gana la merienda.
Mi padre al verme sonrió sin enterarse de que soy su hija. Es el abrazo y el beso se la sangre lo que le hace mostrar la cara de dicha.
La sala estaba llena de gente joven acompañando aquel familiar que por causas distintas lo hemos llevado al centro. El presidente de la asociación junto a la sicologa nos explican el avance que el enfermo a ha hecho pera ganar en lo posible a la terrible enfermedad.
Por fin llega la merienda. Una joven con bandeja en mano nos da una servilleta un vaso y un bizcocho.
Pero de repente mi nariz percibe el olor… Una voz de disgusto se deja oír Lo sentimos el chocolate se ha quemado…

MARÍA DAVID

-No ha servido para nada…
-¿El qué? ¿Qué no sirvió para nada?- le preguntó la niña a su abuelo.
-Verás… te contaré algo que me ocurrió hace años.
-Cuenta, cuéntame que es lo qué te pasó, abuelo- le dijo la niña, mientras le acariciaba su áspera y arrugada cara.
-¡Ven, acércate! La niña asintió, acurrucándose entre sus brazos.
-Iba de vuelta a casa, acompañado por unas ignorantes ovejas y un inútil burro que tenía que arrástralo con una cuerda, ya que muchas ganas de caminar no tenía en esa noche. Y no se veía casi nada, si no fuera por la luna, que de vez en cuando, iluminaba mi camino. Tampoco no se oía nada, tan ni siquiera al búho cuya voz me mantenía despierto y tranquilo. Y, así iba yo por el bosque cuando, desde nada, en medio del camino, vi un niño desnudo y sucio, mirándome fijamente.
-¡¿Un niño en el bosque !? ¿Y en mitad de la noche?
-Si, hija mía, era un niño…
-Me acerqué a él y le pregunté qué hacía allí solo en medio del bosque y encima de noche. Pero, no me contestaba, solo me miraba, ignorando mis preguntas; y, fue entonces, cuando me di cuenta que este niño no era un niño como tal, sino algo que pertenecía a la oscuridad.
-Insistía mucho en qué yo lo dejará montar al burro; pero, cada vez que ese se acercaba, el pobre animal estaba muy agitado. Entonces, me acordé de mi padre… ¡Qué Dios lo tenga en su gloria! Me había contado, que en el bosque vivía un demonio que tomaba forma humana, y que vagabundeaba, en la mitad de noche, en busca de almas para su colección. Lo llamaban “el recolector de almas”. Pero, si te sé sincero, nunca le di crédito a lo que me contó hasta que yo mismo me lo encontré en el bosque. Y, créeme, qué es tan real como tú y yo.
– Me suplicaba, diciéndome: <<¡Por favor, por favor señor, tengo mucho frío y hambre! ¡Llévame con usted!>> Así que lo cogi en mis brazos, y sentí su rígido y frío cuerpo. Tenía mucho miedo, y quizás ese miedo fue lo qué me rescató, ya que, sin poder explicármelo, le dije: <<¡Déjame hacerte el signo de la cruz!>> Y, desapareció… Es cómo si se hubiera fundido con la mismísima oscuridad.
– Ya ves, ¡de nada le sirvió al demonio engañarme! Y, ¡hazme caso! Ni se te ocurra ir por el bosque, de noche, si no estás preparada para confrontarte a lo desconocido, ya que puede absorber tu alma, y nunca encontrarás la luz, sino que serás uno más de la oscuridad.
– La vida es un sin fin de incógnitas, hija mía. Y, si puedes ver más allá de las cosas, nada ni nadie pueda hacerse dueño de tu Luz.

TALI ROSU

Frustración
Me levanto resignada mientras cierro el ordenador y suspiro para tranquilizarme.
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Respiro profundamente.
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Vuelvo a sentarme en la silla, enciendo el ordenador y vuelvo a empezar. Las lágrimas ruedan por mis mejillas y soy incapaz de construir las frases adecuadas para decir lo que pienso. En persona es peor, por supuesto; cuando intento decir algo me atraganto con mis propias palabras y me ahogo. Cuando se da media vuelta me arrepiento y me lamento entre un llanto interminable, soy un grifo abierto y no puedo respirar. Rebozo tal ansiedad que casi hasta podría olerse.
Escribo. Borro. Escribo. Borro otra vez. Me levanto enfurecida por no poder expresarme, grito al aire con las venas de la cara hinchadas de frustración, apoyo las manos contra la mesa y bajo la cabeza… Respiro hondo.
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Me siento, escribo, borro, escribo, borro, me levanto, me siento, escribo, borro, me levanto, escribo, me siento, borro, me levanto… Grito con furia y reviento un vaso contra la pared de enfrente.
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Al día siguiente voy a trabajar y todo vuelve a empezar:
—Buenos días, Clara —me saluda mi compañero mientras me toca el culo sin discreción.
—Buenos días —contesto apartando su mano.
En la sala grande me vuelve a tocar, me sigue al baño y me empieza a besar. Yo no participo pero tampoco me aparto, solo me concentro para no vomitar. Después de violarme, mea y se va.
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Abro el ordenador para intentar, otra vez, escribirle una carta al hombre que me viola cada día. No sé como decirle que me he enamorado de él y que quiero dejar de grabar esta serie porno. No soporto el papel que le ha tocado interpretar y odio que en cada capítulo me trate como si fuera basura. ¿Por qué hacemos esto? ¿Por qué la gente consume esto? No lo sé, no lo entiendo.
Definitivamente, toda la ansiedad que paso al actuar mi papel de víctima y toda la frustración que tengo al no saber decirle lo que siento, no ha servido para nada… Vuelvo al trabajo y me vuelve a violar. Al terminar la escena se da una ducha y se va con si novio sin mirarme siquiera.
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Respiro hondo.

BENEDICTO PALACIOS

Quieras que no, Edwige, tu afán perfeccionista no tiene mayor utilidad que la de guardar el agua en una cesta. Cuando escribes un cuento, una de tus aficiones, me preguntas si un posible lector se sentirá concernido y tocado por la barita mágica de las palabras.
—Lo dudo. Tu escritura y la escritura en general tienen enorme parecido con los mensajes que enviamos por el móvil y que, según cuentan, se guardan en la nube. Allí quedan pero son nada.
—Sí, eso dicen. Sin embargo ¿no sería posible imaginar que alguien encontrase en la palabra escrita la llave de la puerta que abriera el corazón a un nuevo amor?
—Tal vez amores de ocasión, pícaros y fugaces.
—¿Qué importa la calidad? Amores son. Algunos además perduran.
—¿Lo crees así? Me cuesta aceptarlo.
—¿Por qué te muestras tan remiso y escéptico en el amor?
—No, escéptico en la medida justa, solo eso.
—Pues ya me dirás.
—Podemos, querida, debatirlo, preguntarnos por el amor verdadero, abrir de par en par el corazón, hundirnos en abrazos, comernos a besos, hablar de dejaciones y de entregas, averiguar si se asienta o no en el pecho dolorido, poetizar sobre los enamoramientos ¿qué más?
—Nada, solo eso.
—Lo haría de buena gana, pero para lo que sirve…

