Poeta más consumido que consumado. Cacereño por suerte y por desgracia. Graduado en Salamanca, donde sólo encontró mancas.
Se dedica a decir cosas desde su infancia, y proyecta escribir algún poema poco antes de su muerte. Desde el 2020 ha organizado dos micros abiertos en Salamanca, y en 2022 publicó en el II Certamen Literario LGTBI de FLGTB. Pero todo eso son rumores.
Lo que sí es cierto es que este poeta no dice: repite. Mira, y después escribe. No inventa, sólo toma nota.