Esta semana, en nuestro Grupo de Escritura Creativa de Facebook, proponíamos el tema Conspiraciones. Este ha sido el relato ganador:
NO ES LO QUE PARECE
Llevaba varios días recabando pruebas como los detectives. Ordenándolas como si de piezas de un puzle se tratase. No en vano, ya había pasado por una experiencia similar, y todo se repetía exactamente igual que entonces, como el patrón de un traje barato.
Por más que la cabeza, le quisiera vendar los ojos para ocultar lo indudable, era inútil negarlo. Las evidencias se agrupaban como pinceladas en el lienzo de su realidad, para mostrarle un grotesco dibujo de aquello que no quería ver porque le producía un dolor moribundo.
Un perfume desconocido para ella, adherido como la sal al agua de la mar, encendió la bombilla de sus sospechas, alumbrando en lo más hondo del trastero de su corazón, tapada por una sabana de olvido, una soledad que creía olvidada.
Unas salidas, disfrazadas con absurdos antifaces fabricados con banales excusas, esas esperas a un anhelado regreso, como el campo reseco y agrietado espera la tan deseada lluvia.
Los diálogos al teléfono móvil, con el tono de voz de un confesionario, alejándose a otro lugar, para ocultar la conversación como se oculta un libro prohibido. Un “adiós guapa”, un “te espero”, volando en el aire fugazmente como ascuas que se escapan de su hoguera.
Tenía ya cincuenta y tantos, nunca fue especialmente guapa, acaso resultona, ni tampoco graciosa, un poco simpática. Se miraba desnuda ante la luna de la puerta de su armario, y en su cuerpo, se notaba el efecto del tiempo, como el agua de un rio esculpe el caz por donde discurre.
Mira por la ventana, y siente que el amor se le escapa por su alma agujereada, huyendo a ráfagas, con el viento de la calle, llevándose todos los besos montados como jinetes, en las hojas secas que invaden el camino.
Saca una maleta, y abriéndola la coloca encima de la cama. Saca toda su ropa, sin rabia, sin furia, pero con una melancólica tristeza que perfuma cada prenda, que coloca dentro. Cuando acaba, la cierra, y siente que su vida también se va dentro de ella. Pesadamente, la coloca ante la puerta, y con un silencio propio del condenado que espera su ejecución inminente, se sienta en una silla, mirando la entrada, cabizbaja, contando cada minuto, cada segundo.
Suena el ascensor, y el ruido de la puerta al cerrarse, se mezcla con unas risas simultáneas de un hombre y una mujer. Se nota que son felices. El ruido de la llave al introducirse, la sobrecoge, como el pitido del tren que se ha ido, y ve como se aleja, en el andén.
Ahí aparece. Y tiene la poca dignidad y vergüenza de presentarse con la otra (piensa, con el alma ahogada con una mano de rabia, y otra de tristeza). Madre mía, si parece su hija, mona, he de reconocerlo, pero el, a su lado, hace el ridículo, la típica fulana, que se junta con un carcamal, para sacarle los cuatro duros (sentencia mentalmente, mirando a su rival, de arriba abajo).
-¡hola cariño! –Se acerca, y la agarra por los hombros tiernamente, para darle un beso-
-¡nó, nó!, ¡ni se te ocurra acercarte a mí! – Se aleja bruscamente, como el fuego huye del agua, haciendo negaciones con la cabeza, poniendo el brazo extendido, como una barrera impenetrable para que él no se acerque -¡ahí, ahí tienes la maleta!,! ya te puedes marchar por el mismo sitio por el que entraste con esa, con esa…!- no puede seguir hablando, porque el llanto le ahoga las palabras en su mar infinito-.
El, se acerca y aunque ella se resiste, él le pone una cajita en la mano, y le dice mirándola con cariño a los ojos:
-Cariño, no llores, mira, te presento a mi sobrina, abre la cajita y sabrás porque está conmigo, anda, no seas boba.