CORONADO SMITH

Guía para interpretar el escrito.
Las palabras en negrita y cursiva son adaptaciones mías a los nombres y fechas originales, como comprenderán ustedes no puedo dar nombres y pistas reales, no sería ético.
Importantísimo: enviastes y publicastes los he querido dejar así tal cual, no he sido yo ehhhh.
A.D. después de una fecha significa Antes de los Dolores.
Españistán significa España, y por si hay alguien que se ofenda, es solo una licencia literaria
Batktún es un mes del calendario Maya lo que no sé es a que mes equivale.
El enlace de contacto obviamente está manipulado al igual que los nombres y algunas fechas.
EMPIEZA AQUÍ.
Antecedentes: Mensaje enviado por servidora una editorial.
El 11.02.2019 07:04, Coronado Smith escribió:
Hola. Les mando, el que probablemente sea el mejor libro escrito en los últimos 100 años, -juzguen si no ustedes- por si les interesa publicarlo. Un saludo
PD. Mi país de residencia es España.
Respuesta estándar.
El lun., 11 feb. 2019 a las 19:46, contacto (<contacto@editorialnopuedodecirloporetica.com>) escribió:
Buenos días,
Gracias por enviarnos su manuscrito, pasaremos a valorar la obra, y en 10 o 20 días(OJO) entraremos en contacto con usted en caso de haber interés en publicarle.
Una Chica que no nombraré– Coordinadora de Editorial Nopuedodecirloporetica.
No pagues nunca por publicar.
Algunas Lunas después Manitú intercedió…
CONTACTO
27 nov 2020 12:13 (hace 1 día)
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Para mí
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Buenos días Sr, soy Fulanito de Tal, coordinador de editorial Pascual y Tal ¿Qué tal te fue con la publicación de tu libro que nos enviastes hace tiempo? espero que bien si lo publicastes al final. Y como nos quedamos con ganas de publicarte, ya que nos gustó tu estilo y forma de escribir, y sólo publicamos obras inéditas, nos preguntamos si tienes algún otro nuevo manuscrito que quieras publicar que no lo hayas autopublicado o publicado en alguna editorial. Estaríamos encantados de retomar el proyecto literario y hablar de ello si resides en Españistán.
Comentarte que desde hace milenios no pedimos mínimo de ventas y publicamos de forma tradicional en nuestras librerías asociadas y Azamon, donde nos ocupamos de todos los servicios editoriales sin gastos para ti como autor.
Desde del mes de baktún del 2019 A.D implementamos el único servicio que nos quedaba por incluir, la corrección del texto gratis al igual que todos nuestros servicios a nuestros autores.
Aparte, se han suprimido las presentaciones de libros, ya no las realizamos. Desde hace unos meses lanzamos directamente nuestras obras a librerías, azamon y pasado unos meses y dependiendo de las ventas en el Corte Ruso y Casita del Librillo, sin costes para ti como autor.
Y ahora, desde baktún del 2021 A.D lanzamos nuestras obras en tapa dura(Creada por Jordi ENP), el único servicio gratuito que nos quedaba por ofrecer a nuestros autores, para así tener una mejor imagen y proyección profesional ante los lectores y libreros.
Muchas gracias y si tiene un nuevo manuscrito a publicar escríbanos y hablamos.
No pagues nunca por publicar y date a respetar ante libreros y lectores. Publica tu obra con la editorial líder en publicaciones tradicionales y en librerías físicas en tapa dura(tipo Jordi ENP).
Atte; Fulanito de Tal Editor.

ALBERTO MEDINA MOYA

Tomaba aire lentamente, y lo expiraba tratando de relajar cada célula de su cuerpo. Sabía hacerlo y lo iba a hacer. Saldría ahí fuera, se pondría delante del tribunal y expondría el tema con suficiencia. Para eso había pasado cuatro años con un preparador, dejándose todos sus ahorros. Día tras día había dedicado entre ocho y nueve horas a memorizar párrafos y párrafos de leyes, conceptos, fechas. Desde que lo despidieron de la empresa donde llevaba media vida, precipitando la ruptura de su matrimonio, no había tenido vida social, ni de ocio. Las oposiciones lo eran todo. Las oposiciones y el psicólogo al que iba cada quince días para gestionar la ansiedad que en ese momento pujaba por adueñarse de él. Pero no, volvía a tomar aire confiando en que aquel era su momento, el día en que podría aferrarse a un futuro de estabilidad económica donde poder recuperar su vida. A sus cuarenta y nueve años, era consciente de que si no conseguía esa plaza no iba a saber cómo vivir.
Salió tranquilo y esperó su turno. No tardaron en llamarlo. Entró en la sala, y al ver a los tres miembros al fondo se dirigió hacia ellos. A medida que se acercaba le embargó una duda. Finalmente, cuando vio la malévola sonrisa de la presidenta del tribunal lo tuvo claro: era aquella chica a la que solía acosar en el instituto.

MARÍA RUBIO OCHOA

Sentado en su sillón, con su cayado a su lado, sus zapatillas, y la mantita para sus rodillas, el abuelo unas veces dormitaba, otras miraba la televisión y hasta comentaba las jugadas.
Los pequeños amagos que le daban algunos días, le dejaban unos segundos ausente, pero según el médico la gran fortaleza que tenía le hacía recuperarse también en minutos. Pero aquel día, ni su fortaleza, ni el curso de Primeros Auxilios no sirvió para nada. El se fue a descansar para siempre de cuando estuvo en la guerra Civil en el año 1937, de su duro trabajo en el pueblo con una economía de subsistencia, trabajando hasta sus 80 años en su huerta. No sirvió para nada la reanimación pero no se pudo llevar el recuerdo, su sonrisa, el cariño y el buen hacer.

MARTA LOBO CERVERA

A veces nos enfadamos por cosas sin sentido, podemos sentir tristeza por una palabra o sentir que nos comemos el mundo con un «buenos días»
Me llamo Marta y he sentido todas las emociones que creo que se pueden tener. Incluso el amor hacía unos hijos que, por desgracia, son estrellas.
Y lloras, te sientes mal, quieres incluso morirte.
Lo único que me da fuerza es que a mi hijo Gael pude darle un beso para despedirme de él, que tuve unos momentos a solas para estar con él.
Pese a que todo el mundo me decía que eso no sirve para nada, solo para hacerme más daño.
He llorado, gritado, pataleado… Y eso no me ha devuelto a mis hijos.
Lo único que puedes hacer es llorar hasta que te sientas mejor, buscar psicólogos o lo que sea que te ayude a ti.
En estos casos, lo demás no sirve para nada.

SERGIO SANTIAGO MONREAL

Era una tarde otoñal nublada, fría y desapacible.
Sagrario se disponía a cruzar la carretera con un ritmo apático y desganado.
Paro en el paso de cebra y miró hacia su lado derecho ya que la dirección era de sentido único. Una furgoneta se divisaba al principio de la avenida y el paso de cebra se encontraba por la mitad de la avenida aproximadamente.
-La furgoneta está demasiado lejos pensó Sagrario me da tiempo de sobra para pasar así que cruzó.
Mientras cruzaba volvió a mirar hacia su lado derecho y se percató de que la furgoneta estaba mucho más cerca y había acelerado su velocidad mucho más que la última vez que miró antes de cruzar.
Un nudo en la garganta estremeció a Sagrario. Intentó reaccionar apresurando el paso, pero ya era demasiado tarde…
El fatal desenlace sucedió pasadas las seis de la tarde.
Un viandante alertó a las autoridades llamando ipso facto al teléfono de emergencias, minutos después una ambulancia llegó al lugar de los hechos acaecidos además de un par de patrullas de la guardia civil que se dispusieron a cumplimentar el atestado.
El conductor de la furgoneta dio positivo en la prueba de alcoholemia que le realizaron duplicando la tasa permitida.
En la actualidad Sagrario se encuentra postrada en una cama sin movilidad de cintura para abajo y necesita de una silla de ruedas y de una persona que la ayude constantemente. Su única hija dejó de trabajar para cuidar a su madre que enviudo cuatro años antes del accidente.
Las campañas de seguridad vial al conductor de la furgoneta no le han servido para nada.

LAURA TSUYOKI

Y, después de tantos años, quién podía determinar al ganador. Sí, tenía el trono, pero solo era una mísera parte de lo que había perdido en el camino. No quería girarse a contemplar sus pisadas, porque entonces se daría cuenta de la triste verdad: no había servido para nada.

CONSUELO PÉREZ GÓMEZ

De nada sirvieron los esfuerzos de toda una vida truncada por el mal hábito de vivirla pensando en un futuro que nunca habría de llegar. De nada sirvieron las advertencias que caían cual rayos de múltiples formas a su alrededor; no reconocía ninguna de las señales que el universo enviaba día sí y día también de todas las formas y maneras que, no por desconocidas, dejaban de lado su clara intencionalidad.
De nada sirve una vida vivida al dictado de la sinrazón. De la más poderosa nada están hechos los sueños que nunca fueron soñados. De nada sirve vivir si no se está vivo en cada una de las cosas que tocas, que ves, que hueles, que sientes…de nada y de todo estuvo hecha ella que, dedicó cada uno de sus horas a vivir para la causa más perdida de todas: la causa de los demás. Y no le sirvió para nada su guapura y simpatía sino para provocar a una cohorte de estúpidos individuos tan lasos que, nada podían aportar salvo la maldad que lleva implícito el don de los celos. De nada sirvieron las manos moradas de sabañones, cincelados a base de lavar en el congelado río. De nada sirvieron las manos deformadas de amasar la hornada de pan diario, de fregar interminables suelos de rodillas, acumulando sobre ellas la costra regalada del desagradecido piso. De nada sirvió más tarde un matrimonio colaborador de su esclavizada vida. De nada unos hijos que no supieron acompañarla.
De nada sirve una vida dedicada a la esclavitud. De nada, de nada, de nada…no sirvió para nada…
En el calor de un sábado de verano las campanas de la torre entonaron su llamada. Era sábado, (‘shabat’, que en hebreo significa día de descanso). Se fue con el sol que en vida nunca la había alumbrado.

