Últimamente recibimos muchos textos de autores que nos preguntan: «¿Creeis que mi libro tiene posibilidades?», «¿es bueno?», «¿se venderá mucho?».
Hoy queremos responder a estas preguntas con nuevas preguntas: «¿Qué es lo que esperas de tu libro?», «¿por qué y para qué escribes?», «¿por qué y para qué te gustaría publicar?».
Claro que tu texto tiene posibilidades. Todos lo tienen. Las cosas han cambiado mucho y ya no es necesario esperar a que una gran editorial se fije en ti para poder publicar. Ahora, si lo que esperas es convertirte en el/la próximo/a J.K. Rowling, te aconsejamos que te replantees tus metas a corto plazo con un poco más de moderación.
Se supone que alguien que escribe lo hace porque disfruta, porque ama escribir, leer, porque necesita expresarse y porque le hace sentirse bien. Y como en toda expresión artística, el escritor a lo que aspira es a llegar a la gente (a gustarle, a que se identifiquen con él).
Tu libro es bueno en tanto sea auténtico, original y único, en tanto sea tuyo.
Al igual que un pintor, un músico o cualquier otro artista, es muy difícil llegar a vivir de tus ventas, pero eso no significa que no se pueda rentabilizar y que tus trabajos no tengan calidad. De hecho, las grandes editoriales se fijan más en la previsible rentabilidad de sus autores que en la calidad de sus textos. ¿O acaso crees que los famosos polemistas de televisión que acaban publicando libros tienen más talento literario que tú?
Probablemente no. Por eso nosotros apostamos por dar voz a cualquiera que tenga algo interesante y novedoso que contar, porque creemos en la creación de la cultura desde abajo. Y a partir de ahí, tratamos de ayudar en lo posible a nuestros autores a vender el máximo número de ejemplares y a ir dándose a conocer poco a poco, a través de presentaciones organizadas por nosotros, difusión en la redes sociales, creando simbiosis entre ellos para aumentar sus públicos respectivos, etc.
¿Que si tu libro es bueno? ¿Si gustará? Pues claro. Siempre habrá críticas buenas y malas. Siempre habrá a quien no le guste y quien, en cambio, se sienta orgulloso de tu trabajo, empezando por ti mismo/a. Ninguna crítica debe frenarte, al contrario: úsalas para aprender y continuar creciendo y no dejes de creer en ti.
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