Con los ojos vidriosos, abre con las manos temblorosas, la cajita, muy mona, de terciopelo rojo, con el anagrama de una joyería cercana, y dentro, aparece una sortija de compromiso, con un pequeño y modesto brillantito. Levanta la cara con incredulidad, mirándole a él, fijamente, le dice balbuceando:
-¿y…, y….esto?
-Veras, llevo planeando todo esto durante dos semanas, mi sobrina es concejala de aquel pueblo tan bonito de la sierra donde nos conocimos, y…., bueno, -sonríe, pasándose la mano por la nuca-, nunca he hecho esto…
La coge amorosamente las manos y mirándola a los ojos, le dice:
-mi amor, ¿te quieres casar conmigo?
Ella, le responde con un dulce beso, como si un rayo de sol se hubiera juntado con la primera gota de rocío del amanecer.
-¡anda, si tienes ya mi maleta echa!, ¡estás en todo, mi amor!
-sí, – le dice abrazándole- es que las mujeres tenemos que estar encima de vosotros, que seria la vida sin nosotras.EMILIANO HEREDIA
Hoy me paso una cosa terrible . Pero fue algo en cadena .
Estaba bien dormidito y no escuche el despetador . Me paso a buscar mi companyero de trabajo ,como todos los dias ,pero no pudo esperarme ,por el retraso que ya llevaba yo. Se fue pitando . Perdi el autobus . Luego habia una manifestacion Que me retraso todavia mas . Veia en los bares ,gente concentrada mirando hacia el televisor ,pero no me derive. Una cantidad de tropiezos ,que llegue a pensar que alguien estaba conspirando en mi contra. Pero no fue asi. Al llegar a mi trabajo encontre un monton de escombros . Nadie se salvo. No se si fue una conspiracion o el destino ,en el cual creo que debere empeazar a creer de ahora en adelante .
MJ BENLLOCH
Ella conspiraba contra sí misma
Era la persona más amable y solícita de la oficina. Siempre dispuesta a ayudar cuando alguien pedía cualquier cosa; a contestar cualquier duda que surgiera; a solucionar cualquier imprevisto. Pero cuando colgaba el teléfono o la persona que necesitaba ayuda salía por la puerta, comenzaba a renegar y quejarse: «siempre es más fácil que te hagan el trabajo los demás» o «¿por qué siempre me preguntan a mi?, ¡como si no hubiera nadie más aquí!». A las 3 de la tarde cuando llegaba Julia, la señora de la limpieza, siempre la recibía con un sonriente: «buenas tardes Julia, ¿qué tal estás hoy?». Y Julia le contaba lo que había hecho aquella mañana, las novedades sobre su familia o el paseo matinal con su perro. Cuando una hora más tarde Julia salía del despacho, ella se dirigía a mi diciendo: «qué pesada!, me cuenta su vida como si a mi me interesara».
A Marta, la directora del departamento, la tenía bastante harta. Continuamente le pedía confirmación de todo lo que hacía. Entraba en su despacho a consultar aún cuando estaba comentando algún tema con otra persona. Le preguntaba sus dudas cuando la primera pasaba cerca de su mesa o cuando salía del despacho camino a una reunión. Y por supuesto cuando Marta la miraba con desdén o cara de no saber de qué le hablaba, ella se ponía a la defensiva y más tarde me decía que le tenía manía y que era algo personal porque eso a mi no me lo hacía.
SUSANA AZABAL
Yo y el chocolate, el chocolate y yo…. Esa historia de amor-odio inacabable.
Me espía en la cocina por las noches, detrás de la puerta del armario rinconero. Se esconde entre los cereales integrales y las infusiones para disimular, pero yo noto su presencia cada vez que bebo un vaso de agua para calmar esa dependencia. Noto cómo sus ojos se me clavan en el cogote por las noches, cuando me siento en el sofá. Y deja su aroma sutilmente volando en el ambiente cuando busco en el estante de arriba las galletas light.