RAQUEL LÓPEZ

-Mi nombre es Ana y hace unos meses me diagnosticaron estrés con crisis de ansiedad, probablemente provocado por la mala gestión que le daba a mi vida y a la presión que sufría en el trabajo. Después de mucho pensarlo, quise dar un giro a mi vida y lo di, claro que lo dí.. me marche al Tíbet, sin pensar en nada, dejando todo atrás y con algunos ahorros que tenía y que me pude permitir. ¿Y porqué tan lejos? Pues igual que pudiera haber elegido, una isla desierta o Egipto, con sus pirámides enigmáticas… cualquier lugar espiritual, hubiese valido.
¡Y allí me vi! comprendiendo un poco mi transitoriedad y olvidando todo aquello que había amado..
Una de las enseñanzas que aprendí fue la palabra, AYATANA, o lo que es lo mismo, sentir con todos los sentidos..
-Si no sientes la música, no ha servido de nada escucharla
-Si no ves, más allá de tus ojos, no ha servido de nada mirar.
-Si no estimula la sensibilidad del tacto, ¿de que te sirven las caricias?
-Si no percibes el perfume de las flores, ¿de qué te sirve olerlas?
-Si no disfrutas de una buena comida, no ha servido de nada degustarla.
No sirven para nada las palabras si detrás de ellas no hay sinceridad.
No sirve para nada hacer planes, si no crees capaz de poder cumplir tus sueños.
.. – Tras largo tiempo de meditación y comprender que la vida es más simple de lo que nosotros creemos y que nos empeñamos en hacerla complicada, empecé a sentirme mucho mejor conmigo misma.
Me horrorizaba volver a mi vida anterior por el miedo a desfallecer otra vez, pero me llevaba una buena lección que me acompañó toda mi vida:
«No habrá servido para nada mi vida, si no me tomo el placer, de vivirla»…..

CONCE JARA

Empezamos cruzando miradas furtivas, en la cafetería del trabajo; una leve sonrisa, un ligero saludo, como adolescentes.
La casualidad forzada, nos llevó a intercambiar teléfonos y finalmente compartimos un café de máquina, que se nos hizo corto. Al volver a mi puesto de trabajo, recibí un mensaje en el que él me invitaba a vernos aquella misma noche, y acepté.
Cenamos y charlamos distendidamente, finalizando sentados en un pub casi vacío. Entre un Gin Tonic y lágrimas me confesó lo que le atormentaba: decía ser víctima de maltrato doméstico, y social.
Había cumplido condena por un delito de malos tratos contra su mujer, ya había expiado su culpa con la justicia, con sus hijos, y según el decía, con Dios, pero aún tenía pendiente una orden de alejamiento de su casa, donde residía su exmujer y sus hijos. Según él, ella, la familia de ella y amigos, seguían atacándole por lo ocurrido… Sus hijos vivían con el alma rota, por las mentiras de su madre.
Terminamos la copa y me acompañó a casa. En el umbral del portal me pidió un abrazo, y se lo di. Muy lentamente, como adolescentes fuimos acercándonos: un día cine, otro un paseo, una visita a la iglesia donde tantas horas pasó solo llorando, y al salir me besó.
Le creí tan fervientemente, que inicié una cruzada para limpiar su nombre, integrarlo socialmente, empezando por mi círculo de amigos, y poco a poco en mi familia, procurando que fuera bien acogido, acallando cualquier comentario contra él, contratacando con un “tu no estabas allí para saber lo que pasó”.
Poco a poco, se fue abriendo brecha, y la gente, quizás, al verle en mi compañía se le acercaba aunque yo no estuviera presente. Estaba muy feliz, y se mostraba detallista, sabía ganarse a la gente: cocinaba como un chef, cantaba bien, bailaba, sabía llevar una casa, era vital, alegre, apasionado y muy buen amante. Así estuvimos durante algo más de dos maravillosos meses.
Entonces vi que algo no iba bien. Bebía, y no es que lo hiciera habitualmente, pero en momentos en los que estaba más taciturno, o había recibido un revés, entraba en una espiral de consumo exagerada. Esta situación empezó a hacerse más habitual, y como respuesta me culpaba, ya que decía que necesitaba estar más tiempo conmigo, ya que se sentía muy solo.
Yo tenía obligaciones familiares, y proyectos que quería culminar… por lo que le planteé que hiciera deporte. Le llevé conmigo y empezó a entrenar en el mismo gimnasio donde yo lo hacía, y a veces coincidíamos.
No se centraba en el entrenamiento. Se paseaba constantemente, y de vez en cuando me buscaba entre las máquinas para besarme, cogerme por la cintura… como un macho que marca su territorio. Igualmente ocurría en el trabajo, donde me reprochaba si ese día no me había arreglado lo suficiente… ¿le gustaba lucirme?
En el trabajo me seleccionaron para hacer un curso intensivo de dos meses, que me ocuparía todo el día, más lo que tenía que estudiar para los exámenes y trabajos, por tanto, entre esto y mis obligaciones familiares, apenas me iba a quedar tiempo para él, quien al principio se mostró muy comprensivo, e incluso me animó a hacerlo. Pero pronto empezó a mostrar su mal humor, demandando mi compañía, lo que me obligaba a estudiar hasta altas horas de la noche.
Yo no quería dejarle tirado, o que se sintiera solo, y me esforzaba para sacar tiempo como fuera. Hasta que empezó a llamarme menos, apenas me enviaba mensajes, y finalmente me dijo que necesitaba un tiempo… ¡justo el día antes en que acababa el curso!
Era viernes, estaba estresada, desecha, y con el corazón roto, por lo que decidí ir al spa del gimnasio. Al entrar en el jacuzzi, vi unas chanclas al borde de la piscina que me resultaron familiares. El agua caliente y las burbujas me hicieron relajarme. Después dejé que los chorros de agua golpearan mi espalda a modo de masaje… entonces la vi. No sé por qué, pero me fijé en ella. Quizás ese bikini, inusual para una piscina, el pelo suelto, rubio, rizado, alta, buen físico… se mojó algo en la ducha, mirando hacia la cubeta de la piscina y entró en la sauna húmeda.
Abandoné el jacuzzi, me di una ducha fría, cuando escuché:
-Hola, ¿qué tal? -era él-.
-Bien, aquí relajándome un poco… ya he terminado el curso.
-Si, lo sé, me alegro por ti. Yo hoy estoy muerto, voy a la sauna, cena y para casa… o quizás me quede con unos amigos tomando unas cervecitas. Bueno te dejo. ¡Hasta luego!
No pensé en nada, me dirigí a la sauna húmeda y me senté. Allí seguía la rubia que había acaparado mi atención, y desde la tenue visibilidad, a través de la cristalera, le vi pasar haciendo una señal con la mano. Me quedé pensando y al instante ella salió en su misma dirección.
Si, estaba con ella, lo comprobé al salir. La estaba besando en la sauna seca. En menos de siete días ya tenía sustituta, y nada que pensar. Lo pasé fatal, ya que me di cuenta de que la relación se estuvo gestando mientras aún estábamos juntos. Todo mi esfuerzo por intentar estar el mayor tiempo posible con él, no sirvió para nada.
Lo peor no fue eso. Fue escuchar de boca de una buena amiga, vecina de la comunidad de chalets donde tenía su casa éste depredador, como ocurrieron los hechos que le llevaron a ser detenido por Violencia de Género:
Él engañó a su mujer con otra, yéndose a vivir con ella. Al final, la amante le dejó, y entonces él quiso regresar a casa. Al no tener llaves se coló por una ventana borracho perdido, por lo que se inició una discusión, que le llevó a intentar estrangular a su mujer delante de sus hijos pequeños. Ella consiguió zafarse, encerrándose en una habitación. La policía, alertada por los vecinos, tuvo que esposarle por resistencia, pero antes sacaron a los niños de la casa para que no vieran nada más. La puerta, por lo visto, estaba casi arrancada, y la mujer tuvo que ser trasladada al hospital.
¿Cómo pude salir con un monstruo así? ¿Cómo fui tan irresponsable y no me informé más?

