La escritura me sirve para autorregularme, para dejar fluir emociones y, desde que soy pensionista, para saber que sirvo para algo más, aunque las enfermedades me limiten.

Soy una persona altamente sensible que padece un trastorno esquizoafectivo bipolar, entre otras cosas, lo cual limita mi día a día. Pero no al escribir. Ahí me siento libre y vuelo entre ideas inconexas a las que intento dar forma. 

También soy muy reivindicativa, lo cual se refleja, sobre todo, en los cuentos. No soporto las injusticias y soy de las primeras en ponerse en pie y protestar. 

Convivo con mi pareja (y su gran paciencia). Os sorprendería lo difícil que es tener pareja con trastornos de salud mental. En unos meses celebraremos nueve años, y cada día nos sorprendemos más y nos compenetramos al 100%.

Las visitas a los amigos y a las familias cuando se puede, dan vidilla también al día a día.

Me gusta visitar a amigos y familiares, la música (en especial rap y reggae) y la fotografía de paisajes naturales. Cuando estoy bien intentamos ir a desconectar dando un paseo por el campo en el que podamos tomar fotografías.

No pertenezco a ningún lugar, pero, después de tantas mudanzas, soy de todas partes. 

Gracias por tener un pedacito de mí en tus manos. 

Susana