Retahíla de mentiras

Descripción

Poesía incluido dentro del libro Retahíla de mentiras:

Me he acostumbrado a tenerle miedo al silencio,
a encontrarle defectos al tiempo para llegar tarde…

Muy refinado,
voy tragando a dos carrillos sin probar a qué sabe la vida
y así soy tan gordo y rechoncho
que me cuelgan las lorzas por los costados,
que no estoy resabiado ni vengo de vuelta de nada.
Si te fijas bien, todavía se me ve un trozo
de la cáscara del huevo, como al Calimero…

Y es que mi piel es de lija; mi pelo, ramas de esparto
y mi ojos una piedra pequeña en el fondo de un charco.
Será por haberme criado entre bichos como un brutamonte.

Me comí el acero desde chico para no hacerme viejo
y ya me ves:
sé contar en latín del uno al cien al revés para que venga el diablo
a cortarme las uñas de los pies cuando me aprieta el zapato.

¡Vamos! ¿Y te piensas que quiero camelarte?
¿Gastando toda la munición que tengo?
Pues la verdad es que no me importa si tú no me quieres,
que yo tampoco creo en el amor
porque sabio es el refrán:
que mancha de mora,
con martillazo en la polla se quita.

Y se me pasa sin querer el tiempo que tardo en verte de nuevo
mientras a tus ojos de charca
le canto con un coro de ratas mis cantes gitanos:

Que sufro con tu olor
y me asfixio mecido en tus brazos,
por eso siempre pienso en perderme cuando
estoy a tu lado,
a embuchar el corazón con mis propias tripas de cerdo
y colgarlo en la caña de mi bodega de los olvidos,
esperando a que seque y se cure
para comérmelo otra primavera que caiga en noviembre.