MIGUEL GÓMEZ

A PESAR DE TODO.
Francisco Pavón se dijo que había llegado el momento de hacer cambios, y a ello se consagró.
Gastó un buen dinero en la obra para cambiar la distribución de la casa. Se las tuvo tiesas con el presidente y el administrador de la comunidad porque, según el proyecto de reforma, hubo que tocar una bajante para intercambiar la ubicación del baño y parte del salón comedor. Pero no dio su brazo a torcer, y, finalmente, se salió con la suya.
Le había encargado el proyecto a una empresa especializada en arquitectura militar, y eso hizo que el resultado final tuviese aires de fortaleza. Muros de cemento, barreras móviles de alambre de espino, iluminación activada por sensores de movimiento, zanjas y trampas, alambradas electrificadas.
Cuando los trabajos terminaron, lo único que no había cambiado con respecto al plano original eran las ventanas y la puerta de entrada.
Francisco se había hecho a cambiar sus rutinas de forma periódica y aleatoria: el turno de trabajo, las horas de presencia y ausencia en la casa, los turnos de libranza y vacaciones.
Para no albergar dudas sobre sus capacidades, se sometió a una revisión médica exhaustiva. Todas sus constantes vitales se movían dentro de parámetros de normalidad. Vista, oído… todo en orden.
«Hombre prevenido vale por dos», dobló el número de sesiones semanales de psicoterapia. Su terapeuta diseñó tablas de ejercicios de relajación y control de emociones específicas para él.
Un nutricionista ajustó su dieta y modificó sus hábitos alimentarios.
Las pantallas desaparecieron de su vista a las horas de comer y dormir.
Todos los días hacia un rato de ejercicio físico moderado en él gimnasio, nadaba media hora y caminaba otra media.
Venciendo su timidez habitual, procuraba salir con chicas que accediesen a pasar la noche con él, o lo invitasen a sus domicilios. No le resultaba difícil flirtear ahora que su aspecto físico había mejorado notablemente, y su confianza en sí mismo se había reforzado.
Pasados unos meses, verificados tantos cambios, pensó que había alcanzado su objetivo. Había hecho todo cuanto estaba en su mano —y puede que algo más—, y se sentía estupendamente. Equilibrado, ligero, entonado. Las cosas le iban bien, y se sentía razonablemente feliz.
Por eso, su estupor una noche, cuando despertó, y el dinosaurio…

NEUS SINTES

De nuevo, de tus ojos vidriosos aparecen lágrimas por derramar. Lágrimas que quieren brotar sin un por qué…Qué difícil es la vida cuando crees tenerlo todo y en realidad te falta ese «algo». Hundida bajo un manto de soledad, te sumerges. Como si de un velo transparente se tratase.
Quisieras desaparecer, aunque invisible ya pareces ser. Quieres gritar, pero no tienes fuerzas. El llanto te impide ver la realidad. Te encuentras sola en un mundo que no es el tuyo. Sumergida bajo las aguas te sumerges, para evitar que te vean llorar…
Veo cómo apoyas a los tuyos, pero no te veo apoyarte a ti misma. Ayudas a los demás, pero ¿Quién te ayuda a ti?. La soledad llena de finas lágrimas tu rostro. Deseas huir de la realidad para sumergirte en un mundo paralelo. Lo has dado todo y no ha servido de nada.
¡Que difícil es la vida, o mejor dicho, dura. !. – Lo das todo, ayudas a los tuyos y a cambio no merecen de tu ayuda. Para recibir un maltrato psicológico, que te hunde en la ansiedad. ¿Para que ayudar a personas, sangre de tu sangre, si a cambio recibes de ellos. Nada?. Nada.
¿Qué quién soy yo para saber de ti y de tu soledad…?. Soy tu ángel de la guarda. El que lucha a tu lado con todas mis fuerzas. Soy un guerrero, un luchador fuerte y valiente que está tu lado en cada batalla de tu vida y que te protege cuando eres demasiado frágil para hacerlo sola…
No puedo decidir por ti. Soy tu consejero silencioso y de confianza que permanece siempre a tu lado, tratando de aconsejarte, sugerirte el camino correcto a seguir.

CURRO BLANCO

“ Nada, no sirve para nada “.
Lucia,como cada mañana paseaba por su parque preferido.
Hacia ya varios meses que se acostumbró a su paseo a primeras horas de la mañana.
De siempre le gustò la naturaleza, de hecho, su sueño más perseguido, su único sueño, para ser exacto,
desde jovencita, fue, era….poder vivir cerca de la naturaleza; construir una casita en una zona lo más agreste
posible, al poder ser entre las limitaciones de algún Plaque natural.Crear su hogar rodeada de la puridad y la belleza
de los prados, montañas y bosques.
Ahora,a sus sesenta y tres años, con una enfermedad que la amenazaba drásticamente despuès de toda una vida ahorrando para poder cumplir sus sueños, pasear por aquel parque
era para Lucìa como adentrarse a cualquiera de los paisajes que idealizo durante toda su vida.
Ahora,tras varios meses de conocer su enfermedad, Lucia no soñaba, vivía; no dejaba para “hacer mañana”nada, no pensaba a largo plazo, acaso siquiera pensaba, saboreaba cada
instante
Solo retuvo en su pensamiento aquella mañana de paseo en su parque real y tangible, la idea que le invadió tenaz pero dulcemente: no ha servido para nada tanto esfuerzo, o si,
aunque sea tarde y sepa que me estoy muriendo, he aprendido a sonreírle a cada instante de la vida.
llegó a su árbol preferido del parque, un pino piñonero robusto y gràcil que le gustaba abrazar al final de su paseo, lo asió con sus brazos y con una sonrisa nacida de su corazón el pensamiento se fue
disipando hasta desaparecer.

ANTOLÍN MARTÍNEZ JIMÉNEZ

Sin tu existir nada es nada.
Ni la humedad para el agua,
La claridad en la luz,
La pasión sin temor,
Ni diferentes sabores de alimentar el amor.
Sin tu existir nada es nada.
Mi querer correspondido,
El aroma en el ambiente,
La cómplice sinceridad,
La inspiración a mi mente.
Sin tu existir nada es nada.
El frío de la mañana,
Esa flor a su planta,
El capricho al embarazo,
La disculpa y su perdón.
Sin tu existir nada es nada.
La suavidad en la piel,
La vida larga y morir,
El miedo por conocer,
La duda por conseguir.
Sin tu existir nada es nada.
Ni el universo lejano,
La cercanía a tus besos,
Temperatura en el fuego,
El calor a la vida.
Sin tu existir nada es nada.
El subir a bajar,
respirar o dormir.
Ni el sonido en el aire que queremos oír.
Caminé sin camino. No me dejes sin ti.
– A mamá.

DAVID LM

No ha servido de nada
No ha servido de nada
Para evitar tu caida
Lo que hice aquella semana
Donde en la cornisa quedaste
No han servido
Los ¿como?
Los ¿por que?
Incluso hacer aquello
Que no solia
Rezos y mas rezos
Por evitar tu descenso
Mi Querido River Plate
Tu grato nombre
Derrotado o vencedor
No importa que no haya servido
Al fin de cuentas
Mientras viva tu bandera
¡La izaremos con honor!