Pero no, él no disimula, conspira contra mí, lo sé… Cuando he ido a coger las galletas, se me ha caído una onza dentro del vaso de leche.
MARÍA JT
Gea era una pastora belga negra azabache con un brillo que jamás olvidaré. Se crió a mi lado desde cachorra. Solía ser bastante obediente y nunca hizo ninguna trastada en casa hasta que apareció Chungo.
Chungo era un mestizo de muchas razas caninas pequeñas. Apenas pesaba cuatro kilos. No se qué edad tenía cuando lo recogí de la cuneta de la carretera donde había sido atropellado. Se quedó tuerto y cojo. El nombre le vino porque cuando yo trataba de curar sus heridas, él no paraba de morderme.
Gea lo aceptó desde el primer momento, a ella no le mordía. Se hicieron inseparables conspiradores contra mí.
Cuando me acostaba podía oír a chungo que se acercaba cojeando hasta el quicio de la puerta de mi cuarto para comprobar que yo estaba dormido. Entonces, de manera simultánea, Gea intentaba abrir la puerta de pomo de la cocina. El día que lo consiguió entraron en la cocina y dieron buena cuenta del embutido que colgaba de un clavo. Fue visto y no visto. Me levante al oír el ruido pero llegue demasiado tarde, ambos perros trataban de disimular, no se si esperaban que no me diese cuenta, pero era imposible. Chungo dejaba de masticar el salchichón que tenía en la boca cuando yo lo miraba y, cuando no, seguía masticando a todo prisa. Gea en cambio estaba sentada guardando la posición con la cabeza alta, como esperando una orden, pero la cuerda con el marchamo del salchichón le colgaba del hocico enganchada del colmillo.
No les regañé. Aunque la putada fue cojonuda, m pareció un acto de rebeldía tan bien planeado y calculado que sentí que no merecía castigo. Aquella conspiración me hizo sentir como un tirano que les privaba de los manjares que había en la cocina, condenándolos a alimentarse de pienso y de vez en cuando una lata de carne.
TOMÁS PERRO ANDALUZ
Suelto el aire lentamente. Repito. Sosegada, con aplomo, sintiéndome más viva que nunca. Me lleno de aire. Repito. Disfruto, soy consciente. Hoy. Ahora.
Inspirar… conspirar…
Inspirar… conspirar…
Inspirar… conspirar…
Inspirar… conspirar…
JEZABEL MONTENEGRO
Es un frío mes de febrero, y mis padres tienen la gripe, puede parecer normal en estas fechas pero, casualmente hace unos días sobrevolaron nuestra zona unos aviones que dejaron en el cielo unas estelas sospechosas, ajá! Sera casualidad, o sera que las malvadas farmacéuticas estaban fumigándonos con el virus de la gripe para aumentar las ventas de Frenagrip? Chan chan channn. Seguiremos investigando…
MADEIN EXTREMADURA
Maria jT
El perro andaluz, por Tomás. Los perros son mi debilidad y su historia la he vivido parecida muchas veces. Me ha sacado una sonrisa recordando viejos amigos de cuatro patas con mucha picaresca que ya no están. Gracias.
Me parece muy bonito el de emiliano heredia
En mi opinion, quizas estan mas bien estructurados tdos los demas menos el mio. Pero me gustan mas el de jezabel y el mio. No son tan descriptivos,quizas. Pero para mi tienen mas fuerza.
Mi voto es para jezabel
Jezabel montenegrino es muy interesante
Me gusta como acaba el de Emilio Heredia
esta semana está difícil!
me decido por Jezabel Montenegro
Voto por Er Perro
María JT, el chocolate siempre nos persigue….jajajaja
Jezabel Montenegro
Emiliano heredia
Emiliano heredia. Es un final feliz
No lo tenía claro pero leer los comentarios me ha hecho prestarle más atención al relato de Emiliano Heredia y realmente es muy bueno. Mi voto para él.