Cimientos invisibles de la primera infancia

18.00

El ser humano no nace; se hace gracias a la interacción con el entorno. Ya desde el útero, recibe estímulos que debe procesar para emitir una respuesta. En sus primeros meses de vida, lo hará de forma automática mediante los reflejos primitivos y, una vez que estos se integran, la respuesta pasará a ser voluntaria por acción de los reflejos posturales.
Si no hay estímulo, no hay respuesta o es inadecuada. Si no hay integración de reflejos primitivos, la respuesta será inmadura (torpeza, conductas inapropiadas, dificultades en el aprendizaje, frustración…).
Es la punta del iceberg, lo visible. Pero bajo esta apreciación se encuentra lo que no podremos ver si no aprendemos a mirar, los cimientos invisibles de la primera infancia.
Conocerlos nos permitirá entender determinadas conductas. Disponer de recursos para la estimulación nos permitirá acompañar la primera infancia. Solo así haremos que los cimientos sean los adecuados.

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Descripción

Autora: Silvia Zmorano

15×21. 142 páginas. Tapa blanda.

Información adicional

Peso 0.250 kg
Dimensiones 21 × 15 × 1 cm

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