JUAN JOSÉ SERRANO PICADIZO

«EL DÍA DE MI BODA»
Me metí en el baño para darme una ducha y relajarme. Sabía que tendría una noche difícil, mañana iba a ser un día muy importante para mí. No paraba de mirar el reloj, que parecía correr más que nunca. Ya en la cama continuaba nervioso dándole vueltas, colocando la almohada de mil formas, tapando mis oídos, encendiendo y apagando la luz. De pronto me llegó un mensaje al WhatsApp.
– Mi amorcito: ¿Estás nervioso?
– Sí, mucho, ¿y tú?
– Mi amorcito: Mucho, pero estoy muy contenta.
– Yo también. ¿Crees que irá?
– Mi amorcito: ¿Quién?
– Mi jefe.
– Mi amorcito: ¡Otra vez con lo mismo!
– Llevo poco en el trabajo, tengo mis dudas. Luis me contó que sí fue a su boda y le hizo un buen regalo.
– Mi amorcito: ¿Quieres que lo compruebe?
– No, ya sabes que no me gustan esas cosas.
– Mi amorcito: Vale…
– Bueno, mi amor, vamos pronto a descansar, que mañana es el gran día.
– Mi amorcito: Te amo, mi amor, descansa.
– Yo más.
Había dormido a duras penas. Me desperté al menos cinco veces a hacer pis. En algunas ocasiones solo para mirar la hora. Había llegado el momento, solo quedaba una hora para mi casamiento. Mi madre estaba más nerviosa que yo. Me metió la chaqueta por los pies y el pantalón por el brazo. No digo nada de lo que me puso en la cabeza.
Llegó el fotógrafo y aún no había nada preparado, todo fue rápido y con prisas. Algunas fotos no salían bien, o faltaban familiares para hacer las fotos. El fotógrafo se marchó a casa de mi futura esposa muy enfadado.
Llegó mi tío con su coche para recogerme. El coche, un Ford Fiesta rojo, con un sombrero gigante encima, una pajarita y un bigote gigante en el parachoques. No podía darme más vergüenza.
Llegamos antes de tiempo a la ceremonia, todo estaba cerrado. Los invitados esperaban en la puerta enfadados, el salón no abría sus puertas hasta que llegara el organizador, que ese día se acostó tarde. Estuvo toda la noche de fiesta y llegó borracho. Yo ya no cabía en mí, ¿Cómo podía estar pasando todo eso? Me bajé del coche y entré por la puerta.
– ¡Oiga! No puede pasar.
– ¡Soy el novio! ¿Qué cojones está pasando aquí?
– El organizador aún no ha llegado y tampoco el alcalde.
– ¿¡Cómo!? ¿No se les dijo la hora de la ceremonia?
– Sí, sí, a las dos.
– ¿¡Qué!? ¡Era a las una!
– Pues lo siento, ha habido un error con el horario.
Esperando en la puerta, llamando a decenas de invitados para que esperaran en algún lado antes de entrar, llegó la novia.
– ¿Qué pasa? – Preguntó mi suegro.
– Nada, una confusión con la hora.
– ¿¡Cómo!? ¿No era a las dos?
– ¡Qué dos! Era a la una.
– Mi hija me dijo que a las dos.
– Va… al final el tonto soy yo.
En ese momento el organizador abrió la puerta. Tenía los pelos a lo loco, la camisa medio fuera… me acerqué hacia él.
– ¡Oye! ¿No se dijo que a la una?
– ¡Sí! Pero se llamó a tu esposa para cambiar la hora porque no podía el alcalde.
– Claro, y no me pueden llamar a mí.
Me monté en el coche a regañadientes. Entramos en el jardín donde se celebraba la ceremonia, salí del coche y entré en el palco donde debíamos sentarnos los novios. Todos se sentaron al mismo tiempo en los bancos. Colocaron la canción para la entrada de la novia en su coche, una limusina blanca, preciosa, y ella se bajó bellísima con su vestido. Cuando colocó el pie en el suelo, comenzó a llover. La novia, junto a mi suegro, corrían para no mojarse hasta el palco. Todos los presentes reían y aplaudían diciendo: «Novia mojada, novia afortunada». La madre y la abuela lloraban por el vestido. Yo ya no sabía qué hacer, si reír, llorar o tirarme a la fuente de al lado. Al final la ceremonia, a pesar del agua, salió bien.
Entramos al salón donde esperaban los invitados. Saludamos a todos en la entrada y ahí estaba mi jefe. Era el único que no se levantó para la entrada de los novios. Yo le hacía señales a mi esposa, diciendo dónde estaba sentado. Mi mujer me sonreía falsamente, como diciendo, si ya lo he visto.
Nos sentamos en la mesa nupcial y llegó un grupo de músicos de tuna. Todos se levantaron a bailar y a festejar. Mi suegra bailó conmigo y mi mujer con mi padre. Yo me puse más nervioso y avergonzado. Comimos una buena comida, nos hicimos fotos con los presentes, sacaron la tarta e hicimos la típica cogida de la novia.
Todo fue perfecto hasta la hora de la recogida de regalos y sobres con dinero de los invitados. Mi mujer y yo esperábamos la llegada de mi jefe. Nervioso, veía pasar a todos los invitados sonrientes y agradecidos por la velada. Hasta llegar mi jefe.
– ¡Buenas tardes! Todo estaba muy rico y me lo he pasado muy bien, un abrazo. Estarás contento, ¿No?
– Sí, mucho.
– Toma, mi regalo.
– ¡Oh! ¿Tanto? No tenías por qué.
– Para su viaje de novios, que lo pasen muy bien.
– Gracias, es usted muy amable.
– ¡Espera! Tienes que firmar aquí.
– ¡Qué! ¿Para qué?
– Es tu finiquito y el sueldo de este mes, tenemos que incorporar a otro en tu puesto, por el tiempo que estés de vacaciones.
– ¡Pero es usted un sinvergüenza! – Dijo mi suegro.
– Pero… ¿me incorporarán después?
– ¡Claro! Tu pásate cuando acaben tus vacaciones y hablamos en mi oficina. Adiós y gracias por la velada.
Mi jefe se marchó dejándome con la palabra en la boca. Me quedé petrificado. Mi mujer me agarró de la mano para consolarme. A mi suegro se lo llevaban los demonios por el enfado. Seguimos con el baile al acabar de pasar los invitados. Cuando de repente.
– ¡Manuel! Están la ambulancia y la policía en la puerta ‐ Me dijo mi primo hermano.
– ¿¡Qué ha pasado!?
Corriendo, salí a la puerta junto a mi mujer, mis suegros y mis padres.
– Es tu jefe, le ha dado un infarto.
– ¡Anda ya! ¿Cómo es posible?
Miré a mi mujer con cara furiosa. Ella me quitó la mirada nerviosa.
– ¡A mí no me mires así! Yo no he sido.
– Por favor, cariño, te dije que no me gustaban esas cosas, ya sé que eres bruja, pero no tenías por qué hacer eso.
Mi mujer se enfadó, se marchó a seguir con el baile, negando que hubiera sido ella.
– Tranquilo, mi hijito, no ha sido tu mujer, he sido yo, se lo merecía, el muy hijo de perra – Dijo mi suegra, con una estampilla de la Santa en la mano.
Al final de la noche, me llegó la noticia de que mi jefe había muerto.
– Toma, los papeles que habías firmado. Se los agarré a tu jefe cuando lo marqué con la muerte. – Me entregó mi suegra.
Yo no sabía qué hacer con esos papeles, si quemarlos, dejarlos o llevarlos a su oficina y seguir como si nada. Después de una charla con mi mujer, decidí seguir trabajando en la empresa y guardé mis papeles para que no los viera nadie. Al final me estaba gustando esto de la brujería. Espero que nunca se enfade conmigo.

TESS LORENTE

Todo era poco para un saco sin fondo
Caíste en el charco, te tiraste en el lodo
En cada farmacia un pequeño robo
Lo que tenías, lo vendiste todo.
Te entregué mi tiempo, te ofrecí mi casa.
Buscamos ayuda y conseguimos plaza.
Los mejores cuidados, las mejores curas.
Te atendimos siempre en las horas más duras.
Mejoraste mucho, cambiaste de vida.
Te sentías bien, te sonreía el día.
Conseguiste un empleo, conociste a una chica
Me sentí orgullosa y creí que saldrías.
Pero no sirvió de nada.
Al cabo de unos meses de falsa ironía,
Mostrarte de nuevo lo que en verdad sentías.
Volvió la oscura sombra que sobre ti se cernía.
Volvió la inmensa pena y la asfixiante agonía.
No pediste ayuda, no dijiste nada.
Lo perdiste todo, no te importó nada.
Y en un sueño eterno te sumió la más pura.
Te mató poco a poco, de la forma más dura.
Ahora la rabia me rasga la vida
Te echo de menos todos los días
Lo intenté todo para ver si podías
Dejar el veneno que te robaba la vida.
Qué terrible poder sobre ti ejercía
La odiosa sustancia que ciego te hacía
Perdiste en el juego, perdiste la vida
Sufriste en silencio y no lo merecías.
Mi llanto es inútil, me ahoga la vida
Te echo de menos, te quiero en mi día
Necesito verte, sentir tu sonrisa
No volverás nunca, te has ido con prisa.

FELIX LONDOÑO G

No ha servido para nada, Prometeo
ahí crece, de nuevo, tu hígado
manjar del águila de Zeus.
No ha servido para nada, Pandora
ahí pululan, de nuevo, las desgracias
Ilusiones perpetuas del averno.
No ha servido para nada, Sísifo
ahí rueda, de nuevo, el peñasco
hacía el insondable abismo.
No ha servido para nada, Venus
ahí se marchita, de nuevo, el amor
del edén expulsados sin remedio.
Amémonos de nuevo, Afrodita
mientras nos dura este delirio
al vaivén del péndulo de eros.

JOSÉ DE LOS SANTOS

No ha servido para nada ; Esa noche mientras el humo del cigarrillo rebota contra el cristal de mi ventana cerrada, pienso en lo que hablamos, una conversación rutinaria ; si vistes algo extraño, fuera de lo normal, alguien desconocido,algún ruido nocturno … Si te duermes muy tarde, me dijiste que tienes un pequeño negocio y a la hora que lo cierras, aunque hoy día tal como están las cosas a veces lo haces antes, no sales mucho de casa, te aconsejo que asegures el cierre de los ventanales y entonces me cuentas, me dices que supones que puedo averiguar que acabas de entrar en «el programa de protection de testigos» y que en poco te llevarán a «un piso franco». Esto no lo esperaba, o tengo que precipitarme o retrasarlo, es un inconveniente imprevisto y le da un nuevo «cariz» a la situación. Sobre y entre todas esas palabras, abriéndose paso entre la información conseguida y mis intenciones, apartando con testaruda fuerza lo demás, no puedo evitar pensar en tu mirada ; triste y atractiva a la vez, tus ojos tienen algo. Dicen que son el espejo del alma y no saben cuanta razón tienen al decirlo. Pero tu alma, tus ojos, tu mirada que grita y calla al mismo tiempo, no me dejan conciliar el sueño hoy.
«Borrones sin papel 2»

BEA ARTEENCUERO

Después de vivir tres años en BS AS, tiempo en el que me ubique, conseguí trabajo y me enamore; Seguía dentro mío la inquietud de seguir viajando, conocer otros países, Bs.As.me quedaba chico para mis sueños.
Para todo esto, estaba muy enamorada. Mariano (Mi novio) decidió irse con dos amigos a Venezuela, llegar trabajar y mandarme el pasaje para viajar y empezar la aventura, el sueño de progresar y crecer juntos.
Vino una noche, y estaba muy raro, cuando se fue me abrazo muy fuerte y me dijo…
Nunca olvides “Cuanto te amo”
Al otro día cuando lo llame, su mamá me dijo que habían viajado muy temprano; Mi corazón se partió en mil pedazos, giraba todo a mi alrededor, un cumulo de sensaciones me invadieron se me hizo un nudo en la garganta y llore mucho, pensando porque no me había dicho que se iba ese día. Me dejo una carta con su mamá donde me explicaba que no pudo decírmelo, porque no tendría la fuerza para alejarse, que no desesperara que pronto nos encontraríamos, esas palabras fueron el aliciente para no desmayar, me aferre a ellas.
Empezaron las cartas, pero no fue suficiente lo extrañaba cada día mas.
Con Elena (novia del compañero que viajo con el) nos visitábamos seguido; así surgió la idea de irnos, ellos viajaron por tierra pasando por Brasil. Planeamos llegar antes que ellos y sorprenderlos cuando ellos llegaran..
Salimos de Retiro en tren con destino a La Quiaca, de allí en micro hasta la frontera Argentina. Bolivia. No puedo describir lo que fue viajar en esas rutas, tan hermoso todo como temible, curvas y curvas rodeando las montañas.
Mis ojos desorbitados, maravillada de todo lo que veía. Contemplar el Lago Titicaca es de una magia tan grande, imposible describir, es una emoción que solo quien lo vivió lo entiende.
Llegamos a la Paz donde nos encontramos con un grupo de gente de distintas nacionalidades que nos acompañaron parte del trayecto, entre ellos un joven Brasilero llamado Pardal que fue nuestro guía; imposible describir los detalles, tendría que hacer una novela, en mi mente y corazón está gravado todo.
Así seguimos cruzando fronteras…
Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, quedando varios días en cada país, así es que conocí Machupicchu, quedando extasiada ante tal l maravilla, así con lo que nos ofrecía cada país. Al mes de estar viajando, Mariano y amigo van a Bs As, por tramites antes de seguir y se enteran que estamos viajando; A partir de esa instancia nos comunicamos por carta, enviadas y recibidas por Estafeta Postal de cada ciudad que llegábamos.
El grupo se fue separando al paso de cada país. De Bogotá, (Colombia) seguimos solas, al llegar a Cúcuta (frontera Colombia. Venezuela nos alojamos en casa de gente conocida, mientras hacíamos los trámites para entrar a Venezuela, los que llegaron a los ocho meses de iniciados; Así es que mientras esperábamos conseguimos trabajo.
La ilusión a encontrarnos con nuestras parejas era el impulso a seguir…
Al fin llego el ansiado día; nos costo despedirnos de de toda la gente que nos brindo tanto apenas conociéndonos, hubo un lazo de mucho cariño.
Al fin la meta ansiada..
CARACAS.VENEZUELA
Nos instalamos en casa de amigos, hasta encontrar trabajo e independizarnos.
Al poco tiempo, empezamos nueva vida, esperando la llegada de ellos, cada día era un logro nuevo, nos manteníamos en contacto por carta, contándonos las novedades y esperando el dia del encuentro.
Pasaron dos meses…Un día al llegar del trabajo, una carta me esperaba, con manos temblorosas abría cada vez que recibía una, esperando que me dijera el momento del encuentro esperado (hacia muchos meses que no nos veíamos)
Pero ese día, ese día …esas líneas marcaron mi vida: Palabras de amor había en ellas, pero también de despedida…No vendría , su ruta seria otra.
Estuve horas con la carta en la mano, no llore; Mil ilusiones rotas, esparcidas en pequeños
Pedazos dentro de mi corazón. Mi mente no entendía. Un te quiero y un adiós.
Después de muchos años, comprendí el porqué.
Seguí como pude, con los sueños rotos, construí mi vida sobre los restos de ilusiones que me mantenían en pie; Jamás caí ni desmaye .
Tristemente me di cuenta que…No sirvió de nada¡ amarte tanto ¡
Pasaron los años y aun miro al cielo, preguntándome en silencio ¿Por qué?
RELATO BASADO EN UN HECHO REAL.

MARI CARMEN CANO REQUENA

De nada sirvieron las noches que pasé postrada a los pies de tu cama suplicando a dios que no te llevara…… De nada sirvieron los dias que andube buscando respuesta a lo que te pasaba.
Te alimentaba de lo mejor que tenía, que nada te faltara…… mis manos servían de guia a tus lágrimas para que yo las secara. Ante ti, quitaba importancia…… cantaba y bailaba al son de una muerte anunciada arrancando todo dolor de mis entrañas, verte sonreir era lo que más me importaba.
De nada sirvieron consejos y charlas para que eligieras el camino correcto hacia tu futuro.
No dejo de culparme por no haber sido más exigente contigo, no debí dejarte ser mayor tan pronto y esperar…… cada cosa a su tiempo.
Y ahora solo me queda cogerte la mano y esperar, esperar a que llegue tu último suspiro y suplicar, suplicar que no te arranquen de mi……. aún asi, no sirve de nada.

CRISTINA RUIZ

Al amor de mi vida
Demostrar mi amor y cariño incondicional sin pedir nada, apoyo y lealtad ciegos. Abrazos y caricias en silencio cuando estabas mal aunque yo estuviera peor, intentar demostrarte que la vida se puede ver del mil maneras y colores.
Y ahora que mis energías se agotaron ¿ Donde estás? No te siento.
No alzó la voz porque no me escuchas, no lucho por hacerme notar porque tú indeferencia ha ganado la batalla.
No te pido y exijo nada simplemente te observó y me siento a esperar por si apareces de nuevo volver a intentarlo.

JONAY GIRA SOLI

Angelina era la hija menor de los Medina. Ella nació entre volcanes, donde la tierra está quemada y fue lava. Su familia trabajaba produciendo vino y malvasía. Cultivaban las uvas en el valle de La Geria que con sus infinitos muros, protegia del viento. Era una joven curiosa, y aunque rebelde y caprichosa, era una buena hija. Disfrutaba ayudando en la finca, se enfundaba con la sombrera de ala ancha y cortaba cada racimo que había madurado. Fue en ese pueblo donde conoció a Marcial.
Él era camellero, pasaba el tiempo recorriendo largas distancias entre dunas y picón. Viajaba de una isla a otra con las bestias de su patrón. Ayudaba a sus padres a alimentar a sus hermanos con algo más que leche de cabra y camella. Un chico alto, de tez morena y prendas roídas, que logró enamorar a Angelina.
Era un amor incomprendido, cargado de sueños y amargas consecuencias. Su padre la desterró de Yaiza y su madre murió «desalada». Esperó a que su hija regresara pero Angelina se embarcó en un periplo que la alejó para siempre de su casa blanca con puertas verdes.
Al llegar a Las Palmas, Marcial trabajó en el puerto como cambullonero. Mientras tanto, ella esperaba, cosía y escribía poesías. Pasaron los meses y Angelina concebía a sus primeros hijos. Narraba sus historias a esos niños que tan rápido como venían se iban. La ciudad de las arenas se convirtió en un sitio triste para ella. En mil novecientos veintitrés tomaron rumbo a la isla vecina, el eco de las lapas y los tambores se diluía con los restos de los hijos que atrás quedaban.
Debido al trabajo y deslumbrado por los encantos de la nueva urbe, Marcial empezó a alejarse de Angelina. A ella le decía que construía una casita y labraba un futuro para las niñas, las pequeñas que tuvieron entre las idas y venidas. Ella siempre estaba sóla y triste. Marcial bebía.
El tiempo avanzó. La espera pasaba de ser unos meses a algunos años. Ángelina buscó trabajo. Con ayuda de sus hijas, sobrevivían trabajando en las fincas de plátanos. Se lamentaba no poder darle a sus niñas la misma formación que ella había recibido. La primera niña sabía leer y escribir, la tercera ya no sabía nada.
Un día, de rabia y sospechas, decidió partir hacia la capital. En el mercado encontró a Marcial. Él estaba abrazado por una joven con un vientre bastante avanzado. Marcial la vio y no dijo nada, agachó la cabeza y le dió la espalda. En ese instante, Angelina comprendió que el hogar que se estaba construyendo, si existía, no era para ellas.
Ser abandonada por un marido era la mayor de las deshonras. Todos en el pueblo dirían que algo hizo ella. Cuando regresó se vistió de negro y dijo a todos que se había quedado viuda. Y así fue, hasta que en la década de los sesenta y una anciana Ángelina, dijo a su nieto, » mijo ¿ves a ese hombre debajo de la ventana?, ese es tu abuelo. Si alguna vez pensé que todo lo que hice no sirvió para nada, el amor de mis hijas y mis nietos borró en mi cualquier atisvo de culpa y arrepentimiento. No dejes que entre en tu casa.» Su nieto la miró confuso pues allí debajo no había nadie. A la mañana siguiente, Angelina murió, cerró los ojos regresando a su verdadero hogar, donde su puerta verde la estaba esperando.

GABRIELA MOTTA

Caminaba de la mano con mi pequeño cuando nos detuvimos, sorpresivamente, frente a una vidriera. Con los ojos inundados de alegría señaló una caja y me pidió que se la comprara, confieso, no me pude resistir a esa mirada tierna. Entramos al negocio y se la compré. Cuando salimos vi su rostro cubierto en lágrimas, juro que no entendía nada, me volvió a señalar la vidriera, ahora había una nueva caja.
— Yo quiero eso mamá.
— Pero si esa es la misma caja que te acabo de comprar.
— No mamá, yo quiero al nene!
— Mi amor el nene es tu reflejo en el vidrio, no lo podemos comprar.
En fin, no ha servido para nada la explicación lloró todo el camino de regreso a casa porque él quería de regalo su reflejo.

ALBERTINA GALIANO

¡SALVEMOS LA NAVIDAD!
Como quien salva a un lindo canario de ser atrapado entre las fauces de un despiadado felino…
Pero ni el pajarito es tan ingenuo como podía parecer, ni el gato tan malévolo, sino todo lo contrario.
Gato-virus o lindo contagio…
Desde luego la Navidad no es el lugar feliz en el que reposarán todos nuestros deseos, a la espera y a puntito de ser cumplidos.
Y la abuelita del paraguas, la salvadora, se me atraganta cuando con su prepotencia pretende dar por hecho que su proyecto lo es unánimemente y por antonomasia de todos nosotros.
Líbrenos dios de falsos reyes magos que prometen oro a un zagal con la boca llena de paja, de la que se adhiere a la teta de su madre cuando le da de mamar.
Que mañana entonaremos el famoso villancico de “Vamos a contar mentiras: por el sur corren pateras, por el norte sabandijas, tralará”.
Ya termino, mis disculpas… no sin la reflexión final:
Salvémonos como podamos del virus que nos acecha, y del cutre y estridente encendido navideño.
Pero sobre todo salvemos a la Navidad y su entrañable portalico del sin sentido derrochador que se avecina, de fatuidades y falsos afectos, de abundancias de comida y carencias de recato, y decadentes Papá Noeles con barrigotas como toneles.
En definitiva, y con todos nuestros ahíncos: ¡salvemos, salvemos la Navidad!
Salvémosla, sobre todo, de nosotros mismos.
Fun, fun, fun.

ARIEL PACTON

No ha servido para nada
hablar durante horas
detenido el corazón
silenciadas las neuronas
proceso continuo de la vida
la muerte es un hechizo
estas, y al segundo no estas
separarse no es morir
muerte no es separación
te fuiste y la vida continua

JÉSICA GALEANO JARCOUSKY

Margaritas de sangre
«No ha servido para nada», decías
y deshojabas margaritas.
Pero el olvido no llega con
cada flor que deshacés.
¿Qué no ha servido?
¿Ser el que rompe,
destroza porque no encuentra
la elegida?
Imagino esas chicas,
pétalos invisibles,
como en una magia vudú
muñequitas de tela, desfloradas.
Luego silencio.
«No ha servido para nada», decías
y salen chicas con carteles a la calle,
madres y padres que no entienden
cómo descansás
después de este río de sangre
y margaritas ausentes.

EMILIANO HEREDIA JURADO

ÈSTA VIDA ES UN QUILOMBO
Pues sí. Queridos amigos, esta vida es un quilombo.
¿No creen?. ¿cuántas veces han tenido sensación de que, todo lo que han hecho en esta vida, no ha servido para nada?.
¿Dónde se fueron todos los sueños?. ¿Todas las ilusiones?.
¿Realmente, están totalmente de acuerdo, aceptan su rol en la vida que están viviendo o, por el contrario, tienen la sensación de estar viviendo una vida que no es la que querían haber vivido?.
De pequeños, todos soñábamos con ser ese futbolista que, tal vez, teníamos clavado su poster con chinchetas, en la parte de atrás de la puerta de nuestra habitación, en la pared, o las chicas, soñaban con ser novias del cantante guaperas que tocaba en ese momento.
Los niños, jugábamos con Geyperman y las niñas con Nancy.
Y luego, viene la vida, y todo lo descoloca. Ni los niños jugábamos ya con Geypermanes, ni las niñas con Nancys. Al cuerno los años de futbol en el equipo de la escuela, al diablo los vestiditos de la muñeca con olor a colonia Nenuco, todos nuestros sueños infantiles, no habían servido para nada.
El instituto, nos puso un litro en la mano, tal vez un porro, porqué no, reconozcámoslo, no somos santos de devoción, la mano en la cintura…y no de una muñeca……
Y nuestros padres, mirándonos con cara de derrota, viendo como todos los valores de civismo y educación, no habían servido para nada, se fueron por el retrete, con la pota, al tirar de la cadena.
En medio de este caos, las hormonas de amotinan, se hunde el Maine, el Apolo XIII está todavía en la luna de todo el mundo, y no en la de Valencia.
Y, esa carrera con la que tal vez soñamos, ser un abogado, un médico de puta madre, para forrarnos y vivir a todo lujo, huyó por doblando la esquina de la calle, en cuanto la realidad de esta vida, tan incierta, le enseñó los dientes.
O ese trabajo, que, no nos engañemos, envidiábamos, de nuestro vecino, amigo o familiar el cabrón, que no da palo al agua, porque, ese es nuestro trabajo ideal, ese el que no damos palo al agua, llevándonoslo muerto a final de mes.
Pero no, tenemos un trabajo, que ya es, con lo que está cayendo, y virgencita que me quede como estoy, que tengo que pagar la letra del piso, los colegios, los seguros, la comida y el sun sun corda… rezando para que llegue el día veinte y ocho.
Pasan los años, en el espejo del baño donde te aseas todos los días a la misma hora, peinándote cada vez menos pelos y te convences cada vez más de que todo tu esfuerzo no está sirviendo para nada.
¡Pero alegría hombre!.
No me pongan esa cara de acelga, ¡coño!….alegrémonos que hemos podido fundirnos la paga extra del verano, en un apartamento en quinta línea, comiendo una paella industrial en un chiringuito atestado, espantando moscas, bebiendo un brebaje llamado sangría….la paga de Navidad en banquetes pantagruélicos, para darle a los cuñados o cuñadas en todo el morro, de que la vida te va de puta madre, aunque sea mentira, en regalos que ya pagaras en cómodos plazos, haciendo sentirse incomoda a la cuenta bancaria.
¿Pues saben lo que les digo?.
Que me niego, mi vida, aparentemente, no ha servido para nada, pero ahora, hago lo que me da la gana, escribo lo que quiero, cuando quiero y porque quiero.
Sí, salgo a la calle, me bebo la vida, aunque en estos momentos, dadas las circunstancias…..la vida me parezca más aún un enorme Quilombo.

SARA LÓPEZ

«Después de todo lo que has hecho»
Te levantas, vas al baño a coger toallas limpias, te metes en tu habitación y subes el volumen de la música para no tener que soportar las voces de tu familia. Su sola presencia te irgue los pelos: el volumen de su voz, sus manías, su desorden…Coges las cosas para poder ducharte y tu día empieza a decaer. Tu hermano pequeño se ha metido en el baño antes que tú.
Por su culpa llegas tarde al instituto y el profesor no te deja entrar en la primera clase. ¡Con lo aplicada que eres! Siempre sacas buenas notas. Bueno, no siempre. A veces un profesor te coge manía y te baja unos puntos en un examen; pero luego a esa compañera delgada y con el pelo rubio ondulado le pone un 9,5. Estás segura de que tu profesor es, además de tirano y subjetivo, un pervertido. Tú mereces esa nota más que nadie. Al fin y al cabo, para eso te pasas las tardes encerrada en tu habitación, estudiando e intentando ignorar las voces de tu hermano cuando no le funciona la Play.
Hoy toca ver las presentaciones del último “Project”. La rubia y sus secuaces suben al estrado para presentar, en inglés, un programa de reciclaje para su barrio. Dicen que quieren llevarlo a la práctica. ¡Menuda banda de hipócritas! El otro día, sin ir más lejos, viste en su Facebook una foto de su habitación y contaste hasta tres botes de laca. Los aerosoles contaminan y esta viene aquí a hablar de reciclaje y de cuidar el medio ambiente, y encima se atreve a contarlo en inglés. Tú lo hablarías mucho mejor si el convivir con unos padres perfeccionistas no te hubieran convertido en alguien vergonzoso, con miedo a hablar en público. Mientras tanto, la rubia “and Co.” repiten todo lo como papagayos y obtienen dieces por ello.
Llegas a casa agotada y ves a tu madre sentada en el sillón, viendo la tele. Le preguntas si les ha cogido el bajo a tus pantalones, los que te querías poner esa noche para dar una vuelta con tu amiga. Te dice que “no ha parado ni un momento”, que lo siente. ¡Después de haber tenido que aguantar el infierno del instituto y tu madre te hace esto!
Llamas a tu amiga para contárselo. No te coge el teléfono pero te manda un WhatsApp. ¡Será caradura! Si tiene el móvil en la mano, ¿Por qué no te lo coge y ya está? En su WhatsApp te dice simplemente que está ocupada. Tú crees que son excusas y te la imaginas haciéndose selfies para su próximo post en Instagram. Le mandas tres audios larguísimos en los que les cuentas que tu familia es una tiranía, que tu instituto es una cárcel y que tu vida, en general, es un infierno. Tu amiga sigue sin contestar así que decides que ya hablaréis en el parque. Decides arreglarte para el paseo. Miras en tu armario y refunfuñas al ver tu ropa. ¡Es tan infantil! Normal que Pablo ni te mire. Es como si tu madre lo hiciera a posta, como si quisiera que vistieras toda la vida como una mojigata. Te planchas el pelo a conciencia y te pruebas el nuevo brillo de labios que le viste a la rubia en sus historias de Instagram. A ella le queda mejor, pero eso es porque tiene los labios más gruesos que tú. A ver qué culpa tendrás de tener los labios tan finos. Bueno, da igual. Ya estás lista. Miras el móvil para comprobar la hora y ves que tu amiga ha cancelado. Te acabas de arreglar durante casi dos horas para nada. Tu madre te llama a la puerta para decirte que ha podido sacar un hueco para arreglarte los pantalones y tú le gritas, entre lágrimas de frustración, que te deje en paz.
Con el corazón en un puño y los nervios a flor de piel, terminas explotando. Le mandas un mensaje a tu amiga (o un “testamento”, como ella los apoda) diciéndole lo egoísta que te parece que te haya cancelado a última hora el paseo. Le recuerdas todo lo que has hecho por ella en los últimos años: los consejos que le has dado, las veces que le has acompañado a sitios, los apuntes que le has prestado… Le dices que no sería nada sin ti. Que sin tus consejos estaría perdida, que sin tus apuntes hubiera repetido curso porque no es tan aplicada como tú, que, después de todo lo que has hecho, te estás dando cuenta de lo soberbia y aprovechada que es. Que eso no es de buena amiga. Que como no se disculpe por su comportamiento, no va a saber de ti en mucho tiempo.
Tu amiga te intenta llamar, pero no se lo coges. ¡Después de todo lo que te ha hecho, se lo merece por estropearte el día aún más!
Tú no lo sabes, pero tu amiga está llorando en la sala de espera de un hospital, esperando recibir noticias de su padre. Tampoco sabes que tu madre hoy ha estado al borde del despido. Tú ya sabes todo lo que hay que saber, con todo lo que has sufrido. Tú no tienes que venir a recoger las piezas de nadie. Después de todo lo que has hecho y todo lo que has padecido, tienes el cielo ganado.

LOLY MORENO BARNES

( historia real)
Nací en un bello lugar…
De existir el paraíso, sin duda será muy similar.
El eje de la economía en esos parajes es la agricultura y la voluntad de prosperar de sus gentes procuraba cumplir sus sueños.
Desde niña caminé entre surcos labrados donde después se sembraban todas clases de hortalizas y cereales.
Los árboles frutales y viñas mostraban su esplendor.
Tierra suelta y fértil esperando dar su fruto.
La misma que sin necesidad de añadir sustratos especiales se convertía hasta perder la vista tras el horizonte en un bello jardín.
Solo necesitaba para ello ser regada por las claras aguas que bajaban de las cumbres .
Las parras se alzaban al cielo cada año para madurar sus frutos con los rayos del sol .
Todo parecía perfecto en semejante oasis ¡Pero no lo era!
En las tardes de verano, cuando en el bello vergel crecían sus frutos, acechaba un monstruo capaz de terminar con todo lo que se plantara a su paso.
A veces era selectivo en su voracidad y dejaba trozos de naturaleza desnuda e indefensa y otros, pasaba sin saborear, en su hambrienta destrucción. Quizás para pasar otra tarde calurosa a visitar con sus garras.
La gente ni entonces ni en el presente nunca dejo de sembrar su trabajo esperando la cosecha.
En la inocencia de mi infancia gritaba al cielo:
¡No sirve de nada!
Viendo como se perdía todo un año de trabajo después de la tormenta.
Mi padre me decía, contagiado de la fe de todos los labriegos:
Debe servir ¡ PUES TODA NUESTRA VIDA ESTA EN LA TIERRA!

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25 comentarios en «No ha servido para nada»

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